viernes, 31 de agosto de 2012

¡¡QUE NO ME ADMIRE!!



Paul Ryan, candidato republicano a la vicepresidencia de Estados Unidos, declaró que su grupo favorito era Rage Against The Machine. Sorprendente. Cuando lo escuché, creí que era una broma.También pensé que era una broma que dos elementos del partido (cargos públicos, no un par de chalados), equipararan el embarazo fruto de una violación con tener un hijo extramatrimonial. 


Pocos grupos más combativos y con un mensaje político más cristalino a los que imagino  hasta el bando demócrata se les quedará bastante a la derecha. En este país la mitad de la gente no nos enteramos de la mitad de lo que cuentan las bandas extranjeras pero en Estados Unidos, se supone que sí. Además tanta estrella roja, les debería poner en guardia frente al demonio.

Rápidamente Tom Morello -no olvidemos que  becado y licenciado en Ciencias políticas por Harvard-, que como mejor habla es con esa guitarra inquieta y demoledora, se apresuró a contestar que  Ryan no entendía nada de su banda favorita y que él encarnaba las ideas contra las que habían luchado durante toda su trayectoria.

"Revival" del "toque" de Springsteen a Reagan  durante su campaña presidencial de 1984 por utilizar "Born in the USA" en los mítines. También el Jefe  espetó al político que el significado de la canción era opuesto a su ideario y que dejara de utilizarla. 

"Fans" incómodos. Una buena excusa para compartir una canción de una de las bandas que más siento no haber visto nunca en directo. Otra podría ser Pearl Jam. Tal vez algún día.

jueves, 30 de agosto de 2012

El "Tao" del viajero


El "Tao" del viajero según Paul Theroux

Deja tu casa
Ve solo
Viaja ligero
Lleva un mapa
Ve por tierra
Cruza a pie la frontera
Escribe un diario
Lee una novela sin relación con el lugar en que estés
Si tienes que llevar teléfono móvil, evita usarlo
Haz algún amigo 


martes, 28 de agosto de 2012

Feria de teatro de Ciudad Rodrigo: el teatro como arma



No sabía cómo enfocar el artículo que escribo cada año sobre nuestra nunca suficientemente valorada Feria de Teatro. Seis obras, dos partes, clásica y  moderna. Parcelas  bien marcadas a no ser porque me cuesta encajar “Jekyll”, basado en novela antigua de Stevenson y sin embargo, tan radicalmente moderna y vigente. Decido. Abandono a mis amados clásicos, abandono a Calderón y la fascinante Lady Macbeth maltratada por un montaje que no hace justicia a un texto y a una de las mujeres más fascinantes de la historia de la literatura.
Me centro en ese teatro actual de raíces ya también lejanas. Teatro social, de denuncia, comprometido, poco importa el término.  Pudieras pensar que la forma es secundaria, que lo único importante es el contenido, lo demás accesorio. Sin embargo,  precisamente el problema es que todos estamos hastiados de escuchar el mensaje,  lo recibimos a todas horas y en este caso, la sobreexposición es contraproducente ya que inevitablemente insensibiliza. Carecemos de la capacidad suficiente para asombrarnos, conmovernos, horrorizarnos ante lo usual. A aquello que se torna cotidiano, se le da la espalda  y se sigue adelante. Se acepta que a algunos seres humanos, la fortuna, el mal fario, la fatalidad, el destino les golpea cada mañana y este hecho es inexorable. No pretendamos lo imposible, no queramos cambiar el mundo.
Por ello debes contarlo de otro modo, poniendo rostro,  colocando focos, retratando rincones de escenas de  forma brillante y atractiva para conseguir implicar al espectador sin posibilidad de escape, cuyas cargas de miseria y podredumbre, aunque busques permanecer ajeno y verdaderamente te joda, te acaben llegando dentro ya que, al fin y al cabo, compartes condición con el ser humano derrumbado.
 

¿De qué nos hablan “20 de Noviembre”, “Cartas de las golondrinas”, “Lylia 4ever”?
Me hablan de violencia juvenil, me hablan del desarraigo del emigrante, me hablan de la explotación sexual infantil. Me hablan del fracaso de una sociedad, en tantos sentidos muerta, que prescinde de sus elementos más vulnerables o desafortunados y los abandona a su suerte.
Se sube el telón, se ilumina el escenario y el fresco es descarnado, triste, molesto.
A diario leemos noticias de inmigrantes muertos durante sus travesías a Europa y apenas nos afectan. Si enfocáramos el detalle,  si asistiéramos al rescate de una de las embarcaciones interceptadas en alta mar, cuando a pesar de las advertencias, los pasajeros se ponen de pie y vuelcan el inestable cascarón, si pensáramos que después de días navegando encogidos, los huesos duelen, los músculos están entumecidos y ajenos, si entendiéramos que cuando caen al mar con varias prendas empapadas encima, estas actúan como peso muerto,  precipitándolos en silencio hacia el fondo del mar sin apenas agitar sus miembros inservibles, si supiéramos que la sed les empuja a beber la leche de los pechos de las madres lactantes, si recordármos que a veces esas pequeñas embarcaciones son atrapadas por las corrientes marinas que los empujan océano adentro para aparecer meses después momificados por el sol y el salitre, quizá nos preguntaríamos cómo es posible que se siga tolerando.
Si no volviéramos la mirada ante campos de juventud ya estériles para siempre, donde ya solo crecerá mala hierba, rencor y afán de autodestrucción, si eligiéramos alternativas al camino fácil de  señalar el fracaso de un sistema, si buscáramos las raíces de la violencia más pura por irracional, cuyo estallido ilumina fugazmente las noticias de uno, dos telediarios, si se reincidiera en el despiadado análisis de  razones que otros ya expusieron -Welsh o Palahniuk- quizá nos preguntaríamos cómo es posible que se siga tolerando.
Si eliges un nombre –Lylia-, para  una de esas  niñas encadenadas a clubes, que caminan por los márgenes de las carreteras, que se exhiben en el  mismo kilómetro cero de nuestro país, a las puertas de la cegadora encarnación del poder legítimo, donde se reúnen los hacedores de leyes que deberían poner fin a la esclavitud en el Siglo XXI, si le pones voz a las esperanzas y sueños de una adolescente cuya existencia es tan previsible y en carne viva, conviviendo con la aberración diaria, abocada a una única salida -deseada por el propio espectador-, que es el alivio del fin de la propia existencia, quizá nos preguntaríamos cómo es posible que se siga tolerando.
Sin renunciar a propósitos estéticos, el arte como gran y lacerante espejo, más que nunca, necesario.

Ya había aparecido por aquí, pero hoy más que nunca, el poema de Galeano cobra sentido. 

“Los nadies”

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
 

domingo, 26 de agosto de 2012

Cuando el destino no es más que deuda (III)



El liquen, apenas una manta quebradiza sobre la roca. Imprevisible, formas y colores derramados. Hermoso por extraño, repugnante hasta lo atractivo. Cuando la apariencia de lo enfermo es esencia de vida. Firme donde dijeron no ha lugar.  Le basta escarcha, le basta sol, le basta sal.  Le basta. Soportando lunas heladas, soles que a cambio de una vida imposible, peleada y regalada,  siempre ofrecen un día más. 

No me deslumbra ni el sonido de platos y cubiertos en las mediodías de verano, ni los neones cada noche advirtiendo de qué no puedes prescindir para ser feliz. La higuera me enseña, la higuera extendiendo sus raíces tras la humedad, desangrando tuberías tras la vida. 

Bajo nuestras carnes, amorfas o escuetas,  magras o desbordadas, el mismo saco de huesos. Mis posibilidades no son las mismas pero yo creo que mis posibilidades son las mismas. 

Tener es no tener. Renunciar a todo lo que no sea combustible para seguir, todo lo que no sea carga que me empuje a aprender en el trail más largo, cuya última pancarta dice "muerte". Los motores de búsqueda siguen intactos,  en su versión  más versátil y mejorada. Sin naves para regresar, no hay opción. Un alga y un hongo. Ella y yo.  La velocidad no puede ser más que crucero. La que marque un bajo. Mejor la que marquen dos bajos. Se ruega volumen ártico.

viernes, 24 de agosto de 2012

Cuando el destino no es más que deuda (II)


De niño, justo cuando tu cuerpo es elástico e irrompible como el del héroe,  te gusta lucir heridas, presumir de vendajes, de puntos en brazitos, de cicatrices recientes.  Las heridas importantes, las que nunca se ven, llegan después, duelen aún más tarde. Han de ser recordadas para siempre y olvidadas al instante. El único camino para crecer es extender la armadura, multiplicar sus piezas. La expresión de tu rostro congelándose hasta convertirse en esfinge. Convertirme en Atenea, convertirme en mi avatar. La capacidad para soportar no conoce clases. La misma que te orienta en la oscuridad de la fatiga cuando te acercas a los  cien kilómetros, ilumina tu reflejo en el espejo cada mañana. Convertido en roca, los chacales sonrientes pierden sus dientes. Los principios no existen. Los principios de mis principios eran nada. Si decides resistir, resistirás. Si resistes, aunque caigas, vencerás. El precio: la infinita tristeza de la debilidad en aquel que se cree invulnerable, la derrota en  aquel que creen invencible.  

miércoles, 22 de agosto de 2012

Cuando el destino no es más que deuda (I)



El tiempo como hojas en blanco. Deber. Deber hacer. Deber ser. Solo me vale ser lo que puedo ser. Ya no me conformo con menos. Salir de la corriente y reconocerme a cada paso. No echaré de menos nada, no echaré de menos nadie. Cada minuto preparo mortero, cada día coloco un ladrillo. Anochece y comienza a llover. Solo los cimientos de esa planta diseñada hace décadas. En largo o corto tiempo, mi muro. Tal vez nunca techo. Pequeño o gran esqueleto elevado a golpe de ambición. Sintiendo cada minuto perdido como sangre derramada, sonrío. I still love rock and roll.

martes, 21 de agosto de 2012

Maratón del Boedo, "me gusta"

El mejor maratón de España, para qué vamos a andar con historias. Una llamada, tu nombre y  estás apuntado. Sin líos, sin pagos, sin urgencias. Una reunión, una fiesta, una invitación.

Como cada año, y van once, Gabriel, el alma de esta carrera, nos invita a acompañarle durante un fin de semana. La media el sábado, el maratón el domingo. 

Merienda y comida, trofeo, camiseta y caja de pastas, pero el obsequio más valioso es el que consigue la ilusión y el trabajo, las ganas y el buen humor para que todos nos volvamos a casa con el mejor regalo: un gran recuerdo de un pequeño maratón de un pequeño pueblo de Palencia, Báscones de Ojeda.

A veces lo olvidamos. Todo nuestro deporte popular no debería ser más que eso, una reunión de conocidos o amigos por conocer. Y aquí se citan alguno de los exponentes del integrismo maratoniano más sano y auténtico. La esencia del fondo no es necesaria buscarla en lugares exóticos, basta con cruzar la puerta de casa.  



Con el CiegoSabino que también consiguió su propósito en época no propicia para su estado de forma.

El maratón. La distancia. Perro viejo, número 49. Aunque sabes que la distancia es indomable, y ahí precisamente radica el secreto, en el respeto y la ilusión que provoca, haber cruzado en tantas ocasiones los 42,195 metros, en ocasiones te proporciona una extraña autoridad para acometer la empresa. Tantas hostias, tantos desfallecimientos, imprimen una especie de extraña de seguridad en esa actividad que es caminar sobre el agua.
Me gustó cómo corrí. Malas sensaciones al comienzo por no haber digerido la pasta que engullí a toda velocidad a las seis de la mañana antes de volver a enroscarme en el saco. Marchaba con Carlos, atleta de Campo de Criptana, amigo de Yonhey -que también andaba por allí, en las mismas circunstancias que el CiegoSabino- , y con objetivo similar al mío (3:10-3.15).

(Foto de Rafa "Indeciso")
Por su distinta superficie, el maratón del Boedo se divide en dos mitades: buen asfalto y pista de campo con tramos de firme irregular y algún repecho de poca entidad que parecen aumentar de porcentaje a medida que avanza la carrera, sobre todo en el tercer y último paso.
Tras pasar la media maratón en 1:36,  sin ir realmente mal, la prudencia me hizo bajar levemente el ritmo y dejar marchar a Carlos. Todavía recordaba la terrorífica segunda media a la que sobrevíví hace dos años en este mismo escenario y no sabía si mis correrías por el monte serían suficiente fondo de armario para el maratón, ya que mi entrenamiento -esta vez sí habitual-, eran rodajes de alrededor de una hora.
Cuando volví a la carretera (alrededor del km. 30),  constaté que mi ritmo no era malo, 4:30. Y así seguí. A lo mío hasta meta. Aunque al final iba fundido de verdad, mantuve los ritmos a fuerza de pundonor ya que mi correr en ningún caso era ya natural.
Recuperé tres puestos en la parte final. Séptimo con 3:13. Alrededor de setenta participantes. 
(Rafa "Indeciso")
Muy contento porque casi calqué las dos medias y esa es la mejor señal. La decisión de bajar el ritmo tras la media maratón fue un gran acierto. Me sirvió para recuperar fuerzas. Estoy seguro que de haber insistido, hubiera acabado con peor tiempoy en peores condiciones. 
Muy contento. Sé que puedo hacerlo mucho mejor y sobre todo estoy ilusionado. Me faltan entrenos de fondo y calidad en medias de asfalto para intentar correr rápido un maratón de final de año: ¿Lisboa? ¿San Sebastián?



Con Carlos, mi guía durante el maratón.


Agua helada, el mejor recuperador para los músculos.



Con Gabriel, el motor de dos maratones, Aguilar de Campoo y Boedo. Gracias de verdad a él y a todos esos vecinos de Báscones de Ojeda que nos colman de atenciones cada año. Nos vemos en 2013.


Un maratón para repetir. A veces una canción llega y se queda. Cuesta desprenderse. De esas que extrañamente repites una y otra vez y no cansan. "Rogers Park" de Justin Townes Earle. Hace unos meses se metió en mi vida. Le costó volver a su hogar, a un disco casi perfecto.

"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"

viernes, 17 de agosto de 2012

Bañobárez, un día a la carrera




Te levantas a las 6:30. Trabajas hasta las tres en Azabal, en "Las Hurdes". Comes en apenas un cuarto de hora en el despacho. Te acuestas otro tanto en una esterilla sobre el suelo. Hora y cuarto de coche. Eres jaramugo y una carrera de diez kilómetros parece poca cosa. Te vistes de ciclista y, para calentar, te marchas a  Bañobárez en bici, llegando en alrededor de una hora. Lo más tranquilo del día: una coca-cola en una terraza esperando que llegue la hora de la salida. Salida. Cinco kilómetros buenos. Sorprendente flato después de tantos años a la carrera, quizá motivado por la ensalada y la fruta de la comida, la coca-cola previa o el abundante líquido ingerido tras bajarme de la bici. 3 kilómetros aflojando a ver si nos recuperamos. 2 últimos regular. Puesto 15 de 68. 42:10. Media de 4:13. Honestamente creo que mi puesto real era el 10. No es mal tiempo dadas las circunstancias y la dureza de un circuito de pistas más exigente de lo que parece. Buen entreno para el maratón del domingo. Vuelta con Manu "Rincón Oeste" que entra sexto y  se encuentra en plena fase de progresión cara a "Caballs al vent", su primer ultra de montaña. A las once, dos horas y media de una estupenda "Visita teatralizada a la Catedral de Ciudad Rodrigo". Cuando me acuesto, de cansado que estoy no consigo dormirme. A veces ocurre.

Dato importante. Cuando entré en meta alzando brazos en señal jaramuguil, escuché a un hombrito del pueblo que decía: "Este es el primero de los mayores". Ahora sí que soy consciente de que he pasado a otra categoría. Ya me falta menos para eso de: "Lo que hacen estos tan mayores sí que tiene mérito".

"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"


"Todo lo que hago". Una canción de un disco que me tiene enamorado, "Strangers Almanac" de Whiskeytown, la antigua banda de Ryan Adams. Volveremos a él, seguro.


martes, 14 de agosto de 2012

Gredos, hay que quedarse con lo bueno

(Susa)
Si el fin de semana empieza con mala fortuna.

Si como ocurre tantas veces, las malas noticias vienen estampadas por sellos de caucho,
   
Denuncia, alegación, propuesta de resolución, nuevas alegaciones, resolución, recurso... Qué pereza

Si tratando de escapar de ello cada viernes, aún te persigue hasta el templo más remoto 


Entonces buscas con aún más ahínco la calma que te niega el día a día.

Y después de tantos años, comprendo  mi lugar preferido de Gredos, 

Apenas una habitación, una esquinita en la primera de las cinco lagunas.


Un pequeño espacio solitario donde se escucha el agua romper, 

Nadar, comer, dormitar sobre la hierba al sol

Como le decía aquel discípulo rebelde a Jesús:

"¿Por qué no construímos una cabaña. Señor?"



Un paseo.
Espectacular; alguna vez las etiquetas son apropiadas,
ese caminar sin esfuerzo que es "crestear" a los pies de enormes vigilantes,
las vértebras de esa espina dorsal que parte Castilla
 Ameal de Pablo, Galana,  Almanzor.



Y  tan veterano, aún descubro.
Inesperada pequeña y gran cicatriz supurando agua cristalina, 
fría y sanadora, bálsamo para  músculos de bocetos de atletas.




Ritual. Mesa, silla y plato tras dejar atrás el monte.

Ese cabrito asado que me pierde esta vez fue el epílogo. El final fue un gran partido de baloncesto, nuevo capítulo de un duelo que curiosamente presencié por primera vez también en Hoyos del Espino hace exactamente 28 años. Entonces yo empezaba a jugar y creíamos que los pivots solo podían moverse como nuestros Fernandos. No adivinábamos la futura versatilidad de Gasol, la genialidad de tipos alejados de cánones como Navarro. Como en el Europeo de fútbol, solo vi un partido pero mereció la pena; todo un privilegio que no se volverá a repetir.

Un disco, la banda sonora del viaje, el magnífico "Dilate" de Ani Difranco. Ese folk de actitud punk, en tiempos tan personal y rompedor, bien se merece un artículo. En lista de espera.

jueves, 9 de agosto de 2012

Anillo Vindio, una imagen vale más

Gracias al amigo Chelis que va "sobrao", sube, baja, viene y va.