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domingo, 15 de abril de 2012

La agonía del parte


A los que tenéis una edad seguro que vuestro padre más de una vez os mandó callar durante la comida porque quería oír "el parte". El telediario, para los no iniciados. Ahora el término cayó en desuso, ni mi padre lo utiliza. Como ya contaba en el anterior artículo, viendo el seguimiento de la Semana Santa por el telediario, se me ocurrió escribir sobre el tema.

No sé si me pasa sólo a mí pero tengo la impresión de que los noticiarios diarios cada vez tienen menos interés. La cosa progresivamente se va reduciendo a unos elementos comunes que se repiten y pierden valor real cada año. Los periodistas parecen meros peones con funciones administrativas sin nada que aportar a pesar de muchos años de formación.

Los puntos cardinales de un telediario en la actualidad:


- Política. Aquí tenemos a los políticos con sus declaraciones para medios. Claras, cortas, concisas. El mensaje siempre simple. En estos tiempos básicamente transmiten miedo. Virgencita, virgencita.


- Deporte. Quince minutos y subiendo de fútbol, mejor sería decir. Tratamiento poco serio, frívolo, infantil, patriotero. Harto de himnos, banderas y drogas.

- Sucesos y vídeos varios. No puede faltar el vecino contando que parecía una persona muy normal.  Depende de la cadena, unas disfrutan más que otras con el morbo y el olor a sangre. Las hay que tiran más del vídeo  curioso, tierno o simplemente idiota que en esos momentos circule por la red. Un filón.

- El tiempo antes del tiempo se lleva sus más de cinco minutos. En verano avisos por el calor. Rostros de gente achicharrada en Sevilla mientras escuchas consejos para que bebas agua y te pongas a la sombra. En invierno, declaraciones de conductores  parados en una autopista y gente contándote que hace un frío de la hostia. Tampoco puede faltar un clásico, abuelos bañándose en La Concha.

Progresivamente se asienta la idea de que la única función del informante es la de entretener un rato al país. Opiniones hay muchas, incluso actitudes peligrosas pero análisis serios de una noticia o fenómeno no lo veo por ningún lado. 

Partiendo de que cada siervo sirve a su amo, al grupo mediático que paga vinculado a un determinado color político, cada espectador gusta de escuchar al vocero que le confirme en su ideología o posición. La pregunta es si eso tiene algún sentido o realmente sirve para algo y no merecería más la pena simplemente apagar el televisor.

Si estoy en casa los sábados por la noche, suelo ver el clásico entre clásicos de Televisión Española que es "Informe Semanal". Desde crío me gustaban sus reportajes. Todavía me siguen pareciendo buenos. Tratamiento serio que da que pensar y baja a pie de obra. Eso es lo que yo entiendo por periodismo y eso es lo que ahora no encuentro por ningún lado.

"My Back Pages, un incunable dylanita en la preciosa versión de los Byrds, más valioso cuanto más viejo.