Ya iba siendo hora. He andado bastante liadillo.
Ahora hago la crónica de la carrera y otro día os contaré algo de mi amada Lisboa.
Prolegómenos.
Ahora hago la crónica de la carrera y otro día os contaré algo de mi amada Lisboa.
Prolegómenos.
El día antes yo no puedo quedarme con las “patas” tranquilas esperando la carrera. Al fin y al cabo, para mí, esto del deporte es una excusa para viajar. Después de estar todo el santo día pateando Lisboa, Víctor se da cuenta de que ha perdido la llave del coche. Aparte del lógico agobio para conseguir otra llave antes del lunes, yo estoy en el centro de Lisboa y tengo que ir hasta el Parque de las Naciones con la bici. Me tengo que levantar a las cinco, son las dos y todavía andamos de gestiones para conseguir que de alguna forma llegue la llave desde Ciudad Rodrigo a Lisboa. Además las tres horas que duermes estás preocupado por el hecho de que esperas que no haya problemas para llegar. Tampoco es cuestión de irme por la autovía sin luces con la bici. Al final consigo que un taxi ranchera cargue con Suzanne.
Natación.
Allá vamos una vez más. No le tengo el asco de antaño, lo de nadar me va entrando. A pesar del efecto demoledor que tiene en mis tiempos con respecto al duatlón, he de admitir que me gusta mucho más el triatlón.
La salida me pilla charlando con unos españoles fuera del agua sobre cómo es el recorrido y cómo hay que doblar las boyas. Han vuelto a ampliar el circuito de natación que redujeron el año pasado. Dan la salida y todos corriendo para dentro. Lo último que oigo antes de tirarme, el grito de un español: “¡ESTÁ MUY FRÍA....YO PASO!”
Uno de los rezagados soy yo
Las familiares sensanciones de agobio; aunque me empeño de apartarme de la guerra, al final siempre te acaban dando golpes, patadas que se acentúan al doblar las boyas. Si vamos así en el pelotón de los torpes, la candela que se tienen que dar delante...
Mis problemas con la relajación. Como bebes tanto líquido antes de la prueba, ya me están entrando ganas de mear. Bien, aquí llega el tema delicado. Seguro que todos conocéis alguna de esas personas que le cuesta miccionar delante de la gente, que tiene que relajarse. Bien, pues imaginaos lo de mearme encima en pleno ejercicio....lo consideraba imposible hasta que el año pasado lo conseguí en un par de triatlones...Esta vez no pudo ser. Aunque voy alterado, a muchas pulsaciones, intento relajarme, y a pesar de que voy metido en el agua, comienzo a pensar en cascadas y demás.... y estoy a punto, a punto cuando un fulano se me sube en la chepa.... adiós a mi trabajada concentración... imposible, me quedan cien metros, aprieto, acelero (es un decir) y tiro para delante. Al final, algo más de 39 minutos. Bueeeeeeno, lo suyo. En los triatlones, cuando me hago con las clasificaciones, lo primero es coger un lápiz y revisar cuántos han salido detrás de mí en la natación: esta vez ochenta . Hombre, de 550 no está mal. A ver si cuando empiece a entrenar técnica y series el próximo año se convierten en 150.
Nada más salir a la zona de transición, consigo hacer pis en un jardincillo.... ay.... qué a a gusto.... pero me digo que esto no es nada “profesionisti”. Transición chapucera como no podía ser menos al no tenerla ensayada y ale, a coger a Suzanne.
Ciclismo.
Hace mucho aire lo que me impide ir acoplado de forma continua porque hay ratos que la bici da unos bandazos tremendos; voy controlando, me adelanta gente de mi nivel y otras figuras de verdad que son aún más “zotes” que yo nadando. Aunque incómodo, con el paso del tiempo me voy sintiendo mejor. Han ampliado el circuito ya que antes se quedaba corto. Cronometro cada vuelta y veo que cada vez la hago un poco más rápida lo que es buena señal. Aunque podría acelerar no me desboco porque voy corto de entrenos y me da miedo no aguantar hasta el final pero en bici sigo con el ritmo previsto, adelantando bastante gente y acabando entero con una media de algo más de treinta. Mención especial son los misiles que te de adelantan a toda velocidad. Tiene que ser una sensación acojonante. Cuando jugaba a baloncesto siempre pensaba en el “subidón” que te debe proporcionar hacer un mate en un partido. Adelantar a la gente, acoplado a esos ritmos, rodeados de ese zumbido atronador, debe proporcionar una sensación parecida. En fin, cosas que nunca se podrán saber.
Hace mucho aire lo que me impide ir acoplado de forma continua porque hay ratos que la bici da unos bandazos tremendos; voy controlando, me adelanta gente de mi nivel y otras figuras de verdad que son aún más “zotes” que yo nadando. Aunque incómodo, con el paso del tiempo me voy sintiendo mejor. Han ampliado el circuito ya que antes se quedaba corto. Cronometro cada vuelta y veo que cada vez la hago un poco más rápida lo que es buena señal. Aunque podría acelerar no me desboco porque voy corto de entrenos y me da miedo no aguantar hasta el final pero en bici sigo con el ritmo previsto, adelantando bastante gente y acabando entero con una media de algo más de treinta. Mención especial son los misiles que te de adelantan a toda velocidad. Tiene que ser una sensación acojonante. Cuando jugaba a baloncesto siempre pensaba en el “subidón” que te debe proporcionar hacer un mate en un partido. Adelantar a la gente, acoplado a esos ritmos, rodeados de ese zumbido atronador, debe proporcionar una sensación parecida. En fin, cosas que nunca se podrán saber.
Carrera a pie.
A la carrera salgo entero y aunque puedo ir más deprisa, soy consciente de que he salido dos días a entrenar (¡si este año no he he podido correr ni un duatlón!) y además tengo miedo de que el gemelo que me ha tenido parado dos meses se vuelva a resentir . Voy con el piloto automático adelantando gente. Buen síntoma es que prácticamente calco el tiempo de las cuatro vueltas. Eso sí en los últimos kilómetros me cuesta levantar las piernas y aunque mantengo el ritmo, no es un correr fácil, es un correr cerebral, de decisión, de echarle coraje. Lógico. Al final 1:35, aunque esto no tiene 21 kms ni de coña. ¿19 y cuidao? No sé si alguien que ande por aquí y haya corrido con GPS, lo sabe exacto. Muy contento, sobre todo porque no ha habido noticias del gemelo.
Del estómago, mi talón de Aquiles, así, así… Acabé bien pero si la prueba dura más, hubieran comenzado los problemas. Habrá que seguir experimentando.
Tiempo total: 5:18. 17 minutos más que el año pasado. Casi justo en la mitad de la tabla. Buenas sensaciones. Estuve revisando el tiempo con el que se ganó el año pasado: 3:37. Este año con 3:54. Curiosamente también 17 minutos más. Se notó la ampliación de los circuitos de natación y ciclismo.
Aquí la foto que me hizó Ladyolé cerca de meta con nuestra familiar sonrisa del finisher. Cuando la vi, exclamé: “!Mosquis, si parezco un negro!” De flaco igual, ya corriera como ellos.
Y en dos semanas el Ironcat… ay madre.
P.S. Algo que se me olvidaba. La gente cada vez gasta mejor material. Vi todas las cabras que me interesan y ahora parece que me vuelve a entrar la Specialized. Eterna duda. Tenía curiosidad por ver la P4 pero no había ninguna. ¿No se la ha comprado nadie en el mundo? Menudo fiasco.
“¡¡YO SOY ESPARTACO!!”