martes, 26 de octubre de 2010

El bosque

En el bosque hay princesas

hay ancianos de más de cinco siglos que se resisten a morir

en cuyo vientre puedes encontrar ninfas y extraños y temibles seres peludos


frágiles bóvedas amarillas



formadas por la unión de los brazos de los señores de estas tierras


que a cada instante te avisan de que te vigilan, que quieren saludarte, pero sus abrazos son demasiado fuertes



mejor cubrirse la cabeza o cerrar los ojos


cavar una trinchera para protegerse



o escapar a lomos de un ejército de verracos



a campo abieto, a mar abierto





jueves, 21 de octubre de 2010

La carrera perfecta

Tanto en una carrera como en la vida hay momentos, pocos, durante los que parece que todo es perfecto, que todo encaja. Has entrenado, te has preparado y justo durante esos instantes, te sientes invencible, te conviertes en un atleta que vuela sobre el asfalto, que a pesar de marchar sufriendo durante una larga escalada, necesitas de ese sensación quimérica de controlar los límites y das la bienvenida a cada esquirla de dolor, a cada jadeo porque sabes que es justo el momento que buscabas. Te sientes plenamente concentrado y lleno de fuerza. Aunque el desfallecimiento te esté esperando a la vuelta de la esquina, ahora crees que nada sería capaz de rendirte y podrías seguir corriendo o subiendo este puerto hasta el fin, hasta que te consumieras, hasta que tu corazón dejara de latir. Entonces nada importa.

Las últimas ocasiones en que me he sentido así fue durante los últimos kilómetros de la Ultramaratona Atlántica y en algunas ascensiones del Tor des Géants. Seguiré buscando la carrera perfecta.

Krakauer, escribiendo sobre la escalada en hielo... aplicable a ¿todo?.

"Al poco tiempo estás tan absorto en lo que haces que ya no notas los nudillos en carne viva, los calambres en los muslos, la tensión que produce la concentración ininterrumpida. Un estado parecido al trance gobierna tus esfuerzos y la escalada se convierte en una especie de sueño clarividente. Las horas transcurren como si fueran minutos. La confusa carga que comporta la vida cotidiana -los descuidos y olvidos, las facturas sin pagar, las oportunidades perdidas, el polvo debajo del sofá, la inexorable dependendencia de los genes-, queda olvidada temporalmente borrada de tus pensamientos por la arrolladora claridad de la meta y la seriedad de la tarea en curso.En tales momentos te invade algo que se asemeja a la felicidad, pero no es un sentimiento en el que puedas confiar. Lo que mantiene la obsesión de la empresa en la escalada en solitario es la confianza absoluta en uno mismo, lo que representa ninguna garantía desde el punto de vista de una mayor adherencia del terreno."




Lou Reed, aunque no se le reconozca como a otros, para mí es uno de los mejores letristas del rock. Un hermoso clásico, "Perfect Day": "Haces que me olvide de mí mismo/.../Pensé que era otra persona, alguien bueno/.../Cosecharás lo que siembres".

Just a perfect day
Drink sangria in the park
Then later, when it gets dark, we go home
Just a perfect day
Feed animals in the zoo
Then later a movie too, and then home

Oh it's such a perfect day
I'm glad I spent it with you
Oh such a perfect day
You just keep me hanging on
You just keep me hanging on

Just a perfect day
Problems all left alone
Weekenders on our own, it's such fun
Just a perfect day
You made me forget myself
I thought I was someone else, someone good

Oh it's such a perfect day
I'm glad I spent it with you
Such a perfect day
You just keep me hanging on
You just keep me hanging on

You're going to reap just what you sow...

lunes, 18 de octubre de 2010

Poniendo el motor a punto


Un 124 igualito que éste siempre fue el coche de mi familia, un verdadero icono. Lo vendimos y todavía, con 33 años, me lo cruzo a menudo.

Tras un mes de parón forzoso, tras lamerme las heridas de Tor des Géants con los recuerdos de aquella increíble experiencia, la semana pasada volvimos a la circulación. Nunca una carrera me había dejado secuelas tan marcadas, emocionales y físicas. A día de hoy parece que estamos de nuevo en marcha sin problemas. Una semana que se resume en cinco días de carrera, el de ayer ya con hora y media de monte y uno de bicicleta. El próximo lunes abren la piscina y parece que mis molestias al estirar el pie en la batida han remitido.
No hay mejor semana para comenzar los entrenamientos que la del Ironman de Hawai. Esas fotos, esos vídeos, esas historias, al igual que nos ocurría en los años noventa con la narración de Alix de los duelos entra Zack, Hellriegel y Van Lierde, cuando casi no sabíamos qué era eso del triatlón y del ironman, siguen manteniendo el mismo efecto, nos siguen empujando a calzarnos las zapatillas o agarrar la flaca en cuando apagamos el monitor.
Me siento bien, ligero e increíblemente hasta con chispilla. Aunque a veces nos cueste reconocerlo, el descanso sienta bien. Estoy contento, animado y con más ganas que nunca de preparar los ambiciosos objetivos que me he propuesto para 2011. Tal vez no haya nada mejor para mantener la ilusión que ser positivo y tener a mi lado una inesperada y achuchable fuente de energía.


A corto plazo, la Media de Tordesillas el próximo 31 de Octubre. En lontananza muchos objetivos más ambiciosos y estimulantes, unos confesables, otros no. 2011 será un año de mucho triatlón y montaña. Ya irán llegando.


De música, "Mantén el coche en marcha" ("Keep the car running"), de The Arcade Fire. 20 de Noviembre, Madrid. Espero que siga habiendo entradas porque para allá vamos.

viernes, 15 de octubre de 2010

Un lujo inesperado en La Scala


Os voy contar un pequeño o gran episodio que viví en Milán. Antes de partir a los Alpes, decidí quedarme un día para conocer la ciudad. Debido al Gran premio de Fórmula 1, del que por supuesto no tenía ni idea, conseguí una cama de milagro. Aparte de quedarme totalmente abrumado por la belleza del Duomo, una catedrál realmente epatante, de visitar el castillo de los Sforza y de intentar infructuosmente ver el fresco de "La última cena" de Leonardo, entré en uno de los templos de la música, La Scala, probablemente el teatro de ópera más famoso del mundo.
Desde chaval soy un fascinado por la Historia. La música vendría después. Cuando recorría las murallas de mi ciudad o visitaba el teatro o el circo de Mérida, sentía una extraña capacidad para retrotraerme al pasado, facilidad para utilizar ese telón de fondo real donde ir colocando los personajes de mis lecturas.
Cuando aquella mañana una escasa y temible avanzadilla de turistas franqueamos las puetas de La Scala, nos advirtieron de que no tendríamos acceso al teatro hasta que finalizara un ensayo que tenía lugar en esos momentos. Tras visitar un pequeño museo dedicado a la historia del teatro con numerosos bustos de músicos y cantantes sin mucho interés, nos avisaron para entrar al templo.
Nuestro punto de vista era el de uno de los altos palcos traseros. El teatro impacta. La primera sensación es difícil de explicar. Es grande y pequeño a la vez. Imponente y acogedor, pleno de un lujo y elegancia acentuado por el peso de la historia. Aquí ha sonado la música de los más grandes. Aquí han cantado también los más grandes. Cuando aún estaba apoyado con la boca abierta, recreando en mi mente los estrenos, los éxitos y fracasos de tantos años, esos temores de intérpretes y músicos, esas ovaciones de minutos sin fin, unos auxiliares colocaron unos paneles transparentes para tapar el palco frente al escenario. Hacía rato que me encontraba atento al devenir en el patio de butacas de músicos, director y varios intérpretes. Yo que, bien por obligación, bien por dejadez, me dedico a algo que no me hace feliz, sólo envidiaba a esas personas que consagran su vida a una vocación que intuyo magnética y devoradora.
De pronto, la gente allí abajo se agitó mas de lo normal, apremiándose los preparativos. Efectivamente comienza de nuevo el ensayo. Con el único acompañamiento del piano, irán apareciendo en escena en torno a una veintena de personajes, todos ellos saliendo de un falso maletín colocado en el suelo con acceso a una compuerta que comunica con la parte baja del escenario. En menos de diez minutos, valiéndose de telas, construirán una escena de la obra. Increíble. A partir de ahí, comenzará la ópera y el canto. Me quedé totalmente alucinado. Ser testigo de esta representación me pareció un verdadero e inesperado lujo. Sentí una mano en el hombro. Un operario me requería para que dejase sitio a otras personas. Asentí y salí conmovido, bajando las escaleras a la calle entre los carteles de primeras representaciones que adornan los descansillos.
Aunque no soy experto ni oyente habitual, al igual que me ocurre con el jazz, cada vez escucho música clásica con mayor frecuencia. Sólo he asistido a una ópera en mi vida en el teatro de Ciudad Rodrigo pero el espectador no tenía acceso a que contaban-cantaban en cada momento por lo que no se puede apreciar de verdad. Sí he escuchado óperas en casa con el libreto delante e imagino una experiencia inolvidable presenciar una en directo. Algún día. Sin embargo creo que para llegar a la esencia de este tipo de música, hay que tener muchas horas de vuelo y educar al oído. Siempre seré un rockero reaccionario y recalcitrante pero estamos trabajando en ello. ¿Por qué los días sólo tienen veinticuatro horas?
Os dejo una pieza de uno de mis primeros discos de música clásica. No recuerdo si lo compré en el instituto o en la universidad. Una recopilación de las oberturas de Wagner. Altamente recomendable. La obertura de Tannhauser me caló desde el principio. Es difícil encontrar algo tan solemne, tan limpio, tan hermoso. Brutal. Espero que alguno se anime con ella.
"Los manuscritos no arden"


martes, 12 de octubre de 2010

La cabalgada final


No suelo hacer la división de fin de temporada tras los últimos objetivos de fin de verano, más que nada porque, como buen jaramugo, suelo competir todo el año sin orden ni concierto en todo tipo de pruebas y sin planificados picos de forma. Sin embargo, las secuelas de Tor des Géants me han dejado completamente parado durante más de tres semanas. No os pongo foto de la uña del pie porque da verdadero asquito. Aún no puedo nadar porque no puedo estirar el pie en la batida. Este paréntesis involuntario parece que marca el inicio de una temporada al uso, cual curso académico 2010/2011.
Aunque antes participaré en pruebas de menor entidad y de distinto pelaje, en el horizonte brilla el principal objetivo antes de verano: Ironcat a mediados de Mayo. Tengo una cuenta pendiente que saldar con el Ironman y ahuyentar fantasmas. Este año no ha sido posible, primero por los estudios y después por otros objetivos incompatibles. Siete meses. Espero llegar en mejores condiciones y con los deberes hechos. Sin embargo, no sé si será suficiente para controlar mis problemas de estómago después de un recorrido en bicicleta tan largo. Por otra parte, con la experiencia que tengo en ultrafondo y la más valiosa del Powerman de Zofingen -prueba muy similar a un ironman-, cada vez estoy más convencido de que durante la prueba tengo que alternar la comida normal con geles y demás porquerías. Me gustaría terminar, pero sobre todo me gustaría terminar de forma presentable. Lo más imporante es que confío plenamente en ello.
Durante este inicio de temporada corro con un compañero especial. Esta semana me toca cuidarlo y aparte de algún paseo y baño en el río, entrena conmigo. Corre por el campo suelto en torno a treinta o cuarenta minutos para que vaya perdiendo "punch" y después ya lo puedo llevar a mi ritmo con la correa por la ciudad sin que vaya dando tirones. Mano de santo. Lo dejo suave. Durmiendo como un bendito lo tengo ahora mismo. Estoy por enterarme de cómo son las reglas de los "canicross" que corren los chulos y apuntarnos a alguno aunque me da que Curro, al principio, iría por donde le pareciera.
Para mí los 180 kms del ciclismo en el Ironman son la tormenta. Esa cabalgada me deja tocado y no puedo afrontar el maratón con garantías. De música dejo "Riders on the Storm", uno de los momentos más afortunados de The Doors. A muchos de los que admiro por su criterio y conocimientos musicales, no les gusta la banda californiana. Supongo que se debe a la actitud que consideran impostada o artificial de Jim Morrison. Yo ya era fan de adolescente. Demasiado tarde para cambiar. Soy creyente. Disfruten de la envolvente atmósfera a que contribuye la voz de Jim y el órgano de Ray Manzarek. No será la última canción que ponga.
"Nuestras recompensas se encuentran en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa"

jueves, 7 de octubre de 2010

Sentado en la orilla


Creí que este fin de semana sería el último en el que todavía nos podríamos bañar. Me da que no va a poder ser. Nos conformaremos con el pasado viernes, uno de octubre. Al fin y al cabo no está mal. Los que me conocéis ya sabéis de mi pasión por mi río. Aquí os dejo un artículo que publiqué en una página de Ciudad Rodrigo y que guardaba para el último día de baño de este año, antes de que finalmente nos derrote el largo invierno. Hay referencias que ya utilicé en algún texto primerizo del blog.

"Sentado en la orilla"

“Sentado en en el muelle de la bahía….”, cantaba su majestad Otis Redding, sentado en la orilla del río dibujo el esbozo mental de este texto; admirando las miles de luces titilantes sobre su rostro, la luz filtrada por los árboles de la ribera, sintiendo la suave caricia de la brisa en mi cuerpo húmedo, con la agradable sensación de la calma recuperada tras la escasa natación, pienso en todos los comienzos de verano de mi vida en Ciudad Rodrigo.

Llega Junio, llega el verano y comenzamos a bajar de nuevo a la Pesquera, a nuestro río. Aunque durante el inverno y la primavera, el reconfortante paseo junto a sus orillas calme la comezón, no es hasta la llegada de la luz cuando nos paramos a dialogar de nuevo con nuestro viejo conocido. Como ocurre con los verdaderos amigos, aquéllos a los que la vida lleva lejos y que sólo vuelven junto a ti durante unos días al año y que sin embargo siempre reconoces cercanos, así nos pasa a algunos con nuestro Águeda.

En “Roma”, la película de Adolfo Aristarain, el padre del protagonista niño le cuenta a éste como al río se va a contar las penas, las tristezas, para que se lleve lejos todo lo que nos hace mal. Siempre me ha gustado esa imagen. Desde crío, mi río me ha escuchado contarle penas, aunque afortunadamente en más ocasiones, ha sido testigo de mis besos o de mis risas en conversaciones nocturnas memorables

Heráclito decía que nunca te bañas dos veces en el mismo río. Las verdades más grandes son las más simples. También es cierto que quizá no somos dos instantes la misma persona. Todas las experiencias que acumulamos, todo lo que perdemos por el camino, nos arrastra en cambio permanente. Nuestro río también cambia sin detenerse jamás. Está vivo y es travieso. Este invierno nos mostró su rostro más salvaje y asilvestrado. Más tarde se amansa y como cada primavera, aunque se intuye poderoso, se muestra tranquilo y ocioso, acogiendo vida en su vientre, reventando vida en sus márgenes.

Siguiendo este paralelismo, pocas metáforas más añejas y acertadas que la de identificación de vida y río. Ya contaba Jorge Manrique:

“Nuestras vidas son los ríos,
que van a dar en la mar,
qu´es el morir;”


Soy atleta de fondo, siempre a la búsqueda de los límites, rastreando qué hay más allá de la fatiga y el dolor. Muchos kilómetros de batidas y jadeos entre esos refrescantes brazos que te acogen, te empujan o te lastran; brazos en los que puedes a llegar sentir su alma o hasta ver su sonrisa.

Definición de diccionario básica para Miróbriga: emplazamiento privilegiado, zona elevada junto a río de caudal abundante durante todo el año. Los primeros pobladores, cientos de años ha, eligieron el lugar idóneo. Es una lástima que muchos de los vecinos actuales de Ciudad Rodrigo no valoren como aquéllos nuestro entorno. De igual manera, cada año reclamamos a nuestras instituciones que lo cuiden con más mimo, que le dediquen esas mínimas atenciones que demanda cada año para lucir tal como es, apuesto y arrogante galán provinciano.

Mis meses predilectos son Junio y sobre todo Septiembre, cuando ya no hay lugar para las aglomeraciones estivales y el silencio gana la partida a los gritos de los niños; es entonces cuando puedes volver a escuchar claro su canto. Cierras los ojos para apenas escapar de la luz y oyes el familiar coro de sus múltiples voces. Ése que han escuchado tantas generaciones a lo largo de la Historia. Nosotros envejeceremos y marcharemos y él seguirá ahí, tan lozano y rebelde como siempre. En nuestra responsabilidad la de intentar que nuestros herederos sigan estando agradecidos al mirobrigense más antiguo.

Cantaba Otis Redding:

“Aquí sentado, descansando mis huesos
Y esta soledad que no me quiere dejar solo
Dos mil millas he recorrido
Sólo para hacer de este muelle mi hogar
Ahora simplemente voy a sentarme en el muelle de la bahía…”

Yo no estoy en San Francisco, estoy en Ciudad Rodrigo. Sin embargo ayer mismo percibí con claridad tus sentimientos aquella mañana, amigo.

martes, 5 de octubre de 2010

¿La nueva RDA?



De unos años a esta parte nos estamos acostumbrando al goteo lento e incesante de positivos en el deporte profesional español, sobre todo en ciclismo. Hace relativamente poco tiempo, estas noticias ocupaban portadas. Hoy ya no. Es algo que se ha aceptado como normal. El hecho de que cacen al segundo clasificado en la Vuelta a España prácticamente no es noticia. Sí tiene más repercusión la búsqueda del rastro del solomillo culpable de la caída en desgracia de nuestro campeón. Sin comentarios.

Más allá de casos puntuales, creo que el presidente de la UCI tiene razón cuando apunta que España debe reconocer que tiene un problema con el doping. Con la llegada de internet, tenemos acceso a medios de información extranjeros o alternativos a los clásicos encarnados en el descacharrante y patriotero tratamiento de los grandes medios, leáse prensa, radio o televisión.

Aparte de los positivos de españoles, lo más preocupante es que gran parte de los atletas extranjeros cazados, residen aquí o vienen a pillar el material a nuestro país. Antes conocías a un médico, ahora ya sabes que son varios los encargados del control y el suministro a esa corte de deportistas que abonan grandes cantidades para convertirse en purasangres. Tal vez debimos darnos cuenta de que algo fallaba cuando la figura del médico se convierte en pública, cuando todos sabíamos cómo se llamaba el médico de Indurain o Martín Fiz.

Recientemente se aprobó una ley antidopaje que luce lozana y amenazante pero que aún no se ha utilizado para imponer alguna de las penas previstas a pesar de que existen evidencias suficientes como transferencias bancarias o mensajes grabados. Soy firme partidario de ejemplerizantes sanciones deportivas para el deportista así como penales para la figura del inductor o suministrador.

No es que me preocupe demasiado el estado del deporte profesional español más que nada porque no lo considero símbolo de nada pero tal vez deberíamos tener en cuenta la imagen que estamos proyectando fuera de nuestras fronteras. Nos mostramos orgullosos de nuestros resultados deportivos y sin embargo deberíamos ser más autocríticos y pensar que no es bueno que se nos asocie con el país del doping, con el país de los tramposos. No estoy hablando sólo de ciclismo. Es evidente que los focos se ensañan con este hermoso deporte pero no creo que haya más proporción de gente limpia en el mundo del atletismo o la natación.

Ya sé que el título del post es exagerado y sensacionalista pero es una forma de captar la atención. ¿Sois conscientes de la imagen que tienen los éxitos deportivos de la antigua República Democrática Alemana? Tal vez, al igual que ellos, descubramos dentro de unos años las terribles consecuencias del uso generalizado y sistemático de las sustancias dopantes.


De música, "Las drogas no funcionan" , la versión acústica de la preciosa canción de "Urban Hymns", el último disco de The Verve. Iba a decir que Richard Ashcroft es un gran frontman para una banda pero ya se encarga de decirlo él mismo: "Soy uno de los mejores frontmen de la historia pero la gente no se da cuenta". Eso sí que es autoestima... o gilipollez.


domingo, 3 de octubre de 2010

Veterano

Efectivamente, como ya sospechabais, estrenamos década. Veterano. Abandono la categoría absoluta. Ya estoy haciendo hueco para todos esos trofeos por llegar.


El año pasado pedí tres deseos. Éste me conformo con uno.


Cuarenta años. Nunca me ha preocupado el tema pero...¡es que son un montón! Supongo que habré cambiado una barbaridad respecto a cuando tenía veinte años aunque por ahora cada día me siento con más energía para hacer cosas y seguir aprendiendo. Que dure.

De regalo de cumpleaños, me coloco a uno de mis intocables, Nick Cave. Waits, Cash, Cohen, Buckley... todos tienen ese algo que los hace únicos. En este vídeo se aprecia por qué los conciertos de "Las malas semillas" son una experiencia irrepetible. Magia sobre las tablas.

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viernes, 1 de octubre de 2010

Razones para elegir sufrir

"Los objetivos del deportista actualmente, al igual que antaño, son los de modelar su voluntad y alcanzar la resistencia y la serenidad necesarias para controlar el rigor de la naturaleza y vivir en ella para llegar a lo más alto posible, dejando de lado los ideales y convicciones, llevando los momentos de amistad, concentración, diversión y sufrimiento a límites aún por evolucionar. Tan banal como la vida misma, las cumbres esperan nuestra presencia y disfrutan también de vernos disfrutar". (Daniel Crespo)



































Las fotos son de un participante francés. Eran mejores que las mías.
Con la "chupa" de "finisher". Lo siento pero no os la dejo.