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martes, 17 de abril de 2012

Entre demonios


Demonfit, a grandes rasgos, es una reunión de buena gente entusiasta del fondo y la resistencia, atletas que a pesar de gustar de la soledad del deporte más puro y extremo,  buscan compartir ilusiones y sueños, contar esas luchas diarias sin dorsal para llegar fuerte y confiado a la la temible fecha en rojo,  ayudarte  a completar la empresa más absurda y disparatada para los demás, más seria e importante para ti.

Hace meses que no escribo, hace unos días recibí un paquete.

Uniformes para entrenar y competir. No ganaré ninguna carrera pero mis demonios seguro que se dejarán ver en montañas y carreteras.



Cuando acabe de atravesar el desierto, volveré a pasaros material. I promise.

Gracias, Dani.

Música. Curioso que las dos canciones que se me ocurrieron con demonios o infierno en las letras, no sean muy satánicas. Simone Felice a veces deja aparcado a sus hermanos de The Felice Brothers y  y graba discos igual de buenos  tras la etiqueta The Duke and The King. Ahora publica disco en solitario.

John Prine fue un descubrimiento del "Club de la arruga" de Joserra. Discazo de antaño, "The Missing Years". "The Sins of Mephisto" (pinchad, no me deja poner el vídeo).

"Sinisted Kid" de las "Teclas Negras". A estos ya los conocéis y sí parecen más demoníacos.

Al final, otra apareció esta tarde por casualidad, "Devil in the Jukebox" de otro intocable, Ray Lamontagne.

Cuatro canciones gigantes.


martes, 13 de diciembre de 2011

Han vuelto



Nuevo disco de uno de mis grupos fetiche, The Black Keys. Dan Auerbach y Patrick Carney publican "El camino". Ahora que el rock es un estilo marginal al que los grandes medios apenas prestan atención, ahora que ya sólo comulgamos entre sus surcos una cada vez menor minoría,  no por ello dejamos de disfrutar con la misma lascivia y deleite que antaño. Los efectos de las cargas de profundidad de un sonido que tantos sienten anquilosado y de mensaje desfasado, tal vez no lleguen tan lejos pero penetran con la misma intensidad.


Demos gracias a Dios por esos periódicos advenimientos como los de Jack White o esta extraña pareja. Lo curioso es que de pronto, el sonido más añejo que tantos francotiradores practican, con cuatro trucos de mago despierto, te convierte de la noche a la mañana en el más moderno del barrio.Imagino que por poco tiempo en un mundo empeñado en etiquetar caducidad con saña. Hoy el culto a lo efímero se llama tendencias.

The Black Keys es una banda que se conforma con poco para hacer discos redondos. Lo que importa son las canciones y qué transmites con tu actitud y  mensaje. Nunca creí que utilizaría un adjetivo tan corrompido y gastado aunque atempero con el verbo. Sí, parecen auténticos. Como los Jaramugos y Jumentos, que lucimos trazas de club bobo, romántico y de baja fidelidad. Códigos al alcance sólo de integristas. A veces tengo la impresión de que con esta explosión del deporte popular, se está perdiendo el norte. Todo es bastante más sencillo. Bastan unas zapatillas y correr calle arriba. Todo lo demás es cuento. Busquemos la esencia.

El single de adelanto, "Lonely Boy", es un melocotonazo de cuidado que ya asumo como himno propio.

Como siempre, los vídeos marca de la casa, de lo más "arrastrao" y cachondo. El baile y la interpretación de este fulano es de nota -sobre todo me gusta la cara de concentrado antes de que comiencen a cantar-. Además os dejo "Tighen Up" del anterior disco, también  muy bueno.

Después de esta loa, digo yo que habrá que ver qué tal les ha salido el disco.

Que ustedes lo disfruten.

Vale.