Os voy contar un pequeño o gran episodio que viví en Milán. Antes de partir a los Alpes, decidí quedarme un día para conocer la ciudad. Debido al Gran premio de Fórmula 1, del que por supuesto no tenía ni idea, conseguí una cama de milagro. Aparte de quedarme totalmente abrumado por la belleza del Duomo, una catedrál realmente epatante, de visitar el castillo de los Sforza y de intentar infructuosmente ver el fresco de "La última cena" de Leonardo, entré en uno de los templos de la música, La Scala, probablemente el teatro de ópera más famoso del mundo.
Desde chaval soy un fascinado por la Historia. La música vendría después. Cuando recorría las murallas de mi ciudad o visitaba el teatro o el circo de Mérida, sentía una extraña capacidad para retrotraerme al pasado, facilidad para utilizar ese telón de fondo real donde ir colocando los personajes de mis lecturas.
Cuando aquella mañana una escasa y temible avanzadilla de turistas franqueamos las puetas de La Scala, nos advirtieron de que no tendríamos acceso al teatro hasta que finalizara un ensayo que tenía lugar en esos momentos. Tras visitar un pequeño museo dedicado a la historia del teatro con numerosos bustos de músicos y cantantes sin mucho interés, nos avisaron para entrar al templo.
Nuestro punto de vista era el de uno de los altos palcos traseros. El teatro impacta. La primera sensación es difícil de explicar. Es grande y pequeño a la vez. Imponente y acogedor, pleno de un lujo y elegancia acentuado por el peso de la historia. Aquí ha sonado la música de los más grandes. Aquí han cantado también los más grandes. Cuando aún estaba apoyado con la boca abierta, recreando en mi mente los estrenos, los éxitos y fracasos de tantos años, esos temores de intérpretes y músicos, esas ovaciones de minutos sin fin, unos auxiliares colocaron unos paneles transparentes para tapar el palco frente al escenario. Hacía rato que me encontraba atento al devenir en el patio de butacas de músicos, director y varios intérpretes. Yo que, bien por obligación, bien por dejadez, me dedico a algo que no me hace feliz, sólo envidiaba a esas personas que consagran su vida a una vocación que intuyo magnética y devoradora.
De pronto, la gente allí abajo se agitó mas de lo normal, apremiándose los preparativos. Efectivamente comienza de nuevo el ensayo. Con el único acompañamiento del piano, irán apareciendo en escena en torno a una veintena de personajes, todos ellos saliendo de un falso maletín colocado en el suelo con acceso a una compuerta que comunica con la parte baja del escenario. En menos de diez minutos, valiéndose de telas, construirán una escena de la obra. Increíble. A partir de ahí, comenzará la ópera y el canto. Me quedé totalmente alucinado. Ser testigo de esta representación me pareció un verdadero e inesperado lujo. Sentí una mano en el hombro. Un operario me requería para que dejase sitio a otras personas. Asentí y salí conmovido, bajando las escaleras a la calle entre los carteles de primeras representaciones que adornan los descansillos.
Aunque no soy experto ni oyente habitual, al igual que me ocurre con el jazz, cada vez escucho música clásica con mayor frecuencia. Sólo he asistido a una ópera en mi vida en el teatro de Ciudad Rodrigo pero el espectador no tenía acceso a que contaban-cantaban en cada momento por lo que no se puede apreciar de verdad. Sí he escuchado óperas en casa con el libreto delante e imagino una experiencia inolvidable presenciar una en directo. Algún día. Sin embargo creo que para llegar a la esencia de este tipo de música, hay que tener muchas horas de vuelo y educar al oído. Siempre seré un rockero reaccionario y recalcitrante pero estamos trabajando en ello. ¿Por qué los días sólo tienen veinticuatro horas?
Os dejo una pieza de uno de mis primeros discos de música clásica. No recuerdo si lo compré en el instituto o en la universidad. Una recopilación de las oberturas de Wagner. Altamente recomendable. La obertura de Tannhauser me caló desde el principio. Es difícil encontrar algo tan solemne, tan limpio, tan hermoso. Brutal. Espero que alguno se anime con ella.