Me lo veía venir pero ayer la cosa se torció definitivamente. No podré estar en Alpes la última semana de Agosto para afrontar junto a Valentín y Óscar la temible PTL. Motivos laborales me lo impiden. Lo que más me duele no es trabajar ni el dinero de la inscripción sino perderme toda la aventura junto a mis compañeros. Sé que hubiera sido muy especial compartir en compañía de tan buena gente, el miedo y las ganas, las grandes horas de sufrimiento y esas pequeñas victorias que te van acercando poco a poco a la casi siempre inalcanzable meta. Hubiera sido mi cuarta visita a Alpes, unas montañas que muchos ya sabréis que no pueden más que dejarte prendado. Volveré. Seguro que esperarán.
Sin vacaciones. En fin, con la que está cayendo, afortunado por tener trabajo. Cada día tengo más claro que soy o aspiro a comportarme como estoico, a soportar los pequeños reveses y las grandes hostias de la vida con entereza y templanza. Estoy con ellos y creo que gran parte de la felicidad reside simplemente en eso. La vida no es más que el trail más ultra de todos y existen tantas ocasiones, tantas noches durante las cuales estás hasta los cojones, con ganas de plegar, de decir basta...Y sin embargo, siempre hay algo que te empuja a seguir, a dar otro paso adelante y pelear junto al compañero o pelear contra el rival. Son las pulgadas de Pacino.
Mi calendario deportivo queda en suspenso. La PTL no sólo incluía la semana de competición sino que había que contar con que hipotecara alguna más por secuelas. Casi como mi vida, mis próximos objetivos deportivos permanecen ocultos tras un cartel en el que se lee "En construcción". Iremos decidiendo retos sobre la marcha.Buscaremos nuevas sensaciones con calzador en los días disponibles aunque ahora tampoco tengo muchas ganas de darle vueltas al asunto. Ya informaremos. Se admiten sugerencias.
De música, "Turn de Page", claro. Encaja a la perfección El clásico de Bob Seger. No sabía si utilizar la composición original o la versión de Metallica -de hecho, la primera que conocí-. Os dejo las dos. Evidentemente el sonido "metallico" y la tremenda voz de Hertfield nos ofrecen una lectura previsible pero impecable de la desmitificadora y crespuscular visión de la vida del cantante de rock en la carretera, aunque eso sí, cambiando en el vídeo, que casi parece un cortometraje, al personaje central por el de una prostituta (A propósito, ¿existe algo más sórdido que un motel de carretera americano?). En cualquier caso, pedazo de canción. Ese saxofón dice tanto con tan poco...