
El lunes por la tarde, tras salir de una charla de trabajo, me pasé por la Biblioteca de la Casa de las Conchas. Comencé a ojear "Vals con Bashir" de Ari Folman, una novela gráfica -aunque entiendo el concepto como adecuado para diferenciarlo de un tebeo o novela al uso, me sigue chirriando el término-. Me gustó desde la primera página, me senté y la leí entera. No os creáis, es pequeña. Trata sobre los recuerdos de un soldado israelí en la invasión del Líbano de 1982. Como cualquier buena película de cine bélico, la obra es una reflexión sobre el sinsentido y lo estúpido de cualquier guerra. El protagonista es el propio autor que trata de recordar su experiencia -inexplicablemente borrada de su memoria- y el papel que jugó el ejército israelí y él en concreto en las matanzas de los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila a cargo de los falangistas cristianos libaneses.
Os dejo unas imágenes. Tanto el texto como los dibujos me parecen buenísimos. Escenas de gran fuerza enlazadas con acierto dentro de una brillante estructura, responsable de suspense o incluso estupor ante, no lo olvidemos,hechos reales. Sé que existe la película del mismo autor premiada en varios festivales, que veré uno de estos días.

Me preguntaba Alicia si la consideraba apropiada por su valor educativo para mostrársela a chavales. Lo he estado pensando y creo que sí, que tal vez no haya vehículo más apto para hacer llegar el mensaje que las viñetas del tebeo. Un alegato contra la guerra contundente y conciso. La última página del libro te noquea, pasas de los dibujos a unas imágenes reales, a las fotos sin texto de las mujeres, ancianos y niños masacrados aquel aciago día.
Como salió un par de veces en los comentarios del post anterior, os dejo la versión de Manel de "Common People", el clásico de Pulp, "La gent normal". Original y copia para que comparéis.
Estos días ando liado y no tengo tiempo para visitaros. Gracias por estar ahí.
"Vaya veinte minutos a un cementerio y verá que sus preocupaciones no desaparecen, desde luego, pero casi son superadas. Es mucho mejor que ir a un médico. Un paseo por el cementerio es una lección de sabiduría casi automática".