Un ocho es buen punto de partida para volver a comenzar mi aventura universitaria. Un ocho como una estupenda forma de vencer a una primera asignatura compleja y extensa. Un chute de uranio enriquecido para comenzar a elevar un "Kursk" encallado hace años en el fondo del océano. Ni siquiera haber perdido el sobresaliente por falta de agilidad y concentración al comienzo del examen, logra empañar mi alegría. Ahora sé que hacer exámenes, como estudiar, como entrenar, requiere adaptación y evitar dispersarse.
Vi la nota el miércoles por la noche antes de acostarme. Inmediatamente después leí que el Madrid había eliminado al Barça en Copa y pensé que ninguno de los blancos estaría tan feliz como yo. Busqué quién era el "ocho" blanco para ilustrar el artículo y me hizo gracia que fuera KakÁ, que con Prosinecki, probablemente sea el fichaje más ruinoso de la historia del Real Madrid. Siempre a punto de volver, siempre a punto de remontar el vuelo. Espero que no sea mal augurio.
No es más que un escalón de los pocos que me faltan para cerrar una puerta y abrir otra etapa a la que si me lanzaré a saco pero como en el deporte, elegir reto de entidad y ser capaz de prepararlo, encararlo y superarlo, te proporciona una satisfacción mágica y ya inextinguible. Me basta recordar ese libraco y ese ocho para volver a sonreír.
Ya lo sabéis, a todos nos gustaría volver atrás para cambiar mucho de nuestra vida pero también es indiscutible que dentro de unos años, seguro que desearemos encontrarnos exactamente aquí, ahora. Este simple ocho me ha servido de máquina del tiempo para regresar a sensaciones de veinte años atrás y a la vez, para sentirme feliz conmigo mismo justo hoy, sin "pero" alguno. Y eso hace casi una vida que no me ocurría
Para celebrarlo, ese miércoles por la noche escuché una pequeña pieza sencilla y escondida, dejada de lado hasta por el propio autor, pero que a mí me chifla.
Ya sabéis cuál es mi frase para terminar las crónicas de las carreras pero hoy sí que la grito más convencido y orgulloso que nunca. Y solo es el comienzo.
"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"