domingo, 28 de mayo de 2017

La Manzanera, la gracia y el arte de la costurera


De esos melómanos resabiados algo engreídos que todo lo saben, de esos soy yo. Por eso tuerzo el morro cuando en los viajes en coche me toca tirar de músicas de críos, como padre de cría que soy. Pero he aquí que hubo un disco, "Retahilando" se llamaba, de la Manzanera, profesión costurera, decía.

Y zis, zas...

Puntadita a puntadita las canciones se me fueron bordando en el interior, en las entretelas del corazón, que es un dicho de gente antigua del que yo gusto mucho; tanto se cosieron que antes ponía yo el disco que Abril lo pidiera; mi hija, no el mes.

Y zis, zas...

Porque me gustaban las músicas, sí, pero yo es que yo también soy esos mustios señores muy leídos, resabiados y algo engreídos, que saben de historia, poco o mucho, según con quien se compare, de la Historia grande, la que se escribe con mayúscula y de la pequeña, de las historias de pueblos y gentes. Y es que no solo disfrutaba con la música y las canciones, lo que cantaba y cómo lo cantaba, que también con lo que contaba y cómo lo contaba, con historias de viejos y viejas por muchas generaciones escuchadas.

Y zis, zas...

Y en esto que ayer en Sequeros, en pequeño teatro de pueblo encantado de la sierra, la Manzanera se nos presentó para poner cara, mucha cara, para poner gracia, pero que mucha gracia, a lo que yo sabía de memoria, pero que ayer presencié puesto en pie con un cargamento de preciosos y sorprendentes trucos y achiperres. Con un Iovis Fernández de la Cruz que así, sin darse importancia -aunque eso "de la" siempre queda la mar de señorial-, valiéndose de un montón de instrumentos y cacharros parecía tocar la única música posible para todos esos cuentos más o menos conocidos.

Y zis, zas...

Sí, la Manzanera actúa muy bien, canta que te mueres, es ágil en escena, se ríe de nosotros con nosotros, pero puede que lo que mejor la defina es esa risa de manual, en forma de acordeón, en cuarto creciente, que inunda el teatro, que pareciera vendaval capaz de llevarse todo por delante, todo lo peor de la vida, sea por una miserable o grandiosa hora, según se mire.

Y es que en la cosa del arte, como en la vida, algo es bueno si fluye de forma natural y a fe mía, que en el disco, más aún la representación, todo encaja como debe ser, como la vida debiera ser.

Y zis, zas...

Como bien decía Manuel en la presentación, este es un teatro para disfruten niños, padres y abuelos. Un espectáculo espectacular, valga la reverencia... o como se diga, que esto se estaba poniendo de más de serio, caramba. Como dijo el ratón que se subió a la baranda. Pan, chocolate y queso. Pan, chocolate y queso.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Indispensable Séneca



"Si nuestro espíritu no siente ya más que desprecio por todo lo que nos pasa, sea bueno o malo; si se eleva por encima de las aprehensiones; si, en su avidez, deja de contemplar perspectivas ilimitadas y sabe abstenerse de buscar riquezas fuera de sí mismo; si deja de temer a los dioses y a los hombres, consciente de que poco hay que temer de los hombres y nada de los dioses; si desdeña todo lo que da esplendor a nuestra existencia y es a su vez su tormento; si consigue ver claramente que la muerte no es un mal en sí y que pone fin a múltiples desgracias; si se consagra a la excelencia y encuentra fácil cualquier camino que conduzca a ella; si en su condición de animal social y nacido para el bien de todos, considera el mundo entero como una sola y misma familia (...), entonces se ha liberado de las tempestades, ha puesto los pies en tierra firme y bajo un cielo azul. Sabe ya todo lo que es útil e indispensable saber (...), se ha retirado a su fortaleza"

sábado, 24 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD, FELIZ 2017


Como todos los años recuerdo, esta familia es muy de Navidad; sin matices, hoy que tanto se estilan. He aquí la postal de este año en la que por primera vez ha participado Abril, aunque lo que ella dibujó eran unos dinosaurios.

Elijo un villancico especial por las circunstancias en que se cantó. El "Noche de paz" ("Stille Nacht") que entonaron las tropas alemanas y contestaron las inglesas en las trincheras durante la Navidad de 1914, para jugar al día siguiente un partido de fútbol histórico. La Primera Guerra Mundial, una de las más terribles y devastadoras, es a la vez una de las más absurdas e injustificables. Ese maravilloso partido ponía de manifiesto de la forma más sencilla, contundente y valiente posible el gran trampantojo que unos cuantos criminales sinvergüenzas habían urdido desde sus lejanos y confortables despachos.

A lo que iba:

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

¡¡FELIZ 2017!!


domingo, 18 de diciembre de 2016

PJ Ofelia


El descubrimiento la semana pasada de "Ofelia", el perturbador y hermoso cuadro de John Everett Millais, trazó un puente inevitable con  otra bella y oscura creación que en su tiempo me trajo de cabeza, el tercer disco de un artista de trayectoria irreprochable, cuya portada supongo guiño a la obra del autor romántico.



domingo, 11 de diciembre de 2016

¿Cómo una canción tan chunga es una de las mejores?




O cómo una canción de mensaje tan cutre, superficial y machista, simple exponente de otro tiempo por otra parte,  puede expresar casi el raspado del tiempo fluyendo o qué fue el vivir al recordar. Combinación de una  música y  forma de cantar extraordinarias, la voz del más grande cantante que parió esta raza. 

Hace unas semanas, mientras amanecía, escuchaba en el coche "Strangers in the night" y de verdad que por unos minutos me pareció la canción más hermosa del mundo. Y es que el amigo era tan bueno en lo suyo como mala gente. Por eso era el mejor.



viernes, 9 de diciembre de 2016

¡¡ÉL ES ESPARTACO!!


Era lo suyo, no ha lugar a sorpresa, porque Kirk no es cualquiera... ¡¡ÉL ES ESPARTACO!!

FELICIDADES por sus 100 años.

"Espartaco", esa cinta VHS a la que volvía una y otra vez de chaval, que hoy reviso al menos una vez al año. Aunque crea que las razones han cambiado, me engaño; siguen siendo las mismas, sigo siendo lo mismo. Y eso reconforta.

Enriquecedor viaje jazzístico de Bill Evans por la banda sonora de Alex North. 

jueves, 8 de diciembre de 2016

En el estreno de la temporada de la Scala



Desde Salamanca, claro, en una sala de los cines Van Dyck más concretamente, valiéndonos de esa gran idea que es la retransmisión de óperas en directo, una ventana a esa experiencia de arte total. El montaje original de "Madama Butterfly" de Puccini en 1904, que acabó como el rosario de la aurora, como tantos otros estrenos de obras maestras, por otra parte.

La semana pasada me desvirgué con Wagner, con "Tristán e Isolda", una fecha hace tiempo esperada. Entré en el cine a las cuatro y media y  salí casi las diez. Demasiado tiempo para mantener la atención debida a tal derroche de estímulos. Un dilatado pico emocional, el del acto segundo. Algo que en el coche parecía bello -cuando no sabía de qué hablaban- se elevó muchos grados hasta convertirse en, creo la  manifestación más  pura que pueda existir, con una comunión mágica de música y texto extraordinarios,   del amor romántico - emparentado con el Romanticismo como movimiento, no lo que comúnmente se entiende-, por encima de la realidad o la vida, más allá de la muerte.

martes, 6 de diciembre de 2016

Esa ciencia ficción para pensar


La vida no da para más. No cabe seguir restando horas de sueño para hacer todo eso que me apasiona cada día más, demasiados libros o estudio; ahora no tengo clara la frontera, lo que es simplemente maravilloso. Nace un propósito -uno más- el de al menos escribir algún párrafo, algún rápido apunte y replegarme, más que nada para que este blog, antaño tan ilusionante, no se me muera.

La semana pasada doble ración de cine de ese subgénero que algunos nos chifla y que nos ha regalado varias joyas indiscutibles, el de la de ciencia ficción con inquietudes entre existenciales y filosóficas. Ese que nos sirve para reflexionar, valiéndose del vértigo que produce nuestra relación con el espacio  o el tiempo, o a través del encuentro con el otro o lo otro, que nos sirve para intentar definir nuestra naturaleza, tirando siempre de ese componente algo irracional o inexplicable que atesora el ser humano. Nada que ver con "Marte" otra película que yo supuse del mismo palo y que no resultó más que una simple y vacía película de vaqueros en el espacio.

"Interstallar" de Nolan, siendo una buena película, y aunque me gustó más que la primera vez que la vi -la sesión de las 22:30 es una hora imposible para mí, dada su duración, mi edad y mis costumbres-, me parece que quiere más que puede, aunque hay que reconocer que quiere demasiado y se queda en mucho.

"La llegada" es una gran película, a la altura de las mejores. Detrás la misma pluma que en la magnética "Incendies", la del canadiense Denis Villeneuve, desde ya un gran autor, para contar con un tono y tensión impecables, lo pequeño y lo grande, mi vida y la vida. Como curiosidad, los recuerdos de la doctora con su hija es puro "El árbol de la vida" de Terrence Malick, otro autor profundo, lo que supongo será una forma de homenaje más que una referencia demasiado obvia.

Hace unos meses compartí en facebook la pieza del alemán Max Richter que abre y cierra la película y no obtuvo un triste "me gusta". Escuchándolo en la oscuridad del cine, con ese volumen y calidad, me parece aún más inexplicable. 



sábado, 29 de octubre de 2016

Mi mente y yo, mi mente o yo

 
Comparto varios textos de un estupendo artículo de Israel Mañas, leído en un curso de mindfulness, sobre el uso de esta técnica de meditación en piscología clínica. Llevo ya un par de años practicando y leyendo sobre este y otros temas cercanos, más de lo que se pudiera pensar a priori, desde la mística al sufismo, del wabi-sabi al budismo y taoísmo, o el estoicismo.

"La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que
genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es
impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza,
sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión".
(Albert Einstein)


«La mayoría de la gente está tan completamente identificada con la voz de su cabeza –el torrente incesante de pensamiento involuntario y compulsivo y las emociones que lo acompañan- que podríamos describirla como poseída por su mente. Cuando eres completamente inconsciente de esto, crees que el pensador eres tú. Eso es la mente egótica. La llamamos egótica porque hay un sentido del yo (ego) en cada pensamiento, en cada recuerdo, interpretación, opinión, punto de vista, reacción, emoción. En términos espirituales, esto es la inconsciencia»

«La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se usa incorrectamente se vuelve muy destructiva. Para decirlo con más precisión, no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: generalmente no la usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Esa es la enfermedad. Crees que tú eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti». (Eckhart Tolle)


«Casi todo el mundo está alterado, y en la alteración el hombre pierde su atributo más esencial: la posibilidad de meditar, de recogerse dentro de sí mismo para ponerse consigo mismo de acuerdo y precisarse qué es lo que cree, lo que de verdad estima y lo que de verdad detesta. La alteración le obnubila, le ciega, le obliga a actuar mecánicamente en un frenético sonambulismo». Más adelante, estableciendo paralelismos y diferencias entre el ser humano y el animal indica: «La bestia, en efecto vive en perpetuo miedo del mundo, y a la vez, en perpetuo apetito de las cosas que en él hay que en él aparecen, un apetito indomable que se dispara también sin freno ni inhibición posibles, lo mismo que el pavor. En uno y otro caso son los objetos y acaecimientos del contorno quienes gobiernan la vida del animal, le traen y le llevan como una marioneta. El no rige su existencia, no vive desde sí mismo, sino que está siempre atento a lo que pasa fuera de él, a lo otro que él. Nuestro vocablo otro no es sino el latino alter. Decir, pues que el animal no vive desde sí mismo sino desde lo otro, traído y llevado y tiranizado por lo otro, equivale a decir que el animal vive siempre alterado, enajenado, que su vida es constitutiva alteración». […] «Pero con esta diferencia esencial: que el hombre puede, de
cuando en cuando, suspender su ocupación directa con las cosas, desasirse de su derredor,
desentenderse de él, y sometiendo su facultad de atender a una torsión radical –incomprensible
zoológicamente–, volverse, por decirlo así, de espaldas al mundo y meterse dentro de sí, atender
a su propia intimidad o, lo que es igual, ocuparse de sí mismo y no de lo otro, de las cosas».

(Ortega y Gasset)

«El estado de la mente ordinaria engendra sufrimiento. La mente es conflictiva,
voraz, insatisfecha. Su signo es el de la confusión. Es inestable, confusa. A menudo es
víctima de sus propias contradicciones, su ofuscación, su avidez y su aversión. Está
empeñada por la ignorancia, la división. Ha recreado durante años una enrarecida
atmósfera de miedo, paranoia, hostilidad y egocentrismo. En ella arraigan venenos como
el odio, los celos, la envidia y tantos otros. No es una mente bella. A veces hemos hecho
de nuestra mente un verdadero estercolero. Limpiamos minuciosamente el cuerpo, pero
tenemos la mente en el abandono. Una mente confusa genera confusión; una mente
agresiva produce agresividad. Si la mente es el fundamento de todo, como
acertadamente declaraba Buda, según sea la calidad de la mente así será lo que resulte de
ella. En una mente competitiva, ofuscada, condicionada por la insatisfactoriedad, no
puede haber compasión. Una mente así ni siquiera puede cooperar provechosamente. Es
una mente que se debate en su propia zozobra. Tal es la mente propia de la mayoría de
los seres humanos. Una mente en desorden, sin frescura, sin inocencia, sin vitalidad. Una
mente así crea desamor, hostilidad, confusión sobre la confusión y ansiedad sobre la
ansiedad. Asentada sobre sus condicionamientos limitadores, salpicada de
contaminaciones, estrecha por hábitos coagulados, llena de obstrucciones, etc., una
mente tal carece de claridad, de apertura, de provechosa creatividad. Los enfoques que
se derivan de una mente en tales condiciones tienen que ser forzosamente erróneos y
perjudiciales. Este tipo de mente es nocivo para uno mismo y para los demás, genera
violencia sin límite, y desde luego, es inservible para la real búsqueda interior y la
evolución consciente» 

(Ramiro Calle)

domingo, 16 de octubre de 2016

El auto de la Universidad


Como sabréis porque supongo se habrá mencionado en todos los medios, ochenta años ya desde el famoso incidente del paraninfo de la Universidad de Salamanca entre Unamuno y Millán Astray.

Hace muchos años  leí una voluminosa biografía de Unamuno y si no recuerdo mal, aquella misma noche fue al Casino, como hacía habitualmente, y tuvo que salir de allí acosado por los insultos y gritos de muchos de los exaltados asistentes,  endiosados pobres diablos. A partir de ahí, Don Miguel apenas salió de casa hasta morir el último día de 1936.

Puede parecer un triste final inmerecido para un autor de talla descomunal, como los de tantos otros en aquellos tiempos convulsos, pero creo que la escena de la Universidad es un maravilloso epílogo para su existencia, en el escenario más propicio -"templo de la inteligencia"- para la representación de una suerte de auto alegórico, combate entre lo mejor y lo peor que atesora o puede a llegar a encarnar el ser humano. Precioso testimonio en el recuerdo para entender lo que fue y, a pesar de todo, sigue siento este doloroso y doliente país.