Porque amo la montaña y esa mañana descubrí una maravilla desconocida a las puertas de casa y a tiro de piedra del Atlántico.

Porque ser capaz de recorrer setenta kilómetros con 4.200 metros de desnivel positivo en algo más de doce horas te proporciona una sensación de libertad, de autonomía, de satisfacción y control difícil de explicar para los ajenos al mundillo.
Porque cuando la naturaleza encaja con la actividad humana, todo parece perfecto. Por muy cansado que te encuentres, no deja de sorprender descubrir entre montañas, pueblos que más parecen de "parque temático".
Porque hay carreras perfectas, plenas de belleza, donde se mezclan senderos extremadamente técnicos con cumbres abiertas, enmarañados atajos con pistas a pie de molinos, ríos y cascadas con ascensiones y descensos que hay que ganarse a cada paso, que hay que vencer con cada latido.
Porque me gusta introducirme en el mundo del trail portugués y conocer a algunos de nuestros hermanos, porque hay organizaciones perfectas donde además de proporcionarnos todo lo material, nos aportan un plus de cariño y ánimo. Obrigado, Moutinho. Fama bien merecida la del trail más famoso de Portugal.
Porque no hay nada mejor que terminar estas palizas sin un dolor, con las piernas enteras y sin una agujeta al día siguiente. Puesto 47. Cada vez tengo más claro que con un pequeño salto de forma y una mezcla de estrategia y ambición, podría estar bastante más adelante. En el buen camino para Ehunmilak.
Como fui solo, y con vistas a las temibles dos noches de Ehunmilak, probé usar música pero no me acaba de convencer. Prefiero oir el sonido del monte, el silencio de la noche. Podría dejar "Terrible Love" de The National que fue la primera canción que escuché o alguna de Editors, uno de cuyos discos nos regalaron con la bolsa del corredor (!?) aunque comparto Antonio Vega, el disco que fui escuchando en el coche. Ya sabéis en la onda en la que me muevo últimamente.
P.S. Sniff, después de muchos años, se me rompieron mis calcetines de la suerte provocándome una herida en el talón por cafre. Habrá que buscar otro amuleto.
Aviso para navegantes por si algún lector se da por aludido. A los corredores que tiran envoltorios en el recorrido habría que ejecutarlos directamente, sin proceso previo, arrojándolos por alguno de los precipicios junto a los que pasamos. Si voy subiendo y voy entero, los recojo. Cuando entra en funcionamiento el piloto automático, agacharse cuesta demasiado.