martes, 28 de junio de 2011

Travesera Picos de Europa, ¿la carrera más dura del mundo?

"La carrera más dura del mundo". Son palabras del vencedor, Txus Romón. El gran Salvador Calvo, segundo clasificado, que ha corrido y ganado pruebas a lo largo de todo el mundo también relataba que no había otra como ésta. Yo iba avisado por los fríos números -74 Kms. para más de 13.000 metros de desnivel acumulado- y por las advertencias que me habían transmitido compañeros del metal.

Antes que nada, quizá el término "carrera" no sea el más apropiado para esta aventura ya que correr, correr.... lo que se dice correr, más bien poco. Quizá fuera mejor llamarlo "marcha". Recuerdo un post de Sergio al hilo de ese absurdo afán por conseguir la carrera más dura, sin importar el precio, con lo que a veces podemos llegar a chocar con lo que entendemos en principio por "Trail". Allá cada cual. Doctores tiene la Iglesia. Ésta es de las de Santo Tomás, no volveré a repetir. La quería en el curriculum pero es una salvajada. Los parajes son tremendos como no podía ser de otra forma al cruzar los tres macizos -Cornión, Urrieles y Andara- de unas montañas tan majestuosas de Picos de Europa pero he de reconocer que no los admiré y los sentí como en anteriores visitas.

"Picos" en su esplendor. En poco tiempo el sol sería el único y despiadado soberano.

Emocionante encuentro con mis compañeros de la "Escuadra Moncheta" de Tor des Géants, Óscar y Valentín, a reeditar en PTL. De nuevo en la brecha. Salida desde el precioso emplazamiento del Santuario de Covadonga. Las doce de la noche no es mala hora para comenzar la lucha. Sabes que en relativamente poco tiempo la noche pasará y comienzas animado. La primera ascensión no es complicada. Vamos frescos y a buen ritmo. No hay nada técnico. Empiezo a pensar que a lo mejor la cosa no es para tanto. Pierdo la gorra. Con el día que se avecina, mal asunto. Al menos conservo el buff. Lagos de Enol, un par de kilómetros a la carrera por una pista y ascensión final al Collau del Jou Santu.

Después comienzan las complicaciones. Bajada terrorífica a Caín, dura, larga, técnica, por algunos pasos muy peligrosos, más al ir de noche. A pesar de tener preparados los bastones, con las prisas los olvidé en casa. En esta prueba son imprescindibles para bajar, importantes para subir. A cuenta de ello, me anoto las primeras caídas del día.



Avituallamos en Caín y comenzamos la ascensión más larga del día hasta Horcada Caín. Da miedo por el desnivel y porque no se ve el final. Supongo que cerca de tres horas de ascensión al buen ritmo que marca Valentín.

Al fondo el Naranjo de Bulnes.

Justo ahí comienza el descenso hasta el Refugio de Urriellu (o Naranjo de Bulnes). Hay menos nieve que en años anteriores. Sin bastones me veo muy mal, sobre todo porque a la izquierda hay una gran caída. Sigo penando hasta que veo que me adelantan a toda velocidad un par de corredores que se lanzan sentados de culo sobre la nieve. Ostras, qué bueno, para allá voy. De lo mejor de la carrera.

LLegando al Naranjo, el calor comienza a hacer estragos. Ya se ve a la gente tocada. A un corredor lo evacuan en helicóptero. Valentín y yo marchamos algo adelantados sobre Óscar que se ha presentado sin apenas entrenamiento en una cita de esta magnitud. Como buen vasco, con un par. Finalmente abandonará en la última ascensión a Valdominguero. Con un par de palizas más lo tenemos listo para la PTL.

Ambientazo en el Urriellu. No se aprecia pero estaba sembrado de escaladores.

Antes de llegar a cabo el descenso propiamente dicho, otro aperitivo corto y duro, la ascensión a Collada Bonita, valiéndonos de cuerdas en los últimos tramos de ascenso y primeros de descenso. Éste se torna para mí en complicadísimo por no disponer de bastones, no consiguiendo seguir a Valentín. LLegamos al avituallamiento de Sotres. Aquí todos llegamos tocados, algunos se retiran. Los tiempos de corte son exigentes. Subiendo a buen ritmo, bajando mal y haciendo el canelo en los avituallamientos, nos hemos movido en un margen entre una hora y hora y media.

Después de saludar a la familia de Valentín al completo -bravo por esa afición que nos animó y nos dio de comer- afrontamos lo peor del día. Cansados, a mediodía, con un calor de mil demonios, comenzamos la terrible subida a Collado Valdominguero. Es de esas montañas en las que se ve el final. Larguísima y de una gran pendiente, genera un efecto intimidante que hace tiempo no sentía. Paso a paso, repitiéndome que hay que ser duro para llegar arriba, después de dos horas alcanzamos la cima para inmediatamente tirarme en la hierba a beber agua de forma compulsiva. Hace tiempo que intuyo los efectos de la deshidratación.


En la cima. Km. 53. Al loro con los tipos de atrás

A partir de aquí, increíblemente, en cuanto a recorrido, todo mejora. En cuando a sensaciones y condición física, todo a peor. Corremos siete kilómetros hasta el avituallamiento. Parece que vamos bien. Una vez que superas los dolores iniciales y te "calientas", correr no resulta tan penoso y hasta llegamos a mantener un ritmo elegante.

Y la última ascensión del día, poca cosa, tendida, con calma. LLevo tiempo notando mal el estómago, con amagos de nauseas. LLegando a la cumbre, me tomo una pastilla de glucosa además de todo el líquido que puedo engullir. . Ya tengo el estómago en plan lavadora. Me encuentro bastante mal, como hacía tiempo, con sensaciones similares a las de los maratones del Ironman. Estoy completamente seguro de que, como en las anteriores ocasiones, el calor es el responsable. Le digo a Valentín que tire para delante, que ya llegaré yo, que apenas restan siete kilómetros. Se queda conmigo y marcando un ritmo medio, me obliga a seguirlo. Gracias, compañero, si no fuera por ti, aún andaba por allí. De todas formas, me gustó cómo me comporté. Podía haber levantado el pie o haberme rendido pero peleé. Experiencia, más experiencia. Bajamos una irregular calzada que termina de triturar nuestros maltrechos pies y entramos corriendo en Arenas de Cabrales, emocionados, de la mano de las hijas de Valentín con un tiempo de 20 horas, 46 minutos. No he visto clasificaciones. Nos movíamos en torno a los puestos 90-95. La noche anterior partimos 248 atletas pero he leído que a meta no llegó ni la mitad de participantes.

Como curiosidad os diré que no sé cuántos litros de líquido pude ingerir en carrera, la noche de la llegada y al día siguiente. Tanto que tenía barriga. No me entraba más pero no conseguía calmar la sed. Eso nunca me había pasado. Decidí dormir en la primera pensión que encontré en Arenas. La dueña me avisó de que había verbena hasta las cinco de la mañana. No sé si llegué a escucharlos durante cinco minutos.

De lo mejor de la prueba sin duda fue compartir carrera y charlas con tan buena gente como Óscar y amigos, Valentín y familia. Nos vemos.

Nueva York no me mató, casi me matan los Picos de Europa. Una hermosa y sombría canción de Ray Lamontagne a tono con mi estado de ánimo.

"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"

lunes, 20 de junio de 2011

Oro en Quebrantahuesos



Cuando un kilómetro después del inicio del descenso del Portalet, era incapaz de controlar la bici, cuando después de muchos esfuerzos conseguí detenerla y frenar los bandazos de la rueda delantera evitando la que ya veía como segura caída, cuando durante varios kilómetros tuve que sujetar fuerte a Suzanne, bajando entre a quince y veinte por hora, no hacía más que lamentarme en voz alta: “¡Qué pena, Qué pena… voy a perder el oro por un jodido problema técnico! A punto de conseguirlo y lo voy a perder en el último instante por la diferencia de un tubular. La historia de mi vida”. Después del tristre mantra, de rogar finalizar cuanto antes el descenso y que parara el vendaval, llegué a una especie estado de resignación en el que me respondía que de todas formas estaba fenomenal, que ya lo hubiera firmado en la salida, que tenía que reconocer que no había trabajado para conseguir esa meta, que en ningún momento se me había pasado por la cabeza, que no me la merecía. Casi todos los que me acompañaban esta mañana llevaban entrenado meses, pasando penalidades sobre la bicicleta para conseguir su meta personal. Yo no. Aunque fuera en el último instante y a traición, era una suerte de justicia poética.

Bien, la mayoría ya sabéis que en esta ocasión no se cumplió el agorero designio y hubo final feliz. Conseguí el oro con 7:49 minutos y una media de algo más de 26 Km/hora.

Película de la marcha. Con el “cuenta” averiado, sin pulsaciones, sin cadencia, marcho ciego, sólo por sensaciones. Mi única referencia era un reloj que marcaba exactamente las 11:46 cuando cruzaba la alfombra de salida, muchos minutos después de los primeros. A pesar de levantarnos a las 5:30, debido al atasco para aparcar, hemos llegado a la salida justo en el instante en que lanzaban el cohete que marca el inicio de la prueba –os podéis hacer una idea de la acumulación que suponen 8.500 ciclistas de la QH y 3.000 de la Treparriscos-.



Phaeton, la noche anterior cuando ya estaba tirado en la cama, me enseñó un perfil con los tiempos de paso por los puntos clave que había marcado un ciclista que había conseguido 8:01 en alguna edición anterior. Sin pensarlo mucho, los memoricé y fue el guión que manejé durante toda la prueba: cima de Somport, 2:02, Cima de Marie Blanque, 3:45, inicio de Portalet, 4:34, cumbre de Portalet, 6:29. Siempre fui por detrás de sus tiempos hasta la cima del Portalet que yo hice mucho más rápido.

En cuanto salimos, Chuchi que en su decimotercera participación busca el oro y Phaeton, que pretendía rebajar su tiempo de 7:17 del pasado año, salen como balas. Yo ni me lo planteo. No estoy acostumbrado a montar en bici en grupo y menos con tanta gente. No voy rápido pero estoy tenso, incómodo, con malas sensaciones, con miedo a caerme. Me pasan por todos lados. En ocasiones me llego a quedar solo, que asombrará a cualquiera que conozca el percal.

Cuando encaramos las primeras rampas de Somport, me voy encontrando mejor, más cómodo. Empiezo a marcar un ritmo uniforme y no paro de adelantar corredores. Comienzo un descenso casi continuo hasta la base de Marie Blanque. A pesar de que el lado francés está nublado y amenaza lluvia, no me pongo chubasquero. Abajo ha llovido y hace frío; Me gusta, sé que me desgastará menos que el calor. A pesar de que tras una hora de descenso, llego a Marie Blanque con los dientes castañeando, estoy de suerte. Este frío molesta pero en unos kilómetros de ascensión se me pasará.

La ascensión de Marie Blanque siempre se me ha hecho corta y este año también. El meollo está en los cuatro últimos kilómetros con pendientes medias entre 10 y 13 %. Son unos de los minutos más hermosos de la prueba. Una vez al año, el exiguo asfalto de una estrecha carretera entre bosques, se presenta completamente tapizado por cientos de ciclistas. Levantas la mirada y sólo hay espaldas y cascos, piernas y ruedas. Nada más. Nadie habla. Un silencio en el que únicamente se escuchan los saltos de coronas y la respiración entrecortada de alguien que marcha fuera de punto. Es entonces cuando eres consciente de por qué montas en bicicleta.

LLego a la cima de Marie Blanque entero y con ganas de más. Buena señal. Primeras esperanzas de no sólo llegar sino de hacerlo bien aunque esa misma sensación tuve hace un par de años para después soportar una pájara antológica en las rampas de Portalet.

Tras cargar botes y comida en el avituallamiento, enfilamos hacia Larousse con un bendito aire de culo. La ascensión a Portalet fue lo mejor del día. Como los anteriores puertos, comencé prudente, pero me fui animando y aceleré progresivamente hasta la cima. Gran recuerdo del puerto más bonito. He pasado cientos de ciclistas con cada vez más confianza y facilidad. A poco más de un kilómetro del final alcanzo a Chuchi que tiene dolores en la rodilla. Le rebaso y le digo que ya me cogerá bajando. Sabemos que estamos cerca de conseguirlo.

Sin embargo, cuando comienzo a bajar me ocurre el episodio que relataba al principio del post. En todos los descensos me adelantan muchos pero en éste me sobrepasa un ejército. Tras acabar las rampas más pronunciadas, comienzan las curvas, y aunque sin confianza, puedo volver a coger velocidad.

Los dos kilómetros del pestiño de Hoz (pendiente media del 11%), los paso animado y encaramos los últimos veinte kilómetros hasta meta en medio de un terrible viento racheado de costado. Me integro en un grupo de alrededor de cuarenta unidades aunque me cuesta colocarme, siempre a cola. No quiero mirar el reloj para calcular si conseguiré bajar de las 8 horas o las 7:55 que es la frontera del oro. Inexplicablemente se paran. No vamos lo rápido que deberíamos. En un arrebato paso a todo el grupo y me pongo a tirar contra el viento, llegando a mis límites. Me ayudan otros tres compañeros y vamos alcanzando unidades. Poco después veo Sabiñánigo y constato que no hay que dar ninguna vuelta extraña, entramos directos. En línea de meta es cuando miro el reloj. “¡¡AHÍ VA, LO CONSEGUÍ!!”

Al entrar en meta pensé en soltarme de manos y hacer el gesto que siempre hago al acabar carreras, golpeándome con los puños la cabeza pero el vendaval y el peligro del resto de corredores me hicieron desistir. Sólo os diré que por unos segundos me emocioné, algo que también me ocurrió en la cima del Portalet, cuando atraviesas el pasillo de gente animando que te lleva al final de las casi dos horas de ascensión.

Algo que me ha dejado muy satisfecho es que he terminado muy entero, muy fresco, listo para correr. Ni asomo de problemas de estómago. Comí exactamente dos geles Power Bar, una barra energética Nutrisport, dos barras normales Hacendado, dos higos y medio sándwich de jamón york con queso. Sé que hubiera podido correr una media rápida, ¿Un maratón lento? Vuelven los sueños IM.

Toda la representación mirobrigense consiguió el oro. Chuchi consiguió el objetivo que tantos años llevaba buscando con 7:49 –me adelantó por unos segundos pero no lo vi-, Phaeton clavó su mismo tiempo del año pasado con 7:17- se conoce que la bici nueva corre lo mismo- y Miguel se marcó un tiempazo de 6:50 que está lejos de su marca personal pero teniendo en cuenta los problemas médicos de este año, hay que valorar en su justa medida.

Alguno podría pensar que después del subidón, ahora tengo menos ganas de entrenar que nunca dado que “el entrenamiento está sobrevalorado”. Pues no, me ocurre todo lo contrario.

Escribiré otro post sobre todo lo que rodea esta maravillosa prueba desde tantos puntos de vista que publicaré en Demonfit en unos días. Ya os avisaré.

Después de la carrera no encontraba a Phaeton y Chuchi. No tenía móvil porque el día antes me había metido en el río de Villasrubias con él. Me fui a esperarlos al coche. Recliné el asiento, abrí el techo. Frente a mí las montañas, arriba el cielo, acariciado por un delicioso aire fresco, simplemente me sentía bien, no sé, sin alardes. Era perfecto. No sé si era feliz pero estaba contento. Radio 3 estaba retransmitiendo el Festival del Día de la Música desde Madrid. Primero Sam Amidon, recuperador de antiguas canciones folk, después Anna Calvi en la onda de PJ Harvey. A ella ya la conocía pero me parecieron buenísimos los dos. Tal vez fue la predisposición.

“¡¡YO SOY ESPARTACO!!”




jueves, 16 de junio de 2011

Con confianza


En "La leyenda del indomable", el personaje interpretado por George Kennedy, después de darle una paliza a "Cool hand" Newman, se burla reprochándole que se enfrentó a él sin ninguna posibilidad de vencer, sin tener nada. Paul Newman le contesta que algunos creen que la confianza en uno mismo es "nada".

Así me siento yo. El sábado correré la Quebrantahuesos con exactamente 1.244 ridículos kilómetros en mis piernas. Entre los 8.000 ciclistas que partiremos, probablemente en el "Top Ten" de los menos entrenados. Sin embargo, ¿por qué me siento con ganas y confiado? Sé que no puedo hacer buen tiempo y trataré de ser prudente. De todas formas, mi objetivo es acabar dignamente y no marcharme más allá de las nueve horas.

Sé que la clave es el inicio del Portalet. Si con 120 kilómetros, Somport y Marie Blanque en las piernas, llegas medio tocado, esos casi treinta kilómetros de puerto se pueden convertir en una verdadera tortura. Además sería una pena no poder disfrutar, en cierto modo, de la ascensión más hermosa que conozco.

Supongo que es algo parecido a lo que nos cuenta Juanjo Sáez en estas viñetas -una pena que se haya cortado-. Tal vez el primer paso para hacer algo bien, sea creer que puedes hacerlo bien -me lo debería aplicar para otras parcelas de mi vida-. Él utiliza sus dibujos para interpretar una canción de Arcade Fire, aplicándolo al devenir de su vida. Yo quería dejar algo de cierto tono épico y pensé en algún rockero americano. Vale, Bob Seger. "Fire inside", confiamos que con esa llama baste. El lunes os cuento.




miércoles, 15 de junio de 2011

Ellroy



James Ellroy. Hace tiempo que le tenía ganas, exactamente desde la noche que vi “L. A. Confidential”, para mí una obra a la altura de las más grandes del cine negro clásico, un género que adoro y al que le dediqué uno de mis primeros posts. Merece la pena revisitarlo, especialmente por las fotos. Cada imagen del cine añejo dice mucho más que el actual.

El libro que he leído es una recopilación de historias llamada “Ola de crímenes”. Yo siempre hago una diferencia entre gente que escribe y escritores de verdad. Bien, Ellroy es escritor.

Apuntes biográficos que explican al personaje. Cuando era un niño, su madre fue asesinada, crimen del que nunca se encontró el culpable. Ya escritor consagrado vuelve a estudiar el caso valiéndose de los archivos policiales y eso le obliga a saldar deudas pendientes que creyó haber condonado hace tiempo pero que sin embargo seguían ahí, tanto en su vida como en su obra. Muestra sin pudor sus sentimientos más mezquinos, se enfrenta el odio que sentía por una madre casquivana cuyo comportamiento censura un joven Ellroy dolido y lacerado por una juventud que transcurre al otro lado de la ley y que le convirte en el tipo duro que es hoy. Estos demonios le sirven de base para una historia cortante y genial.

Señas de identidad de sus historias son las que todos conocimos a través de la adaptación de “L.A Confidential” . Años cuarenta y cincuenta. Época del Hollywood dorado como marco para un fresco en el que conviven maleantes de altura junto “arrastraíllos” que se conforman con malvivir, policías corruptos o estrellas reales del cine como Rock Hudson, Lana Turner o Frank Sinatra además de la figura del eterno y frustrado aspirante a la fama, capaz de hacer lo que sea por conseguir su sueño. Retratando todo ello y dando fe de la miseria oculta tras el oropel, se encuentran medios a la altura, revistas de la peor calaña, miserables periodistas a los que no les importa chantajear o engañar para conseguir noticias.

Su libro de estilo es brutal, en consonancia con el material que maneja. Nos cuenta asesinatos, violaciones, chantajes con un estilo rápido, duro, casi cual cuchilladas. Gusta de descripciones telegráficas, fusiladas de atestados policiales. Al mismo tiempo, la mirada del autor planea sobre sus personajes, es el punto de vista del observador que sin piedad destripa a personajes inmundos o débiles, sin ocultar cierta simpatía o hasta compasión tras sus aparentemente inmisericordes ojos.
Se me nota que me ha gustado. Volveré a él, probablemente con “La dalia negra”, también basada en un asesinato de aquellos años.

En el libro aparecen Frank Sinatra y Sammy Davis Jr. Os dejo otro miembro del "Rat Pack". Otro de los epítomes del “bon vivant”, Dean Martin. Si mal no recuerdo esta canción la interpretó también Johnny Cash en la serie "American Recordings.

viernes, 10 de junio de 2011

Entre limones


Vender tu casa, marchar a otro país, comprar un terreno con un hogar en ruinas situado un un terreno inaccesible de las Alpujarras granadinas, sin agua, sin calefacción, sin aire acondicionado, sin apenas electricidad, sin televisión y subsistir gracias a pequeñas tareas agrícolas y ganaderas.

Construir una nueva existencia. Enamorarse de una vida sencilla alejada de todas las comodidades que ahora consideramos innegociables. La historia de la persecución de un sueño. Pequeñas cosas con las que conformarse, pequeños logros durante días repletos de milagros. Sólo hay que saber buscar.

Chris Stewart, primer batería de Génesis, nos cuenta su historia. Tras un tono divertido y supuestamente banal, la historia cuenta más de lo que aparenta. Cómo superar las dificultades cada día y apreciar lo que nos rodea. A ratos me parece escuchar ecos de historias y películas de la conquista del oeste por los colonos americanos. A destacar el pintoresco retrato de los oriundos del mundo rural español, gente noble llena de sabiduría conviviendo con otros vecinos mezquinos y miserables.

Es una suerte de actualización de la novela pastoril. Sin embargo, los cortesanos cantaban las virtudes de la bucólica vida en el campo y de la belleza de las lozanas pastoras sin ocurrírseles doblar el lomo. Chris sufre el campo y quizás precisamente por ello, ama la naturaleza. Si eres un urbanita convencido, no lo entenderás. Si alguna vez te sentiste atraído por la montaña, el campo, el silencio, la soledad o soñaste con prescindir de todo eso que se supone nos hace la vida más fácil pero que más bien nos esclaviza, seguró que te llegará.


"Country House" de Blur. Tienen algunas buenas canciones. No ésta aunque si mal no recuerdo, con ella consiguieron ganarle a Oasis la batalla planteada por la prensa británica por el single más vendido de la semana o el mes... o vete tú a saber, de unos lejanos noventa. Creo que es de su segundo disco ¿"The Great Escape"? Imagino que pelearía con alguna canción también del segundo disco de los hermanos Gallagher, probablemente, "Wonderwall" o "Don´t look back in Anger", mucho mejores por otra parte, las canciones, no el grupo.


miércoles, 8 de junio de 2011

By Spanjaard


Conocí a Luis o Spanjaard a través de su blog. Más tarde descubrí que hay jaramugos mucho más jumentos que nosotros por el mundo . Acudiendo a su llamada, un invierno me enrolé en la tripulación de un "Endurance" botado por nuestro amigo y que partía una fría mañana de Marzo desde el Puerto de Somosierra, en una gloriosa expedición bautizada como La Napoleonienne. Le conocí personalmente aquel extraño día junto a otros tres bregados marineros, Eduardo, Guillermo y Andrés.

Gracias a este curioso mundo "bloguero" he sabido de varias personas que escriben muy bien pero creo que de todos, siempre me pareció que él era el que más arte tenía y así se lo había comentado en alguna ocasión. Por eso me alegró saber por alguna referencia puntual, que llevaba tiempo empeñado en escribir algo más serio. El velocista "bloguero" de entrada diaria había decidido pasarse a la media distancia del relato o incluso al gran fondo de la novela.

Hace unos meses nos anunció que había terminado su proyecto, "Siete historias cortas del correr". Decidió compartirlo con unos cuantas personas por correo, entre los que me encontraba. Le agradecí el detalle pero hasta la semana pasada no lo leí.

Todas las historias tienen el nexo común de la carrera, aunque en alguna de ellas, sólo de forma anecdótica. Me han gustado mucho. Algunas más que otras, claro. Como le comentaba el otro día en un correo, para mí, saber escribir es conseguir desentrañar todo el tinglado que es la vida. Utilizar atalayas o distintos puntos de vista para desmontar la realidad, para intentar encontrar esos elementos comunes a la naturaleza humana. Y eso es lo que más me gusta de Luis, cómo describe a algunos personajes, sus miedos, sus taras, sus sueños. Siempre presente ese reconocible tono del autor entre cínico y resignado, siempre pleno de mala baba y lucidez, armas que sólo manejan con soltura los muy inteligentes. Vocabulario rico del curioso y "estudiao", capaz de encontrar el término adecuado para cada situación.

Tiene las historias colgadas en el blog. Échenle un ojo. ¿A "El Valenciano", por ejemplo?

Ya lo afirma él en el prólogo y yo estoy de acuerdo. Llegó la hora de abandonar el mundo de la carrera para aventurarse en otras historias. Escribir en serio requiere mucha dedicación y esfuerzo -hay un relato sobre el tema-. Enhorabuena.

Aunque creo que sus raíces están en Ávila, a Luis lo percibo como el típico madrileño, del Foro hasta las trancas. Me ocurre con alguno más que pasa por aquí. No sé si le gustarán pero el primer grupo que me vino a la cabeza con estas señas de identidad fue Burning, autores de alguna de las mejores canciones en castellano. Paradigma de grupo maldito que no se comió un colín.

martes, 7 de junio de 2011

Ni Whitman, ni Borges
























Dos composiciones inicialmente atribuidas a Whitman y Borges respectivamente pero que en realidad no son suyas. Me costaba reconocer al Whitman del que compartí un poderoso fragmento hace unos días en esta enumeración a ratos interesante, a ratos en la peligrosa onda del temible manual de autoayuda de gran superficie.

"Instantes" es mejor pero tampoco se atisba la compleja, radical y veritiginosa prosa del genio argentino.


"No te detengas"

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

"Instantes"

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima, trataría de cometer mas errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría mas.
Sería mas tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico, correría mas riesgos.
Haría mas viajes, contemplaría mas atardeceres,
subiría mas montañas, nadaría mas ríos.
Iría a mas lugares donde nunca he ido,
comería mas helados y menos habas.
Tendría mas problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría, pero si pudiese volver atrás,
trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, solo de momentos.
No te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte, sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.
Si pudiese volver a vivir, viajaría mas liviano.
Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguirá así hasta concluir el otoño.
Daría mas vueltas en calesita, contemplaría mas amaneceres y jugaría con niños.
Si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.


Para contrastar con tanto positivismo y buen rollo, una canción depresiva y perfecta.

lunes, 6 de junio de 2011

El record de la hora


Bogotá, Octubre de 1995.

Hoy artículo sobre ciclismo en Demonfit.

Un disco de aquel año: "Maxinquaye" de Tricky. ¿Cómo es posible que durante un corto periodo de tiempo convivieran en una misma ciudad como Bristol gente de la talla de Tricky, Massive Attack y Portishead? ¿De verdad existió el Trip Hop o fue un invento de la prensa? ¿Generación espontánea o algo más? Aquí Tricky se encontraba en estado de gracia y mejoró aún más con el infeccioso y complicado "Pre- Millenium Tension" del siguiente año. Después se convirtió en un señor pesado. Massive Attack también agotó fórmulas pero Portishead se marchó en silencio para sorprender muchos años después, en 2008, con esa catedral llamada "Third", disco irreprochable desde cualquier punto de vista.

viernes, 3 de junio de 2011

El combate del siglo


"Sabemos que es inmortal. Sabemos que su órbita no puede ser medida por el compás de un carpintero. Sabemos que no se desvanecerá como la espiral de fuego que traza un niño en la noche con un tizón encendido. Sabemos que es majestuoso. Sabemos que las leyes elementales no merecen justificación. No lloriquea con los que lloriquean en todo el mundo. Porque los meses son vacíos y porque la tierra es cieno y porquería. Existe como es, y eso basta.

Brotan de él voces largamente acalladas. Voces de interminables generaciones de prisioneros y esclavos. Voces de los enfermos, de los desesperados, de los ladrones, de los enanos. Voces de ciclos de preparación y crecimiento. De los hilos que unen a los astros, de los úteros y de la simiente paterna. Y de los derechos de aquellos a quienes otros pisotean. De los seres deformes, vulgares, simples, locos, despreciados. Niebla en el aire, escarabajos que arrastran su bola de estiércol. Él no se cubre la boca con la mano." (Walt Whitman)

LLevo unos días de lectura voraz. Es cuando eres más consciente de todo lo bueno que te pierdes. Asignaturas pendientes: "En la cima del mundo" de Norman Mailer. El retrato de, esta vez sí, "El combate del siglo", entre Muhammad Ali y Joe Frazier. Próximamente en esta pantalla.

Uno de los personajes más simbólicos del siglo XX carga sobre sus hombros la lucha y la indignación de toda una raza. Gil Scott Heron cantaba aquello de que "La revolución no iba a ser televisada". Se equivocó.


miércoles, 1 de junio de 2011

Cocaína


Tres grandes canciones.

El clásico de J.J. Cale, aún más famoso por la versión de Eric Clapton.

Johnny Cash como pez en el agua en la prisión de Folsom, contando historias de bandolero.

La estremecedora composición de Son Volt, aunténtico fetiche atalantiano, de ésas que puedo escuchar diez veces seguidas.








"Cocaine and Ashes"

I've had strychnine, I thought I was dead
I snorted my father and I'm still alive
I did it because that's how it is done
I'm the same as everyone, just kinda lucky

Body and soul, cocaine and ashes
We'll get to that place in time
Just tears and blow on my mind

It's no to way of life but I've tried everything once
I have no pretensions of immortality
But I've been told I had 6 months to live
But I've outlasted them all

Body and soul, cocaine and ashes
We'll get to that place in time
Just tears and blow on my mind

Senses and spirit, mourning and misery
Addiction is something I should know something about
Whatever gets done I know that I'll be blamed
But they say the king is the man who can

Body and soul, cocaine and ashes
We'll get to that place in time
Just tears and blow on my mind

Body and soul, cocaine and ashes
We'll get to that place in time
Just tears and blow on my mind

Body and soul, cocaine and ashes
We'll get to that place in time
Just tears and blow on my mind