"Si nuestro espíritu no siente ya más que desprecio por todo lo que nos pasa, sea bueno o malo; si se eleva por encima de las aprehensiones; si, en su avidez, deja de contemplar perspectivas ilimitadas y sabe abstenerse de buscar riquezas fuera de sí mismo; si deja de temer a los dioses y a los hombres, consciente de que poco hay que temer de los hombres y nada de los dioses; si desdeña todo lo que da esplendor a nuestra existencia y es a su vez su tormento; si consigue ver claramente que la muerte no es un mal en sí y que pone fin a múltiples desgracias; si se consagra a la excelencia y encuentra fácil cualquier camino que conduzca a ella; si en su condición de animal social y nacido para el bien de todos, considera el mundo entero como una sola y misma familia (...), entonces se ha liberado de las tempestades, ha puesto los pies en tierra firme y bajo un cielo azul. Sabe ya todo lo que es útil e indispensable saber (...), se ha retirado a su fortaleza"
domingo, 25 de diciembre de 2016
sábado, 24 de diciembre de 2016
FELIZ NAVIDAD, FELIZ 2017
Como todos los años recuerdo, esta familia es muy de Navidad; sin matices, hoy que tanto se estilan. He aquí la postal de este año en la que por primera vez ha participado Abril, aunque lo que ella dibujó eran unos dinosaurios.
Elijo un villancico especial por las circunstancias en que se cantó. El "Noche de paz" ("Stille Nacht") que entonaron las tropas alemanas y contestaron las inglesas en las trincheras durante la Navidad de 1914, para jugar al día siguiente un partido de fútbol histórico. La Primera Guerra Mundial, una de las más terribles y devastadoras, es a la vez una de las más absurdas e injustificables. Ese maravilloso partido ponía de manifiesto de la forma más sencilla, contundente y valiente posible el gran trampantojo que unos cuantos criminales sinvergüenzas habían urdido desde sus lejanos y confortables despachos.
A lo que iba:
¡¡FELIZ NAVIDAD!!
¡¡FELIZ 2017!!
domingo, 18 de diciembre de 2016
PJ Ofelia
El descubrimiento la semana pasada de "Ofelia", el perturbador y hermoso cuadro de John Everett Millais, trazó un puente inevitable con otra bella y oscura creación que en su tiempo me trajo de cabeza, el tercer disco de un artista de trayectoria irreprochable, cuya portada supongo guiño a la obra del autor romántico.
domingo, 11 de diciembre de 2016
¿Cómo una canción tan chunga es una de las mejores?
O cómo una canción de mensaje tan cutre, superficial y machista, simple exponente de otro tiempo por otra parte, puede expresar casi el raspado del tiempo fluyendo o qué fue el vivir al recordar. Combinación de una música y forma de cantar extraordinarias, la voz del más grande cantante que parió esta raza.
Hace unas semanas, mientras amanecía, escuchaba en el coche "Strangers in the night" y de verdad que por unos minutos me pareció la canción más hermosa del mundo. Y es que el amigo era tan bueno en lo suyo como mala gente. Por eso era el mejor.
viernes, 9 de diciembre de 2016
¡¡ÉL ES ESPARTACO!!
Era lo suyo, no ha lugar a sorpresa, porque Kirk no es cualquiera... ¡¡ÉL ES ESPARTACO!!
FELICIDADES por sus 100 años.
"Espartaco", esa cinta VHS a la que volvía una y otra vez de chaval, que hoy reviso al menos una vez al año. Aunque crea que las razones han cambiado, me engaño; siguen siendo las mismas, sigo siendo lo mismo. Y eso reconforta.
Enriquecedor viaje jazzístico de Bill Evans por la banda sonora de Alex North.
jueves, 8 de diciembre de 2016
En el estreno de la temporada de la Scala
Desde Salamanca, claro, en una sala de los cines Van Dyck más concretamente, valiéndonos de esa gran idea que es la retransmisión de óperas en directo, una ventana a esa experiencia de arte total. El montaje original de "Madama Butterfly" de Puccini en 1904, que acabó como el rosario de la aurora, como tantos otros estrenos de obras maestras, por otra parte.
La semana pasada me desvirgué con Wagner, con "Tristán e Isolda", una fecha hace tiempo esperada. Entré en el cine a las cuatro y media y salí casi las diez. Demasiado tiempo para mantener la atención debida a tal derroche de estímulos. Un dilatado pico emocional, el del acto segundo. Algo que en el coche parecía bello -cuando no sabía de qué hablaban- se elevó muchos grados hasta convertirse en, creo la manifestación más pura que pueda existir, con una comunión mágica de música y texto extraordinarios, del amor romántico - emparentado con el Romanticismo como movimiento, no lo que comúnmente se entiende-, por encima de la realidad o la vida, más allá de la muerte.
martes, 6 de diciembre de 2016
Esa ciencia ficción para pensar
La vida no da para más. No cabe seguir restando horas de sueño para hacer todo eso que me apasiona cada día más, demasiados libros o estudio; ahora no tengo clara la frontera, lo que es simplemente maravilloso. Nace un propósito -uno más- el de al menos escribir algún párrafo, algún rápido apunte y replegarme, más que nada para que este blog, antaño tan ilusionante, no se me muera.
La semana pasada doble ración de cine de ese subgénero que algunos nos chifla y que nos ha regalado varias joyas indiscutibles, el de la de ciencia ficción con inquietudes entre existenciales y filosóficas. Ese que nos sirve para reflexionar, valiéndose del vértigo que produce nuestra relación con el espacio o el tiempo, o a través del encuentro con el otro o lo otro, que nos sirve para intentar definir nuestra naturaleza, tirando siempre de ese componente algo irracional o inexplicable que atesora el ser humano. Nada que ver con "Marte" otra película que yo supuse del mismo palo y que no resultó más que una simple y vacía película de vaqueros en el espacio.
"Interstallar" de Nolan, siendo una buena película, y aunque me gustó más que la primera vez que la vi -la sesión de las 22:30 es una hora imposible para mí, dada su duración, mi edad y mis costumbres-, me parece que quiere más que puede, aunque hay que reconocer que quiere demasiado y se queda en mucho.
"La llegada" es una gran película, a la altura de las mejores. Detrás la misma pluma que en la magnética "Incendies", la del canadiense Denis Villeneuve, desde ya un gran autor, para contar con un tono y tensión impecables, lo pequeño y lo grande, mi vida y la vida. Como curiosidad, los recuerdos de la doctora con su hija es puro "El árbol de la vida" de Terrence Malick, otro autor profundo, lo que supongo será una forma de homenaje más que una referencia demasiado obvia.
Hace unos meses compartí en facebook la pieza del alemán Max Richter que abre y cierra la película y no obtuvo un triste "me gusta". Escuchándolo en la oscuridad del cine, con ese volumen y calidad, me parece aún más inexplicable.
sábado, 29 de octubre de 2016
Mi mente y yo, mi mente o yo
Comparto varios textos de un estupendo artículo de Israel Mañas, leído en un curso de mindfulness, sobre el uso de esta técnica de meditación en piscología clínica. Llevo ya un par de años practicando y leyendo sobre este y otros temas cercanos, más de lo que se pudiera pensar a priori, desde la mística al sufismo, del wabi-sabi al budismo y taoísmo, o el estoicismo.
"La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que
genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es
impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza,
sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión".
(Albert Einstein)
«La mayoría de la gente está tan completamente identificada con la voz de su cabeza –el torrente incesante de pensamiento involuntario y compulsivo y las emociones que lo acompañan- que podríamos describirla como poseída por su mente. Cuando eres completamente inconsciente de esto, crees que el pensador eres tú. Eso es la mente egótica. La llamamos egótica porque hay un sentido del yo (ego) en cada pensamiento, en cada recuerdo, interpretación, opinión, punto de vista, reacción, emoción. En términos espirituales, esto es la inconsciencia»
«La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se usa incorrectamente se vuelve muy destructiva. Para decirlo con más precisión, no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: generalmente no la usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Esa es la enfermedad. Crees que tú eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti». (Eckhart Tolle)
«Casi todo el mundo está alterado, y en la alteración el hombre pierde su atributo más esencial: la posibilidad de meditar, de recogerse dentro de sí mismo para ponerse consigo mismo de acuerdo y precisarse qué es lo que cree, lo que de verdad estima y lo que de verdad detesta. La alteración le obnubila, le ciega, le obliga a actuar mecánicamente en un frenético sonambulismo». Más adelante, estableciendo paralelismos y diferencias entre el ser humano y el animal indica: «La bestia, en efecto vive en perpetuo miedo del mundo, y a la vez, en perpetuo apetito de las cosas que en él hay que en él aparecen, un apetito indomable que se dispara también sin freno ni inhibición posibles, lo mismo que el pavor. En uno y otro caso son los objetos y acaecimientos del contorno quienes gobiernan la vida del animal, le traen y le llevan como una marioneta. El no rige su existencia, no vive desde sí mismo, sino que está siempre atento a lo que pasa fuera de él, a lo otro que él. Nuestro vocablo otro no es sino el latino alter. Decir, pues que el animal no vive desde sí mismo sino desde lo otro, traído y llevado y tiranizado por lo otro, equivale a decir que el animal vive siempre alterado, enajenado, que su vida es constitutiva alteración». […] «Pero con esta diferencia esencial: que el hombre puede, de
cuando en cuando, suspender su ocupación directa con las cosas, desasirse de su derredor,
desentenderse de él, y sometiendo su facultad de atender a una torsión radical –incomprensible
zoológicamente–, volverse, por decirlo así, de espaldas al mundo y meterse dentro de sí, atender
a su propia intimidad o, lo que es igual, ocuparse de sí mismo y no de lo otro, de las cosas».
(Ortega y Gasset)
«El estado de la mente ordinaria engendra sufrimiento. La mente es conflictiva,
voraz, insatisfecha. Su signo es el de la confusión. Es inestable, confusa. A menudo es
víctima de sus propias contradicciones, su ofuscación, su avidez y su aversión. Está
empeñada por la ignorancia, la división. Ha recreado durante años una enrarecida
atmósfera de miedo, paranoia, hostilidad y egocentrismo. En ella arraigan venenos como
el odio, los celos, la envidia y tantos otros. No es una mente bella. A veces hemos hecho
de nuestra mente un verdadero estercolero. Limpiamos minuciosamente el cuerpo, pero
tenemos la mente en el abandono. Una mente confusa genera confusión; una mente
agresiva produce agresividad. Si la mente es el fundamento de todo, como
acertadamente declaraba Buda, según sea la calidad de la mente así será lo que resulte de
ella. En una mente competitiva, ofuscada, condicionada por la insatisfactoriedad, no
puede haber compasión. Una mente así ni siquiera puede cooperar provechosamente. Es
una mente que se debate en su propia zozobra. Tal es la mente propia de la mayoría de
los seres humanos. Una mente en desorden, sin frescura, sin inocencia, sin vitalidad. Una
mente así crea desamor, hostilidad, confusión sobre la confusión y ansiedad sobre la
ansiedad. Asentada sobre sus condicionamientos limitadores, salpicada de
contaminaciones, estrecha por hábitos coagulados, llena de obstrucciones, etc., una
mente tal carece de claridad, de apertura, de provechosa creatividad. Los enfoques que
se derivan de una mente en tales condiciones tienen que ser forzosamente erróneos y
perjudiciales. Este tipo de mente es nocivo para uno mismo y para los demás, genera
violencia sin límite, y desde luego, es inservible para la real búsqueda interior y la
evolución consciente»
(Ramiro Calle)
domingo, 16 de octubre de 2016
El auto de la Universidad
Como sabréis porque supongo se habrá mencionado en todos los medios, ochenta años ya desde el famoso incidente del paraninfo de la Universidad de Salamanca entre Unamuno y Millán Astray.
Hace muchos años leí una voluminosa biografía de Unamuno y si no recuerdo mal, aquella misma noche fue al Casino, como hacía habitualmente, y tuvo que salir de allí acosado por los insultos y gritos de muchos de los exaltados asistentes, endiosados pobres diablos. A partir de ahí, Don Miguel apenas salió de casa hasta morir el último día de 1936.
Puede parecer un triste final inmerecido para un autor de talla descomunal, como los de tantos otros en aquellos tiempos convulsos, pero creo que la escena de la Universidad es un maravilloso epílogo para su existencia, en el escenario más propicio -"templo de la inteligencia"- para la representación de una suerte de auto alegórico, combate entre lo mejor y lo peor que atesora o puede a llegar a encarnar el ser humano. Precioso testimonio en el recuerdo para entender lo que fue y, a pesar de todo, sigue siento este doloroso y doliente país.
jueves, 13 de octubre de 2016
Tras la pista de Dylan
Además de por su disfrute inmediato, siempre le estaré agradecido al rock porque para mí supuso la puerta encantada a un mundo maravilloso, el mío, el de la cultura. Hoy, adicto a la lectura, con un libro en las manos en cuando te despistas; hoy, que transito caminos de la mal llamada alta literatura; hoy, apasionado lector de poesía, lo mismo que cuando adolescente traspasé aquella puerta, sigo sin ver la distancia entre estos y aquellos versos. Tal vez por eso me alegro de verdad con la gran notica del día, porque al final, aunque nunca necesité que me lo confirmaran, yo siempre tuve razón. Lo que aguardo con expectación es la reacción del agraciado, que imagino será displicente o no será.
Comparto unas letras que escribí sobre Dylan para aquel malogrado proyecto del Quirófono, que hemos de recuperar aunque sea para juntarnos a charlar un rato a la semana Emilio, Juan y yo, y así disfrutar de uno de los grandes placeres de la vida para los melómanos: el de hablar sobre música.
Trambién una recopilación de versos de Dylan cogidos al vuelo desde muchas de sus canciones y el enlace a una recopilación que preparamos Emilio Gajate y yo sobre nuestro ilustre amigo.
El bufón se acerca al borde del escenario y la platea
aclama a su guía, a su héroe.
Ni guía, ni héroe, ni suyo.
Qué guía sería el que
no conoce su propio camino,
el que teniendo el don de lenguas no escucha su
propia voz
Qué héroe sobrehumano el que canta al amor y la fuerza desde lo más
humano:
la culpa, la pena, la derrota o la vergüenza
De quién será alguien que,
como todos los que cargan con la verdadera grandeza,
aún no acabó por encontrarse a sí mismo.
LA
VOZ DE DYLAN
El
que no está ocupado viviendo, está ocupado muriendo -
Cuando no tienes
nada, no tienes nada que perder - ¿Cuántos
años puede existir una montaña antes de disgregarse en el mar? ¿Y cuántos años
han de vivir algunos antes de que les den la libertad? ¿Y cuántas veces puede
un hombre volver la vista fingiendo que nada ve? La respuesta, amigo mío, vuela
con el viento – Habéis
propagado el peor de los miedos que jamás se pueda sembrar, el miedo a traer
hijos – Y
lo reflejaré desde el monte para que todas las almas lo vean, luego me erguiré
sobre el mar hasta que empiece a hundirme, pero sabré mi canción antes de
empezar a cantarla, Y será atroz y será atroz y será atroz, será atroz la
lluvia que caiga – De nada sirve que
enciendas tu luz, voy por el lado oscuro del camino – Venid todos aquí, no
importa donde vayáis y reconoced que las aguas han crecido a vuestro alrededor – No,
nunca más trabajaré en la granja de Maggie, me despierto por la mañana, junto
las manos y rezo para que llueva, tengo la cabeza llena de ideas que me están
volviendo loco – No
preguntes sobre nada, podría contar la verdad – Sé que el imperio de la noche
regresó a la arena, se desvaneció entre mis dedos, me dejó aquí a ciegas, pero
todavía despierto. Mi cansancio me maravilla, mis pies están marcados, no hay
nadie que conocer y la vieja calle vacía está demasiado muerta para soñar – Unos anuncian victoria, otros
derrota. Razones personales chicas o
grandes se ven en los ojos de quienes gritan para que se arrastre lo que ha de
morir mientras otros dicen que nada odiéis salvo el odio – Me hacía falta esta
mañana sin sombra de duda, la maleta está ya hecha – Dices
que has perdido la fe pero no se trata de eso, no tenías fe que perder y lo
sabes - ¿No
es propio de la noche jugar con malas artes cuando buscas la calma?
– Dices que
dijiste que querías sujetarme pero sabes que no eres tan fuerte, no puedo hacer
lo que solía, ya no puedo rogarte más. Te voy a dejar pasar y yo iré el último.
El tiempo dirá quién cayó y quién se quedó atrás cuando tú sigas tu camino y yo
el mío – Te
esperé cuando estaba medio enfermo. Sí, te espere cuando me odiabas. Te esperé
en el tráfico congelado cuando tenía otros sitios donde ir ¿Esta noche dónde
estás, dulce Marie?
– Mi viaje no
ha sido plácido, no me queda mucho tiempo y todavía desconozco cuál ha sido mi
delito - A solas
contigo, sólo tú y yo ¿No me digas que de veras no es así como ha de ser?
Abrazados con fuerza mientras dura la noche. Todo va bien mientras estoy
contigo a solas – Tuve
montañas en la palma de la mano y ríos que fluían a diario. Debía de estar
loco, no sabía lo que tenía hasta que lo eché a perder – A veces el hombre que
hay en mí se esconde para que no lo vean – La gente me dice que es pecado saber y sentir demasiado – Viento idiota que sopla cada vez que abres la boca – Fue
en otra existencia, una de sudor y sangre, cuando la negrura era virtud y el
camino cenagoso. Venía del desierto como una informe criatura y ella dijo:
“Pasa, te doy cobijo en la tormenta” – Me he quemado otras veces y conozco el
percal así que no me oirás ni una queja ¿Podré confiar en ti o es tu amor
baldío? – Ahora hay una guerra espiritual, la
carne y la sangre se pudren. O tienes fe o no la tienes y no hay terreno
neutral – Querrían echarme
de la ciudad, no me quieren por aquí porque yo creo en ti – Voy a cambiar mi forma de pensar,
crearé mis propias leyes
– Vivimos en un mundo político, no hay sitio para el amor. Vivimos en
un tiempo de delincuentes y el delito no tiene rostro
lunes, 3 de octubre de 2016
Otro mejor directo de la Historia
Hace unas semanas se reeditó "It´s too late to stop now" de Van Morrison en completa caja con material adicional, tal y como ahora se estila. Otro mejor directo de la historia, he leído por ahí.
Llevo ya leído demasiado sobre las mejores canciones, discos, directos o músicas de la Historia. Cuendo eres joven y estás verde lo tomas a pies juntillas, es normal, y te apresuras a conseguir esas maravillas que puede te estuvieras perdiendo. Después, cuando empiezas a vislumbrar la inabarcabale magnitud del material que aguarda, el de la cultura misma, cuando comienzas a construir tus criterios, te limitas a tener en cuenta el jucio, a tomar las sagradas recomendaciones como válidos referentes que seguro darán testimonio de etapas en que un intérprete o banda se encontraban en estado de gracia
En algún artículo que leí por ahí, en concreto se hacía referencia a otros dos discos que se consideran también los mejores de la Historia, el directo de Sam Cooke en Harlem y el de James Brown en el Apolo.
Ahí quedan la pistas por si a alguien le interesa, lo mismo que en algún momento de mi vida yo leí o esuché que el mejor directo de la Historia fue uno de Allman Brothers Band, Springsteen, Deep Purple, Bob Dylan o los Bad Seeds de Nick Cave . Y seguro que lo fue, ¿por qué no?
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domingo, 2 de octubre de 2016
De lombrices, abejas y hombres
Para Svetlana Alexiévitch la catástrofe de Chernóbil es el acontecimiento capital de la Historia. Hasta las secuelas más devastadoras de las guerras más terribles son susceptibles de dejarse atrás y seguir adelante, pero por primera vez el hombre no mide la magnitud real de las consecuencias de sus actos. Sobrepasado su poder, el accidente se consituye en heraldo de autodestrucción.
Un fragmento de "Voces de Chernobil" aparentemente "pequeño", pero enormemente significativo sobre nuestro papel en el mundo y la Historia.
"Salí por la mañana al jardín y noté que me faltaba algo, cierto sonido familiar. No había ni un abeja. ¡No se oía ni una abeja! ¡Ni una! ¿Qué es esto? ¿Qué pasa? Tampoco al segundo día levantaron el vuelo. Ni al tercero. Luego nos informaron de que en la central nuclear se había producido una avería, y la central está aquí al lado. Pero durante mucho tiempo no supimos nada. Las abejas se habían dado cuenta, pero nosotros no. Ahora, si noto algo raro, me fijaré en ellas. En ellas está la vida"
"Nosotros esperábamos que nos explicaran la cosa por la televisión. Que nos dijeran cómo salvarnos. En cambio, las lombrices... Las lombrices más comunes se enterraron muy hondo en la tierra, se fueron a medio metro y hasta a un metro de profundidad. En cambio, nosostros no entendíamos nada. Cavábamos y cavábamos. Y no encontramos ni una lombriz para ir a pescar."
¿Quién es el primero, quién está más sólida y más eternamente ligado a la tierra, nosotros o ellos? Lo que tendríamos que hacer es aprender de ellos cómo sobrevivir. Y cómo vivir"
domingo, 18 de septiembre de 2016
Travesía de Irueña: CiegoSabino o ser de lo que eres capaz
Hace unos años, cuando cada verano completábamos la
travesía de cuatro kilómetros y medio desde el risco de Martiago hasta el
pantano, lo que llamábamos el Descenso
Mirriobrigense, ya nos planteábamos recorrer algún día los casi diez
kilómetros justos que separan el castro de Irueña de la nueva presa.
Al que firma le parecía que el proyecto tenía más de
quimérico que de serio. Pero he aquí que al amigo CiegoSabino, lo mismo que mi
idea de “Los 500 de Asís” le pareció una estupenda forma de pasar una calurosa
semana de agosto cruzando Portugal, también ayer transformó lo rifado en barra
de bar en realidad.
Uno de los elementos a partir del cual se construye
el fondista de grandes distancias, puede que el esencial, es el de saber
mantener una forma diálogo interior que necesariamente se expresa en soledad,
que a pesar de las circunstancias adversas, las previstas e imprevistas, se ha de
desarrollar con serenidad, al ritmo acompasado y constante, en momentos
agónico, de tu propia respiración.
En natación
en aguas abiertas, ese aspecto se manifiesta de forma especialmente cruda
porque no hay nada que alivie la fatiga y el aviso del umbral de la resistencia.
Nadando el deportista carece de estímulo externo alguno, atrapado entre la
oscuridad que sugiere la gran profundidad y el cielo, las lejanas referencias que atisba a través
de las gafas siempre resultan demasiado lejanas y difusas, sin ni siquiera
escuchar los gritos e indicaciones de los que le animan y alientan a su lado.
En el deporte de fondo las referencias son la vida,
y estas fueron llegando ayer tras la mitad del recorrido, los cinco kilómetros
que otro día parecían mucho, que ayer no eran nada para lo que se pretendía.
Tramos de río eternos hasta llegar el siguiente recodo surgiendo entonces un
puente, después otro puente, finalmente la presa, pero siempre tan lejanas… todo
a cámara demasiado lenta. Nadando, las referencias siempre tardan demasiado en
llegar; cuanto más avanzado el reto, más lejos parecen, porque cuando llevas
casi cuatro horas nadando, y además se ha levantado aire en contra con un ligero
oleaje que molesta, ya casi todo estorba, duele el cuerpo entero y los amagos de calambres
son continuos.
Fijar los retos, sueños o metas, esa capacidad
propiamente humana que nos da la vida en cualquier ámbito, no necesariamente
deportivo: ser de lo que eres capaz. Después toca ponerse a ello, a la faena. Para
nadar los al final once kilómetros, para nadar casi cinco horas, evidentemente
se ha de tener un gran corazón, trabajado a lo largo de muchos años además de
contar con dos condiciones más, dos alas en forma de ilusión pura y entrenamiento cotidiano oscuro,
imprescindible para aquel que, aun despreciando la competición, anhela medirse
con el reto pensado. Además CiegoSabino
tiene algo aún más importante que a muchos con más condiciones le falta: tiene
una cabeza muy dura, sin nunca tomarse muy en serio ni a él mismo ni lo que
hace. A cuento de qué, pensaría él. Pero para eso ya estamos nosotros, para
reconocérselo, todos los que sabemos que Agus tiene un gran corazón, todos los
que sabemos que ahora ya no estoy hablando ni de pulsaciones.
jueves, 15 de septiembre de 2016
Donde el arte queda vencido por su misma materia
"Por si los viajeros desean saber por quien
y por qué se fabricó este puente gigantesco y
este templo cavado en la misma peña del Tajo
lleno de la majestad de los dioses y del Cesar
en donde el arte queda vencido por su misma materia
sepan que Lacer, hombre esclarecido en
el arte divino de la arquitectura, hizo este puente,
que durará mientras dure el mundo"
Puede que la pregunta del caminante, la del viajero en el tiempo, siempre sea la misma del interesado por la Historia,tratando de entender el carácter de la relación con su tierra de los que le precedieron, seguro no tan alejada de la suya como piensa.
Me pregunto si no resulta aún más intimadante que cualquier victoria militar el que un pueblo dominador sea capaz de construir algo tan impresionante y abrumador como el puente de Alcántara.
"Donde el arte queda vencido por su misma materia", poética forma de describir una obra de ingeniería, bella en su persecución de lo práctico y duradero.
"Donde el arte queda vencido por su misma materia", poética forma de describir una obra de ingeniería, bella en su persecución de lo práctico y duradero.
sábado, 3 de septiembre de 2016
El hombre que supo reinar
Aunque no solo como hombre sino también como jugador ojalá está lejos el día en que, según Walter Benjamin, pueda decirse "quién fuiste pues ya no serás nunca nadie más que quien fuiste hasta ese instante del que no se vuelve", aprovechando la despedida de Calderón, el primero de los grandes, y los diez años transcurridos desde el Mundial de Japón, mejor escribir ahora que ya se adivinan tiempos en que a nosostros, afortunados, nos tocará relatar a los vengan sobre su leyenda.
Escribir sobre un niño hombre que con poco más de veinte años ya sabía lo cierto de las palabras de Kipling sobre el triunfo y la derrota, esos dos impostores.
Nos enseñó a vencer desde la constancia y la lucha cotidiana y oscura, aunque eso ya lo sabíamos. También desde la rabia y la pasión, que aunque sabíamos podía ser noble, no teníamos tan claro que hubiera de ser siempre así, que únicamente fuera aceptable por ese camino.
Pero sobre todo, en las pocas derrotas, nos enseñó algo que ignorábamos, que en esos momentos el ruido de fondo no significa nada, que toca buscar en tu interior lo que te rescatará para seguir adelante y volver a intentarlo.
Hoy, que muchas figuras del deporte parecen algo abobadas y grotescas -muy comprensible por otra parte, dado el tratamiento que se les otorga-, inquietantes espejos para nuestros niños y niñas, uno de los más grandes, el capitán de un grupo extraordinario, adoptó como seña de identidad la educación, la mesura y la serenidad, ajeno a las manipulaciones de los de siempre, los mediocres que aspiran a marcar grandes destinos, siempre los únicos posibles.
Gracias por mostrarnos una forma de crecer y ser hombres, creando lazos con todos nosotros del mismo material de los que unen a un grupo de amigos salvajemente buenos, impartiendo lecciones en la cancha y en la vida. Lazos que atan, que muestran un saber estar en el mundo.
lunes, 8 de agosto de 2016
Chicas grandes contra el Reich (I): Sophie Scholl
Supongo que a algún lector del blog, habitual u
ocasional, alguna vez le habrá llamado la atención la foto en blanco y negro de
una chica que luce en la parte superior, en lugar preeminente de la página. Es Sophie
Scholl, guillotinada en Munich el 22 de febrero de 1943 por su pertenencia a La
Rosa Blanca, grupo de resistencia alemán contra la dictadura nazi cuya principal
arma fue la distribución de panfletos que buscaban despertar la conciencia del
pueblo alemán, apelar al menos a su resistencia pasiva.
La foto estará siempre ahí como recuerdo y homenaje al coraje de unos chicos, que desde
su inocencia e ingenuidad, se enfrentaron al poder omnímodo de un Estado que
pretendía anular al individuo negándole su dignidad e identidad; que fueron
conscientes en todo momento del riesgo que corrían y aun así, asumieron que su vida era precio
aceptable dada la trascendencia y magnitud de la empresa, la de clamar en el
silencioso desierto del país de la filosofía y la poesía, convertido entonces
en una febril maquinaria de eficacia perfecta que, triunfante, amenazaba con
destruir culturas y vidas a su paso.
Mi primera idea fue escribir un artículo sobre
Sophie Scholl, pero después pensé en enlazarlo con otras chicas que, de una u
otra forma, resistieron o se enfrentaron a unos tiempos de los más terribles de la historia. Unas chicas cuyas
existencias fueron extirpadas por la sinrazón en un continente, no hay que
olvidarlo, cuna del acervo jurídico más avanzado de la historia, lo que resultó
aún más triste. Sin embargo, a pesar de que todas ellas fueron derrotadas, su
espíritu es el que ha de triunfar por encima de siglos y cañones, porque su
fuerza silenciosa es mucho mayor, la fuerza del bien.
Porque la lucha de unas jóvenes de cuerpo frágil no
pudo desarrollarse a través de la violencia,
sino que tuvo lugar en un plano elevado, espiritual. Pensamientos, actitudes y
decisiones que atraviesan el tiempo como ejemplo inspirador, más eficaz aún que
las armas, culminado con un sacrificio que proporciona aún más sentido a su
compromiso. Su voz y palabras dan fe de
su coraje.
En los juicios posteriores a la guerra se acuñó un
concepto, el de “emigración interior”, según el cual, muchos de los
directamente implicados en los actos criminales del régimen nazi, en realidad
no estaban de acuerdo con lo que hacían; interiormente se rebelaban contra
ello, contra ellos mismos, pero cumplían con el deber que se les exigía.
En los diarios de Etty Hillesum, una judía
holandesa sobre la que escribiré en el próximo artículo, que por solidaridad,
decidió ir voluntariamente a Auschwitz,
donde pereció poco después, se articula otro concepto opuesto o espejo: el de “resistencia interior”, buscando aislarse
y vivir alejándose del loco horror que los rodea y que la convirtió en un
personaje excepcional, cuyas dudas y reflexiones me parecen fuente continua de asombro.
Estos dos desdoblamientos inventados, estas dos
ficciones que sirvieron a unos para matar y a otros para intentar sobrevivir,
jamás podrán colocarse en la misma balanza.
Siguiendo con el planteamiento, las palabras del
actor Bernhard Minetti puede que sean esclarecedoras sobre la postura de la
mayoría del pueblo alemán:
“Uno desarrollaba una especie de autoprotección al
construirse una pantalla frente al mundo, y supongo que eso constituía el
principio de esa represión que más adelante adoptaría toda la población. Yo
evité muy pronto expresarme políticamente. Pronto también oímos hablar de los
campos de concentración, pero no vinculaba a ellos la imagen que tuvimos
después, con Auschwitz o Maidanek. (…). Pero ¿me estaré excusando? ¿Qué es lo
que realmente sabía de todas aquellas cosas terribles, de Auschwitz, Maidanek,
Treblinka? Nada. Todos vivíamos envueltos en una capa, una capa de represión,
de no sentir curiosidad, de no indagar en las cosas. Yo lo llamaba:
autodefensa”
Ojalá nunca sepamos cuál sería nuestro
comportamiento en una situación así, si simplemente lo dejaríamos estar o si
trataríamos de poner remedio en aras del bien común, llegando a arriesgar
nuestra propia vida, si estaríamos dispuestos a sacrificarlo todo. Saber cuál
es nuestro temple real en una situación de vida o muerte, cuestión que salvo
Pérez Reverte tal vez nadie tenga realmente clara, albergando la duda de si nos bastaría con que nosotros y los nuestros
sobreviviéramos, fuera como fuera, por acorraladas e indignas en que se
convirtieran nuestras existencias.
Filtrando a Montaigne a través de la visión de
Zweig, cuando el mundo se sacrifica a las obsesiones de unos fanáticos, la
pregunta no es tanto “¿cómo sobrevivir?” sino “¿cómo seguir siendo plenamente
humano?”.
Algo sí tengo claro: desde nuestra imperfección, prácticamente
todos estamos deslegitimados para juzgar a casi cualquier ser humano, por lo
que me conformo con reconocer el mérito y valor de unos cuantos, los mejores,
aquí poco más que tres niñas, que desde el pasado nos siguen impartiendo lecciones.
Gracias a “El hundimiento”, la película de Oliver
Hirschbiegel, a muchos os resultarán familiares las palabras de la secretaria
de Hitler, Traudl Junge, personaje convertido en elemento conductor de la
película:
“Por aquel entonces debí de haber pasado ya muchas
veces junto a la placa conmemorativa en recuerdo de Sophie Scholl que había en
la Franz Joseph Strasse, sin haberlo notado. Un día me llamó la atención, y
cuando constaté que había sido ejecutada en 1943, que es cuando empezó de
verdad mi vida con Hitler, sufrí una profunda conmoción. Después de todo,
Sophie Scholl también había sido una jovencita de las Juventudes Hitlerianas,
una año más joven que yo, y había sabido reconocer perfectamente que se las
estaba viendo con un régimen criminal. De repente, me había sido arrebatada mi
disculpa.”
Ese despertar refleja el de todo un país que en un
principio trata de olvidar el pasado, no
meneallo y evitar depurar responsabilidades, aprovechándose ladinamente de
la coyuntura internacional, la división
de Europa y el mundo en bloques. El hecho de que cargos nazis de medio pelo
siguuieran representando papeles relevantes en las Alemanias nacidas tras el conflicto sin haber pagado su precio, se
convierte en escandaloso; también algunas condenas de escasa entidad para la
magnitud de los crímenes que se ventilan, lo que provoca la denuncia de voces
ilustres, entre ellas la de la filósofa Hannah Arendt.
A la sociedad alemana le tocó madurar y ajustar
cuentas con su pasado de una forma ejemplar y en ello ha seguido hasta hoy,
envuelta por ese difuso concepto de culpa colectiva que traspasa generaciones,
convirtiendo en ilegal cualquier reivindicación de un pasado vergonzoso,
manteniendo la memoria de la infamia al evitar la desaparición de elementos de prueba, como los campos de
concentración y exterminio.
Desde otra vertiente, también tocó reivindicar a los
pocos que se mantuvieron firmes a la hora de defender su derecho a ser hombres y mujeres libres, que también denunciaron
la muerte y la barbarie aunque no les afectara a ellos mismos. Ahí la razón de
estas páginas.
El valor y el temple lo heredaron los hermanos
Scholl de su padre, que ya se negó a alistarse en el ejército durante la
Primera Guerra Mundial porque “no podía matar a otros”, por lo que finalmente
fue enviado a transportar heridos. Durante la Segunda Guerra Mundial también
fue delatado y encarcelado por insultar a Hitler.
Sophie hereda su razonamiento en la siguiente
guerra, el llamado por Brautigan segundo intento frustrado de suicidio de la
civilización occidental, y le espeta a un país que vuelve a estar en guerra:
“no puedo entender que haya personas que pongan en continuo peligro de muerte a
otras personas… No digas que es por la patria”
Aunque los hermanos, aficionados a la filosofía,
puede que fueran algo peculiares, tanto
su hermano Hans en las Juventudes Hitlerianas como Sophie en la Liga de Chichas
Alemanas, tienen su contacto directo con el credo nacionalsocialista. A pesar
de su juventud, muestran personalidad y aplomo, no esquivan la verdad y,
espantados, abandonan la militancia. Sophie se muestra rebelde ante el estado de
las cosas, incluso a través de su inusual pelo corto.
Marcha a Munich para estudiar Filosofía y Biología,
donde varias influencias determinarán su destino, como la del arzobispo
católico de Münster, Graf von Galen, que denuncia desde el púlpito la
eliminación de enfermos y disminuidos mentales, la de Theodor Haecker, filósofo
al que se prohibía publicar o la del profesor de filosofía Kurt Huber que
también formó parte de La Rosa Blanca.
“La Rosa Blanca” fue un grupo de oposición formado
en Múnich en el verano de 1942 por
varios estudiantes de medicina y filosofía, entre ellos los hermanos Scholl,
Sophie y Hans, además del profesor de filosofía Kurt Huber, cuyas únicas
acciones fueron la promoción de la resistencia pasiva, como por ejemplo no
acudir a actos destinados a universitarios organizados por los nazis, llevar a cabo pintadas en la ciudad, así como
la distribución de unos panfletos contra el régimen nazi, cinco concretamente,
ya que el sexto redactado, nunca vio la luz. No hay que olvidar que durante una
guerra cualquier cuestionamiento al gobierno cuando los compatriotas están
muriendo en los campos de batalla, es socavar el esfuerzo en común, es
convertirse en un traidor, incluso para los menos afines al régimen. Primero la victoria,
primero Alemania, después lo demás. Esos
comportamientos son de manual en una sociedad, ese asfixiante clima es
fácilmente imaginable, incluso en nuestras sociedades, con nuestras banderas y
causas, siempre sagradas.
Como decía, su lucha se planteaba no en un plano
político o ideológico, sino más bien
espiritual: pretendían “restaurar la imagen del hombre” en el corazón de los
ciudadanos.
Es una suerte de pelea extraña contra la barbarie, siguiendo
unas reglas no habituales, marcados por un componente algo romántico o utópico.
La mejor prueba se encuentra en sus escritos:
“Pregúntales (a quienes creen en la ley del más
fuerte) si una victoria de la carne y de la violencia brutal no es una infamia
en el mundo del espíritu, si en este mundo
no valen otras leyes distintas a las de la carne, si acaso un inventor
(…) un poeta o filósofo enfermos no son más fuertes que un atleta de pocas
luces”.
“Ofreced
resistencia pasiva estéis donde estéis, impedid el avance de la máquina atea de
la guerra antes de que sea demasiado tarde, antes de que las últimas ciudades
sean un montón de escombros (…). ¡No olvidéis que cada pueblo se merece el
gobierno que tolera!”
Citando “La
legislación de Licurgo y de Solón” de Schiller: “En sí mismo, el Estado nunca
es una finalidad; tan solo importa en cuanto premisa bajo la que puede realizarse
la finalidad de la humanidad, y esta finalidad no es otra que la formación de
todas las capacidades del ser humano, el progreso”.
“Cada cual desea declararse inocente de esta
complicidad, y cada cual lo hace y se pone de nuevo a dormir con una conciencia
de lo más limpia y tranquila. Pero no puede exculparse, pues ¡cada cual es culpable,
culpable, culpable!”
“Hasta el estallido de la guerra, la mayor parte del
pueblo alemán vivía deslumbrado, los nacionalsocialistas no mostraban su
verdadera faz; pero ahora que lo hemos reconocido, debería ser el deber único y
más elevado de todo alemán –es más, su deber más sagrado-, aniquilar a esos
bestias”.
“Cada ser humano tiene derecho a un Estado eficaz y
justo que asegure tanto la libertad del individuo como el bienestar de la
comunidad”.
“Cuando un hombre ya no tiene fuerzas para exigir
sus derechos, está inevitablemente abocado a la perdición”.
“Lo que nosotros pretendemos es renovar desde dentro
el espíritu alemán”.
“No olvidéis tampoco a los pequeños bellacos de este
sistema, recordad sus nombres”.
“¿Hemos de ser un pueblo odiado y repudiado por el
mundo para siempre?”
El punto de inflexión de la guerra, Stalingrado, el
principio del fin de la Alemania nazi, a pesar de la catástrofe que supone para
sus compatriotas, para ellos es motivo de esperanza, lo que imagino sería
difícil de comprender para otros alemanes. Ahí se valen de un verso de Theodor
Korner, joven soldado voluntario en la campaña contra Napoleón: “¡Ánimo, pueblo
mío, el humo de las llamas nos señala el camino!”
Cuentan que los hermanos se comportaron con gran
serenidad en el momento de su ejecución, mostrando una gran fortaleza de ánimo.
Ellos auguraban una segura rebelión tras su muerte, especialmente en la universidad,
donde ya existía el reciente precedente de un conato de revuelta por el trato
vejatorio de los nazis a las mujeres estudiantes, a las que se conminó a
proporcionar hijos al Reich en lugar de continuar con sus estudios. Sin embargo,
la realidad fue muy distinta: el bedel
que los descubrió repartiendo los escritos, fue jaleado por los estudiantes en
las aulas un día después de que los
miembros de La Rosa Blanca fueran ejecutados.
No hay mejor forma de terminar que con las palabras
de Sophie durante el juicio: “Un pueblo superior solo quiere paz, quiere un
Dios, una conciencia, compasión moral… Muchos piensan lo mismo que nosotros
pero no se atreven a decirlo. Alguien tiene que empezar”.
Etiquetas:
Segunda Guerra Mundial,
Sophie Scholl
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