1 de Septiembre. LLuvia y frío. El verano es historia. Cuando las luces se apagan, me toca sonreír. Cuando vosotros volvéis, yo sigo aquí. En todas las pantallas, estreno del mejor mes del año. Días de baño corto, días de nado largo con cuerpo forrado. Lecturas a solas en el margen del río. Cuerpos secándose al tibio y acogedor sol de un estío agonizante. ¿Por qué siempre hay que crecer, envejecer, aprender, errar, para apreciar lo verdaderamente valioso?
En tiempos el sol me engañaba. Creía que cuando lucía dorsal, era mi aliado. Ahora sé que es falso y ladino. Mientras me sonreía, me convertía en cadáver vencido.
Para todos aquellos que sufren el cambio, probad a correr por el campo. Probad a sentir la humedad y los olores del monte. Preparados para la inundación de colores en cada bosque. Para todos aquellos que aún no adivinan el color del otoño, Leslie Feist. No es tan malo. Estación encantada. Sólo hay que sonreír. Vamos, 1,2,3,4.