lunes, 14 de noviembre de 2011

Si asistes a un suicidio


Si asistes a un suicidio, no serás el mismo.

Cuando ves abalanzarse a una persona sobre los raíles justo un instante antes de que llegue el tren, en una la escena de poco más de un segundo, todo se asemeja a una película. Son las ocho de la mañana en una estación de metro en Madrid. La vida se desarrolla como en la nube de un duermevela. Recuerdo mirar pero no comprender, recuerdo girar inmediatamente la cabeza y taparme la cara con ambas manos mientras decía “¡¡¡¡NOOOOO!!!!” ó “¡¡¡DIOOOOSSS!!!” Intento y no consigo recordar qué palabra salió de mis labios entre amortiguada, queda y sin embargo nunca tan expresiva al tiempo que el tren se detenía frente a mí. Me levanté inmediatamente, marché a buscar ayuda, no podía entender, no quería entender, me negaba a ser testigo de algo así. Una chica gritaba: “¡¡CÓMO SE TIRÓ EL HIJO DE PUTA!!”. Nunca sabes cómo puedes reaccionar en una situación de este cariz De la misma forma que tampoco sabes cómo te comportarías un frente de batalla. Ni se me ocurrió acercarme al andén pero mientras nos desalojaban, se me escaparon las lágrimas en una respuesta espontánea y que hubiera pensado ajena.

A lo largo del día, sobre todo cuando estás solo, vuelves a esos instantes, lo vuelves a visionar como en un monitor. De pronto te percatas con extrañeza de que no se escuchó sonido alguno. Sin gritos, sin frenazo. Todo resultó monstruosamente aséptico. Sólo recuerdas a un anciano cayendo de una forma ridícula en el foso de la estación.

Mientras esperas otros trenes, miras los raíles, miras las ruedas y piensas en esas personas que en ese mismo momento pueden observarlas tan fijamente como yo y pensar en huesos tronzados, en sangre, en la carne desgarrada, en el dolor y al mismo tiempo en una salida.

Precisamente el sábado por la noche, asustado por las calles de Madrid, había escrito en la cama algo sobre la ciudad que, si le doy el visto bueno, probablemente publique mañana y que ahora cobraba todo su sentido. “Esto es un infierno, hay mucha miseria, estres, nos vamos a volver todos locos” era el mantra que repetía mi compañero de asiento cuando salimos de aquella desafortunada estación.

Unas horas antes había asistido a una charla. Unas chicas que luchando por alcanzar la élite mundial del triatlón reventaban vida y ambición, miradas puras y sonrisas del que ve la vida como una autopista, del que tiene todas sus posibilidades intactas, de aquél al que la ilusión y las ganas le llevan a doblar entrenamientos diarios y a compaginar con el estudio de licenciaturas tan complicadas como medicina, de aquél al que la vida todavía no ha dado unas buenas hostias Qué contraste con el que no supo esquivarlas, con el que sólo piensa en escapar o en la suerte de no haber nacido.

Hoy he buscado en las páginas de sucesos para saber si aquel desgraciado había salvado la vida y no he visto nada. Supongo que debió tener suerte y esquivar a la parca en un último escorzo que materialmente no acierto a entender.

Si asistes a un suicidio, ves a la muerte cara a cara. Si presencias un suicidio, rebañas la vida.

El suicidio es aparejo fértil en el mundo de la música popular. Os voy a dejar a unos de los que en principio eligió el día y hora de su marcha. Nick Drake es uno de los grandes. No es  afirmación gratuita. La delicadeza y personalidad de su obra no tiene parangón. Es único. Un alma sensible y atormentada que supo plasmar su interior en un cancionero tremendamente bello.

18 comentarios:

Michel dijo...

Si tienes la misma suerte con la Primitiva, ¡¡¡juega!!!.
Es muy dificil venir un fin de semana a Madrid y encontrarte justo con uno que se tira al andén, a mi no me gusta mucho Madrid, pero yo que trabajo aqui, te digo que no es una cosa normal.
Te vi afectado y era para estarlo, también he mirado los sucesos y no aparece por ningún lado, pero yo discrepo, ese pobre hombre palmó fijo y al fin y al cabo era lo que quería.

Espero que el gemelo vaya mejor y que el entreno por la Casa de Campo te gustara y por lo menos te llevaras alguna buena impresión.
Yo hoy me he levantado con un dolor de espalda del copón. Con lo bien que está uno cuando no le duele nada.

Un abrazo Abel.

davidiego dijo...

Todo es tan frágil.. Suerte con el gemelo.

manuelobe dijo...

A mi me paso. Un desesperado se lanzó al vacio desde un 10 piso y vino a caer 2 metros por detras de mi. Aun oigo el ruido que hizo al chocar con la acera.

TSI-NA-PAH dijo...

Buff! Algo asi ,es como hacercarse al borde de un precipicio y resbalar!
Es duro borrar esas imagenes, yo aun tengo muchos que me atormentan tras muchos años! Animo!
un abrazo

Furacán dijo...

uff estamos locos.

CiegoSabino dijo...

Pues vaya, yo que esperaba leer una crónica tapiera.

c dijo...

joder...

Anónimo dijo...

El mundo marcha muy deprisa en las grandes ciudades, aquí creo que vamos a otra velocidad.

Animo
Arturo

Atalanta dijo...

Michel, fue algo así como increíble. El gemelo mejor pero tocado. Además, cuando te dejé me he pegado unas buenas caminatas con la pata chula, que si el rastro,que si el Prado... Ya me conoces, un no parar. ESta semana nada de nada. Habrá que intentar hacer bici el fin de semana y rezar para que esté recuperado en Donostia, por lo menos para terminar sin problemas. El entreno por la Casa de Campo me pareció precioso. Una zona ideal para correr. Lástima que no pudiéramos terminar aunque la caminata y las cervezas de después fueron de los mejor. Cuídate esa espalda. Con lo bien que íbamos... Un abrazo.

David, bien dices. Creo que ni nos acercamos a entenderlo. Cruzo los dedos con la pata. Quiero cruzar esa meta y sobre todo estar en óptimas condiciones para el reto de Barcelona.

Manuel, joder, eso es peor todavía. Terrible.

Tsi, son cosas que no pueden olvidarse.

Furacán, lo malo es que debe haber tantas personas en esa situación.

Ciego, mañana escribo algo de Madrid.

Humberto, eso digo yo.

Arturo, cuanto más mayor, más de pueblo.

Miguel dijo...

Una amiga mía se suicidó hace 5 años...y conociéndola, sigo sin entenderlo.

Isadora dijo...

Cada persona es una isla, un mundo.
Lo que llevamos dentro sólo cada uno lo sabe.
En muchas ocasiones esos actos son juzgados negativamente por los demás, porque no se comprenden. Es gratuito hacerlo.
Pero puede que no sea respetuoso.
Cobardía y egoísmo suelen ser los adjetivos más manidos en estos casos.
Sin entrar a analizar cada una de las circunstancias que rodean a cada suicidio, no sabría decir si hay que ser un cobarde para ser capaz de llegar a hacer algo así o si por el contrario hay que ser muy valiente para hacerlo.
Al igual que no me atrevería a decir si es más egoísta el que se va porque ya no soporta estar más (por los motivos que sean) o los que se quedan porque no quieren que el otro se vaya, porque no quieren quedarse sin él.
Pienso que el sentir del que decide marcharse es algo muy complejo de entender por los demás, quizá también incluso para él. Y seguro que también muy difícil de explicar.
Lo que realmente duele y aflige en todos esos casos es la desolación y el sufrimiento tan profundo y desolador que subyace en el que se va… y después, en los que le pierden.

Supongo que será el tiempo el que suavice un poco lo que has visto.

A ver si se te recupera prontito ese gemelo!!!

Col dijo...

Pobre hombre.
Terrible escena.

Que duras tienen que ser las horas, o quizás la vida, previas a tal decisión.

Disfrutemos mientras podamos.
Cuídate.

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

La vida es básicamente una puta mierda. Un compañero del colegio se suicidó hace muchos años, justo antes de que sus padres se enteraran de que durante los años que había estado estudiando fuera de casa la carrera no había avanzado curso alguno. Años atrás a otro compañero le había matado ETA, y otro moriría después de leucemia. Para alegrar tan luctuoso comentario, Atalanta, recordaré la película más divertida sobre el suicidio, "Contraté un asesino a sueldo", una maravilla de Aki Kaurismäki, que animó a todo el mundo a ver.

Saludos.

Tania dijo...

Ver algo así deja tocado a cualquiera!
Surgen muchas preguntas sin respuestas ... te imaginas las posibles causas que llevó a ese señor a tirarse y pueden existir tantas o tan pocas.
La vida es complicada y más si la intentamos entender.
bss
Tania

Anónimo dijo...

Decirte que me ha gustado mucho tu entrada. Muy bueno la verdad.

Saludos desde la otra orilla.

Atalanta dijo...

Miguel, cuando toca alguien cercano sí que debe ser duro.

Isadora, bienvenida de nuevo. Pues tú has hecho un retrato de esas situaciones mejor que nadie. Tal vez la imposibilidad de comunicarse con los más cercanos, de decir todo lo que te asola por dentro sea lo más triste.

Col, en eso estamos. Qué infierno insoportable debes albergar en tu interior para no encontrar salida.

Gonzalo, joder, vaya mala suerte. Me quedo con la película. Ya te contaré.

Tania, nunca tenemos los elementos de juicio suficientes para entender una situación de este tipo. Simplemente todo es tremendamente triste.

Miguel, muchas gracias. Siempre gusta saber que gusta lo que escribes

Ana A. dijo...

Puf ... puf ....

Besos y un poema que he leído hoy en un blog amigo

En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.

Ya no importa cuán recto haya seguido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley

Atalanta dijo...

El poema que ayudó a Mandela a soportar el cautiverio. Había olvidado el autor. Me encanta. Gracias, Ana.