A menudo leo libros sobre música y éste ha sido uno de los más interesantes. Es una de las obras míticas sobre la música popular. Escrito por Nick Cohn en 1968 en poco más de un mes y con sólo veintidós años. El libro es como una buena canción pop. Se lee a toda velocidad. Ritmo muy ágil, descuidado, divertido donde retrata de modo certero y despiadado qué es el pop: lo efímero, lo estúpido, lo maravilloso y lo divertido de la música popular. Ya afirma en 1968 que el pop ha llegado a su fin. Os pongo unos fragmentos que describen el libro mejor que cualquier cosa que yo pueda decir y que no son más que una declaración de amor al espíritu de la música popular:
“Tiempos embriagadores. Pero que, por su propia naturaleza, no estaban destinados a perdurar. Incluso mientras yo me daba los grandes atracones, el rock & roll ya estaba cambiando. El mundo que yo conocía y adoraba era principalmente un negocio de bandidos, dirigido por variopintos aventureros, vendedores de pócimas e inspirados lunáticos. Pero su época prácticamente había llegado a su fin. A cada temporada que pasaba, el panorama se volvía cada vez más industrial. Los peces gordos de la industria y contables dejaban en la cuneta a los pioneros. La nueva palabra mágica del negocio era producto. Me di cuenta de que no pasaría mucho tiempo antes de que el rock se convirtiera en una nueva rama del comercio, ni más ni menos exótica que los coches o los detergentes”
“Cuando empezó yo tenía diez años, ahora tengo veinticinco y ha dominado mi vida. Siempre me ha rodeado, me ha formado y me ha dado mis héroes, ha construido mis mitos. Casi ha vivido por mí. Seis horas diarias de tonterías sin valor alguno y, sin embargo, ha significado para mí más que cualquier otra cosa”.
“El pop ha sido como un western continuo, ha tenido la misma clásica sencillez, el mismo poder de convertir un cliché en un mito. No tiene una mentalidad definida. Lo único que ha hecho ha sido adoptar corrientes, maneras, obsesiones teen y plasmarlas en imágenes. Ha hecho caricaturas gigantes de la ambición, de la violencia, del amor y del inconformismo que han resultado ser las ficciones más poderosas y más precisas de este tiempo; y siempre, aparte de los héroes, aparte de cualquier cosa, ha estado el sonido, el ritmo perfecto, invariable e interminable. El sonido lo ha sido todo.”
En plan visionario:
“De cualquier forma, la primera estúpida explosión acaba ahora y la segunda etapa ha comenzado. El pop se ha hecho complicado. Era inevitable, todo tiene un final, nada es sencillo por mucho tiempo. El pop se ha dividido en facciones y se ha sofisticado. Parte de él se ha definido, hace buena música. La otra parte es puramente industrial, un negocio tan pesado y aburrido como cualquier otro.”
“Muy pronto habrá compositores pop que escriban obras formales para coros y grandes orquestas pop; los conciertos pop se presentarán en los grandes teatros y el público estará sentado en filas alineadas; no habrá gritos ni pataleos, sino que la gente aplaudirá educadamente; se combinarán los sonidos con todo lo visual; los discos se pondrán en algo parecido a un gramófono con televisión incorporada; la música creando formas plásticas; habrá todo tipo de ingenio imaginable.”
Una curiosidad que no me resisto a escribir, un cometario buenísimo sobre sus majestades satánicas. Aquí sus facultades de vidente patinan:
"Tal y como está las cosas no creo que duren, y eso me alegra. No estaban destinados a eso, a hacerse viejos. Existieron para tener éxito en un momento dado y luego desaparecer. Y si les queda algún sentido de la elegancia se matarán en un accidente aéreo tres días antes de cumplir los treinta”
Ay, el rock and roll con frutos tan variados y maravillosos como éstos, dos de mis canciones favoritas:
Blower´s Daughter. Esta cosita tan exquisita de Damien Rice que parece a punto de deshacerse entre los dedos. Es la canción que suena cuando estalla el flechazo entre Jude Law y Amidala Portman al principio de “Closer” de Mike Nichols, mientras se acercan uno al otro caminando por la calle.
En otro escalón este tsunami de Kyuss. La guitarra envolvente de Josh Homme te atrapa, te devora. Representantes del stoner, un movimiento de la década pasada, cuyas señas de identidad básica eran los riffs de guitarra pesados, repetidos hasta la extenuación, hasta la hipnosis. A esta gente le gustaba irse al desierto de Nevada con generadores eléctricos portátiles, ponerse ciegos a porros y dale que te pego a la guitarra. Muy recomendables los volúmenes de las Desert Sessions con varios participantes ilustres. Se recomienda escuchar esta canción a todo volumen el salón de tu casa antes de un entrenamiento jodido. Sales enchufado.
“Casi Famosos” de Cameron Crowe
Esta película también es una tremenda declaración de amor a la música pop. Se desarrolla en la era dorada, en Estados Unidos a finales de los sesenta cuando cada grupo descubría, inventaba nuevas soluciones que eran asumidas por los siguientes para ir un poco más allá en cada disco. Nunca existió terreno tan fértil. La creatividad, la fecundidad era la norma. Beach Boys, Beatles, Stones, Kinks, todos en estado de gracia.
La película nos presenta al chaval protagonista que se une a un grupo en gira como crítico de la revista Rolling Stone para hacer un reportaje sobre la banda. Está inspirada en la propia figura del director Cameron Crowe al que le ocurrió algo similar. Siendo aún adolescente trabajó para la revista. Entonces Rolling Stone era verdaderamente una publicación contracultural que se comenzó a repartir con furgonetas en las universidades. En fin, que no era lo que es hoy. A veces he leído buenos reportajes porque ahí escribe gente con criterio y que sabe un montón pero hay cosas, hay portadas….que no puedo con ellas.
Pienso que la figura de Lester Bangs, el visceral crítico que ayuda al chico, interpretado por un como siempre magistral y entonces no tan famoso Philip Seymour Hoffman, aún tratándose de un personaje real, puede estar inspirada en Nick Cohn el autor del libro.
La película es muy divertida y recomendable al cien por cien. La dicotomía que se hace entre el mundo de la música y el mundo real me parece muy acertada. Kate Hudson está fenomenal. Recientemente se ha divorciado de Chris Robinson el cantante de Black Crowes con lo que no le hacía falta trabajar mucho para meterse en su papel de reina de las groupies.
No recuerdo todos los componentes de la ficticia banda que tocan en realidad. Cantaba Peter Frampton, resucitado tras la desaparición posterior al pelotazo del “Comes Alive” y la guitarra era la de Mike Mc Cready de Pearl Jam.
Aquí el momento más bonito de la película. ¿La mejor reconciliación de la historia del cine? No hacen falta palabras, sólo “Tiny Dancer” de Elton John. La banda está peleada y a través de la canción que suena en el autobús vuelve el afecto perdido. Coño la he visto cientos de veces y me vuelvo a emocionar. Si es que soy un moñas.
Si os interesa el tema y si no os interesa también, no dejéis de leer “Alta Fidelidad” de Nick Hornby. Garantizo que os lo vais a pasar fenomenal.
“¿Estaba deprimido porque escuchaba música pop o escuchaba pop porque estaba deprimido?”