Otra Media que elijo porque me apetece explorar qué hay alrededor. Esta vez bajo solo, al mediodía del sábado. Me informo sobre las rutas más usuales. Es lógico que las estimaciones de tiempo a mí normalmente me parezcan demasiado generosas pero en Monfragüe parece que están diseñadas para personas con una seria discapacidad. Caminando ligero, entre el sábado y el domingo después de la Media, casi sin querer, me las hice todas.
Merece la pena una visita más detallada. Os dejo algunas fotos.
Parque Nacional, animales a sus anchas.
Pero ellos, justo ésos que no se ven, son los reyes.
Te puedes quedar embobado contemplándolos planear a tu lado tan enormes, elevarse o descender sin mover sus gigantescas alas. La elegancia de lo sencillo.
De pronto pliegan alas, abren el tren de aterrizaje de sus poderosas patas y se precipitan en un picado que aparenta suicida contra el roquedo.
El Tiétar y el Tajo.
Ascensión a Cerrro Gimio. Me estoy comenzando a preguntar si soy incapaz de ir a un sitio despacio."Prohibido correr", me digo. Un paseo, un paseo... pero la camiseta me delata.
Siglo XVII. El Puente del Cardenal para cruzar el Tajo sin barcazas.
Después de la Media, después de la cerveza, en lo alto del Castillo, siesta arropado por el silencio y un sol esquivo. Mientras cierro los ojos, los buitres planean sobre mi figura tan cerca, tan cerca...
Monfragüe. Alfombra que invita a volver a no mucho tardar. Esta vez con prismáticos.
Para este post, una bonita canción campestre de unos chicos de pueblo, leoneses para más señas, The Bright