Para los ajenos al mundo del deporte, les cuento. "Tapering" es el proceso en que un deportista serio, baja volumen de entrenamientos cuando se acerca la fecha de una competición. El domingo tengo una marcada en rojo y estos días toca poca cosa. No es que las semanas previas haya entrenado como un burro ya que al competir cada domingo, el día "pre" y el día "post", apenas hacía nada. Durante el puente, además de tomar demasiadas cervezas, el viernes subí al Pozo de los Moros, un entreno duro de montaña de alrededor de hora y media. Batí mi marca en la subida casi sin enterarme ni pretenderlo. Fuerte, sin novedad excepto la de darme un costalazo de aúpa bajando por una pista forestal sin complicaciones, mientras me encandilaba la luz del sol que se filtraba entre las hojas de los robles.
El sábado, nada de nada. El domingo, Media Maratón de Tordesillas. Quizá demasiado cerca de Oporto pero había ganas. El lunes rodaje tranquilo de media hora con una amiga y por la noche Halloween. Qué peligro.
El martes paseo por el monte. A pesar de tenerlo cerca de casa, años hacía que quería conocer las ruinas del Castro de Irueña en el corazón del Rebollar. Restos prerromanos y romanos situados cerca de Fuenteguinaldo.
La yegua. No se aprecia pero una parte es la cabeza y la otra las patas.
Afloraciones de muralla, pequeños sarcófagos, bases de columnas. Más que las piedras, fascina ese entorno formado por los robledales del Rebollar, marco ideal de cierta ascendencia romántica decimonónica e increíblemente desconocido para albergar las huellas del pasado.
No es fácil dar con el asentamiento. De hecho, deambulando por el bosque, casi nos volvemos sin encontrarlo. Sólo afloran pequeños restos de la probable abundancia bajo tierra.
Ayer, tras el diluvio universal en las Hurdes, media horita de carrera a las diez de la noche y hoy trataré de hacer una hora cuadrándolo entre trabajo, inglés y primera reunión para la Media Maratón de Ciudad Rodrigo de 2012. Mañana ya anunciaremos fecha. Después descanso hasta el domingo.
En la cena del Halloween surgió el tema de "Nevermind" de Nirvana. Hace unas semanas se conmemoró el 20 aniversario de su publicación. Yo escuché la noticia y se la comenté a un amigo, completamente convencido de que eran diez años los del niño bajo el agua. Me costó convencerme de que hacía veinte años. Dios, cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando me regalaron ese disco, no tan decisivo él como toda la ola que encabezó y en la que yo tanto participé.
A propósito, qué bonitos eran los vinilos.