jueves, 30 de octubre de 2008

It´s only rock & roll

“Awopbopaloobop alopbamboom. Una historia de la música pop”. Nick Cohn

A menudo leo libros sobre música y éste ha sido uno de los más interesantes. Es una de las obras míticas sobre la música popular. Escrito por Nick Cohn en 1968 en poco más de un mes y con sólo veintidós años. El libro es como una buena canción pop. Se lee a toda velocidad. Ritmo muy ágil, descuidado, divertido donde retrata de modo certero y despiadado qué es el pop: lo efímero, lo estúpido, lo maravilloso y lo divertido de la música popular. Ya afirma en 1968 que el pop ha llegado a su fin. Os pongo unos fragmentos que describen el libro mejor que cualquier cosa que yo pueda decir y que no son más que una declaración de amor al espíritu de la música popular:

“Tiempos embriagadores. Pero que, por su propia naturaleza, no estaban destinados a perdurar. Incluso mientras yo me daba los grandes atracones, el rock & roll ya estaba cambiando. El mundo que yo conocía y adoraba era principalmente un negocio de bandidos, dirigido por variopintos aventureros, vendedores de pócimas e inspirados lunáticos. Pero su época prácticamente había llegado a su fin. A cada temporada que pasaba, el panorama se volvía cada vez más industrial. Los peces gordos de la industria y contables dejaban en la cuneta a los pioneros. La nueva palabra mágica del negocio era producto. Me di cuenta de que no pasaría mucho tiempo antes de que el rock se convirtiera en una nueva rama del comercio, ni más ni menos exótica que los coches o los detergentes”

“Cuando empezó yo tenía diez años, ahora tengo veinticinco y ha dominado mi vida. Siempre me ha rodeado, me ha formado y me ha dado mis héroes, ha construido mis mitos. Casi ha vivido por mí. Seis horas diarias de tonterías sin valor alguno y, sin embargo, ha significado para mí más que cualquier otra cosa”.

“El pop ha sido como un western continuo, ha tenido la misma clásica sencillez, el mismo poder de convertir un cliché en un mito. No tiene una mentalidad definida. Lo único que ha hecho ha sido adoptar corrientes, maneras, obsesiones teen y plasmarlas en imágenes. Ha hecho caricaturas gigantes de la ambición, de la violencia, del amor y del inconformismo que han resultado ser las ficciones más poderosas y más precisas de este tiempo; y siempre, aparte de los héroes, aparte de cualquier cosa, ha estado el sonido, el ritmo perfecto, invariable e interminable. El sonido lo ha sido todo.”

En plan visionario:

“De cualquier forma, la primera estúpida explosión acaba ahora y la segunda etapa ha comenzado. El pop se ha hecho complicado. Era inevitable, todo tiene un final, nada es sencillo por mucho tiempo. El pop se ha dividido en facciones y se ha sofisticado. Parte de él se ha definido, hace buena música. La otra parte es puramente industrial, un negocio tan pesado y aburrido como cualquier otro.”

“Muy pronto habrá compositores pop que escriban obras formales para coros y grandes orquestas pop; los conciertos pop se presentarán en los grandes teatros y el público estará sentado en filas alineadas; no habrá gritos ni pataleos, sino que la gente aplaudirá educadamente; se combinarán los sonidos con todo lo visual; los discos se pondrán en algo parecido a un gramófono con televisión incorporada; la música creando formas plásticas; habrá todo tipo de ingenio imaginable.”

Una curiosidad que no me resisto a escribir, un cometario buenísimo sobre sus majestades satánicas. Aquí sus facultades de vidente patinan:




"Tal y como está las cosas no creo que duren, y eso me alegra. No estaban destinados a eso, a hacerse viejos. Existieron para tener éxito en un momento dado y luego desaparecer. Y si les queda algún sentido de la elegancia se matarán en un accidente aéreo tres días antes de cumplir los treinta”

Ay, el rock and roll con frutos tan variados y maravillosos como éstos, dos de mis canciones favoritas:

Blower´s Daughter. Esta cosita tan exquisita de Damien Rice que parece a punto de deshacerse entre los dedos. Es la canción que suena cuando estalla el flechazo entre Jude Law y Amidala Portman al principio de “Closer” de Mike Nichols, mientras se acercan uno al otro caminando por la calle.




En otro escalón este tsunami de Kyuss. La guitarra envolvente de Josh Homme te atrapa, te devora. Representantes del stoner, un movimiento de la década pasada, cuyas señas de identidad básica eran los riffs de guitarra pesados, repetidos hasta la extenuación, hasta la hipnosis. A esta gente le gustaba irse al desierto de Nevada con generadores eléctricos portátiles, ponerse ciegos a porros y dale que te pego a la guitarra. Muy recomendables los volúmenes de las Desert Sessions con varios participantes ilustres. Se recomienda escuchar esta canción a todo volumen el salón de tu casa antes de un entrenamiento jodido. Sales enchufado.




“Casi Famosos” de Cameron Crowe

“Casi famosos” de Cameron Crowe es una de mis películas fetiche y creo que de cualquier colgado por la música. Algunas de las ideas de la película creo que están tomadas del libro. De ahí el parentesco.

Esta película también es una tremenda declaración de amor a la música pop. Se desarrolla en la era dorada, en Estados Unidos a finales de los sesenta cuando cada grupo descubría, inventaba nuevas soluciones que eran asumidas por los siguientes para ir un poco más allá en cada disco. Nunca existió terreno tan fértil. La creatividad, la fecundidad era la norma. Beach Boys, Beatles, Stones, Kinks, todos en estado de gracia.

La película nos presenta al chaval protagonista que se une a un grupo en gira como crítico de la revista Rolling Stone para hacer un reportaje sobre la banda. Está inspirada en la propia figura del director Cameron Crowe al que le ocurrió algo similar. Siendo aún adolescente trabajó para la revista. Entonces Rolling Stone era verdaderamente una publicación contracultural que se comenzó a repartir con furgonetas en las universidades. En fin, que no era lo que es hoy. A veces he leído buenos reportajes porque ahí escribe gente con criterio y que sabe un montón pero hay cosas, hay portadas….que no puedo con ellas.

Pienso que la figura de Lester Bangs, el visceral crítico que ayuda al chico, interpretado por un como siempre magistral y entonces no tan famoso Philip Seymour Hoffman, aún tratándose de un personaje real, puede estar inspirada en Nick Cohn el autor del libro.

La película es muy divertida y recomendable al cien por cien. La dicotomía que se hace entre el mundo de la música y el mundo real me parece muy acertada. Kate Hudson está fenomenal. Recientemente se ha divorciado de Chris Robinson el cantante de Black Crowes con lo que no le hacía falta trabajar mucho para meterse en su papel de reina de las groupies.

No recuerdo todos los componentes de la ficticia banda que tocan en realidad. Cantaba Peter Frampton, resucitado tras la desaparición posterior al pelotazo del “Comes Alive” y la guitarra era la de Mike Mc Cready de Pearl Jam.

Aquí el momento más bonito de la película. ¿La mejor reconciliación de la historia del cine? No hacen falta palabras, sólo “Tiny Dancer” de Elton John. La banda está peleada y a través de la canción que suena en el autobús vuelve el afecto perdido. Coño la he visto cientos de veces y me vuelvo a emocionar. Si es que soy un moñas.





Si os interesa el tema y si no os interesa también, no dejéis de leer “Alta Fidelidad” de Nick Hornby. Garantizo que os lo vais a pasar fenomenal.

“¿Estaba deprimido porque escuchaba música pop o escuchaba pop porque estaba deprimido?”

lunes, 27 de octubre de 2008

Recuperando sensaciones olvidadas

MEDIA MARATÓN DE TORDESILLAS
Aquí parte de la expedición mirobrigense

¡1.21.10! Coño, me he quedado alucinado. Últimamente siempre digo que ando mejor que nunca. Sobre todo me di cuenta en Lisboa y en Buelna, donde tras controlar en la bici, hice unas buenas medias o en el Maratón del Boedo donde después de estar más de un mes completamente parado hice 3:10 o por lo cómodo que me sentí en el Maratón de montaña de Torrejoncillo. Sin embargo creí que mi cuerpo se había acostumbrado a ejercicios de varias horas pero nunca pensé que conservara la chispa de antaño para correr a ritmos altos. Analizando las cosas seriamente, creo que el penoso final IM de Ciudad Rodrigo se debió a una deshidratación como un piano. No contar con avituallamientos provocó que pasase mucha sed en varias ocasiones y eso en una carrera de este tipo es la muerte
Hacía más de dos años que no corría una media de asfalto y la prueba de ayer me ha traído a la mente recuerdos de los años mozos, de cuando empecé en esto. Mi record en media es 1:19:50 hace 10 años, tras una carrera agónica en uno de los recorridos de Zamora probablemente mal medido.
Ayer pude batirlo pero un dolor en el femoral a partir del km. 12, lesión que me da la lata cuando trabajo el músculo en el gimnasio aunque sea con cargas de niña, me hizo conservar y no aumentar “una velocidad” más que sí llevaba dentro. La verdad que iba acojonado pendiente del pinchazo que adivinaba inminente y que echaría al traste con una gran carrera. Muy contento pero con el regustillo amargo de saberme capaz de haber bajado claramente de 1:20. Esperemos que haya otra oportunidad.
Yo nunca hago series ni llevo plan alguno por lo que para mí la prueba era una incógnita. En la salida decidí irme con Gusgus y Efedexdx, dos grandes corredores que decían que iban a correr a 4 minutos. Yo nunca entreno en esos tiempos pero bueno, hasta que aguantara.
Nos ponemos adelante. Salida y el primero en bajada a 3:40. Siguientes entre 3:40 y 3:50. Me digo a mí mismo que éste no es mi tren, que debería bajarme. Los dejo ir cinco metros y me vuelvo a enganchar. Voy alterado pero no me siento mal. Imagino que al final estallaré pero que me quiten lo bailao. Seguimos moviéndonos en los mismos ritmos. El km. 9 es el más lento de la media, la subida a la plaza en 4:07. Me siento bien. En el 12 Gusgus afloja un poco por problemas de flato y Efedexdx se queda con él. Yo, cegado por la marca, aprieto y es justo cuando empiezo a notar las molestias, lo que me hace regular en las abundantes repechos. Al final, en el último descenso, apretando para hacerme un buen sprint antes de meta. Puesto 44 a diez minutillos-minutazos del ganador.
Efedexdx y Gusgus entran a 20 y 30 segundos. Todos los demás muy contentos con sus tiempos: Chuchiparrilla que a pesar de estar iniciándose, ya lo veo enganchao (reitero las gracias por esos exquisitos bocatas de jamón que el tío detallista nos traía para comernos antes de la vuelta), el Ciego Sabino que en un último sprint que casi le lleva a vomitar, consiguió bajar su record en media (peor le fue luego… literalmente se le quemó enterito el coche), Angelito “obleas” que le hizo de liebre y Bienvequéscribas también con buen tiempo.
La sensación final que he tenido es que he ido bastante cómodo. Yo nunca corro a esos ritmos. Cuando lo hacía antes, iba al límite y ayer me ha dado la impresión de ir fácil. Se me ha hecho todo bastante corto. Será que uno ya está acostumbrado a hacer carreras entre 4 y 20 horas. Lo dicho, sorprendido que a mis 38 tacos viejunos, esté en el mejor momento físico de mi vida. Si he corrido a esos ritmos es porque puedo aunque nunca lo haga.
Pues nada, hielo y reposo para recuperar la lesión y visto lo visto, aunque tienes el problema de que los dos días antes estás diez horas de pie viendo museos y monumentos, habrá que intentar emular a Johnny y derribar las 3 horas en Florencia. Si no, en Sevilla y de paso intentar la marca para la inscripción directa en Nueva York.
Y aunque la mayoría os mostráis escépticos, 2009 será el último año al más puro estilo atalantiano-cafre-sinsentido, el de acumular varias carreras que quiero en el curriculum.
En 2010, ya veterano, se acabó. Será el de pocas carreras escogidas (las joyas), preparación sistemática (esto pal Ironmanu), con planes, series, descansos y demás. Quiero saber hasta dónde puedo llegar preparándome como Dios manda y dedicar más energías a otras parcelas de mi vida… vamos, digo yo.
¡¡YO SOY ESPARTACO!!

Aquí, el resto. Cuidadín con estos dos peligrosos elementos

viernes, 24 de octubre de 2008

Dos citas con la Historia. Con mi historia.



Recupero otra crónica de este verano del foro jaramuguil. Aquí mi amarga crónica de Roth y del concierto de Springsteen. Con calma que es un buen ladrillo.


En una semana viviría dos días por los que llevaba esperando muchos años

IRONMAN DE ROTH. 13 de Julio de 2008

Hablo desde la perspectiva del que quiso y no pudo. Todo el año esperando para este día y la simple y dura fatalidad me impidió presentarme en condiciones para luchar contra el ironman. Tres días antes me levanté con el estómago extraño y todo fue a peor: diarrea, dolores, debilidad, vómitos… En fin.
La mañana de la prueba me presenté en la línea de salida después de una muy mala noche, sin poder desayunar, con muy mal cuerpo y sin tener decidido aún si salía o no. Decidí marchar para ver si podía acabar la natación en condiciones y sólo por poder “disfrutar” de la subida al Solar.
Sin duda alguna el abrazo con Ironmanu antes de partir y la entrada en el canal han sido los momentos más duros y emotivos de mi dilatada carrera globeril. Eso explica las lágrimas que corrían por mi rostro cuando me arrojé al agua.
Tantas carreras, tantas citas más o menos exigentes, tantos retos “imposibles”… y nunca me había ocurrido algo así. Sólo me he retirado una vez por lesión al principio del Maratón de San Sebastián. Pero que la enfermedad me impidiera ni siquiera afrontar la prueba para mí fue muy duro. La verdad es que por suerte, casi nunca voy al médico ni tomo medicamentos pero ni los consejos del Doctor K (médico triatleta salmantino) que corría ese mismo día el Ironman de Klagenfurt en Austria me entonaron.
Para mí era el DÍA D años luz de cualquier otro. Os podéis imaginar el disgusto. Después de la retirada, una extraña y desagradable sensación de impotencia te invade al completo por dentro. Sin embargo, poco a poco intentas “racionalizar” el tema y tratas de restarle importancia, ya que como está el mundo, puede parecer frívolo o hasta inmoral preocuparte tanto por algo así.
Habrá que pensar en el próximo. Si en la vida no tenemos metas, ilusiones, la vida se vacía. A Roth, por ahora, no volveré ya que para mí las carreras son una excusa para ver mundo y éste es muy grande. Ya pensaremos en 2009 porque para este año, en lo que a triatlón se refiere se cerrará con el Jabalíman.
Para el próximo año parece ser que nos decantamos por uno de los duros: Niza en Junio y Barcelona en Octubre. Yo a lo mejor me apuntaba al Ironcat en Mayo pero vamos, eso depende de muchos factores.
La meta que nunca crucé. Ya lo suponía; por eso saqué la foto el día antes.

Mis impresiones sobre Roth
El ambiente es algo tremendo. TRI-TRI-TRI… por todos lados. Esos días parece que todo el mundo hace triatlón. Rodeado por gente machacada por los entrenos que gasta material de primera. Los jóvenes parecen más viejos. Los viejos, más jóvenes. Una verdadera secta. El triatlón. Una religión. Si estás enganchado al tema, puede ser peligroso. En la feria sí había alguna oportunidad a buen precio. Como comenta Ironmanu en su blog, estuvimos en la mejor tienda de bicis del mundo: “Il Diavolo”. En mi vida he visto tantos bicis tope de gama en un espacio cerrado. Se te iban los ojos para todos lados
La natación en el canal me ha parecido muy fácil y sin problemas. La salida en tandas permite que “los corchos” (citando a nuestro amigo Antonio de Chiclana que conocimos en Roth) podamos hacernos a un lado y evitar que nos pasen por encima. Salí cargado de hombros pero creo que se debe más a que el traje me queda pequeño que a otra cosa.
La bicicleta tiene repechos y las famosas subidas son realmente conmovedoras. A mí no me parecieron duras pero quizá es el público el que te hace subir sin esfuerzo. A pesar del frío y la lluvia, es admirable cómo la gente se agolpa al lado de la carretera. Para mí fue muy emocionante subir mientras te jalean e “intentan pronunciar” tu nombre a través de megafonía. Sin embargo, dadas mis circunstancias, para mí todo es fuente de tristeza porque cada vez me quedan menos kilómetros para el abandono.
Al final, en la primera vuelta, con 90 kms en las piernas y sin haber comido ni bebido nada, tiro para meta entre fulanos con supercabras. Entro en T2 mientras los voluntarios se apresuran ayudarme. “I´´ m out”. Cambio de zapas, a cagar y a tumbarme en la zona de masajes donde literalmente me quedo dormido en el suelo. Veo entrar a Mc Cormack (vigente vencedor en Hawai y Francfort la semana anterior que lógicamente se ha retirado). Normalmente una foto con él nunca se me hubiera escapado pero la verdad es que no me apetece.
Marcho a esperar al Ironmanu y lo veo salir a correr el maratón con buena pinta . Ya lo tiene ahí, lo tiene a puntito.
Después de andar por allí deambulando un buen puñado de horas, sin poder ir a ningún sitio por los aguaceros que han caído durante la tarde y de ver entrar a los buenos, me voy a esperar al Ironmanu. Aquí es dónde se vive la verdadera esencia del triatlón y de la larga distancia. Más de dos horas aplaudiendo (al final ya me duelen las manos) y animando a la gente que entra en meta, algunos muy cascados y casi todos tremendamente emocionados. Es difícil de entender para el que está fuera de este mundillo pero yo también empatizo con cada uno de ellos, con todos los que te devuelven un saludo o que te agradecen sinceramente con gestos, tu apoyo. Veo primero pasar a Antonio y después a Ironmanu. Me sorprende verlos bastante enteros. Están extraños. Se encuentran radiantes. Lo han conseguido y eso, aunque estés jodido físicamente, te proporciona una satisfacción que muy pocos pueden entender. De verdad que para mí también es una gran alegría ver a Ironmanu convertido en Ironmanu. A veces les decía a mis amigos que lo que no me gustaría es que yo acabara y Manu no, que sería muy triste. Estoy seguro que a él siente lo mismo.
En general creo que le he perdido un poco de respeto al ironman. Sobre todo si es uno llano y vas a acabar, me da, me da que es más asequible de lo que pensamos. Otra cosa son los tíos y ¡las tías! que ves entrar en meta en 10, 11 horas. Verdaderas máquinas. Bueno, primero habrá que hacer uno y después ya intentaremos bajar tiempos. Todo se andará.



Así acabó mi sueño IM. Sentado en el váter, una hora después de la retirada

En Septiembre me saqué la espina con la locura de mi ironman doméstico

BRUCE SPRINGSTEEN. Nou Camp. 20 de Julio.

Otro día importante. Muchas veces había intentado conseguir la entrada pero nunca lo había logrado…. Esta vez sí, con la banda y final de gira europea.
Los que me conocéis ya sabéis que he visto cientos de conciertos, que cuando era joven ir a festivales era otra de mis pasiones. Sin embargo mis cinco mejores conciertos claramente son los siguientes:
· Sigur Ros
· PJ Harvey
· Nick Cave
· Mark Lanegan
· Radiohead
Springsteen iba a otra categoría. Ya sabéis que yo soy o era (para estar en forma de todo lo que sale e investigar en el pasado hay que leer y escuchar mucho y ahora mismo mis obligaciones me lo impiden) una especie de aspirante a erudito musical. Para mí la música es algo muy importante, quizá demasiado y siempre un escalón por encima de la literatura y el cine, mis otras pasiones.
Pues bueno, todo mi interés por la música comenzó a los 14 años con un disco: “Born in the USA” (1984). Sin ninguna duda el disco que más he escuchado en mi vida. Una cinta que literalmente abrasé en mi casette sanyo. Durante años yo fui un “springtiniano” convencido. Devoraba programas, recortaba artículos, entrevistas, compraba libros. Grababa discos. Lo sabía todo sobre su vida. Es curioso pensar cómo lo que aprendes en esas edades es difícil de olvidar. Poco de aquello se pierde.
Con el tiempo y el descubrimiento de otros mundos, me fui apartando del Boss. La juventud, la “modernez” te hace ser arrogante y pensar que sabes mucho cuando realmente no sabes nada. Una supuesta “madurez” te hace volver a colocar las cosas donde deben estar. La imagen que puede proporcionar una acercamiento apresurado a la obra de Bruce puede implicar que se le califique de “demasiado americano”, superficial o fácil.
Os puedo asegurar que no es así. En mi ingente colección de discos, hay un apartado para los intocables donde se encuentran Dylan, Neil Young, Leonard Cohen, Van Morrison… y por supuesto Springsteen. Su obra es bastante más compleja de lo que se pueda pensar y sus vertientes son múltiples. Junto a la épica rockera americana de coches y chicas, de sueños rotos (muy reivindicable por cierto) y parodiada genialmente por Prefab Spraut en “Cars and Girls”, conviven otros visiones de América. Nebraska (1982), disco que lo convierte en heredero directo y comprometido del Woody Guthrie más peleón, con una austeridad insultante (grabación en cuatro pistas), le convierte en un fotógrafo que refleja otra cara aún más amarga, la del delito o la miseria. Disco que tiene su réplica en los noventa con otra obra maestra no suficientemente reivindicada: “The Ghost of Tom Joe”, con el telón de fondo de “Las Uvas de la Ira” de Steinbeck. Aparte hay que destacar el empeño en el que últimamente anda más implicado: la recuperación del viejo folk de principios de siglo y esa maravilla de discos que son las “Pete Seeger Sessions”.
Todos estos palos los toca durante las tres horas de concierto. El escenario carece de decorado alguno. Y las luces, las justas. Bruce no necesita de artificio alguno. Le basta con su música. Se sabe el centro del estadio. Arropado por una banda que toca como nadie rock and roll del clásico, del de solos con saxofón, que ejecuta un cada vez más cascado y adorado Clarence Clemons, la maquinaria no puede fallar.
Cuatro conciertos de tres horas en cinco días. 59 años. El Bruce cómico, el teatrero, al que le gusta tanto interpretar sus canciones, se pone tierno, gracioso, bruto…. y no permite que nadie se aburra, que nadie pierda el hilo de su discurso. Te dice que estás aquí, que has pagado una pasta pero que él te va a demostrar que ha merecido la pena. Recoge innumerables peticiones de canciones de un público mitómano y entregado a más no poder. Y él representa su papel de roquero honesto, sin dobleces y sincero. Se acaremela con Patty y para terminar presenta a su hijo, que sale a tocar totalmente desbordado y asustado por el ambiente de un estadio de cien mil personas entregadas. Los padres se dan cuenta y le demuestran continuo cariño. Todo tan desmedido y a la vez tan familiar. Quizá sea esa la descripción correcta.
Momentos. Pufff…. Difícil elegir. No sé. Estaba rodeado de verdaderos mitómanos y sentías que cada uno lo vivía de una forma distinta aunque quizá la comunión total llegó con “Thunder Road”. “Carretera del Trueno”. Coincido con Nick Hornby. La canción. 1975. Medio estadio se sabe la letra. Ahí está todo. Eso es Springsteen. La posibilidad de redención, la última llamada, el sincero y desesperado ofrecimiento a Mary ¿de una vida mejor?, la posibilidad de restañar las heridas, de recomponer las piezas de los sueños rotos. Esta canción es el rock and roll. Sin más.
En la misma onda “Badlands” donde todo el mundo se desmadra con una pieza clave del libro springstiniano, basada en las “Malas Tierras” de Terence Mallick, otra gran película, quizá un poco olvidada.
La juerga que se monta con “Rosalita”. Parece increíble que hayan pasado 30 años y se sigamos con el mismo desmadre. O “I´m going down” o “The Promise Land” o “Tougher than the rest” o “Tenth Avenue Freeze Out”o…
A mí particularmente me llegaron muy dentro porque las letras me parecen muy buenas y además funcionan como epítomes del ideario springstiniano que le ha llevado a los libros de historia de la música “This Hard Land”, “Youngstown” o “Bobby Jean”.
Bruce bromea. Está mayor. Tiene que marchar. Ya no puede más. Tres horas han pasado. Te da la impresión de que no ha tocado nada. Faltan miles de canciones que adoras. Mi reino por una entrada para un concierto en acústico con guitarra y armónica en un teatro.
No sé si nos volveremos a ver, Bruce, pero sé que siempre has estado ahí y siempre seguirás ahí, hasta el final, hasta que caiga el telón.
“POINT BLANK!”

Aquí os dejo una gran canción, una de mis favoritas, que desafotunadamente no tocó: "Racing in the Street", "Carreras en la calle". No de las nuestras, sino de coches. La E Street Band en 1978, en sus años mozos, en todo su esplendor.
“RACING IN THE STREET”
I got a sixty-nine Chevy with a 396
Fuelie heads and a hurst on the floor
She´s waiting tonight down in the parking lot
Outside the Seven-Eleven store
Me and my partner Sonny built her straight out of scratch
And he rides with me from town to town
We only run for the money, got no strings attached
We shut ´em up and then we shut ´em down
Tonight, tonight the strip´s just right
I wanna blow ´em off in my first heat
Summer´s here and the time is right
For racin´s in the street
We take all the action we can meet
And we cover all the northeast state
When the strip shuts down we run ´em in the street
From the fire roads to the interstate
Now some guys they just give up living
And start dying little by little, piece by piece
Some guys come home from work and wash up
Ang go racin´ in the street
Tonight, tonight the strip´s just ride
I wanna blow´em all out of their seats
Calling all around the world
We´re going racin´ in the street
I met her on the strip three years ago
In a Camero with this dude from L.A.
I blew that Camero off my back
And drove that little girl away
But now threre´s wrinkles around my baby´s eyes
And she cries herself to sleep at night
When I come home the house is dark
She sighs: “Baby, did you make it all right”
She sits on the porch of her daddy´s house
But all her pretty dreams are torn
She stares off alone into the night
With the eyes of one who hates for just being born
For all the shut down strangers and hot rod angels
Rumbling through this promised land
Tonight my baby and me, we´re gonna ride to the sea
And wash these sins off our hands
Tonight, tonight the highway´s bright
Out of our way, mister, you best keep
Cause summer´s here and the time is right
For racin´ in the street

“CARRERAS EN LA CALLE”
Tengo un Chevy del 69 con 396 c.c.
Cilindros y un cambio de marchas en el suelo
Me está esperando esta noche en el aparcamiento
Frente a los almacenes Seven-Eleven
Yo y mi socio, tío, lo construimos de la nada
Y viajamos de ciudad en ciudad
Sólo corremos por dinero, no hay condiciones entre nosotros
Las hicimos callar y las encerramos
Esta noche, esta noche la pista está perfecta
Quiero dejarlos atrás en la primera prueba
El verano está aquí y el tiempo es propicio
Para hacer carreras en la calle
Aceptamos toda la acción que encontramos
Y recorremos todo el estado del nordeste
Cuando cierran la pista corremos por las calles
Desde los caminos en el bosque hasta las interestatales
Algunos chicos renuncian a vivir
Y empiezan a morir poco a poco, pedazo a pedazo
Algunos chicos llegan a casa después del trabajo, se lavan
Y van a hacer carreras por la calle
Esta noche, esta noche la pista está perfecta
Quiero arrancarlos de sus asientos
Gritando por todo el mundo
Que vamos a correr por la calle
La conocí en la pista hace tres años
En un Camero con un dandy de Los Ángeles
Dejé atrás a ese Camero
Y me llevé a la chica
Pero ahora hay arrugas alrededor de sus ojos
Y por las noches se duerme llorando
Cuando regreso, la casa está a oscuras
Y me susurra: “Nene, ¿lo hiciste bien?”
Se sienta en el portal de la casa de su chico
Pero todos sus bonitos sueños están hechos pedazos
Se queda sola mirando fijamente la noche
Con los ojos de alguien que odia haber nacido
Por todos los forasteros fracasados y los ángeles en sus bólidos
Retumbando a través de esta tierra prometida
Esta noche mi chica y yo iremos hasta el mar
Para lavar estos pecados de nuestras manos
Esta noche, esta noche la autopista está brillante
De nuestro camino, señor, será mejor que te apartes
Porque el verano está aquí y el tiempo es propicio
Para hacer carreras en la calle

miércoles, 22 de octubre de 2008

El camino de baldosas amarilllas

Durante estos días se ha celebrado en Villasrubias, uno de los pueblos en los que trabajo, una exposición sobre la emigración. Villasrubias está enclavada en una zona llamada “El Rebollar”, pendiente de futura declaración de Parque Natural, de una belleza sorprendente y totalmente desconocida que reclama a gritos la organización de una carrera de montaña, un trail o un triatlón cuando llenen el embalse pero eso será otro tema.
Durante los años cincuenta y sesenta del pasado siglo estos pueblos fueron castigados por la emigración fundamentalmente a Francia. La miseria y la falta de oportunidades provocaron que sean muy pocos los que no pasaran algún tiempo laborando en el país extranjero. Todos te cuentan historias muy duras de aquellos años trabajando en el monte o en el campo francés. Algunos volvían a su patria después de temporadas cada año; otros se asentaron allí y vuelven por vacaciones; otros, cuando los hijos echaron raíces definitivamente, ya no volverán. Es sorprendente ver la fractura espiritual que se crea entre “los de la Francia” y los de aquí.
Una noche se proyectó en el Ayuntamiento la película “14 Kilómetros” de Gerardo Olivares que es lo que me ha motivado a escribir este texto. Fijándose en dos personas que parten de Níger, país subsahariano, se puede asistir al itinerario que habitualmente se sigue hasta conseguir embarcar en una patera con destino a Europa.

Acostumbrados a verlos llegar o morir en los telediarios, no podemos imaginar la odisea de un viaje más peligroso aún que el cruce del estrecho.
Víctimas de la pobreza, huyendo de la miseria, de la explotación, persiguiendo un sueño que es una gran mentira, hablan de Europa, de España como la salvación, como la tierra de la abundancia, como un paraíso donde todos los problemas desaparecerán.
Durante el viaje seguirán siendo víctimas de las mafias de traficantes de personas, despiadados mercaderes, comerciantes de sueños que aprovecharán la segura fuente de ingresos que les proporcionarán las esperanzas de estos desgraciados, dispuestos a dar todo lo que poseen a cambio de una quimera. En la película se refleja con detalle la organización y el transcurso del itinerario. Con la fotografía y la luz de fondo de los pasajes abrumadores de un continente tan hermoso como África, somos testigos de una odisea de más de diez meses donde las dificultades y los obstáculos son constantes.
Te espanta cómo son capaces, con ciego arrojo inconsciente, de lanzarse a cruzar voraces y asesinos desiertos como el Teneré o el Sahara. Sin poder evitarlo buscas el nexo con nuestras motivaciones, hombres occidentales acomodados con aficiones deportivas “extremas”, dispuestos a pagar fortunas por cruzar un desierto en lo que creemos una auténitica aventura llena de piruetas y saltos mortales. Pero nosotros sólo jugamos a arriesgarnos. Sabemos que tras el salto, siempre existe la red. Ellos no juegan, ellos apuestan su vida y muchas veces la pierden en muertes horribles.
Destacable es la reflexión del Tuareg que, después de rescatar a los protagonistas moribundos, les conmina a permanezcan en sus patrias, a que todo el dinero y esfuerzo que emplean en escapar lo inviertan en su tierra. Rodeado de la arena que es su hátbitat natural, él no ve más que vida alrededor. “El futuro está aquí”, asiente con convicción.

“Seguirán viniendo y seguirán muriendo, porque la historia ha demostrado que no hay muro capaz de contener los sueños”

A lo largo de la proyección suena música excelente de, por ejemplo, Ismael Lo o Youssou N´dour. Aquí os pongo la canción menos africana del africano N´dour, "7 seconds", una comercial y bonita canción que fue un éxito hace unos años. Aquí canta la correcta Dido en lugar de Neneh Cherry.


Relacionada, aunque no se ve nada, aquí os dejo "Hawa Dolo" de otro africano, Ali Farka Toure, una muestra de lo innegable del parentesco entre el bluesman y el griot, entre África y el Mississipi. Una gozada.



“Los Nadie”

“Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadie con salir de pobres,
que algún mágico día llueva la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadie la llamen,
aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino floklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.”

Eduardo Galeano

lunes, 20 de octubre de 2008

De carreras y entrenos

Ésta debería ser una entrada sobre el Maratón del Mediterráneo, celebrado ayer entre Castelldefels y Sitges, pero me fié, se acabaron las plazas y no me dejaron apuntarme. En la página te decían que podías inscribirte personalmente el día antes de la prueba pero supongo que sus expectativas sobre participación se debieron desbordar. La verdad que me jodió porque me encuentro bien, no me duele nada, no tenía nada a la vista y sòlo me faltan dos, éste y uno pequeñito en Orense, para acabar con el gran reto: todos los maratones de la península. En fin, para el próximo año.

Busqué una segunda opción. La Subida al Morredero estaba prevista para este fin de semana. La idea era llevarse a Suzanne, subir el sábado en bici y el domingo en la carrera a pata pero también se suspendió porque el Ayuntamiento anda escaso de pasta.

Esto ha provocado una ajustes en el calendario. El domingo que viene nos vamos a la Media de Tordesillas. Hace lo menos dos años que no corro una media de asfalto. Tengo curiosidad por saber en que tiempos me muevo. Un buen test para Florencia.

Así que nada, os pongo los entrenos en los que ando enredao. Nunca creí que iba a decir esto pero echo de menos la natación. Nos abrieron la piscina climatizada el año pasado y ahora el Ayuntamiento anda con la resolución definitiva de la nueva licitación así que me da que hasta diciembre nada de nada. No me meteré con el Ayuntamiento por lo de no tirar piedras contra mi propio tejado; dagalis, hay que se comprensivos con los Ayuntamientos...¡que estamos muy liados! El próximo fin de semana me acercaré a Portugal a nadar. Ya tengo mono. Lo dicho, increíble para un zote de la natación como yo.

En bicicleta este invierno estoy decidido a trabajar la cadencia. Como decía por ahí Diego, uno de los “trichulos”, parece mentira lo que sudas y lo que quema esto de ir tan revolucionado y tan despacio.

He empezado a ir al gimnasio. Todos los años me apunto aunque es un verdadero coñazo. Muchas veces me limitaba a estirar después de correr y poco más. Este año le he pedido a Manu Barbero, un colega experto en estas cosas, que me haga unas tablas para un par de días para ver si me lo tomo más en serio. Visto que comiendo como un animal no acabo de coger kilos, voy a empezar a tomar batidos de proteínas (¡como Hulk Hogan con sus pastillacas!) y tortillas de un montón de claras, como los señores de las pesas. Esperemos coger algo de chicha que esto de estar tan flaco no le gusta a las muchachas y de paso conseguir algo de culo y potencia para mover desarrollos grandes en el llano. Aunque esta mañana pesaba ¡70 kgs!...(mido 1:80). A ver si seguimos en esta línea ascendente. Coño, me acabo de dar cuenta que llevo una semana sin que alguien me diga qué flaco estoy.

No hay mal que por bien no venga. Me han puesto las clases de la Escuela de Idiomas el martes y jueves a las 16:00 (normalmente me quedaba a sacar trabajo) y aunque tengo que hacerme 30 kms, comer e ir a clase en una hora, salgo a las seis, con lo que hasta que cambien la hora, puedo darme una vueltilla en bici.

LUNES Descanso.
MARTES 28 Bici + GIM + 11 Carrera
MIÉRCOLES Descanso
JUEVES 28 Bici + 11 Carrera
VIERNES 47 Bici + Gim
SÁBADO 12 Carrera
DOMINGO 48 Bici + 7 Carrera

P.S. Y aquí un regalo del Ironmanu. Ayer por la tarde se me presentó en casa y me hizo el mejor regalo de cumpleaños. De verdad que me emocionó. Estas cosas sólo se le ocurren al Iron. Una suerte tremenda tener tantos y tan buen amigos. Reitero, mil gracias. Esta tarde me la pongo en el gimnasio pa vacilar un rato.

"No es un hombre más que otro si no hace más que otro”

viernes, 17 de octubre de 2008

Shakespeare vs Kurosawa


“EL REY LEAR”

Aprovechando que iba a ver la peli y para preparar una entrada lo he releído porque después de ocho años, francamente recordaba poco de la obra. Es buena, no pueder ser mala pero prefiero otras obras del bardo como Macbeth, Julio César o Hamlet.

Como en otras obras de teatro de Shakespeare, siempre prima la intensidad. Parece que durante lo poco que dura la acción todo el mundo va a saco. Las pasiones humanas con mayúsculas se desbordan por doquier. El amor, la locura, la pasión, el miedo a la vejez, el dolor, los celos, la ambición, el poder, la venganza. Todos los temas que mueven, que atormentan al hombre generación tras generación.

Me gusta especialmente cuando utilizando al bufón o los personajes trastornados por el dolor, emplea un extraño lenguaje surrealista lleno de imágenes, mezcla de sinsentidos y lucidez.

Es una tragedia y por supuesto, al final casi todo el personal muere. La pregunta es ¿Hemos aprendido algo? ¿Los errores de los personajes nos ayudarán en el futuro? La verdad es que estas obras, mientras las lees, son fuente de desazón. Escasa la fe de Shakespeare en las virtudes del hombre. Al final, siempre abocados a la decepción y el dolor

Algunos fragmentos:

“Sólo vemos milagros desde la desgracia”
“El amor no es amor cuando se mezcla con lo que le es ajeno ¿La queréis? Ella misma es su dote”
“Es extraño el arte de la necesidad que hace precioso lo que es útil”
“Pero allá donde el mal inexorable habita, el leve no se siente”
“Aún puedo estar peor. No es lo peor mientras pueda decir : “Es lo peor”



"RAN”


Partiendo de “El Rey Lear”, Kurosawa no se limita a una adaptación cinematográfica. La trama es la misma pero exiten numerosos cambios. Los diálogos son distintos para hacer una obra totalmente nueva y personal. Cosas de genios. Aquí el rey no tiene hijas sino hijos, lo que aprovecha el director para introducir un personaje nuevo muy importante, Kaede, la gélida, inteligente y malvada esposa del hijo mayor. Es una especie de Lady Macbeth, uno de los personajes más inquietantes e impactantes del universo shakesperiano importado en esta obra para ser uno de los motores de la acción. La escena en que se sincera, antes de entregarse a Taro, el hijo mayor, y expone sus sangrientas motivaciones amenazándole con el cuchillo... pufff…pata negra
Mención aparte merece la música de Toru Takemitsu. Emparentada con Ligeti, compositor que usaba con asiduidad Kubrick o el Jerry Goldsmith de “El Planeta de los simios” proporciona a una extraña atmósfera a una extraña película, disonante a veces, que sirve para acentuar el atormentado devenir de los personajes.
Una parte destacable de esta película son los casi diez minutos de batalla, de la toma del castillo, sin sonido, sólo con la música. Es algo bestial. Un lujo para un compositor poder poner a imágenes tan hermosas y terribles.
Kurosawa es de los directores que cuida al milímetro cada encuadre, donde además tiene una gran importancia el espectáculo de la naturaleza (nubes, campos, montañas), la luz, los colores.
Estas pelis de samurais siempre traen a mi mente recuerdos de la infancia, cuando estos trajes tan impactantes, esas batallas, esos chorros de sangre, esa extraña sociedad llena de rituales se queda grabada a fuego en tu tierna mente infantil.

“Los hombres nacen llorando y mueren cuando han llorado suficiente”
“Los hombres buscan el dolor, no la alegría”
“Los estúpidos hombre luchan por el dolor y el sufrimiento”










La próxima entrega de las “Vidas Paralelas” (como decía Txero) será “El Paciente Inglés” de Anthony Minguella frente no a la novela que le sirvió de base sino a “Nadadores en el Desierto”, libro que me ha pasado Ironmanu, en el que se cuentan las expediciones por África del Conde Almásy.

martes, 14 de octubre de 2008

Maratón de Marrakech


Como mi blog es un recién nacido, voy a recuperar alguna de las crónicas jumentas de las pruebas más destacadas que hicimos en 2008. En el enlace jaramugo de la derecha podéis ver crónicas de todos los sitios a los que hemos ido estos últimos años.

"Iba pasando demasiado tiempo y no acababa de encontrar hueco. Lo tenía todo en un montón de papeles a bolígrafo que iba escribiendo cuando me acordaba. Ayer ya me decidí a estructurarlo y entre anoche y esta mañana, que me levanté a las seis, lo acabé. Dudaba si comenzar con la crónica turístico-social y dejar la deportiva aparte. Como esto es un foro deportivo imagino que el interesado únicamente en la faceta deportiva sólo leería esa parte pero después pensé ¡qué coño!, ya que me tomo la molestia de escribir, que el lector se tomé la molestia de leer.
Ale, todo mezclado.
Comenzamos:
Quizá cuando llegas no lo notas, quizá eres consciente después, el último día, cuando ya estás a punto de marchar, de volver, de que lo que te ha llamado la atención es la GENTE.
Acostumbrado a la imagen que te proporcionan los medios, habituado a ver al árabe, al moro como una amenaza, con alguien con el que no mantienes contacto, te choca comprobar lo alegre que es la gente en general. Quizá aquí los ves más huraños, asustados retraídos. Pero imagino que cualquiera en otro país actuaría de la misma forma y por supuesto me niego a identificar a todo un pueblo con la delincuencia o el terrorismo.
Si te sientas al anochecer junto a los jardines de la Mezquita, cuando cientos de fieles salen de rezar y ves a las familias pasear con los críos, a los grupos de adolescentes cantando, acompañándose de tambores, bien canciones árabes, bien temas raperos franceses, cuando caminas al atardecer por el campo cerca de la “Menara” y ves a las familias sentadas al sol, a los críos jugando al fútbol, a las parejas haciéndose carantoñas te preguntas cómo es posible que no seamos capaces de llevarnos bien, si al final a todos nos gusta hacer lo mismo.
Ese pueblo que describo se ve igualmente en la carrera. Yo en el maratón apenas vi marroquíes. Ahí el noventa por ciento éramos europeos. En la media sí había muchos y con la indumentaria más variopinta. Yo, como a los diez minutos iba cojo y reduje el ritmo al mínimo (Pasé la media en 1:51), me dediqué a examinar al personal. Iba rodeado de muchos europeos, muchas chicas y señoras de la edad de mi madre. ¡Bravo por ellas! Mucho galo. Como fue colonia francesa, el francés se sigue utilizando de forma habitual. Como en toda carrera grande siempre hay algún espécimen que te llama la atención: chavales que parecía que habían decidido apuntarse esa mañana, cuerpos de fondistas que a poco que entrenaran nos dejaban tirados. Si embargo yo era capaz de sobrepasarlos con mi ritmo infernal en los kms. 15, 16, 17… cuando exhaustos por no conocer la distancia, se ponían a caminar. Aparte era curioso lo abrigados que iban. El domingo ha sido el día de más calor. Cuando acabamos alrededor de las doce, debíamos rondar los treinta grados y todavía veías a alguno con guantes.
42 kms dan para mucho. Y el recorrido discurre por ambientes muy distintos. Pasamos por un palmeral repleto de residencias acorazadas tras enormes muros. Aquí incluso el tráfico era diferente, más civilizado, más “europeo”. Estaba abierto y los pocos vehículos que pasaban eran de alta gama. Increíblemente iban despacio e incluso llevaban las luces de emergencia puestas. Tema aparte en Marrakech es el tráfico. Simplemente se autorregula. Había oído hablar de la circulación en Atenas o Nápoles pero no imagino que sea tan curioso. Los pocos semáforos que hay son de carácter orientativo. Algunos los respetan pero siempre hay conductores dispuestos a cruzar cuando no viene nadie…cerca. Uno de los mayores espectáculos de Marrakech son las rotondas. Ahí todos entran a saco: vehículos y peatones. Todas las calles están infestadas de pequeñas motocicletas y bicicletas (con uno, dos, tres y hasta cuatro pasajeros) que te esquivan con una facilidad asombrosa con un último rectificado sorprendente que se adivina muy trabajado por los años. Lo que nunca debes hacer es dudar o quedarte parado. El conductor ya te evitará en el último instante. Cuesta acostumbrarse porque la verdad es que la cosa da miedo.
Sólo he visto respetar cortes de calles en el maratón. A lo largo del circuito había cientos de soldados y policías y sobre todo al principio era curioso ver amenazantes enjambres de motocicletas dispuestos a abalanzarse sobre la avenida en cuanto el señor de la gorra se lo permitiera.
El Maratón también discurre por otros ambientes. Para mí lo más atractivo del circuito y lo que siempre recordaré de este maratón serán los kilómetros a través de los barrios llenos de miseria que deben de ser de lo más parecido a las favelas de Brasil. Los locos maratonianos les alegramos el día a los chavales. Un lugar por el que un despistado turista no debería aparecer jamás en circunstancias normales. Un montón de críos de futuro incierto con una pinta de pillos tremenda que se dedicaban a correr con nosotros entre gritos y risas, mientras nos jaleaban (a nosotros, los Jaramugos farinatos: “¡HOLANDA!”), chocaban nuestras manos o nos daban agua o algún dátil. Este rato (entre el km. 15 y el 18), yo, que iba con la “nube negra” en la cabeza porque no veía nada claro que pudiera terminar, me vino muy bien porque disfruté realmente del maratón. Cogerle un dátil a un “bala” de éstos mientras te sonríe y te anima te proporciona una sensación gratificante difícil de explicar. Tiene mucho más encanto que el avituallamiento de turno. Yo, de hecho, en toda la carrera he comida un dátil y cuatro pasas. Como iba despacio, descuidé el tema como un pardillo. Además, el avituallamiento líquido se reducía exclusivamente a agua. Los últimos cinco kilómetros me di cuenta de que iba deshidratado, me bebía las botellas de un trago pero ya iba fundido. Las eternas avenidas de varios kilómetros se me hacían eternas. Cuando acabé la orina no era roja, era marrón. Daba miedo. Error de principiante. Se debió a que como iba pensando continuamente que no iba a poder terminar, no me preocupé de otros aspectos. Además, al correr cojo por el dolor de un gemelo, iba cargando continuamente en la otra pierna con lo que ésta se me empezó a quedar dormida y dolerme rodilla y planta del pie. Pasada la media, me apercibí de que si corría más deprisa, me dolía algo menos así que aceleré y comencé a pasar gente.
Otras curiosidades de la carrera. Siempre las hay: un grupo de japoneses con atuendo samurai; un hombre con un número a la espalda que iba cambiando cada año: “84 and still running”. Se refería a su edad ¡y seguía corriendo!; una pareja de ironmanes (chico-chica) neozelandeses. Ella llevaba un colgante de oro con el símbolo del ironman y rápidamente me apresuré a preguntarle si era realmente una ironwoman. ¡Cuatro llevaba ya en las piernas! El novio incluso había corrido en Hawai. Estas cosas se explican porque el triatlón tanto en Australia como en Nueva Zelanda es una verdadera religión. Me dijeron que Roth me iba a encantar. Luego me dijo el Ciego que sólo habían corrido la media.
A esta pareja la conocimos en la plaza el día anterior a la carrera. LA PLAZA JAMMAL EL FNA. Punto y aparte. De película. En el viaje de vuelta, un pasajero que llevaba detrás, un verdadero viajero (el año pasado había ido a doce destinos distintos en el extranjero) contaba que se decía que era una de las plazas más especiales del mundo. ¿Por qué? ¿Por su belleza? Ni mucho menos. Es difícil de describir. Se trata de una superficie irregular entre edificios bajos. Las terrazas en toda la ciudad, completamente erizada de parabólicas te recuerdan a los edificios desde donde disparan los marines en las películas y documentales sobre Irak o Somalia. La Koutubia, la torre de la Mezquita, domina desde un fondo la vida que se desarrolla en la plaza. A todas horas atestada de gente que se dedica a actividades en su mayor parte, pero no exclusivamente, dirigidas al turismo. Es alucinante fijarse en una foto de la plaza de 1930 y resulta…que apenas ha cambiado. El mismo “trajín”, el mismo ruido y ajetreo; monos (es cierto que para mí lo más de lo más; una debilidad desde crío), serpientes, puesto de comida y zumos de fruta, cuentacuentos que tenían gran éxito pero que nosotros no entendíamos y música, música a todas horas: extrañas flautas acompañadas de hipnóticas e incansables percusiones.
Observas a los viandantes y te das cuenta que no todos los turistas son occidentales. Cuando ya estaba aquí, una chica marroquí de Robleda me confirmaba que a la ciudad se va como una vez al año a pasar el día (a ella también le fliparon los monos). Por ello quizás ves convivir gente de muy variada indumentaria. En las chicas es donde más te llama la atención. Burkas que apenas dejan ver los ojos, chicas simplemente con el pelo tapado mezcladas con otras que podrían salir de cualquier discoteca de un polígono de Madrid. Fuera de la gran ciudad no creo que exista esta variedad. Eso sí, la raya siempre pintada. Suelen tener ojos negros muy bonitos y les queda fenomenal.
Desde la ciudad y especialmente durante la carrera es imposible que el Atlas pase desapercibido. Es una imponente cadena montañosa que está a un paso de la ciudad. Contrasta el calor de Marrakech con la nieve que se aprecia en las cumbres de picos de más de cuatro mil metros. Evidente que cuando vuelva a Marrakech, será acompañado de montañeros para subir allí.
Junto a la Plaza está la MEDINA, el barrio viejo, trazado a través de callejuelas imposibles de recordar, repletas de tiendas de cuero, telas, madera, plata, especias y donde el tópico más tópico de las guías se torna real: otro mundo diferente de colores, olores, de sonidos, donde el regateo es ley. Aquí te ves envuelto en un maremagnum de gente, de claxons de motos a una velocidad imposible a través de estrechas callejuelas abarrotadas, de música, del canto de los almuecines llamando a la oración desde los minaretes de las mezquitas.
Acabas saliendo de la zona turística y te topas con la pobreza de otras calles, con pequeños establecimientos destinados al consumo propio, no mayores que una habitación, delante de los cuales sus dueños y vecinos se sientan al sol a ver pasar la vida; delante de peluquerías, zapaterías, carnicerías o “clínicas dentistas” (os podéis imaginar la higiene). Y claro, al final te pierdes y rápidamente aparece el crío de turno se ofrece a llevarte a tu lugar, a tu sitio de turista…a cambio de nada. Sí, claro.
Y se acaba el viaje, y también se acaba el maratón. Cuando soy consciente de que voy a terminar, me emociono mucho. Como llevo ya tantos (28), a veces pierdes la ilusión pero no hay que olvidar que el maratón es peligroso y siempre es un desafío. Si te descuidas, te puede devorar. 3:37. Como ya dije, al cruzar la línea de meta un crío me pidió la medalla. “Ay, chaval, no sabes lo que dices”. Ahora cuelga en el salón al lado de las otras internacionales: Roma, París, Oporto y Lisboa. ¿La próxima? Me gustaría correr Florencia en Novembre. Veremos.
Y ahora sí que se acaba el viaje y vuelves al hotel donde todo es completamente distinto: limpio, lujoso, con piscina, donde puedes beber alcohol… La adaptación necesaria antes de volver a la cómoda y vieja Europa. Yo he viajado bastante pero siempre por España y Europa Occidental donde todo el mundo vive de forma muy similar a la nuestra. Quizá éste ha sido el viaje que más interesante me ha resultado. Se trata de otra historia. Otro mundo. Creo que el choque cultural te enriquece como persona.
Al que haya llegado hasta el final, pues siento de verdad haberle colado este muro. Al principio no tenía intención de escribir tanto pero atisbas recuerdos, recuperas sensaciones, te pones, te pones y porque al final dices ¡ya!, se acabó.
Bueno, la verdad es que lo hago porque me gusta quedarme con una semblanza del viaje, guardármela para dentro de unos años leerla y recordar aquel viaje que hicimos antaño el Ciego y yo a Marrakech.

Ale, eso es todo, amigos y compañeros. Hasta la próxima."

“¡YO SOY ESPARTACO!”

jueves, 9 de octubre de 2008

Como un pájaro en el alambre

Os pongo una a canción de Leonard Cohen, uno de los intocables. Algún día prepararé una entrada sobre el genio canadiense. Como adelanto una de mis letras favoritas, "Bird on the Wire" de su segundo disco, "Songs from a room"(1969). Si queréis haceros con algo de él, una recopilación o el primer disco: "Songs of Leonard Cohen" (1968). El año después de "El verano del amor" aún no se vislumbraba la destrucción del sueño hippy (que merece otra entrada) pero ya había francotiradores ajenos al fenómeno. En ese disco todas las canciones son geniales. De hecho, mi bici de carretera se llama Suzanne, como la canción. Uno de los discos claves de la Historia del Rock and Roll. Sí, para mí Leonard Cohen es rock and roll, porque para mí el rock es actitud, es la foto que tenéis a la derecha, es Paul Simonon en Nueva York estrellando su bajo contra el escenario. Y las letras de Cohen son rock duro. El triatlón es rock and roll, sin duda.

Lo dicho, un disco que podéis regalar a cualquiera (merece la pena tenerlo original). Seguro que le gusta. Hombre para mí también el "Nevermind the Bollocks" de los SEx Pistols también es un disco clave en la historia de la música popular pero no os diría que se lo regalarais a todo el mundo pero eso también merece otra entrada.

"Bird on the wire"

Like a bird on the wire
Like a drunk in a midnight choir
I have tried in my way to be free
Like a worm on a hook
Like a knight from some old-fashioned book
I have saved all my ribbons for thee
If I have been unkind
I hope that you can just let it go by
If I have been untrue
I hope you know it was never to you
Like a baby stillborn
Like a beast with his horn
I have torn everyone who reached out for me
But I swear by this song
And by all that I have done wrong
I will make it all up to thee.
I saw a beggar leaning on his wooden crutch
He said to me, "You must not ask for so much"
And a pretty woman leaning in her darkended door
She cried to me , "Hey, why not ask for more?".
Like a bird on the wire
Like drunk in a midnight choir
I have tried in my way to be free

"Pájaro en el alambre"


Como un pájaro en el alambre
Como un borracho en un coro de medianoche
He intentado a mi manera ser libre
Como un gusano en un anzuelo
Como un caballero de algún viejo libro
He guardado todas mis cintas para vos.
Si he sido poco amable
Espero que puedas dejarlo pasar
Si he sido desleal
Espero que sepas que nunca fue contigo.
Como un niño nacido muerto
Como un animal con su cuerno
He arrojado a todo aquél que me tendió su mano
Pero te juro por esta canción
Y por todo lo que hice equivocadamente
Que quiero acercarme a ti.
Vi a un mendigo apoyado en su muleta de madera
Me dijo; "No debes pedir demasiado"
Y a una mujer bonita apoyada en su oscura puerta
Me gritó, "Oye, ¿por qué no pides más?"
Como un pajaro en el alambre
Como un borracho en un coro de medianoche
He intentado a mi manera ser libre.

martes, 7 de octubre de 2008

Un maratón de 47 kms

Marátón de Montaña "Pueblo de los Artesanos". Torrejoncillo, 5 de Octubre.
En principio esta carrera no la teníamos prevista en el calendario pero al estar al lado de casa, le hicimos un hueco. Creíamos que al anunciarse como de montaña, habría bastantes partes donde tocaría caminar, por lo que bueno, podríamos tomarlo con calma. Error, no creo que llegara ni al medio kilómetro la distancia que hice andando.
La mayor parte de la prueba se desarrolla por pistas sin zonas técnicas de dificultad. Como apenas había entrenado la carrera, salí prudente por miedo a lo que pudiera pasar y poco a poco me fui animando. Alrededor de diez kilómetros llanos a través de la dehesa hasta llegar a la primera dificultad del día, la subida al Castillo de Portezuelo que creo que fui de los pocos que hice corriendo. Me dije que podía conseguirlo y que sería un buen entrenamiento y llegué arriba echando el bofe.
Después se continúa por pistas que pican siempre hacia arriba hasta la peor ascensión de la prueba, el cortafuegos de un monte junto al "Cancho de la Silleta" y que fue el único tramo que hice caminando. LLego a la media con un buen tiempo de 1:52 en el puesto 20. No, no soy un figura. Sólo corríamos 60, je, je. Lo peor está hecho. A partir de ahora la carrera siempre tenderá hacia abajo. Me siento bien, me animo así que me digo que para adelante. Después de pasar el km. 25 voy en el puesto 17 con intenciones de seguir acelerando y tratar de conseguir meterme entre los diez primeros, cuando llega el momento tonto del día.
Vas ciego haciendo una subida dura y de repente soy consciente de que hace un rato que no veo a nadie delante ni señal alguna. Sigo avanzando ya mosqueado y unos ciclistas me indican que me he perdido y que siga hacia arriba hasta las balizas. Subo y subo, cada vez más cabreado hasta que me encuentro en un punto donde comienza una bajada muy pronunciada que ¡ya había hecho! Vuelta la burra a la linde. Sigo otra vez hasta el km. 25. Había picado tiempo: ¡28:55! y no he avanzado ni un metro.
En fin. Me lo tomo con resignación. En el avituallamiento le pregunto a la gente si no hay forma de enlazar con el camino a Torrejoncillo sin volver a subir la monte. La respuesta es no. Me lo temía.
Al final creo que el tiempo se eleva a más de media hora añadida porque mentalmente desconectas. La chispa que llevabas antes persiguiendo un buen tiempo, un buen puesto, desaparece. Aparte de que al final es media hora más corriendo con lo que supone de machaque. Ahora se trata de cumplir el trámite y punto. Adelanto al Ciego Sabino alrededor del km. 32 con el que charlo un rato y sigo adelante ya que voy más cómodo con un ritmo más ligero.
Durante la parte final por la dehesa, llevo las plantas bastante doloridas por las piedras. No llevaba calzado de montaña porque las salomon aún me rozaban por los excesos de Madeira y hace tiempo que las saucony de ruta debería haberlas jubilado por exceso de kms.
Entro en meta entero con un tiempo de 4:06. Un buen entreno.
Después llegó el Ciego Sabino que parece que al final se animó y Mortadelo, que al perderse, también contó con racióne extra. Mortadelo tiene un mérito increíble. ESte tipo de carreras le encantan pero se nos presenta en la salida, dispuesto a sufrir, sin apenas entrenamiento.
Muy agradable el rato de la comida charlando con las madrileños. El Boton es más talibán todavía que nosotros. Nos puso los dientes largos con el UTMB aunque eso de las 40 horas da miedo de verdad. Cuando le pregunté si no acababa ya la temporada, me contestó: "¡Si la estoy empezando!". Muy buena frase. Me la apunto para cuando me den la brasa.
Enhorabuena la organización porque se lo trabajan. Se puede mejorar en algunas zonas en señalización pero son cosas que pasan. Lo entiendo perfectamente. Algo que puede parecer a priori bien marcado puede no estarlo tanto para un corredor machacado que va medio ciego. Pero bueno, con las ganas que ponen, seguro que estos problemillas se solventarán en la próxima edición. Yo he sido organizador y sé lo que se sufre. Además es una de esas carreras en las que se ve que la organización está muy pendiente del corredor.
Ale, nada más. Iba a escribir cuatro letras y al final, ya veis.
"¡YO SOY ESPARTACO!"

viernes, 3 de octubre de 2008

Cuando la nieve se vuelve negra

Esos momentos, esos instantes taaaan largos que teme el fondista. La pájara, el desfallecimiento, el desfondamiento, el hombre del mazo. Siento no recordar qué ciclista describía este estado, que sufrió mientras subía un puerto, con la frase que encabeza esta entrada: “La nieve se volvió negra”. A mí me encantó. Me parece precisa y poética a la vez. Creo recordar que era de Andy Hampsten pero no estoy seguro.

Seguro que todos recordamos nuestra primera pájara, probablemente sobre la bicicleta. Yo era un verdadero pardillo que apenas había hecho deporte en serio y como tantas veces en mi vida deportiva globeril, decidí hacer algo para lo que no estaba preparado y pasó lo que tenía que pasar, que llegó un momento en que no podía con mi alma. No entendía qué me pasaba. Creí que me había sentado algo mal. Después, por desgracia, ya me he familiarizado con las sensaciones.

También me gustaba la descripción de otro ciclista cuyo nombre tampoco recuerdo cuando contaba cómo en un puerto de los Dolomitas de eternas rectas (estoy por asegurar que era la Marmolada) era incapaz de ver otra cosa que no fueran las letras de su llanta pasar a una velocidad increíblemente lenta mientras él se retorcía sobre la bicicleta en una suerte de tortura cuasieterna: Ziiiiiiiip…….ziiiiiiiiiiip…….ziiiiiiiiiip.

Las señales, los avisos:

1º- . Síntomas físicos. Todo tiene una explicación fisiológica para esa falta de fuerza, esas pulsaciones tan altas, esa sed, los vómitos, esa respiración tan alterada. Todo ello es evaluable objetivamente. Por aquí pululan médicos a la vez que triatletas que pueden iluminarnos.

Pero hay otras sensaciones más subjetivas, otras señales que me interesan más:

2º.- Cansancio. El más evidente, claro. Estoy esencialmente cansado. No puedo con mis piernas. Cualquier dificultad, cualquier obstáculo es una montaña, cualquier distancia un mundo.
2º.- Asombro. Si estás en carrera o entrenando en grupo, observas con estupor como todos tus compañeros te adelantan, te sobrepasan, te descuelgan cual superhombres. Te parece increíble que un día puedas circular a esa velocidad.
3º.- Al mismo tiempo, ausencia de capacidad de asombro. Ni el paisaje más abrumador, ni la cabra más estratosférica, ni la chica más preciosa, ni el culo más tremendo merecen tu atención. Un paso más, una pedalada más hasta el fin.
4º.- Ausencia de una capacidad de discernimiento clara. Los cálculos más elementales se tornan complicados. Si consigo mantenerme a este ritmo trotón de 4:50 el km y me faltan 12 kms, llego en un tiempo de …. A ver, ¿cómo era? Si mantengo la velocidad media de 28 y me faltan… ¿A las cinco estoy en meta… o es a las seis?
5º.- La capacidad para emocionarse se eleva al límite. Los ánimos, los gritos de apoyo de toda esa maravillosa gente que se agolpa a los lados de la carretera que me grita que siga, que ya está acabado….y a mí me entra el pálpito, brotan mis lágrimas. ¡Benditas gafas de sol! Si al final somos unos “nenazaman”.
6º. Odio al deporte. No pienso ir dentro de una mes al maratón de….Aunque haya pagado, ni aparezco en la línea de salida del ironman de… De verdad que no vuelvo. ¡Cuánta razón tiene mi familia!

Pero cruzas la meta y se obra el milagro…. LA PRÓXIMA VEZ NO ME PASA.


Siguiendo el guión de “Alta Fidelidad” de Nick Hornby, mis cinco mejores-peores pájaras o aquéllas que por una u otra razón resultan especiales:

- Maratón de Madrid. 1996. Mi primer maratón. Mi primer choque con “El Muro”. Había corrido tres medias en dos años y decidí que era hora de debutar en la mítica distancia. Acostumbrado a acabar muy fuerte en las medias, adelantando cadáveres, imaginé que el maratón sería lo mismo. Yo no conocía a nadie que hubiera corrido un maratón ni había leído apenas nada sobre el tema, pero yo para estas cosas siempre he sido bastante imprudente o cafre. No comí nada y, después de hacer una buena media, llegué al km. 30 notándome muy extraño. Todavía no había oído hablar del “muro”. Mi novia de entonces me preguntaba cómo iba y yo respondía que no muy allá. Madrid: Cientos de personas adelantándote (¡me voy a quedar el último!), ofreciéndote "su rueda" y tú preocupándote por sobrevivir, emocionándote por los gritos de ánimo y decidiendo que no volvía a hacer un maratón nunca más.
- 106 kms del Desierto de los Monegros. Probablemente influyó el hecho de sólo haber dormido cuatro horas en el coche la noche anterior a la carrera pero llegó un momento (Km. 60),en el que entré en barrena. Andar era casi una tarea imposible. Solo, rodeado por un calor asfixiante sin una sombra donde poder sentarme, viendo cruzar conejos por las pistas (¿eran espejismos?). Creí que mi primera retirada estaba presta a acontecer y sólo me preocupaba el hecho de que como me tuvieran que llevar en ambulancia, mi madre me mataba. Increíblemente llegué a un pueblo donde existía el único avituallamiento de la prueba, me comí un bocata de queso con mortadela y me enrosqué en posición fetal en el suelo a la sombra. Casi me duermo y media hora después estaba milagrosamente recuperado. Incluso pude volver a correr.
- Maratón de Oporto. Ambición. Salí más rápido de lo que debía, persiguiendo una marca que no tenía en las piernas. Llegando a la media, comencé a sentir la llegada del mal pero insistí en el ritmo (venía detrás Ironmanu y no quería que me echara mano) hasta que literalmente reventé, acabando a una velocidad descacharrante. Creo que influyó el hecho de que anímicamente estaba "tocado" por temas ajenos al deporte.
- Ironman de Ciudad Rodrigo. Mi ironman doméstico. Previsible. Creo que apreté demasiado en la bici, pero bueno, no importa. Estaba dispuesto a pagar el precio. Tampoco creo que hubiera sido bonito acabar entero. La próxima vez lo haré mejor. Seguro.
- Triatlón de Alpe D´huez. Llegué con un entrenamiento verdaderamente de risa y la ascensión final a Alpe D´huez, después de cien kilómetros y dos puertos más, en medio de un calor abrasador se convirtió en un reto casi imposible. Pedalada a pedalada, con las manos crispadas sobre la parte de arriba del manillar y sorprendentemente llego a la cima a una velocidad imposible de 9, 10 Km/h para hacer los 22 kms de carrera a pie por la estación con más pena que gloria.






Con el tiempo y la experiencia, quizá sabes gestionar esos momentos con más recursos. Eres consciente de que tienes que disminuir tus ritmos o incluso pararte a descansar y alimentarte bien antes de seguir en tu empeño aunque eso es fácil escribirlo ahora con la mente clara; más difícil llevarlo a cabo en medio de la tormenta.

Las palabras de Clemente Alonso McKernnan, nuestro élite humanista, describiendo estas situaciones:

“Ritmo petrolero, ausencia total de cambio de ritmo, ausencia total de expresividad en la cara, ausencia total de ganas de montar en bici (en particular las cuestas), ausencia total de capacidad fonativa (exceptuando “sí”, “no” o “no sé”), ausencia total de visión (salvo por la rueda de delante), ausencia total de voluntad (nos tiramos a la cuneta y él viene detrás) y –dicen los fisiólogos- ausencia total de glucógeno muscular”

¿A que por desgracia nos suena a la mayoría?

Aprovechando la coyuntura, aquí os dejo un poema acojonante de Baudelaire. A ver si os acordáis en la próxima pájara del demonio agitándose a vuestro alrededor

“La Destrucción”

Sin cesar a mis lados se agita el demonio;
nada a mi alrededor como un aire impalpable;
lo trago y lo siento que abrasa mi pulmón
y lo llena de un deseo eterno y culpable.

A veces, toma, sabiendo mi gran amor al arte,
la forma de la más seductora de las mujeres,
y, bajo especiosos pretextos de hipócrita,
acostumbra mi labio a filtros infames.

Me conduce así, lejos de la mirada de Dios,
jadeante y destrozado de fatiga, en medio
de las llanuras del enojo, profundas y desiertas,

y arroja en mis ojos llenos de confusión
vestidos manchados, heridas abiertas,
y el aparato sangrante de la destrucción.

Atrapado en la celda sin salida, en medio de la pájara.

¿Es o no curiosa la pintura con la falsa perspectiva?

Sobre todo no olvidéis lo más importante de todo esto: "¡Sarna con gusto no pica!"

miércoles, 1 de octubre de 2008

El niño con el pijama de rayas


Aprovechando que estrenan película sobre el libro que ha leído todo el mundo, toca rollo.
No es que sea yo muy de best-sellers. De algunos he salido espantado aunque es cierto que otros me han hecho pasar un buen rato y por ejemplo “Los Pilares de la Tierra” me enganchó sin remedio aunque no me atrevo por la continuación, “Un mundo sin fin”, por aquello de que segundas partes nunca fueron buenas (excepto "El Quijote" y "El Padrino", claro).
Pasan los años y la Segunda Guerra Mundial o el holocausto se siguen utilizando como fuente de inspiración inagotable para libros y películas que de forma directa o indirecta se fijan en una de las etapas más traumáticas de la historia de la humanidad.
Las miradas han sido múltiples. Tantos factores, tantas personas afectadas por esta locura dan para mucho. Sí es verdad que Roberto Begnini nos sorprendió con una nueva visión edulcorada y tramposa del holocausto en “La vida es bella”.
En “El niño con el pijama a rayas” sorprende el punto de vista. Probablemente en muchas ocasiones un personaje real (Ana Frank) o ficticio se había acercado al tema desde la óptica de un niño pero hay que reconocer que John Boyne, partiendo de la visión que un chaval de 8 años tiene de la locura que se está desarrollando alrededor de su vida, logra su objetivo plenamente. Esos pensamientos, esas dudas infantiles constituyen una crítica más eficaz, más dolorosa que cientos de fotos del horror a las que por desgracia nos hemos ido acostumbrando con el tiempo.
En un temprana etapa de mi vida, con alrededor de 15 años, un amigo, Txero, y yo nos dedicamos a devorar con voracidad libros sobre este periodo, convirtiéndonos en verdaderos eruditos sobre la materia. Es sorprendente que muchas de las cosas que se aprenden en ese periodo nunca se olvidan. En alguna ocasión les había hablado a mis amigos sobre Rudolf Höss, el comandante de Auschwitz, que sí vivió con su familia en el campo. Fue condenado a muerte en los Juicios de Nuremberg. Lo que resultaba curioso de este individuo era leer las memorias que redactó durante los meses que pasó en su celda hasta la ejecución de la sentencia, creo que en 1.948. De esos fragmentos no se desprende arrepentimiento o dolor por el mal causado antes de enfrenarse a la horca. Lo que sí se aprecia es cierto orgullo por haber sido capaz de cumplir con la ingente labor que se le había encomendado. Exhibe las soluciones técnicas que se le ocurrieron para ser capaz de eliminar y deshacerse de los cadáveres de miles de personas al día. En fin, la satisfacción del trabajo bien hecho.
Tema manido donde los haya, imposible no preguntarnos como Alemania, patria de Bach, de Goethe, un pueblo extremadamente culto y civilizado fue el desencadenante de esta barbarie.
Quizá todos deban y debamos acercarnos a este fenómeno desde la tierna, ingenua e inocente mente de un niño de ocho años.
La obra es de lectura muy rápida y amena que utiliza un lenguaje infantil. Soy partidario de que un libro como éste fuera de lectura obligada en escuelas o incluso institutos. Tal vez se estimulara a los chavales y se evitaran ciertas corrientes de pensamiento, siempre acechantes, en las que se frivoliza sobre estos temas, tan de moda a veces por la proliferación, del diferente, del extranjero… de la amenaza.

“La tierra temblando al paso de la muerte”