Dolido o furioso, con el mundo o contigo mismo, él siempre cumplirá su parte, reconfortarte en tu soledad. Cual viejo blues ajado cuyo lamento siempre alivia. Tantos años a su vera respetando la fuerza de lo que se percibe para siempre.
Los ríos no entienden de penas humanas, o tal vez lo entiendan todo. Pasamos, llegamos, le contamos todo lo que es tan importante y él sin parar de hablar y sin embargo, sin cambiar ni una palabra. Ambiciones, pasiones, culpas sin medida inundadas bajo sus aguas de tiempo, hoy no significan nada. Todo marchó, sólo él. A veces buscamos ese día extraordinario que nos salve. Y si nos sentáramos en la orilla y tratáramos de comprender el río de otra forma, si por una vez fuéramos conscientes del tremendo espectáculo que es ver la luz del sol reverberar sobre el agua o simplemente levantar la vista y ver pasar nubes a toda velocidad por el cielo, tal vez viviéramos de otra forma. Tal vez entonces no tendríamos que pensar en que el río rememore lo bueno o el tiempo pasado. Tal vez entonces aceptáramos que realmente nunca perdemos nada. Nunca nos bañamos en el mismo río pero él siempre es uno porque sabe conservar lo imperecedero de cada cual, lo que nunca marchará..
El post no lo motivó la llegada del verano sino una canción, El personaje de "A Tree By The River" de Iron and Wine habla sobre un pasado feliz, simbolizado por el árbol junto al río. Imagino que se trata de un guiño al "Rio" más famoso, el de Springsteen donde el protagonista identifica el río con lo mejor de su vida; un hombre atrapado como un títere por la presión social y el entramado económico, piensa en el río como lo único puro y feliz de su pasado. Además, el personaje de Sam Beam hace mención a una edad en concreto, los diecisiete años, los mismos que tiene el narrador de la de Springsteen cuando conoce a su chica, con la que se bañaba cada noche de verano en ese río mágico.
Vale.