jueves, 7 de marzo de 2013

Mis mejores discos 2012 (segunda parte)


PÁJARO: "Santa Leone". Andrés Herrera se cansó de estar a la sombra de otros más nombrados y nos sorprendió con un pequeño gran disco, una anomalía, una mezcla de raíz hecha con criterio y clase con ecos de muchos palos.



JOHN HIATT: "Mystic Pinball". Dentro de ese selecto grupo de grandes que se extraviaron para siempre en pos del caprichoso éxito. Ahora que ya ni le importa, ni nos importa,  sigue suministrando sus periódicas dosis. Disco empapado de ese contundente y sentío rock americano que a menudo echamos de menos.



DEXYS: "One day I´m Going to Soar". En sus tiempos no los llegué a conocer. El regreso de un grupo de los ochenta con un sonido heredero entre lo mejor de aquella época, actitud punk, folk, toques horterillas y sobre todo mucho soul, el que supura el viejo verde de Kevin Rowland para marcarse dúos pimpinela con actrices de buen ver.  Si fuera tan fácil como parece, habría más bandas como ellos.  Una delicia de disco, una fiesta. A veces hacen falta. 



JAPANDROIDS: "Celebration Rock". Ahora que The Black Keys ya no nos gustan tanto porque los conoce todo hijo de vecino -no va en serio-, recurrimos a otra pareja de gañanes. Los canadienses solo necesitan media hora para hacer rock, gritar "OH! OH!" hacer ruido y molestar. Porque el verdadero rock siempre será estúpido, adolescente y difícil de explicar. Un puñetazo.



M. WARD: "A Wasteland Companion" o la facilidad para publicar grandes discos bajo la apariencia de canciones pequeñas. Tirando de lo de siempre, vuelve a marcarse otro disco acogedor y curioso. Para un "Monster of Folk" la tradición es importante pero siempre hay que avanzar.



BOB DYLAN: "Tempest". Pasarán diez años y no recordaremos ninguno de los demás discos de la lista. Entonces andaré yo todavía leyendo algún libraco con las letras de "Tempest". ¿Es fácil fusilar los estilos más rancios de la tradición musical americana y conseguir una canción reconocible, atractiva? No, no lo es. A veces olvidamos que con Dylan, el problema es el rasero. A él siempre se le pide más. Cumple.



LOQUILLO: "La nave de los locos". Un disco sospechoso en una lista enteraos pero qué le vamos a hacer; me gusta este disperso disco de retales, es lo que hay. Esas declaraciones de Loquillo siempre aspirando a trascendente lo convierten en un tipo entre ridículo y achuchable  y para mí hay demasiados recuerdos enredados. Unos temas de Sabino más que dignos, alguno a la altura de su legado.

Ahora soy consciente de la alta media de edad de esta segunda entrega. Continuará.

2 comentarios:

Lou Rambler dijo...

Me encanta el disco de Japandroids, transmite una fuerza y un sentimiento que me devuelve al que experimentaba escuchando ciertas bandas un par de décadas atras; lo que me lleva a hacerte una recomendación: No sé si conoces a Wild Flag (la banda y el álbum), pero si no es así buscalo. Salió hace un par de años y el de Japandroids me lo ha recordado por esa misma razón. Creo que te gustará (en este caso las chicas no son jovenzuelas sino veteranas de la escena indie pasándoselo en grande reverdeciendo laureles).

Del resto no he escuchado ninguno (ni siquiera el de Dylan), aunque me tienta mucho Dexys y, como siempre, John Hiatt (tampoco sabía que ya tenía otro disco tras el genial Dirty Jeans del 2011).

Abrazo

Atalanta dijo...

Me las apunto. Ayer las escuché por primera vez aunque estaba machacadito y casi ni me enteré. Los Dexys me sonaban de antaño pero no los escuché de veras hasta este disco gracias al Joserra. Un disco genial. Hiatt bestial.