Hoy noche de Halloween y mañana día de "Todos los Santos". Como era previsible, me espanto de que toda esa marea procedente de allende los mares haya calado en nuestra sociedad de forma tan súbita y desmedida. Hoy me seguirá sorprendiendo ver a grupos de niños disfrazados y representando papeles totalmente ajenos a nuestra tradíción pero es lo que hay. Ahí sí que no hay lucha posible. Antes o depués la derrota será completa. Como contratataque, yo propongo representar nuestras antiguas "Danzas de la muerte" medievales. Quizá a algún grupo de teatro se le ocurra aprovechar la coyuntura y meterse a la faena durante estas fechas. Ya sabes, si no puedes con tu enemigo únete a él.
Por otro lado, he de reconocer que los últimos años me lo he pasado fenomenal en nuestro bar, en el "Manolín", forrado de negro para la ocasión y en el que hoy sólo se escuchará a góticos y otras bandas vestidas de oscuro: Bauhaus, Joy Division, The Cure, Sisters of Mercy, Marilyn Manson, etc. Probablemente, hoy, entre cervezas, me lo vuelva a pasar de miedo..uuuuhhhh.
Iba a poner y comentar algo The Cure pero es demasido obvio. Elijo una canción antigua castellana musicada por Joaquín Díaz sobre la muerte y el juicio final. Un lujo disfrutar de texto, música, voz y de las pinturas que ilustran el vídeo. Si os interesa el estilo, haceos con la versión musical que este hombre hizo del "Cantar del Mío Cid". En tiempos me lo pasó el Ciego y estuve enganchado durante una buena temporada.
Aquí hay que poner algo más. Hoy las conexiones surgen por doquier. Venga, hoy un trocino (como dice Ana) de una de mis películas favoritas, "Ed Wood", de Tim Burton. Si tuviera que elegir sólo cinco, ésta estaba seguro. Obra maestra, si no la habéis visto, ya estáis tardando. Retrata el mundo que rodea a Ed Wood, considerado como "el peor director de cine de la historia". La visión de Tim Burton nos muestra a una persona con un entusiasmo desbordante capaz de derribar los constantes obstáculos que la realidad le plantea en aras a conseguir su sueño: hacer cine. Él vive en su propio mundo donde únicamente hay una persona a su altura que lo puede comprender ya que como él es director, actor y guionista a la vez, Orson Wells. El encuentro en la cafetería es memorable.
La "trouppe" que rodea a Ed es como poco, pintoresca. Una panda de "frikies" a cada cual más peculiar. Sobre todos ellos domina uno, Bela Lugosi, el mítico intérprete de Drácula que se encuentra con el director en el crepúsculo de su carrera. La magistral interpretación de Martin Landau le valió un oscar merecedísimo. Bela es otro hombre totalmente pirado, obsesionado por el personaje que le dio la fama, inundado por una rivalidad enfermiza con Boris Karloff, enganchado a las drogas y sin embargo entrañable. Estos dos minutos de episodio descacharrante lo retratan a la perfección. El "Bela Lugosi´s Dead" de Bauhaus dedicado a Mildo, lo guardo para otra ocasión.
Ale, pasadlo bien.