“UMA PROJECT”, LA CONQUISTA DEL OESTE
Hace tres años el
documentalista Fran López Reyes se puso en contacto conmigo. Había presenciado
la Ultra Maratona Atlántica; días después leyó la crónica de mi carrera en el
blog, lo que le confirmó lo que ya había intuido frente al Atlántico: allí
había materia prima para un documental. Hoy tengo el privilegio de ver la
película.
Y sorprendido, advierto
que el fruto de aquella lejana idea llega más lejos de lo buscado. Pretendiendo
reflejar la idiosincrasia de una carrera especial, sus imágenes consiguen mucho
más. De ritmo pausado y factura técnica impecable, buscando la reflexión tras
cada zancada, partiendo de las íntimas razones que atesora cada corredor, se
abre el plano hasta retratar qué es la Ultra Maratona Atlántica, el reto que
los une. Colocando al foco en cada
luchador anónimo y solitario de pequeñas entrenos diarios sin gloria, nos
ofrece un fiel fresco de la mística de la resistencia, de qué se aloja tras esa
misteriosa religión llamada deporte de fondo.
Sus imágenes me traen
recuerdos de una carrera entre la tierra y el mar.
Y recuerdo…
El oeste puede encarnar
un sueño, una huida, un misterio, una esperanza, una nueva vida. Para correr la
Ultra Maratona Atlántica no tienes más que marchar con decisión hacia el oeste
y seguir hasta el final, hasta que la tierra termine bajo tus pies.
Al llegar al océano,
desde Melides, gira al norte, siempre
hacia el norte, hacia una meta que nunca verás y que cuando al fin adivines
tras levantarse la niebla, descubrirás que te engaña tramposa, un espejismo que
puede que te anime por apenas un instante para golpearte durante horas al
percibirlo siempre lejos, pareciendo que ni tus pasos, ni el tiempo, ni los
kilómetros consiguen acercarlo.
La Ultra Maratona
Atlántica no precisa de marcaje, basta una línea de salida y una línea de meta,
lo que da fe de lo simple y auténtico de su propuesta, pura esencia del gran
fondo, elixir de la resistencia, correr sin fin, correr hasta morir.
Fue natural dormir la noche anterior al raso en una playa
iluminada de estrellas, acunado por el canto de las olas. Como tantos otros
aventureros, traté de invocar a los dioses del océano buscando su buena ventura
para la travesía que me aguardaba tras el amanecer, corriendo empapado a su
vera, sin cesar de escuchar su imponente voz.
Soy castellano, sin más
mar y playas que las del intruso en verano. Tratar de aprender rápido, de adaptarme
al medio, de buscar la forma más fácil de desplazarme sobre una superficie
inclinada e inestable, una arena que te atrapa y que, terca, se empeña en tirar
de ti para que pares, para que camines.
Una tierra que te cuenta
que después de todo, en los tramos más duros y complicados, poca es la
diferencia entre tu patético trote y el caminar. Pero tienes claro que eres
corredor y sabes bien que por pequeña que sea, la diferencia sigue siendo un
mundo. Porque puede que la victoria en esta carrera sea bien simple de
enunciar, difícil de cumplir: vencer a la arena es no caminar, no detenerse
jamás.
Y sobre todo esquivar
el disparo, despistar a ese falso amigo que siempre acompaña amenazante al
maratoniano durante sus últimos kilómetros, el temible morirse, el habitual
desfallecimiento que en una playa
infinita podría convertirse en aún peor condena.
A pesar de todo,
terminar con la habitual sonrisa ascendiendo la única cuesta de la carrera, el
repecho de arena que conduce a la meta de Troia. Si es tan corto… ¿por qué cuesta tanto?
Yo que ya tengo otros
especiales cuarenta y dos sobre arena, sobre un desierto, el de Sáhara, para
más señas, te prevengo: la Maratona
del Atlántico puede ser aún más traicionera y todos sabemos que cuando más se
teme, más tienta.
Recuerdo. Mi recuerdo.
La película comienza su gira por festivales pero estoy convencido de que dará que hablar. Información y pequeño avance aquí.
4 comentarios:
gostei de ler,
já antes tinha lido a crónica da tua participação no nesta ultra melides tróia.
El documental os encantará. A partir de las historias de varios corredores que participan en la prueba, viene a explicar qué es esta fiebre por la carrera que continua extendiéndose tan rápido.
Éste sí que me interesa de verdad.
Más que Scott Walker... ja, ja. Este blog es lo que tiene. Este está muy bien, ya lo verás. A ver cuando se puede ver.
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