lunes, 2 de febrero de 2015

DESAFÍO RUN & ROLL: V Maratón, un triste maratón de domingo por la tarde



Obligaciones me impedían cumplir con mi autoimpuesto deber semanal durante las mañanas de sábado o domingo. Primer intento frustrado el sábado por la tarde; cuando ya estaba a punto de salir, comenzó a granizar y decidí posponer para la tarde del domingo.

El domingo tenía pensado salir en torno a las tres, tres y media pero, a pesar de haber comido pronto, comencé a remolonear: siesta, fregar, un te, leer un rato, lo que no era más que signo de las pocas ganas que tenía de meterme un maratón en el cuerpo. Después de barajar salidas de emergencia, como la de volver a aplazar para el lunes, dado que me he pedido una semana de vacaciones para estudiar para los exámenes, finalmente me dije que adelante, que lo intentaría, y si veía que no, me volvería a casa. Salí de casa a las 16:30.

Del recorrido solo tenía claro que iría hasta El Salto por carretera y desde allí volvería por La Cañada. Así lo hice, animándome a medida que pasaban los kilómetros, corriendo a 5 minutos hasta que llegué a El Salto con 11 kilómetros. Allí se enlaza con La Cañada, cuyo primer kilómetro es completo de ascenso. Allí me comenzó a soplar el frío aire de cara en esta dirección, y así continuaría hasta la carretera a Sanjuanejo, donde llegué medio helado.

Hasta allí, pistas con desniveles hasta el sendero que conduce a Pedrotoro y al cruzar la carretera, la Cañada que lleva a la Ermita de la Virgen de La Peña. Antes de bajar el cuestón (Km. 22), comí algo, me puse los guantes y dejé allí el bote de agua en una cuneta, dado que tenía pensado volver a pasar por allí un rato después. Como aún no había anochecido, decidí ir hasta Sanjuanejo por la carretera y volver por el camino del río. Al volver a la ermita, casi estaba en el Km. 30., y aunque estaba cansado y me dolían las piernas, iba animado porque la cosa podía ser bastante peor.

Al llegar al pueblo, me tocó hacer el recorrido urbano de 11 kilómetros que habitualmente hacemos en los entrenos nocturnos de diario. Creí que no era gran cosa. que casi estaba hecho pero se me hizo muy largo; iba muy lento, aunque creo que era más por el desánimo, que por un deterioro obejtivo. Sinceramente pienso que con algún estímulo -una meta, un acompañante- hubiera podido ir más rápido, pero ir por las calles desiertas de Ciudad Rodrigo en soledad un domingo por la noche me pareció algo bastante deprimente. 

Y en esto, como siempre pasa con el maratón, haciéndoseme los últimos kilómetros mucho más cuesta arriba de lo que pensaba acabé el quinto maratón del año con casi el mismo tiempo de la semana pasada: 3:54. Entré en casa hecho una birria, pero menos que otras veces y sorprendemente hoy casi tengo ninguna agujeta ni molestia, menos de veinticuatro horas después, algo que nunca me había ocurrido tras esa distancia. Supongo que será la ansiada adaptación de mi cuerpo al gran fondo.

El sábado volvemos a la carga.

"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"

2 comentarios:

ramonet dijo...

Dura experiencia, todos los que hemos vivido eso de salir a rodar un domingo de media tarde sin casi gente, con ese ambiente desangelado..uff, y no quiero ni pensar lo que debe suponer un Maratón. Y desde luego, con ese perfil me parece un muy buen tiempo.Ánimo y sigue alegrándonos los lunes a más de uno

Atalanta dijo...

Este frío, Ramonet, a ver si afloja un poco, uno de los obstáculos más grandes, sobre todo a la hora de ponerse, ya sabes. Esta tarde volvemos a la carga. A ver si consigo llegar hasta los 100 con este exigente propósito de entreno que he asumido. ¡Y gracias!