martes, 23 de octubre de 2012

Desafío Cantabria, un ultra de laboratorio


   
Si tratara de organizar la carrera perfecta, podría escoger salir junto al mar para acabar junto a montañas majestuosas.



Sería un ultra, elegiría una distancia larga pero no extrema, mejor jugar con un desnivel importante; pero también quiero correr, así que dejaría bastantes tramos propicios al principio, cuando todavía hay fuerza. Elegiría una noche y  un día templado, ni frío ni calor,  ni rastro de aire, esos días en los que cuando te detienes un instante tras coronar una cima, piensas que pese a dolores y agotamiento, no cabe mejor  lugar en el mundo para encontrarse en ese momento.


Fijando precio contenido, obsequiaría a los corredores con una generosa bolsa del corredor y a los "finisher"con un buen y práctico premio; me empeñaría en marcar el recorrido exhaustivamente, en preparar avituallamientos abundantes y hasta con algún detalle que demuestre tino y mimo, trataría de conseguir una organización cercana y abierta con los corredores, animarles, colocar abundante personal en zonas comprometidas, tratar de difundir el reto e implicar a todos los que rodean a los protagonistas.



Cuando en Anillo Vindio, Pablo comentaba que limitaría la participación a 150 corredores porque lo más importante era que el asunto no se fuera de las manos y poder tratar a cada corredor como se merece, no eran palabras huecas. A fe mía que lo ha conseguido. Ya de puestos, si el próximo año, además de encargar un día tan perfecto, ya nos retiran el barro, de traca, oigan.

Aún así, ya tenemos la novedad más importante del año en el calendario de carreras de montaña. Si mantienen la ilusión y las ganas de trabajar, prueba destinada a consolidarse en ligas mayores en breve.

Gracias a toda la organización, del primero al último, de verdad.

De mi carrera, poco que contar y al menos esta vez, bueno. Más que contento. Después de cuatro semanas de inactividad completa,  marchaba al más puro estilo atalantiano y con bastante respeto. No existía más plan que marchar prudente hasta que tocara sobrevivir. Como no puede ser de otra forma si una padece de estas aficiones, pasé momentos malos y alguno muy malo pero, tirando de oficio y voluntad,  buscando ese algo inexplicable que te empuja a seguir adelante cuando estás derrotado, y que últimamente, a veces creí haber perdido, marché hasta el final y crucé la meta en 18 horas y 46 minutos. Puesto 82. Salimos alrededor de 150, llegamos 100. Volví a entender esa satisfacción íntima de cumplir con el absurdo compromiso que asumes cuando inicias un ultra de 90 kilómetros a las doce de un viernes noche.

Siguiendo con el experimento de construir el ultra perfecto, elegiría un compañero de altura, para charlar cuando se puede, para compartir, cuando no. Las noches en vela entre montañas dan para muchas palabras pero muchos sabemos que los silencios  son más valiosos. Y es que en un ultra, se vive tanto que la mayoría de las veces no es necesario explicarse nada ni contar nada. Basta con aflojar cuando ves al otro tocado. Gracias, Asís. Y gracias también a esa pareja de hermanos incombustibles, Óscar y Rober.


Hoy una canción y vídeo bucólicos a tono con el post que me sirve para enlazar con el festejo que se organizará en mi casa el día de Halloween, fiesta de hombres de negro, de Cash y Cave y para el que ya se citará oportunamente. Además yo también tuve mis momentos "Breathless" este fin de semana. 

"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"

8 comentarios:

Carlos Utrilla dijo...

Enhorabuena por esta nueva pieza para la colección y, sobre todo, por recuperar confianza y.... disfrutar.

A pesar en próximos objetivos.

Anónimo dijo...

Enhorabuena a los dos!! paisajes impresionantes...

Un abrazo

P.D. piensa en seguir actuando al estilo atalantiano, en el fondo no te va tan mal (je je je)

Arturo

Col dijo...

Tiene sentido el salir a las doce de la noche y correr pa´arriba y pa´abajo, sin ver nada y además hechos polvo? Sí, claro que lo tiene. Si amaneces en un lugar de ensueño, rodeado de montañas mágicas y en buena compañía, vale la pena.
Gracias Espartaco.

CiegoSabino dijo...

Qué suerte poder disfrutar de un día "perfecto".

El trabajo bien hecho va a suponer un problema para la organización y para los participantes de cara a futuras ediciones, va a haber tortas por pillar plaza.

Enhorabuena pareja.

Atalanta dijo...

Carlos, gracias. Somos previsibles, efectivamente, ya con malos pensamientos...

Arturo,gracias, compañero.La verdad que el primer sorprendido soy yo. Se conoce que ir más que descansado sienta bien. Me sentí flojo pero tiré palante y lo que me parece más alucinante es la falta de agujetas. Creí que el lunes no me iba a poder ni mover.

Asís, ja, ja... Qué bueno el Julio, lo que protestaba pero mira que contento llegó. La verdad es que no tiene sentido ninguno. Un día, una carrera inolvidable. Una buena muesca, sobre todo por lo que te conté, cuando de chaval miraba desde Fuente De las montañas y pensaba, joder, ¿se podrá subir ahí? ¿Quién me iba a decir que un día iba a salir por uno de aquellos collados, casi a la altura del teleférico.

Ciego, seguro que la correrás algún año. Si siguen con esas ganas, triunfarán seguro.

yonhey dijo...

Pues habrá que tener en cuenta esa joya para otra ocasión, desde luego parece que el lugar y la organización ya están, sólo me falta en su momento el día perfecto y encontrar esa compañía. Y por supuesto, ser capaz de hacer 91 km., que no son pocos.
Enhorabuena por ese disfrute y torear esos malos momentos.
Salu2

Michel dijo...

Enhorabuena!! Ves como lo conseguiste, y lo mismo hasta ni tienes agujetas.

Me alegro de que disfrutaras y de que hayas encontrado el Ultra Perfecto.

Me gustaría poder decir que algún día lo correré, de momento de los 42,195 km no pasaré.

Con este pico de forma que has cogido anímate a Valencia, el 18 de Noviembre.

Un abrazo!!!

Atalanta dijo...

Juan Luis, mira que ya me está extrañanando que un talibán como tú no se lance a estas aventuras. Galones y experiencia tienes para aburrir.

MIchel, pues mira que lo que más me sorprendió es que aparte de un dolor general que es normal y soportable no tuve casi agujetas. Supongo que sería la ropa de compresión milagrosa que mimaron mis cuadriceps. Iba a correr Lisboa pero he visto que cuesta 70 euros. De verdad que esta gente se chuta, tal y como andamos los ibéricos, no sé quién paga esto. Iremos a Lisboa en el puente de diciembre pero de turismo. El 50 creo que lo aparcaré para Sevilla en febrero. Mucha suerte en Valancia. Me contaron que lo cambiaron para mucho mejor. Ya andaré yo pendiente aunque espero que nos veamos antes. Abrazos