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martes, 24 de marzo de 2015

Arvo Pärt según Martín LLade


Hace unos meses dediqué una entrada al Minimalismo Sacro. Por allí andaba Arvo Pärt. Hace unas semanas Martín LLade, locutor de Radio Clásica, a partir del encuentro con el músico, le dedicó unos minutos. En su estilo, el de erudito que parece no ejercer, alejado de, dada la materia, propicias poses redichas, Martín se desnuda y se convierte en una suerte de groupie ante la estrella, cambiando el ataque de nervios por la serenidad de su prosa, la de una palabras que esta vez lo tenían difícil: transmitir todo lo que le hace sentir la música del estonio, también la alegria del encuentro. Misión cumplida, Martín. Arropadas por la maravillosa música, sentío es poco, emocionante hasta las lágrimas. Hay que ser más profesional y hacer una entrevista al uso como Dios manda.

Si crees que te puede interesar, pincha aquí; diez minutos que no te cambiarán la vida, pero puede que te abran otra puerta, que te proporcionen otra de esas miles de cuñas que sostienen y apuntanlan nuestra existencia, convirtiéndola en algo maravilloso.


viernes, 23 de mayo de 2014

Minimalismo Sacro


De los Nikis al Minimalismo Sacro; en fin, ya sabéis cómo va esto. De primeras, por lo que he leído, el uso de la etiqueta "Minimalismo sacro" es ciertamente bastante discutible, pero a mí me viene bien para presentar  en cuatro líneas a autores a los que llegué encadenada y casi inevitablemente. Primero fue John Tavener, al que conocí a través de un artículo publicado con motivo de su muerte en 2013 -la fama, esa forma de inmortalidad-; de él pasé a Henryk Gorecki, después  Arvo Pärt.  

El Minimalismo sin apellido fue una corriente vanguardista musical que se comienza a desarrollar en Estados Unidos durante los sesenta que solo conozco de oídas, que nunca he escuchado seriamente, con representantes como Steve Reich y Terri Riley.

  Tavener, Párt y Gorecki, aún con sus diferentes etapas, están influidos por el estilo. Si os interesa el tema y escucháis algo, sus notas o características se desprenderán rápidamente: simplicidad de armonías,  repetición hipnótica, en algunos casos reducción instrumental al mínimo, el uso de la voz, la influencia de la música antigua, la apariencia de sencillez, la austeridad o contar mucho con pocas notas, valiéndose del silencio incluso.

El calificativo de sacro viene de que todos eran cristianos convencidos, Gorecky católico, Tavener y Arvo Pärt ortodoxos. De ascendencia mística, a veces se sirven de textos religiosos.

Emocional, parece una música dirigida a lo más hondo, a nuestro mismo centro. La percepción de la música es algo muy personal, y aunque a veces resulta complicado abstraerse y dejarse inundar por un sonido que no lo pone fácil, si el momento es propicio, se recibe casi como sanador, como portador de una extraña paz.

Yo siempre ando investigando pero sin duda uno de los desubrimientos del año, puede que de mi vida.