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lunes, 1 de julio de 2013

Regreso a la realidad


Antes que nada, nueva cara de la criatura, obra de la artista de la familia.


El Trastevere, nuestra casa a un lado y otro del río, mi rincón favorito de la ruidosa y excesiva Roma. A la sombra de Giordano Bruno, quemado vivo como tantos otros en esta plaza,  el Campo de Fiori acogió nuestras noches.


Roma. Las ruinas de la civilización que marcó y seguirá marcando gran parte de mi rumbo y tantas de mis lecturas se encuentra seriamente enferma de "nova sífilis", ese mal que  extendemos los turistas, ese mal necesario e inevitable, al fin y al cabo.






Todo elegancia, equilibrio y mesura, probablemente el edificio que más me ha impresionado en mi vida: El Panteón. Varios años después, lo volvió a hacer. Lástima no llenarlo de silencio.


Dos semanas fuera del mundo. Sin internet, sin móvil, ¿sin música? Agradecidos a toda la que se coló por rendijas de forma inesperada. Desde "El Mesías" en Roma hasta un concierto de los alumnos del Conservatorio de Venecia, desde el increíble ensayo de una pianista en la Capilla Calvinista de Ginebra hasta el alucinante Festival de Swing de Como (ni heavies, ni raperos, ni punkies; estos tipos sí que están locos, locos por lo suyo), sin desmerecer a algunos de esos geniales tipos, un poco fuera de lugar, que de vez en cuando, en alguna calle, nos obligaban a sentarnos y escuchar, desde el blues más añejo hasta la viola de gamba. Lástima no volver a disfrutar de la suerte de antaño, aquel ensayo robado en La Scala de Milán.





Florencia. Visita relámpago. Pensamos dormir una noche allí pero por razones de logística, hubo que marchar a última hora a Venecia -el estilo de viaje atalantiano es lo que tiene-. Se celebraba la "Semana de la Moda" y la ciudad estaba tomada. No os podéis imaginar la cantidad de mamarrachos -de los de verdad, de los pijos, todo dinero y superficialidad-, que pululaban por allí. Santa María de Fiore o la Plaza de la Signoria. La lectura de la excursión ha sido "La Divina Comedia". Con el florentino más ilustre era fácil viajar al germen de una de las etapas más alucinantes de la historia, la de un Renacimiento donde alrededor de esta plaza convivió lo más excelso y miserable del ser humano, se mezcló el anhelo de eternidad con la cotidiana y rastrera intriga por el poder.


Extraños "hoteles" con facturas acordes a la idiosincrasia del viaje.


Baño a las siete de la mañana en el Lago de Como. Un descubrimiento. Algún día habrá que volver y recorrerlo con calma, de principio a fin.


Montañas. Otra historia, se acabó el calor, se acabó el gentío. Italia, Courmayeur. Valle de Aosta, palabras mayores, uno de los lugares más bellos que conozco. Sobrecoge. Jamás una foto le hará justicia.







Para afrontar la pereza del año que aguarda, mandan las brujas que en la noche de San Juan, haya que bañarse en agua de la primera luna. Este año fue más difícil. Tentativa en  cascada. 


Recuerdos tan hondos que dan forma al espíritu, que imprimen carácter. En 2010, este fue el inicio de la gran aventura. Poco a poco fuimos conscientes de lo que significaban las cifras de cada uno de esos veinticinco carteles amarillos.



Tras un eterno túnel de más de 11 kilómetros que atraviesa el Mont Blanc de parte a parte, Chamonix, a los pies del gigante.



La Flegere. Tanto en Chamonix como en Courmayeur, no importa el camino que elijas. Encontrarás  balcones y paz por doquier. Hallarás lo que buscas.



Horas antes de volver, una apresurado postre en Ginebra que no transmitió demasiado; ni sus calles, ni sus gentes.


Venecia merece comentario aparte. Hay que madurarlo. A la altura de su fama el laberinto condenado. La noche cae mágica sobre trazados imposibles de repetir. Cada giro, un ángel. 






De regreso a España, me reconvertí a la religión del auténtico español. Bar castizo de Madrid, dos bocadillos de calamares, varias cervezas, comunión espontánea con la clientela viendo los penaltis del España-Italia. Si es que se me saltaban las lágrimas viendo lo barato que estaba todo.

Un buen final al día siguiente fue la Exposición de Dalí en el Reina Sofía que recomiendo con entusiasmo. Un chalado o un señor disfrazado de chalado, ejerciendo de genio o siendo genio. Quién sabe.


El verdadero viaje comienza ahora. "A tu lado, soy", rodea mi dedo. Juntos, todo será menos complicado. Seguro.

jueves, 30 de agosto de 2012

El "Tao" del viajero


El "Tao" del viajero según Paul Theroux

Deja tu casa
Ve solo
Viaja ligero
Lleva un mapa
Ve por tierra
Cruza a pie la frontera
Escribe un diario
Lee una novela sin relación con el lugar en que estés
Si tienes que llevar teléfono móvil, evita usarlo
Haz algún amigo 


jueves, 10 de noviembre de 2011

Me gusta Portugal


Porque sentarse frente a un océano invita a plantear metas, reordenar vidas, buscar límites.


Porque el Atlántico es un mar honesto, duro, frío y sincero


Porque me gusta aquello que decía  "Enrique el Navegante", "Allá donde se pone el sol no tiene por qué acabarse todo"


Porque hay más vida donde  no se prohíbe tender ropa en  balcones, porque hay casas de colores


Y pequeños palacios encantados que esconden maravillas 


Porque también gozaron ese pasado "glorioso" que para siempre marca la personalidad de un país. ¿Bendición o condena?


Porque sin ser cafetero ni goloso, allí  paso el día tomando galâos y natas. 


Porque ya sabéis que los ríos, con las montañas, son mis lugares preferidos. Y este Duero es como el gran padre de mi tierra.


Porque en ningún lugar he visto convivir lo más antiguo con lo último de lo último de forma tan natural. Gentes y pueblos de otros tiempos, tascas de 60 céntimos el café


Con los "espacios culturales" más modernos y música elegida con criterio y buen gusto. Por las calles siempre se agradece a Amalia, en los interiores el rock and roll que jamás escucharías en una ciudad de provincias española.


O bares tan "moderniquis" que hasta te traen la cuenta en sombrero.




Porque me gustan los puentes, ésos que debemos tender con nuestros hermanos. Viviendo en la frontera, a veces no sé si soy español, portugués o "portuñol".


Porque la luz del oeste, hasta cuando desaparece, es especial

Ya lo decía Jim Morrison, "West is the best".


Arnaldo, Marisa y Carlinhos son brasileños pero me sirven igual para celebrar un gran fin de semana.


Para terminar un inspirador poema de ese portugués tan extraño y fascinante que fue Pessoa y que hoy le leí a Ana

Para ser grande, sé entero: nada
tuyo exageres o excluyas
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
en lo mínimo que hagas,
Por eso la luna brilla toda
en cada lago, porque alta vive

miércoles, 18 de agosto de 2010

La búsqueda de Chris

"Hace dos años que camina por el mundo. Sin teléfono, sin piscina, sin mascotas, sin cigarrillos. La máxima libertad. Un extremista. Un viajero esteta cuyo hogar es la carretera. Escapó de Atlanta. Jamás regresará. La causa: "No hay nada como el oeste". Y ahora, después de dos años de vagar por el mundo, emprende su última y mayor aventura. La batalla decisiva para destruir su falso yo interior y culminar victoriosamente su revolución espiritural. Diez días y noches subiendo a trenes de carga y haciendo autoestop lo han llevado al magnífico e indómito norte. Huye del veneno de la civilización y camina solo a través del monte para perderse en una tierra salvaje". (Alexander Supertramp. Mayo de 1992)

Durante los últimos días, mi compañero de viaje ha sido Chris Mc Candless. "Hacia rutas salvajes", la película de Sean Penn, finalmente puso imágenes a las páginas del libro de Jon Krakauer.

La pregunta que recorre la aventura de Chris es ésta: ¿qué lleva a un joven brillante y trabajador, de familia acomodada a renunciar a su sendero marcado en la vida, ése que le llevará al éxito profesional y social, y cambiarlo por la búsqueda de "la verdad", por la búsqueda de sí mismo dentro de la soledad, en medio de la naturaleza?

Para los que no la conozcáis, someramente, la historia de Chris se puede resumir en la de un chico que poco después de licenciarse, dona todo su dinero, renuncia a su familia y cualquier comodidad para errar por el país, contando con sus propios medios para sobrevivir. De hecho, renuncia hasta a su propio nombre, cambiándolo por el de Alex Supertramp. Finalmente acude a Alaska, donde después de varios meses aislado, fallecerá fruto de envenenamiento por plantas silvestres y desnutrición.

Sé que la reacción de la mayoría de lectores será clara y contundente. No era más que un inconsciente, un joven imprudente alucinado por las lecturas de Jack London. Efectivamente, de carácter reflexivo y soñador, varios autores marcaron su vida. Sin embargo, en el trasfondo había algo más. Enfrentarse deliberadamente a la muerte sin las armas y la preparación adecuada, no era cuestión baladí. Era la esencia. Un reto que pudiera conseguirse con total garantía de éxito, no era un verdadero reto. Para Chris era más importante "sentirse fuerte que ser fuerte". De fondo, palpita el arrojo de la juventud.

La película de Penn es heredera directa del libro de Krakauer, verdadero responsable, para bien o para mal, de la fascinante figura literaria de Alex Supertramp. En ambas obras se retrata su carácter y se rastrean las razones de su comportamiento.

Chris era una persona extremadamente ambiciosa y competitiva. De código moral estricto, siempre se exigía el máximo. Metódico y gran trabajador en sus actividades académicas, a lo largo de su aventura vital de varios años en solitario, desempeñó trabajos muy duros y desagradables, comportándose con igual esmero que en los estudios. Corredor de cross estajanovista, gustaba de medir su capacidad, llegar a los límites porque ahí residía el verdadero conocimiento. Ese carácter, unido a una importante fractura familiar oculta, empujaba a Chris al borde del abismo.

Considera que la seguridad y binestar material constituían una realidad falsa, una adulteración de la verdadera existencia. Renuncia a sus posesiones materiales, renuncia al dinero. La mayor parte, la destinada a continuar sus estudios en Harvard, la dona a causas humanitarias; la que lleva encima, en el comienzo propiamente de su aventura, la quema en una acto simbólico.

En su viaje conoce varias personas que le marcarán y en las que dejará huella. Una frase de su hermana Carine lo define muy bien: "Sabía estar solo sin sentirse solo". Sin embargo, Chris gusta de mantener relaciones durante su largo periplo por Estados Unidos. Quizá en los consejos que le da a Ronald Franz, un anciano con el que entabla un fuerte vínculo, se halle su mejor y más hermosa declaración de intenciones. Lo sorprendente es que Ronald vendió la casa y le hizo caso. Chris removió algo que llevaba dentro.

"Quiero repetirte los consejos que te di en el sentido de que deberías cambiar radicalmente de estilo de vida y empezar a hacer cosas que antes ni tan siquiera imaginabas o que nunca te habías atrevido a intentar. Sé audaz. Son demasiadas las personas que se sienten infelices y que no toman la iniciativa de cambiar su situación porque se las ha condicionado para que acepten una vida basada en la estabilidad, las convenciones y el conformismo. Tal vez parezca que todo eso nos proporciona serenidad, pero en realidad no hay nada más perjudicial para el espíritu aventurero del hombre que la idea de un futuro estable. El núcleo humano esencial del alma humana es la pasión por la aventura. La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con experiencias nuevas y de ahí que no haya mayor dicha que vivir con unos horizontes que cambiar sin cesar, con un sol que es nuevo y distinto cada día. Si quieres obtener más de la vida, Ron, debes renunciar a una existencia segura y monótona.(...). No eches raíces, no te establezcas. Cambia a menudo de lugar, lleva una vida nómada, renueva cada día tus expectativas.(...). Te equivocas si piensas que la dicha procede sólo o en su mayor parte de las relaciones humanas. Dios la ha puesto por doquier. Se encuentra en todas y cada una de las cosas que podemos experimentar. Sólo tenemos que ser valientes, rebelarnos contra nuestro estilo de vida habitual y empezar a vivir al margen de las convenciones. Lo que quiero decir es que no necesitas tener a alguien contigo para traer una nueva luz a tu vida. Está ahí fuera, sencillamente, esperando que la agarres, y todo lo que tienes que hacer es el gesto de alcanzarla. Tú único enemigo eres tú mismo."

Krakauer describe varios precedentes pero ninguno tan claro y lejano como Everett Ruess, devorado por el desierto para siempre en los años treinta.

"En lo que respecta a mi regreso a la civilización, no creo que se produzca pronto. Todavía no me he cansado de los espacios salvajes; al contrario, cada vez estoy más entusiasmado con su belleza y la vida de vagabundo que llevo. Prefiero una silla de montar antes que un tranvía, el cielo estrellado antes que un techo, la senda oscura y difícil que conduce a lo desconocido antes que una carretera de asfalto, y la profunda paz de la naturaleza antes que el descontento que alimentan las ciudades.¿Me culpas de que siga aquí, en el lugar al que siento al que pertenezco y donde yo y el mundo que nos rodea somos uno? Es cierto que añoro la compañía inteligente, pero hay tan pocas personas con quienes compartir las cosas que tanto significan para mí que he aprendido a contenerme. Me basta con estar rodeado de belleza. (...). Sé que no podría soportar ni la rutina ni el ajetreo de la vida que estás obligado a llevar. Creo que nunca podré echar raíces. A estas alturas he buceado tanto en las profundidades de la vida, que preferiría cualquier cosa antes que tener que confromarme con una existencia sin emociones." (Everett Ruess.1934)


En su último año en la Universidad vivía en una habitación espartana con cajas de cartón por muebles y el colchón en el suelo. Consiguió la llave de la biblioteca para pasar allí horas de madrugada, donde de hecho, transcurría la mayor parte de su tiempo libre. Los libros le acompañaron en todas sus aventuras. El camino hacia la libertad absoluta es desolador y el lograba evocar los personajes y sus palabras en el momento propicio. Me sorprende que no leyera o citara a estoicos como Marco Aurelio, Séneca o Epicteto, ya que en su filosofía y actitud vital, se detecta un importante ascendiente.


Su última foto, sonriendo mientras muestra su última llamada de socorro. Genio y figura.

Su autor favorito era Tolstoi. Os dejo sus palabras sobre"Guerra y paz". "El libro posee una fuerza y un simbolismo tremendos. Habla de cosas que creo tú entenderás, cosas que a la mayoría de la gente se le escapan. En cuanto a mí, he decidido que me dejaré arrastrar por la corriente de la vida durante un tiempo. La libertad y la simple belleza de la vida son algo demasido valioso como para desperdiciarlas". Yo lo empiezo ahora, probablemente ya en Navidad os contaré mis impresiones.

Su última anotación en "Doctor Zhivago" fue: "La felicidad sólo es real si es compartida". Una enigmática caída de telón que dejo a vuestra interpretación.

El libro y la película, para alguien como yo, resulta inspirador en muchos sentidos. Dentro de su "locura", se esconde mucha materia que provoca la reflexión sobre nuestra forma de vida.

La banda sonora de la película está compuesta por varias bonitas canciones con mensaje mesiánico (para mi gusto, a veces demasiado obvio) de Eddie Vedder, el cantante de Pearl Jam, en la onda de sus incursiones en solitario, que le sientan como un guante al tono de la película.

Para concluir, las palabras de otro "sabio" más familiar, Don Quijote: "¿Acaso es tiempo mal gastado el que se emplea en vagar por el mundo?".