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jueves, 14 de junio de 2012

Los blues del río



Dolido o furioso, con el mundo o contigo mismo, él siempre cumplirá su parte, reconfortarte en tu soledad. Cual viejo blues ajado cuyo lamento siempre alivia. Tantos años a su vera respetando la fuerza de lo que se percibe para siempre.

Los ríos no entienden de penas humanas, o tal vez lo entiendan todo. Pasamos, llegamos, le contamos todo lo que es tan importante y él sin parar de hablar y sin embargo, sin cambiar ni una palabra. Ambiciones, pasiones, culpas sin medida inundadas bajo sus aguas de tiempo, hoy  no significan nada. Todo marchó, sólo él. A veces buscamos ese día extraordinario que nos salve. Y si nos sentáramos en la orilla y tratáramos de comprender el río de otra forma, si por una vez fuéramos conscientes del tremendo espectáculo que es ver la luz del sol reverberar sobre el agua o simplemente levantar la vista y ver pasar nubes a toda velocidad por el cielo, tal vez viviéramos de otra forma. Tal vez entonces no tendríamos que pensar en que el río rememore lo bueno o el tiempo pasado. Tal vez entonces aceptáramos que realmente nunca perdemos nada. Nunca nos bañamos en el mismo río pero él siempre es uno porque sabe conservar lo imperecedero de cada cual, lo que nunca marchará..

El post no lo motivó la llegada del verano sino una canción,  El personaje de "A Tree By The River" de Iron and Wine habla sobre un pasado feliz, simbolizado por el árbol junto al río.  Imagino que se trata de un guiño al "Rio" más famoso, el de Springsteen donde el protagonista identifica el río con lo mejor de su vida; un hombre atrapado como un títere por la presión social y el entramado económico, piensa en el río como lo único puro y feliz de su pasado. Además, el personaje de Sam Beam hace mención a una edad en concreto, los diecisiete años, los mismos que tiene el narrador de la de Springsteen cuando conoce a su chica, con la que se bañaba cada noche de verano en ese río mágico.

Vale.

 

jueves, 7 de octubre de 2010

Sentado en la orilla


Creí que este fin de semana sería el último en el que todavía nos podríamos bañar. Me da que no va a poder ser. Nos conformaremos con el pasado viernes, uno de octubre. Al fin y al cabo no está mal. Los que me conocéis ya sabéis de mi pasión por mi río. Aquí os dejo un artículo que publiqué en una página de Ciudad Rodrigo y que guardaba para el último día de baño de este año, antes de que finalmente nos derrote el largo invierno. Hay referencias que ya utilicé en algún texto primerizo del blog.

"Sentado en la orilla"

“Sentado en en el muelle de la bahía….”, cantaba su majestad Otis Redding, sentado en la orilla del río dibujo el esbozo mental de este texto; admirando las miles de luces titilantes sobre su rostro, la luz filtrada por los árboles de la ribera, sintiendo la suave caricia de la brisa en mi cuerpo húmedo, con la agradable sensación de la calma recuperada tras la escasa natación, pienso en todos los comienzos de verano de mi vida en Ciudad Rodrigo.

Llega Junio, llega el verano y comenzamos a bajar de nuevo a la Pesquera, a nuestro río. Aunque durante el inverno y la primavera, el reconfortante paseo junto a sus orillas calme la comezón, no es hasta la llegada de la luz cuando nos paramos a dialogar de nuevo con nuestro viejo conocido. Como ocurre con los verdaderos amigos, aquéllos a los que la vida lleva lejos y que sólo vuelven junto a ti durante unos días al año y que sin embargo siempre reconoces cercanos, así nos pasa a algunos con nuestro Águeda.

En “Roma”, la película de Adolfo Aristarain, el padre del protagonista niño le cuenta a éste como al río se va a contar las penas, las tristezas, para que se lleve lejos todo lo que nos hace mal. Siempre me ha gustado esa imagen. Desde crío, mi río me ha escuchado contarle penas, aunque afortunadamente en más ocasiones, ha sido testigo de mis besos o de mis risas en conversaciones nocturnas memorables

Heráclito decía que nunca te bañas dos veces en el mismo río. Las verdades más grandes son las más simples. También es cierto que quizá no somos dos instantes la misma persona. Todas las experiencias que acumulamos, todo lo que perdemos por el camino, nos arrastra en cambio permanente. Nuestro río también cambia sin detenerse jamás. Está vivo y es travieso. Este invierno nos mostró su rostro más salvaje y asilvestrado. Más tarde se amansa y como cada primavera, aunque se intuye poderoso, se muestra tranquilo y ocioso, acogiendo vida en su vientre, reventando vida en sus márgenes.

Siguiendo este paralelismo, pocas metáforas más añejas y acertadas que la de identificación de vida y río. Ya contaba Jorge Manrique:

“Nuestras vidas son los ríos,
que van a dar en la mar,
qu´es el morir;”


Soy atleta de fondo, siempre a la búsqueda de los límites, rastreando qué hay más allá de la fatiga y el dolor. Muchos kilómetros de batidas y jadeos entre esos refrescantes brazos que te acogen, te empujan o te lastran; brazos en los que puedes a llegar sentir su alma o hasta ver su sonrisa.

Definición de diccionario básica para Miróbriga: emplazamiento privilegiado, zona elevada junto a río de caudal abundante durante todo el año. Los primeros pobladores, cientos de años ha, eligieron el lugar idóneo. Es una lástima que muchos de los vecinos actuales de Ciudad Rodrigo no valoren como aquéllos nuestro entorno. De igual manera, cada año reclamamos a nuestras instituciones que lo cuiden con más mimo, que le dediquen esas mínimas atenciones que demanda cada año para lucir tal como es, apuesto y arrogante galán provinciano.

Mis meses predilectos son Junio y sobre todo Septiembre, cuando ya no hay lugar para las aglomeraciones estivales y el silencio gana la partida a los gritos de los niños; es entonces cuando puedes volver a escuchar claro su canto. Cierras los ojos para apenas escapar de la luz y oyes el familiar coro de sus múltiples voces. Ése que han escuchado tantas generaciones a lo largo de la Historia. Nosotros envejeceremos y marcharemos y él seguirá ahí, tan lozano y rebelde como siempre. En nuestra responsabilidad la de intentar que nuestros herederos sigan estando agradecidos al mirobrigense más antiguo.

Cantaba Otis Redding:

“Aquí sentado, descansando mis huesos
Y esta soledad que no me quiere dejar solo
Dos mil millas he recorrido
Sólo para hacer de este muelle mi hogar
Ahora simplemente voy a sentarme en el muelle de la bahía…”

Yo no estoy en San Francisco, estoy en Ciudad Rodrigo. Sin embargo ayer mismo percibí con claridad tus sentimientos aquella mañana, amigo.

lunes, 24 de mayo de 2010

Canciones de boda


Ayer estrené el río. En febrero nadé veinte kilómetros en la piscina. Como no tenía ningún triatlón a corto plazo y la piscina no me va mucho, lo dejé. Ahora estamos a un mes del medio ironman de Buelna y hay que ponerse en marcha. Con este calor ya se puede bajar al río. LLevé el neopreno pero no hace falta. El agua está fría pero se tolera para empezar a nadar. 23 de Mayo. No está mal. El año pasado aguantamos hasta el 13 de Octubre. A ver si conseguimos volver a estirar tanto la temporada.


El sábado tocó boda familiar. Mi prima Mónica emparenta con una antiguo Campéon de España de BMX, Fernando. Una pareja fabulosa, muy buena gente. En principio me espantan este tipo de funciones pero reconozco que al final siempre me lo paso bien. Desde que Ironmanu me dijo que con traje parecía Francisco Camps, inconscientemente estoy más inclinado a creer en su incocencia. Entre eso y mis extraños sueños con Soraya -¡es mi instructora de natación!-, voy a acabar afiliándome al PP. Evidentemente esto no va en serio.


Me sorprendió que los novios eligieran para su entrada un tema de Springsteen, concretamente "Tunnel of Love". Escojo otra canción de este irregular disco. Springsteen pasa por una etapa complicada en su vida. Se divorcia de Julianne Philips, una modelo que no consiguió superar el casting para bailar en el vídeo de "Dancing in the Dark" dirigido por Brian de Palma, pero que se llevó el premio gordo, el corazón del Boss. Aquello nunca funcionó y el disco refleja el mal momento sentimental por el que Bruce atraviesa. En tiempos, muchos ya pensábamos que a la figura del último "working class hero" no le iba bien una modelo. Para conseguir la felicidad, le birló la novia a su guitarrista, Nils Lofgren. Actualmente, con Patti Scialfa, forma una de las parejas más estables dentro del agitado mundo de la primera división del estrellato del rock and roll. El vídeo es una curiosa e intensa versión de "Tougher than the Rest", solamente con voz y piano.
Y ya que estamos con las bodas, también dejo la canción que suelen poner en el Conde Rodrigo, aquí en Ciudad Rodrigo, cuando entran los novios al comedor. No sé a quién se le ocurriría porque aquí la cultura musical es muy escasa pero es un joyita que no se puede más que disfrutar, "I say a litthe prayer". Aretha Franklin -genuflexión, por favor-, abandona sus desgarros soul para interpretar una almibarada composición de una de las figuras claves de la historia del pop, Burt Bacharach -genuflexión, por favor-. Os sorprendería saber todas las canciones que conocéis desde críos y que compuso este genio. Un día se merece un buen post.




lunes, 5 de abril de 2010

Luz



Después de un duro y oscuro invierno, al fin llegó la luz. Cuando ayer estaba leyendo en el río a mediodía, ya daban ganas de ponerse el neopreno y echarse a nadar. Cuanto más viejo me hago, peor llevo estos largos meses de fríos, nieblas y lluvia. Viendo las fotos de David en Gran Canaria, pensaba lo bien que se debe estar en un lugar con la luz del sur, con la luz de Lisboa, sin tener que soportar estos crudos inviernos.

Os dejo un par de vídeos de dos anuncios llenos de luz y color. El primero ha sido elegido por una revista como el mejor de la década. Las grandes ideas son muy simples. Una suerte de "realismo mágico", como cuando en "Cien años de soledad" llovían flores amarillas. La belleza y la luz de las calles de San Francisco, una de las pocas ciudades americanas que me encantaría visitar -las otras pueden ser Nueva York, Nueva Orleans o Memphis-, donde siempre me imaginaré a James Stewart siguiendo a Kim Novak.
Esos cielos azules, la bahía vista desde las colinas unida a la simple e intensa canción de José González, sueco de pura cepa como su propio nombre indica -últimamente aparece mucho sueco por aquí-. Sólo tengo esta canción de un recopilatorio así que no puedo contaros gran cosa sobre él salvo que es hijo de inmigrantes argentinos y que recibió muy buenas críticas hace un par de años.




Este otro de la misma marca y supongo que de la misma agencia, también es buenísimo. Utilizan "She is a Rainbow", una maravillosa canción de sus satánicas majestades, la última que se pone en mi casa cuando hay celebración y que siempre me recordará a alguien.




"La sabiduría consiste en estar despiertos, en prestar atención".

miércoles, 3 de septiembre de 2008

El río de mi pueblo



Se acaba el verano. Se acaba el río. Por un lado alivia la huida de las hordas de turistas de agosto, cuando a pesar del buen tiempo, el paraje pierde parte de su encanto por el guirigay que se monta; por otra parte todos sabemos que eso es señal de que el fin está cerca. Todavía tenemos que disfrutar de uno de los mejores meses del año, cuando ya somos pocos los que bajamos para bañarnos y sentarnos a leer o charlar o simplemente escuchar el río. Sin embargo, ya dependemos del tiempo y la espada de Damocles, en forma de cuatro días malos que supongan la clausura definitiva de la temporada, se cierne peligrosa.
Y poco queda para que también se acabe la natación de verdad y comencemos a dar giros (no muchos, la verdad) a la horrible piscina cual hamster enjaulado. Aguantaremos algo con el neopreno aunque no es lo mismo.
En “Roma”, la película de Adolfo Aristarain, el padre del protagonista niño, le cuenta a éste como al río se va a contar las penas, las tristezas para que se lleve lejos todo lo que nos hace mal. Desde que la escuché siempre me ha gustado esa imagen. Desde crío, mi río me ha escuchado contarle penas aunque afortunadamente en más ocasiones ha sido testigo de mis besos o de mis risas en conversaciones nocturnas memorables
Comienza el largo invierno y aunque el paseo esporádico calme la comezón, sabemos que hasta primavera y el buen tiempo no volveremos a hablar y a escuchar ese canto eterno de nuestro Río Águeda.

Sin embargo no hay pena; el año que viene todos los jaramugos nos volveremos a encontrar, como desde hace tantos años, como nuestro nombre indica, en nuestro sitio, en el río. Y seguro que Javier, el benjamín de la panda, ya habrá comenzado a correr y charlar y nos volverá a todos un poco locos. Pero bueno, el sector radical aguantará mientras se pueda, a oscuras, con el farol, con unas botellas de vino, con música. ¡Cómo olvidar esa mítica noche de despedida el día de la muerte de Johnny Cash!
Disfrutaremos mientras se pueda. Hay que reconocer que las últimas semanas las puestas de sol y las cervezas a oscuras en la pesquera han sido de las mejores.




Como un miembro del club es un entusiasta de Pessoa, aquí le pongo unos versos que no se si conocerá, y que el genio, medio hermafrodita él, dedicaba a su “amada” Ofelia cuando le requería amores. Él prefería ver correr el río.


“Amémonos tranquilamente, pensando y podríamos
si quisiéramos , cambiar besos, abrazos y caricias,
pero que más vale estar sentado uno junto al otro
oyendo correr el río y viéndolo”.


(En portugués seguro que suena mejor)


P.S. Para que veáis de que guisa se pasea el Ironmanu por el río. Si es que lleva fatal lo de haber vendido la Harley. David, ¿a qué se la cambiabas por tu P3 sin dudar?



Y para acabar un “pata negra” del incipiente castellano, un fragmento donde compara la vida de los hombres con los ríos. Seguro que todos los mayorcitos recordamos del instituto las “Coplas a la Muerte de mi Padre” de Jorque Manrique. Aunque supongo que lus dagalis esta cosas las seguirán estudiando. Vamos, digo yo.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu´es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.