miércoles, 28 de julio de 2010

Un popema


Durmiendo la siesta,
bailando en la fiesta,
nadando en el mar,
fumando después del café,
fumando después de, después de la tarde.

Cuando se enciende la noche en el monte,
cuando cruzamos mi ciudad en coche,
mientras que suena el casset... te
con su voz ronca de Jac... ques Brel.

Mirarme en tus ojos, oírte charlar,
dejar que me peines en vez de pensar,
dejarme abrazar por cualquiera,
que sepa mentirme, que bese con fuerza.

Volver a tus brazos, sentir tu rechazo,
gritar hasta quedarme afónica,
llorar hasta que me entre la sed,
beberme un buen vino
y poderme comer un bistec a la plancha.

Dormir cien mil horas, soñar que me quieres
y no hacerme daño el pellizco,
volver a encontrarte a mi lado,
volver a abrazarte y desayunarte,
esto sí que es arte.


domingo, 25 de julio de 2010

Largos días de verano

El sábado cambié los planes inicialmente previstos. Antes de ir a correr a Portugal por la tarde, en lugar de hacer tirada larga en bici, corrí veinte kilómetros a primera hora a buen ritmo y terminando entero. La razón del cambio era que quería acudir a la representación del "Sitio de Ciudad Rodrigo" que se lleva a cabo con motivo del bicentenario. Utilizando varios palacios y plazas, además de la parte de la muralla por donde finalmente penetró el ejército francés después de un terrible asedio de 77 días, un grupo de teatro nos cuenta la historia de la gesta desde varios puntos de vista, de una forma muy amena y divertida. El espectáculo dura dos horas y media. Los que andéis cerca, no os lo deberíais perder. Las representaciones se llevarán a cabo hasta Septiembre. Ya le dedicaré una o varias entradas al acontecimiento histórico.

Por la tarde marchamos a Portugal a una carrera de montaña, la "Subida da calçada romana do Tintinolho". Nueve kilómetros y medio de subida a más de treinta grados. Perfil amenazante. Como anécdota, retrasamos la hora de salida a Guarda debido a que en la crono del Tour, "la cosita estaba muy mala" y queríamos ver el desenlace.


Sabéis que he participado en muchas carreras pero la de ayer probablemente es la prueba más desangelada en que la que he tomado parte. Diez minutos antes del inicio, en la línea de salida -literalmente una línea pintada en el suelo, no había más-, situada en la placita de Aldeia Viçosa, un pequeñito pueblo de la Serra da Estrela, no había ni el gato. Poco más de cuatro atletas con buenas trazas calentando arriba y abajo. "¡Qué ambientazo!", bromeábamos con risilla nerviosa. Al final, poco antes de la hora, nos juntaríamos alrededor de treinta atletas para afrontar la subida a Guarda en medio de un calor sofocante.





Aquí la nueva camiseta jaramuga. Si alguien quiera, que lo diga ahora que vamos a pedir.


Después de la paliza de la mañana mi intencíon era salir tranquilo y hacerme unos kilómetros de montaña de entreno. Arrastrado por Manu y Michel -debutantes en carreras de montaña- que salen demasiado rápido para mí, tras los primeros repechos y el cruce del río, afrontamos propiamente la asención. Demasiado rápido, demasiado rápido. Quiero engancharme a alguien, que me marque un ritmo cómodo. Michel en las primeras rampas duras comienza a caminar. Sigo para delante. Me engancho a otro atleta. Después de menos de un kilómetro, también se pone a andar. Tiro para adelante ya con el calentón... si yo no quería. Veo a Manu delante. En tantos kilómetros de ascensión continua con una pendiente tan pronunciada, hay que coger un ritmo asumible, dejando un margen para aguantar el progresivo desgaste, ya que nunca ves el final de la cuesta y es muy duro mentalmente. Adelanto a Manu al que veo fuera de punto y le digo que si camina, lo haga con zancada larga, que vas tan rápido como un tipo corriendo. Yo sigo a la mío. Lo único que tengo claro es que quiero hacer toda la carrera corriendo, lo cual, en algunos tramos no resulta nada fácil. En los avituallamientos, casi no bebo porque me asfixio. No necesito pulsómetro para saber que voy a muchísimas pulsaciones. Lo único que hago es echarme las botellas por la cabeza. Adelanto a otro par de corredores. LLegamos a un tramo de asfalto tan duro como el sendero.

Por fin enfilamos un tramo cuesta abajo que se agradece de verdad y que hago controlando la longitud de mi zancada porque por la mañana noté resentidos los isquios. Comienza la subida de nuevo. Agradable sorpresa es descubrir que la meta está antes de lo previsto, justo antes de llegar a las calles del pueblo. 55 minutos. Más que satisfecho. En la meta no hay nada. Así de simple. Aprovechan una fuente para el agua y poco más. Creo que es la primera carrera donde no he recibido ni un grito de ánimo. Ya sabéis que me gustan estas carreras medio salvajes, medio piratas. Cada día me va menos todo el tinglado que se monta para correr unos kilómetros. Esto es casi una jaramugada. Eso sí, al final te dan una medalla conmemorativa que se agradece. Además, sin pagar cuota de inscripción, después se hace una parrillada para los atletas pero a ésa ya no nos podíamos quedar.



Poco después llega Manu y un poco más tarde Bienve y Michel. Aunque todos lo hemos pasado mal, todos estamos contentos. Misterios de esta extraña afición. En principio nos van a bajar en vehículo hasta la salida, donde tenemos el coche. Tienen una pequeña furgoneta que pronto se llena de atletas y marcha. Después de un buen rato de espera, alguno de nosotros sugiere la idea de bajar corriendo. Que sí, que no... que me da la risa. Nos decidimos. Aunque es cuesta abajo, se hace un buen trabajo de cuadriceps y ya llegamos al pueblo tocados. Antes de marchar, nos da tiempo a tomar la cerveza soñada, un tercio de suberbock a ¡75 céntimos! (al lado de casa, yo me vengo a vivir aquí).



Ayer fue un día duro. Casi cuarenta kilómetros de carrera (9 de ellos de dificultad extrema). Me noto bien. Hoy estoy cansado, un poco dolorido pero siento que asimilo bien. Quizá mejor que nunca. Hay que entrenar calidad de una forma algo más sistemática.


Claro, hoy había que dejar un grupo portugués. The Gift, una banda de proyección internacional. Normalmente cantan en inglés. Por el uso de bases electrónicas y cuerdas, yo los emparento con los belgas Hooverphonic, a ratos parientes lejanos del trip hop. Con facilidad para componer canciones con vocación comercial. Con una líder como Sonia Tavares, nacida para moverse en un escenario y dotada de una poderosa voz, estaban condenados a triunfar. Recuerdo cuando los vi en Alburquereque. Cual vendaval, se merendaron a las aficionadillas bandas indies de dudosos sonidos.Os dejo un mantra ilustrado por un buen vídeo además de una bonita canción en portugués. Espero que os guste.


"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"


jueves, 22 de julio de 2010

Buzz de la Mancha

Hace unos días me quedé enganchado viendo "Toy Story" en la tele. Aunque me gusta estar al tanto de las últimas películas de animación (mejor "de dibujos", como se ha dicho toda la vida), porque ahí hay muy buen material, ésta se me había escapado. Me gustó mucho. Aparte del tema formal y técnico en el que no entro, el personaje de Buzz Lightyear me encantó. Es evidente que es un trasunto de Don Quijote. Un personaje que vive en su mundo, que cree que puede volar y tiene otros superpoderes, con una clara misión vital. Esa convicción le hace realmente ser especial y, con un optimismo y una fuerza vital desbordante, consigue acercarse a lo que cree que es, a la imagen que porta de sí mismo. Woody, el vaquero celoso, asume el papel de un Sancho menos inteligente, menos juicioso, que movido únicamente por el resentimiento, trata de devolver a Buzz a la realidad. Sancho simplemente trataba de enderezar a su señor para evitar males mayores porque intuía que aquello no podía acabar bien.



¿Quién es el loco? El que decide la mayoría de acuerdo a las reglas que dicta la mayoría. Eso de desfacer entuertos, socorrer a los desdichados y morir por el amor de Dulcinea, puede estar bien en algún momento, pero no es cosa sensata, hay que tener los pies en el suelo. Tienes que ser como nosotros. Todos somos felices. No tienes más que mirar alrededor. Para "curarte" y estar sano, necesitas sobredosis de realidad.

Es una veradera lástima dejar arrebatarnos progresivamente el lado quijotesco que todos escondemos dentro.

"Forever Lost". ("Para siempre perdido"). Os dejo una canción de The Magic Numbers, dos parejas de hermanos ingleses que parecen de otra época y que efectivamente presumen de un pop de otra época con alguna reminiscencia indie, lleno de esas armonías vocales que tan feliz nos hacen a algunos, que gordos y peludos, no gastan los cuerpos que demanda el mundo del espectáculo actual. Su primer disco era una obra de pop brillante, facturado con convicción y oficio. En el segundo, aun con sus momentos, perdieron fuelle. Al final enlazo una segunda canción, otra joyita del primer disco. No me pude reprimir.

"Los sordos piensan que los que bailan están locos".



martes, 20 de julio de 2010

Tengo un plan


Aparte del entreno diario, relación de citas o entrenos especiales, durante los fines de semana, hasta el gran día. Plan general de aproximación. No es muy sistemático pero me vale.

Días 24/25 de Julio.
En principio iba a ser de palizón en bici el sábado y de carrera el domingo. Esta tarde, Manu, de Santis, me ha dicho que la tarde del sábado se celebra en Guarda una carrera de montaña, una subida de 9 kms. Mantenemos el plan. Por la mañana 120 kms. de bici con dos puertos. Por la tarde, carrera en un estado lamentable. A intentar mantener un ritmo decente y no llegar el último aunque con lo fuerte que van los portugueses, va a ser difícil. Para el domingo, si el cuerpo lo permite, tirada larga de más de veinte kilómetros.

Día 1 de Agosto. "Ultramaratona Atlántica". Ésta es una carrera graciosa. Desde que la conocí en Febrero en Sevilla, decidí que correría. Un maratón en la costa portuguesa sobre arena de playa. No sé muy bien cómo encararla. Con calma y ya se verá. He leído que sólo hay un avituallamiento de líquido en el km. 28. No sé si cargar con camelback o con un bote en la mano. Ya haré alguna prueba. Veremos cómo resulta. Una nueva experiencia.

Días 7/8 de Agosto. Sábado, ruta larga por la Sierra de Béjar. Además me apetece vivaquear una noche en el monte. El domingo, una carrera nueva de montaña. 13kms. sin mucho dificultad en Nava de Béjar.

Día 15 de Agosto. Maratón del Boedo. Ya he mencionado en alguna ocasión el especial idiosincrasia de esta carrera a la que volveré en más de una ocasión. Para mí representa el verdadero espíritu del fondo. Poco más de cincuenta chalados corriendo por pistas castellanas, porque sí, porque nos gusta. Te tratan mejor que en ningún sitio y es gratis.


Días 20-22 de Agosto. Concentración anual en Gredos, en unos de mis parajes fetiche. Pocos lugares me hacen sentir así. Tres días de palizas y descanso.


Días 28/29 de Agosto. Entrenamientos duros en Ciudad Rodrigo. Hace dos años que no disfruto de la Feria de Teatro como Dios manda. Este año no perdono. Voy a pillar entradas para todo lo que pueda.


Días 4/5 de Septiembre. Aquí me falta algo. Me gustaría competir en alguna carrera, si es de montaña, mejor. Si sabéis de algo cerca, me lo comentáis. Si no, habrá que inventarse alguna jaramugada.



Día 11 de Septiembre. Comienza Tor de Geants.


Esta canción era una de las que reservaba para un post que tengo largamente aplazado referido a canciones sobre carrera pero hoy cuadra bien. Un clásico, Jackson Browne, tocando un clásico, "Running on Empty". Cuando el rock americano suena "americano" en el mejor sentido, cuando todo cuadra: el piano, el pedal steel, los coros, el ritmo trotón, una letra brillante. Imposible que no menees la cabeza, que no se te vayan los pies. Canción sobre la vida con vocación de himno. Y digo yo que este "Corriendo sin combustible" lo podíamos adoptar como una de las canciones perfectas para el fondo.




Looking out at the road rushing under my wheels
Looking back at the years gone by like so many summer fields
In sixty-five I was seventeen and running up one-o-one
I don’t know where I’m running now, I’m just running on

Running on - running on empty
Running on - running blind
Running on - running into the sun
But I’m running behind

Gotta do what you can just to keep your love alive
Trying not to confuse it with what you do to survive
In sixty-nine I was twenty-one and I called the road my own
I don’t know when that road turned onto the road I’m on

Running on - running on empty
Running on - running blind
Running on - running into the sun
But I’m running behind

Everyone I know, everywhere I go
People need some reason to believe
I don’t know about anyone but me
If it takes all night, that’ll be all right
If I can get you to smile before I leave

Looking out at the road rushing under my wheels
I don’t know how to tell you all just how crazy this life feels
I look around for the friends that I used to turn to to pull me through
Looking into their eyes I see them running too

Running on - running on empty
Running on - running blind
Running on - running into the sun
But I’m running behind

Honey you really tempt me
You know the way you look so kind
I’d love to stick around but I’m running behind
You know I don’t even know what I’m hoping to find
Running into the sun but I’m running behind

domingo, 18 de julio de 2010

¡En todus lus frentis!

Los Jaramugos y Jumentos llevamos ya muchos años disfrutando de una clásica jornada de entrenamientos y asueto durante el caluroso mes de julio. Es el día de "¡En todus lus frentis!". A grandes rasgos, el plan consiste en tomar como base la ascesión a la Peña de Francia, sea de una u otra forma y con esfuerzo, ganarse las cervezas y la carne asada en el merendero de El Maíllo. Supongo que muchas forasteros conoceréis el puerto ya que es paraje de frecuente visita por movitos religiosos y/o turísticos, enlazando la ruta con el "archiconocido" pueblo de la Alberca o Batuecas. Ahí os dejo la altimetría. Es un bonito puerto de once kilómetros, duro en algunos tramos. A mí se me suele atragantar más que el precioso "Portillo" de Batuecas, el pequeño Alpe D´Huez (ése para el próximo sábado).

Yo esta vez elegí menú completo. Subida en bici y corriendo, el entrenamiento más exigente del año.Como se anunciaba calor del bueno, salí a las ocho de la mañana de Ciudad Rodrigo. Los casi cuarenta kilómetros que conducen hasta la base del puerto pican siempre para arriba. La ascensión propiamente dicha no me estaba reportando demasiadas buenas sensaciones. Las piernas se me quejaban y no conseguía mantener la cadencia que yo quería. Le eché la culpa a la semana de entrenamientos que llevo encima -la más dura del año-. Acostumbrado a llegar a los retos sin demasiada carga, lo que nunca siento es fatiga en mis piernas. Se te plantean otros problemas pero nunca la sensación de tener el músculo cansado, no recuperado de esfuerzos anteriores. Eso era lo que sentía ayer subiendo con la bici. Sin embargo, a un par de kilómetros de cima, soy consciente de que llevo buen tiempo. Apreté el tramo que me faltaba y llegué echando el bofe. Mi segundo mejor tiempo en esta subida. Si llego a darme cuenta antes, quizá lo hubiera batido. En la cima, un abuelo barrigón me dice que no estoy muy en forma, que llego muy cansado y que sudo mucho. En fin. Así se ha entendido siempre el deporte en mi tierra. Como algo rápido y para abajo, hasta El Maíllo, donde dejo la bici y me calzo las zapatillas de correr. Me cruzo con David y Juanjo que comienzan la subida en bici de montaña. Arturo deja la bici y se pone a subir andando por el camino.
Yo voy por la carretera. Los cuatros kilómetros de repechos hasta puerto, se me hacen muy "cuesta arriba". No encuentro el ritmo y voy a disgusto. La primera mitad de la ascensión voy un poco hasta los mismísimos. No estoy agotado, sólo cansado de acometer rampas y únicamente pienso en llegar arriba, aunque no puedo forzar porque me salgo de punto y comienzo a jadear. En la Fuente de Simón Vela me refresco y bebo con ganas. Un gel y seguimos hasta el final más animado. El trozo más duro, el del Paso de Los Lobos, lo hago con cabeza y salgo indemne. Cuatro kilometrillos de nada y se acabará el sufrimiento. Supongo que también noto el hecho de ir en solitario. Siempre anima llevar algo de compañia. El último kilómetro, viendo el final, aunque duro, es para disfrutar. Arriba me esperan Villi, Chus, CiegoSabino (en su primera tentativa de vuelta a los ruedos) y Efedexdx (ya fuera de temporada) que han subido andando por el sendero. No estoy machacado como en otras ediciones. El descenso lo hago tras Efedexdx por el camino a toda velocidad, el primer día del año en que me he notado rapidillo entre las piedras.
Al final 64 kms de bici, 22 de carrera a pie. He acabado más entero que en otras ocasiones aunque anoche, cuando me acosté y sobre todo esta mañana cuando me levanté, noté que mi cuerpo me pedía algo de descanso. 8 días seguidos de entrenamiento. Mañana volvemos a la tarea. Ocho semanas para el gran reto.


De banda sonora os dejo una de las canciones que más escucho últimamente, un maravilloso y magnético vals de Josh Ritter. No os voy a contar nada de ella, lo va a hacer Coco, que fue quien me la descubrió en uno de sus apasionados e instructivos posts.



jueves, 15 de julio de 2010

Quinquis


Tiempo ha que le quería dedicar un post al género pero no acababa de cuadrar. Hace unos meses, ya se llevaron a cabo exposiciones sobre el tema. Esta semana se inaugura una nueva en Madrid. Los que no tengáis "una edad", no vais a entender de qué hablo.

Cuando yo era dagalín, uno de los géneros cinematográficos más en boga era el de los macarrillas de barrio: gitanos, kinkis y "arrimaos". Muchas de estas películas se inspiraban en personajes reales, la más famosa de todas fue la saga "Perros Callejeros" que se centraba en las peripecias del mítico Vaquilla. El éxito de estas cintas, junto a la atención de ciertos medios que gustaban de noticias truculentas -entonces eran excepción, ahora son la norma-, convirtieron a alguno de estos personajes en mitos populares. Al Vaquilla, su personaje incluso acabó devorándolo. LLegó a cometer robos tal y como habían sido ideados y representados en la ficción. Cuando ya había pasado al olvido, acabó fugándose durante un permiso carcelario con ya una escasa condena por cumplir, ansiando recuperar el protagonismo que había perdido. Murió joven. Era su destino.

Años ochenta. Películas cuya violencia impactaba en nuestras tiernas mentes infantiles, escenas que quedaban grabadas a fuego en la virgen memoria de un niño. Entonces los chavales no conviviámos, como en la actualidad, con escenas violentas a todas horas en televisión o en la red. De la misma forma que jamás podré olvidar la primera teta que vi en televisión (Victoria Vera en "Cañas y barro"), algunos de esos atracos, el atropello de una abuela, alguna tortura, me atormentaban. Aún no estabas inmunizado.

A José Antonio de la Loma se le unió Eloy de la Iglesia que en "La estanquera de Vallecas" o "El Pico" refleja una visión más social, incluida una vertiente política. Incluso Carlos Saura con "Deprisa, deprisa" se acercó al género, considerándose otra película suya, "Los Golfos" como un gran precedente.


El letimotiv de estas obras eran el delito y la droga. Además había una estética muy marcada, un estilo que se hizo aún más patente a medida que pasaban los años y nos hacíamos "europeos". Una forma de hablar "arrastrá" con su propio glosario (la guita, la keli...), una forma de vestir, unos "bugas" de primera (míticas persecuciones entre Seats Ritmo y 1430) y una música, claro. La rumba arrabalera. Algún día le dedicaré una entrada a la rumba catalana. Hoy os dejo mi canción preferida de Los Chichos, "La historia de Juan Castillo". Crónica de planes criminales torcidos. Impagable ese "Era una noche de pena y de llanto, pues todo condujo a un fracaso, iban dos primos y dos hemanos, iban a cholar pero los delataron" (aunque hay frases de las que no entiendo una palabra).
Dejo otra canción no exactamente del género pero emparentada y que hace tiempo tenía ganas de compartir. Son Las Grecas, la canción "Te estoy amando locamente". Pedazo de hit, sin ironía, ¿eh? Para otro día el "Achilipú". Siempre que comento algo sobre ellas, mi madre dice: "Ay madre, qué mal acabó una con la cosa de la droga".

El Vaquilla decía: "Tú tienes que pasar por la cárcel, no la cárcel por ti".



miércoles, 14 de julio de 2010

El fuego camina


A primeros de Agosto publica tercer disco uno de los grupos más interesantes de principios de siglo, Arcade Fire. Son canadienses. No recuerdo el nombre del explorador español que al llegar al país contó aquello de:"Acá, nada" . De ahí la leyenda sobre su nombre.




En los últimos años parece que este país, que creo se ve simpático y resulta atractivo para todo el mundo, nutre de bandas sin descanso el panorama del rock y pop internacional. A veces da la sensación de que todo lo que se cuece en el norte más al norte de Norteamérica, rezuma calidad. Tienen bagaje, inquietudes y facilidad para ello, casi como el canadiense Steve Nash, mi jugador de baloncesto favorito, reparte asistencias. En los últimos meses Brooklyn se ha convertido en otro importante epicentro de la escena musical


Arcade Fire tiene sus puntos débiles, a veces se le va la mano con el tono épico pero le sobra el talento por arrobas, es de esas bandas a las que se le nota la pasmosa destreza para componer Ya fueron bendecidos por el Boss, por Bowie, por U2 que compartieron escenario con ellos. Os dejo el trallazo con el que se dieron a conocer, "Rebelion (lies)" de su primer disco, "Funeral". En la canción hay una referencia muy clara al cancionero "springstiniano", a
"Thunder Road". Ese "Venga, esconde a tus amantes debajo de las mantas" remite al "Puedes escconderte debajo de las mantas y estudar tu dolor, hacer cruces de tus amantes, tirar rosas bajo la lluvia".


Ya de puestos, enlazo con otra canción que homenajea la "menina" de Bruce. Son The Killers y la canción es "When you were young". The Killers tiene alguna buena canción -como este "melocotonazo"- pero en general no me convencen. Siendo de Las Vegas tenían que ser un poco horterillas. En su segundo disco tiraron por la reivindicación "springstiniana", tanto en sonido como en letra. Remedo de la ya añeja Mary, le ofrecen una última oportunidad a la chica protagonista del tema. El problema de querer escribir como Springsteen es que versos como "Quemando el horizonte de una autopista en la parte de atrás de un huracán", pueden resultar postizos en la voz de un aspirante.





Una curiosidad. Arcade Fire son multitud. Arcade Fire tocan muchos instrumentos.En directo son un vendaval. ¿Podrían tocar en un ascensor? Pasión contenida.

lunes, 12 de julio de 2010

De mi vuelta a las marchas... y de la final, claro



Sigo trabajando la base, utilizando los fines de semana para ir poniéndome a tono para Septiembre. Después de un sábado con sesión triple, el domingo marché a la Marcha Ciclista de Barco de Ávila. Había dos recorridos alternativos, uno de poco más de cien y el otro de ciento cuarenta kilómetros. Como llegaba cansado de la paliza del sábado y este año no he pasado de cien kilómetros ni he subido puerto alguno propiamente dicho, me decanté por el circuito corto. Creí que éste era el clásico, el que hice antaño en el que se subía Peña Negra y Tremedal. Para trabajar fondo, esos dos puertacos y los cien kilómetros me bastaban. Del Tremedal guardo un recuerdo amargo cuando hace unos años me presenté una mañana de domingo en la marcha después de haber corrido el sábado por la tarde un duatlón sprint en Torrejoncillo. Durmiendo cuatro horas, salimos a saco y en el puerto llegaron los siete males. Era previsible. Cuando uno es joven, es arrogante y arrojado. Ahora se es más prudente. Nunca creí que yo diría algo así.
Sin embargo, cuando llegué por la mañana, Phaeton me informó que en el recorrido corto no se subía Tremedal sino Barajas, lo que parecía un puertillo con poca sustancia a la vista de la altimetría. Un buen entreno sin más.
Hacía un par de años que no acudía a una marcha, creo que desde la Quebrantahuesos 2008. Me gustó reencontrarme con el ambiente. Contaba yo que en los triatlones abruma la calidad del material. Bien, pues aquí no le van a la zaga. Bicis preciosas por doquier. Nos llevaron en marcha neutralizada hasta Piedrahita, ahí encaramos Peña Negra, una ascensíón de quince kilómetros que parece más duro de lo que es. Es de esos puertos que cuando los ves subido en el coche, dices: madre de Dios, aquí vamos a sufrir de verdad -me pasó también con Palomas en el Titán-, pero que después, metido en faena y si sabes escoger tu ritmo, no es complicado.

Yo comienzo a cola, decido subir sin que se me altere la respiración y voy pasando gente con muy buenas sensaciones. Este puerto se sube cuando todos vamos frescos y se hace bien. Cuando llego arriba es de esos momentos en que recuerdas por qué te gustaba montar en bici. Disfrutar de una bonita ascensión a una montaña es de lo mejor del ciclismo.

LLego arriba y continuamos hasta Barajas, que no es realmente un puerto sino una sucesión de repechacos en carretera pestosa, con tramos del diez por ciento que hacen daño de verdad. No me lo esperaba y ahí la gente penó lo suyo. Tengo que parar en el avituallamiento por mi problema con los pies. Cuando hace calor y llevo kilómetros encima-más si no estoy hecho, más si se me olvida cambiar las plantillas por las de verano, más ventiladas- me comienza una molestia en la planta de los pies, debajo de los dedos que se va transformando poco a poco en un dolor insoportable. Para que se me pase, tengo que caminar unos minutos descalzo por el suelo.

Tras el descenso, ya encaramos la carretera hacia Barco de Ávila desde Hoyos del Espino. Voy solo con una ligera brisa en contra, a ritmo medio, con mucho calor y pedaleando a veces con las pies encima de las zapatillas -una buena idea- para alivio de mis pies. Miro a menudo hacia atrás para ver si viene algún grupillo en el que integrarse. Cuando ya estamos llegando y sólo faltan 7 kms, me alcanza uno con tan mala suerte que justo en ese instante, pincho. Reparo a toda velocidad y consigo meterme en otro grupillo que va de paseo hasta meta o hacia El Tremedal. LLevo dos meses sin pila en el "cuenta" así que no tengo datos objetivos. Esta semana, que parece que ya nos ponemos algo serios, se la pongo. Como últimamente nos tiene acostumbrados, Phaeton se marcó una gran marcha.

En general contento. Ya me entró el gusanillo. Me da que me apunto al sorteo de la Quebrantahuesos a ver si hay suerte y probamos una tercera vez para bajar de las ocho horas y no volver jamás porque ahí sí que te acabas dando un buen hostión. Correr rodeado de ocho mil ciclistas es muy peligroso.


Y claro que sí, algo hay que decir de la final, no podía ser de otra forma. Al igual que en los anteriores partidos que he visto del mundial, yo estaba muy tranquilo, haciendo mis cosas mientras veía el partido, descansando "las patas". Ya en la segunda parte, cuando la cosita se pone mala de verdad, cuando sabes que el que marque, gana, ya me empecé a poner de los nervios. Me tiré en el suelo delante de la tele y a sufrir como "un español" hasta el final, al estilo El Fary, al estilo Camacho.

No lo voy negar. Al final me emocioné. Sinceramente es algo que me sorprende. Yo soy muy sensible pero creí que éstas, eran etapas superadas. Me quedo con algunos momentos: con ese primer abrazo de los dos grandes capitanes del Barça y el Madrid, Puyol y Casillas, con el gol de Iniesta. Me gusta que un tipo de aspecto enfermizo, enclenque, que además ya se está quedando "cartoniano", en las antípodas del cuerpo perfecto y el estilo del Ronaldo ése, sea uno de los mejores del mundo y marque el gol más importante de la historia del fútbol español. Ahora, no me extraña que Nike se gaste las perras en patrocinar al portugués e imaginarle estatuas en Lisboa. Seguro que es mucho más rentable publicitariamente. Ya sé que lo hemos oído mil veces pero parecen buena gente y chavales sencillos, trasunto de la selección de baloncesto. Hay que tener la cabeza muy bien asentada para que este endiosamiento no te convierta en gilipoyas. ¿De verdad cree alguien que Guti -aunque fuera el mejor pasador del mundo-, tenía sitio entre estos dagales? Es tonto, no necesito saber más de sus virtudes futbolísticas.

Y de postre, el episodio Iker. Cual protagonista de película yanki al uso, como una especie de príncipe de cuento, se hace un partidazo, es el mejor portero del mundial, es campeón del mundo, levanta la copa y besa a su chica. Ni un guionista lo hubiera planeado mejor. Ni "Oficial y Caballero", vamos.

Que ustedes lo disfruten porque esto no lo volvemos a ver. Con Dios.



viernes, 9 de julio de 2010

Move on up

Fin de semana de Julio. ¿Qué hacéis delante del ordenador? Las últimas competiciones me están poniendo a tono. 2 meses, 9 semanas para el gran objetivo. Ya voy teniendo cara y cuerpo de machacado. Hay que moverse, hay que ponerse en marcha de verdad. Tocan sábado y domingo de puertos y montañas, en bici y a pie. Es sólo el principio. Me siento bien y con ganas.

"Move on up" cantaba uno de los intocables, Curtis Mayfield, indispensable en cualquier sesión negra que se precie. En los últimos días Edu Chinasky le dedicó unos posts a los mejores falsetes de la historia del la música: Chris Isaak, Roy Orbirson, Smokey Robinson, Brian Wilson... Joserra le enmendó la planta, le faltaba el mejor, Curtis. El antiguo cantante de los Impresions, como Marvin, del que hablaba anteayer, también se compromete con la situación del pueblo negro. Además de esta canción, quizá su mayor éxito sea el "People get ready" que todos conocéis.
Además os dejo una versión que encontré en el "youtube" que me encanta. Son The Jam. Le proporcionan un plus de energía, de urgencia a la llamada. Cobran todo su sentido las palabras de Paul Weller cuando decía que nunca seguiría cantando a los cincuenta años. Gracias a Dios, "the modfather" nos engañó. Este mismo fin de semana, Joserra disfrutará de uno de sus conciertos.
Ya metidos en el tema os dejo también el "Moving on up" de Primal Scream. Pocos "frontmen" exudan tanto rock and roll. Esa actitud de dejadez, de chulería, esa arrogante mirada durante los tres minutos de cada canción, sólo unos pocos la pueden ostentar sin parecer ridículos. Éramos fans de Primal Scream desde el principio, cuando de pronto, cuando publicaron su disco más importante y famoso, "Scremadelica", al que pertenece esta canción, nos quedamos descolocados. Junto al rock, ahí hay temas repletos de soul además de la onda con la que también comulgaron sus hermanos de "Madchester" -Happy Mondays, Stone Roses, Charlatans-, haciendo sonar el rock and roll como la electrónica. La gente podía bailar el rock en una discoteca.
Espero que a alguno le guste. Que paséis buen fin de semana. Descansad, no como yo.








miércoles, 7 de julio de 2010

Educando a Kilian

En una de las revistas que nos dieron Peñalara, había una entrevista a Nuria Burgada, madre de Kilian Jornet. Para los profanos, les cuento que Kilian es catalán y probablemente el mejor corredor de ultrafondo de montaña del mundo.

El retrato de la infancia y juventud del campeón que hace esta apasionada, no de la competición sino de correr en solitario por el monte, es cuanto menos curioso. Seguro que a algunos os gusta.

Cuenta como su infancia transcurrió en el refugio de Cap de Rec, en los Pirineos y como su empeño era que sus hijos, Kilian y Naila, apreciaran y vivieran la montaña, que respetaran la naturaleza. Se criaron en medio de la nieve, coriendo por allí. A ella le gustaba que caminaran descalzos. A veces llegaba gente al refugio diciendo que había un par de niños medio desnudos en la nieve. Lo cierto es que nunca se resfriaban y prácticamente nunca han estado enfermos. Piensa que ahora los padres son demasiado proteccionistas, algo que también opino yo, aunque claro, esta afirmación es fácil si no tienes hijos.

Pronto fueron conscientes de que sería un niño difícil de cansar. Vivían en la parte alta de un pueblo y con una año, Kilian ya subía un camino de montaña con cien metros de desnivel cuatro veces al día sin decir ni pío. Con tres años ascendía "tresmiles" andando sin parar.

Siempre planteaban la actividad en la montaña como un juego. Incluso a menudo salían del refugio después de cenar, con el pijama puesto y totalmente a oscuras. Al principio, los hermanos no se separaban de su madre pero pronto aprendieron a orientarse, a escuchar al bosque, planteando salidas cada vez más largas.

Ya de adolescente, las aventuras de Kilian comenzaron a ser preocupantes. No paraba de marcarse retos, marchaba en bici a subir puertos pirenaicos sin tener nunca suficiente. A veces tenían que llamar a la policía para localizarlo. El problema se tornó alarmante y es cuando deciden ponerse en contacto con el Centro de Tecnificación de Esquí de Montaña para que le ayuden a gestionar ese alarmante exceso de energía.

Sometido a una disciplina de entrenamientos, Kilian siempre hacía más de lo que le mandaban y despues apuntaba menos. Con el tiempo ha ido aprendiendo.

Aunque ya es un profesional, a veces sigue afrontando retos que poco difieren de los que se marcaba de dagal. Cuando este verano se preparaba para UTMB, se fijó en el Mont Blanc y subió a la cima dos días seguidos, el segundo en 3 horas y 58 minutos, en camiseta y zapatillas, saliendo de Chamonix a las diez de la mañana. Este verano me lo contaba el CiegoSabino y yo no me creía que pudiera subir y bajar al Mont Blanc en un mañana. Supongo que es el sino de Kilian, poder con lo increíble.

Le preguntan a Nuria si sale a correr alguna vez con su hijo. Dice que sí pero que ir con Kilian ahora, pues bueno... hace lo que puede mientras él viene, va, sube, baja.


Conseguí una foto de Peñalara

De música se me vino a la cabeza la canción perfecta para el tema, "Ain´t no mountain high enough". "No hay montaña tan alta, ni valle tan hondo, ni río tan ancho que me pueda mantener separado de ti". Su majestad Marvin Gaye, antes de convertirse en Dios, grabando otro de los discos esenciales de la historia del pop que todos debéis tener ("What´s going on"), cantaba cositas, joyitas como ésta, aquí con Tammi Terrell. Típico producto Motown capaz de arrasar una lista. Más tarde Marvin se volvería más taciturno y reflexivo sobre el mundo que le rodeaba. Más intenso. Otro verdadero genio que se nos fue antes de tiempo, en este caso asesinado por su padre. Todos conocéis la canción, milagros de la telefonía. Es playback pero resulta gracioso.



lunes, 5 de julio de 2010

Gran Trail de Peñalara, empeñados en sufrir


Vamos a relatar lo que viene siendo una prueba de ultrafondo de montaña a la usanza. Iba a decir a la vieja usanza pero esto de viejo, tiene bastante a poco. Es en los últimos años cuando el crecimiento tanto de pruebas como de participantes ha experimentado un desarrollo, por momentos y en algunos aspectos, incluso preocupantes. Es sorprendente cómo ha ido evolucionando el mundo del material del corredor de montaña en los últimos tiempos. Hay verdaderos figurines con lo último de lo último. A mí me da que esta actividad es bastante más simple de cómo nos la quieren presentar pero al fin y al cabo, todo esto es un gran mercado al que se le vislumbran unas posibilidades tremendas.
Igual que a Madrid le falta un ironman, carencia que parece ser, será subsanada el próximo 11 de Septiembre -mal día, aunque los auspicios no son buenos, confiemos en que sobreviva- , también echaba de menos un ultratrail de montaña. La legión de corredores montañeros de ese inmenso panal así lo demandaba. No es necesario ir a los Pirineos, a Euskadi, a Los Alpes. Podemos pasarlo igual de mal a la puerta de casa. Ahí estaba el "irresistible" gancho de la prueba.
Mi impresión sobre la carrera es en general positivo. El circuito me ha parecido menos montañero de lo que esperaba. En mi opinión hay demasiados tramos de pista para los que estaría bien buscar alternativas si es posible. La organización perfecta. Yo me perdí dos veces pero fue más debido a nuestra negligencia que a la de la organización. A pesar de los cinco mil metros de desnivel positivo y mis más de ciento veinte kilómetros de montaña -medía más y con las dos pérdidas, ya sí que me salí de la tabla-, mi impresión general es que no es tan dura como se esperaba o es que quizá me estoy mal acostumbrado a sufrir. A ver, entiéndanme, si alguien me ve ayer por las calles de Guadarrama, echándome un siestón descalzo en un parque a la sombra, caminando como un "ecce homo" doliente, haciendo cualquier movimiento al ralentí, metido en la fuente del pueblo cual guiri borracho, dando vueltas a la misma con cara de gustito, mientras mis maltrechas piernas y mis pies hinchados agradecen el frescor del agua de la sierra, podrá pensar que soy un fantasma. Es una carrera dura, muy dura pero no de las más duras. Entrenando y corriendo con cabeza, esta prueba se pude hacer muy bien. Ya sabes a lo que vienes, al deterioro total y a partir de ahí, a sobrevivir y tirar de cabeza.
Vamos con una crónica de mi experiencia propiamente dicha. No tengo fotos porque perdí la cámara. Ha sido después de carrera, creo que en el pabellón. Confiemos en que aparezca, que el que la encontrara, la devuelva -mi carnet estaba en la funda-. Supongo que la organización pronto facilitará fotografías de los participantes para poder poner alguna mía.

8 de la mañana. Salida. Tengo en mente salir a buen ritmo y luego ya se verá. Subida a La Maliciosa, quizá la más dura de la carrera pero vamos frescos y se hace bien, rápido. Arriba comienza a llover y la niebla nos envuelve pero no hace frío. Se oye algún trueno pero el tiempo no empeora.

Bajamos rápido corriendo hasta el Collado de la Dehesilla -una bonita zona que más tarde un madrileño me dijo que se trataba de la mítica Pedriza-. Me siento fuerte, no dejo de pasar gente. No debo andar mal en la clasificación. Bajamos volando para encarar el ascenso a la Morcuera a mediodía. Subiendo por una larga pista, me empiezo a dar cuenta que comienzo a sentir síntomas de debilidad. He comido bien, pero subiendo engullo todo lo que puedo aunque no dejo de tener sed. A pesar de tener mucha suerte con el tiempo, creo que ha sido la carrera que más líquido he bebido. Voy viendo que la gente que marcha a mi alrededor tampoco anda "muy allá". No sé si es porque se trataba de la primera edición pero he visto actitudes muy extrañas, como de muy pardillo en algunos momentos. Gente que marchando jodida -eso se nota en la forma de caminar-, subiendo una pista, se ponía a correr pequeños tramos para únicamente salirse de punto y desperdiciar fuerzas que después necesitarás, sin ganar nada a cambio.

LLego a la Morcuera supongo que por el lado de la que me pareció la famosa última rampa del puerto tan "mentá" por ciclistas y triatletas (la que se baja en la "Perico"). No es ni el km. 40 y estoy muy cansado. Me echo a descansar en el avituallamiento mientras como y bebo demasiado. El descenso hasta Rascafría es fácil pero voy tan "empazonado" que se me hace cuesta arriba la cuesta abajo. Todo ese tramo se debe hacer corriendo pero me detengo de vez en cuando para seguir caminando. Ya empiezo a pensar que madre mía... todo lo que falta. Malos pensamientos demasiado pronto. "¡¡¡ SSappe!!!" Una pista monótona y eterna -hay que buscar otra alternativa en ediciones posteriores- nos conduce al pueblo. Pasamos junto a unas piscinas naturales en torno a las cuatro de la tarde, con un agua que de tan fresquita que parece, sólo invita a pegarse un chapuzón. Ves a las señoritas tumbadas en biquini en la hierba y sólo te apetece sentarte a tomar una cerveza y echarte un buena siesta. Pasa el espejismo, llegamos a Rascafría. Otra vez como y bebo demasiado pero es que....¡¡TENGO HAMBRE!!. No puedo ni trotar hasta el inicio de la subida al Reventón. Me han ido metiendo miedo con este ascenso pero no es tan duro. Siempre es mejor esperar lo peor. Es larga pero se hace bien. Al principio me costó coger un buen ritmo, voy medio fundido, pero me fui estabilizando y llegué arriba entero.
Consigo correr por las crestas hasta Claveles en la que a mí me pareció la zona más bonita de la carrera. En el segmento en que me mueve todos están obsesionados con llegar a hacer la bajada de Peñalara de día. Objetivo conseguido. Mientras gestiono con prudencia la zona de los batolitos entre Claveles y Peñalara, pienso que pasar esto de noche debe tener su gracia. Tras el descenso propiamente dicho de Peñalara, en el puesto de control nos informan de que España marcha 0-0, que han fallado dos penaltis y bla, bla, bla.... ¿os suena? Hasta la Granja hay un primera zona entre pinares muy agradable y acogedora. Me he quedado solo y voy pensando en que es curioso que España entera esté sufriendo con el partido delante de la tele y yo me encuentre aquí perdido, en medio del silencio mientras comienza a anochecer, sintiendo la amenazante llegada de los múltiples dolores que están por venir. De pronto, en medio del monte se oye un "¡¡¡¡GOOOOOLL!!!" -algún participante llevaba radio-. Hay que rendirse. Es un enemigo demasido fuerte. Para escapar, habría que vivir en Marte... y "cuidao".

El último tramo de descenso hasta La Granja es complicado, pronunciado. Aquí me saltan todas las alarmas. Los pies me duelen horrores. LLevo las plantas machacaditas. Un par de uñas me están dando la lata. Cada vez que me tropiezo, blasfemo sin remedio. Los cuadriceps me arden. Estoy escocido, tengo rozaduras en "mis partes", en los dedos de las manos a pesar de llevar guantes para los bastones -es la primera vez que los uso este año y en este recorrido no son necesarios-, una herida en la espalda... Toca sufrir. LLego a La Granja. Bocadillo de salchichón y cocacola y para delante. Echo de menos algo de pasta. Los pies mejor ni tocarlos que sólo empeoras. Nos queda toda la noche por delante.
Me han dicho que el ascenso a Fuenfría y Navacerrada es suave. Pasan los kilómetros y así lo parece. Empiezo a charlar con Juan Carlos, un chaval de Madrid, después se nos une Álvaro que iba algo más tocado y así hemos ido ya hasta el final, contando la vida. Esos kilómetros nocturnos en compañia pasan más rápido.
Nos perdimos dos veces. Como eran de la zona, pensé que conocían el circuito. Para los que sepáis el recorrido, nos subimos la "Carretera de la República" entera, una especie de Mortirolo hasta que al llegar arriba nos dimos cuenta que no había señales. Hemos tenido que ir por la pista hasta enlazar con Fuenfría. La organización nos dijo que habremos hecho cuatro o cinco kilómetros más, evitando una cuesta muy dura de subida.
En una hora justa hacemos el "Camio Schmidt" hasta el Puerto de Navacerrada, caldito en el Albergue de Peñalara y subida de un kilómetro antes de iniciar el descenso a meta. En algún momento del sendero por el que trascurre la tubería -para los de Madrid-, no enlazamos con el desvío de descenso que marcaba la carrera y hemos seguido "tó palante" hasta la "pista de las bicis" con lo que hemos tenido que bajarla y retroceder hasta donde enlazaba con el sendero hacia Navacerrada. Ahí ya no sé qué propina llevaríamos. Con estos paseos nuestras optimistas previsiones han ido pasando de las 22 a las 24 horas.
El último sendero hasta Navacerrada se hace bien. La última pista, llena de pequeñas piedras que trocean mis plantas, en parte debido a que mis zapatilllas ya llevan demasiada horas de vuelo y no me atreví con las nuevas por si no estaban "hechas", se nos hace mucho más larga que en el inicio de la aventura veinticuatro horas antes, cuando éramos todo ganas, fuerza y risas. Al entrar en el pueblo, me adelanta un grupillo corriendo que me anima a que los siga. Marcho con ellos a buen ritmo algo más de un kilómetro, alcanzando a otros participantes que se suben al tren, entrando en meta un pequeño pelotón de unos diez atletas, donde me sentí fuerte y que me hizo pensar que tal vez me debería haber animado a correr antes. Ya veremos en otra ocasión. Todo es experiencia. Buen entreno para Tor de Géants, la cita clave del año.
23 horas y cuarenta y cinco minutos. Puesto 117 de 260 participantes llegados a meta. 221 abandonos.
Una hora después, tras ducharme y masajearme los pies -ay que gustito, por Dios-, consigo dormir algo más de una hora tirado en la esterilla con mi saco en una puerta del pabellón.
Después de escribir esta crónica, cuanto más tiempo pasa, mejor recuerdo tengo. A esta carrera volveré. Se puede hacer en mucho menos tiempo e irte a la cama a la hora de una persona medio normal o incluso a la de las personas normales, la de después de las cervezas una noche de un sábado de julio.

Durante la primera parte de la carrera, cuando todo iba bien -después ya sólo pienso en soldados pasando penalidades-, se me metió en la cabeza la música de la banda sonora de "El último mohicano". Ese bucle de violín infinito que suena mientras Daniel Day Lewis, durante toda la película, recorre kilómetros a través de los senderos de los montes del Canadá. Entonces no sabíamos que esto de correr por las montañas era algo factible. El último mohicano, ¿el primer "trailero" de la historia? En tiempos me contaba un amigo que vio a Stephane Grappelli, famoso violinista de jazz francés, tocar esta pieza. El hombre estaba a las puertas del último viaje, casi lo tenían que llevar en brazos hasta la silla del escenario. Era entonces cuando se ponía a tocar el violín de una forma sorprendentemente enérgica y endiablada. La poca vida que le quedaba se le escapaba a borbotones a través de su instrumento.
"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"


jueves, 1 de julio de 2010

Onde estará o meu amor?


A pesar del poco éxito de estos posts, sigo a lo mío, con la vena brasileira. Me dio pena que en el Mundial nos enfrentáramos a Portugal. Si no fuera porque me alegro de que eliminaran al bobo del Ronaldo, pensaría que siento saudade por la eliminación de nuestros hermanos.

Hoy la hermanísima de Caetano, María Bethania. Aunque no digáis nada, seguro que a alguno o alguna esta canción le vence. Nos vemos el domingo, repleto de dolores, después de una de las grandes citas del año, el
"getepé". Le tengo ganas.
Buen fin de semana.