Un año más se marcha un otoño de nuestra vida, mi estación del año más
querida, la del morir y el renacer, la del pudrirse lo muerto para
volver a vivir, la de la luz más hermosa y el calor más honesto, la del balance tras la quema del rastrojo, la de la siembra en tierra empapada, la de la invención íntima de nuevos retos,
la del cálculo de sus obstáculos, la de volver a escuchar al tiempo en
la voz de los arroyos, la del aviso de nuestro lento pero inaplazable paso
por la vida en letras de intermitente luz ocre y amarilla.
Ocho razones para la querencia por la Sierra de Francia durante las últimas semanas (Camino de las Raíces, Camino de los Prodigios, Camino del Agua, Mogarraz-Miranda): 2 de morcilla, dos de farinato, dos de jamón y dos de boletus (Bar "Fuente la Pila" de Mogarraz). A tener en cuenta en el futuro las tostas de la "Albada" en Miranda del Castañar: morcilla, queso, chorizo y panceta, además del té en La Mandrágora.
1 comentario:
Qué gustazo de post, aunque sea con algo de retraso. Un gran abrazo.
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