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sábado, 20 de febrero de 2010

¡¡CÓRTALE EL CABLE!!




El estreno de "I´m not There", la película de Todd Haynes sobre Bob Dylan, me va a servir como pie para un par de entradas que tenía pendientes sobre el genio. En la película, varios actores encarnan al músico: Richard Gere, Christian Bale, Heath Ledger y una sorprendente Cate Blanchet.





Nunca está de más poner una foto de esta gran actriz....Me encanta

La noche del 25 de Julio de 1965, durante la celebración del Festival de Newport, justo antes de la salida de Dylan al escenario, está a punto de suceder uno de los episodios más famosos de la historia del rock and roll. Sólo tengo un minuto, ocurrió esto:



Bob Dylan, la imagen de una "revolución", el cantante protesta más famoso, el símbolo de la "contracultura", abandona sus postulados folk y enchufa sus instrumentos, acometiendo "Maggie´s Farm" en medio de una tremenda distorsión.
Se armó la marimorena (se intuye al final del vídeo). Pete Seeger gritaba desatado: "¡¡CÓRTALE EL CABLE,CÓRTALE EL CABLE". Pete Seeger es un cantante folk al que ya creía muerto y al que me sorprendió ver cantando con Bruce en el toma de posesión de Obama. Un apunte: especialmente recomendable el disco del Boss "The Seeger Sessions" que dio lugar a una gira memorable.



A lo que iba, lo que de verdad me deja ojiplático es que una persona que ha estado luchando toda su vida, incluso con riesgo de su integridad física, por los derechos de los oprimidos, un cantante que siempre trató de dar voz a los más débiles, sean negros o de las clases más desfavorecidas, que recoge el testigo de Woody Guthrie y adopta el compromiso social por bandera, sin embargo niegue su derecho a expresarse a un compañero en la forma que estime más conveniente. Si no haces lo que yo espero, si no cuentas lo que yo quiero y cómo yo quiero, no me sirves.

Eso me hace pensar en las contradicciones que a veces sufre la izquierda, predicando la defensa de los derechos por encima de todo, pero que sin embargo se muestra intolerante con cualquier pensamiento u opinión ajena a lo que "debe ser" . Considero que si algo merece la pena en la civilización occidental es el cuerpo jurídico de derechos y libertades que se acuñó por primera vez en la "Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano" tras la revolución francesa y que actualmente está revisada y ampliada en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en todos las partes dogmáticas de las constituciones de corte occidental. Ese articulado por el que tantas personas lucharon y murieron a lo largo de cientos de años es lo más sagrado que tenemos, un acervo espiritual que para mí jamás puede ser cuestionable por motivos religiosos o culturales. Bien, entre ellos, para mí uno de los importantes es la libertad de expresión.

Esa absurda epidemia de "lo políticamente correcto" que se extiende en los últimos tiempos, esa especie de tolerada nueva censura previa auspiciada por administraciones y medios de comunicación, me parece un completo desatino. Se me antoja todo mojigato, pacato, TONTO. Toda uniformización es peligrosa, sea cual sea el pretexto y la instancia de la que proceda -más aún si procede de poderes políticos-. Si no me sale de los cojones hablar con el lenguaje institucionalizado como "apropiado" y no ofensivo o portador de los valores correctos, no soy ni intolerante, ni fascista, ni racista. De hecho, estoy en el otro extremo.

Después de este recoveco, vuelvo a Dylan. No sólo fue aquella noche, varios meses después la gira inglesa fue una tortura para Bob. Cada noche tenía que enfrentarse a una gran parte del auditorio que le abucheaba y le tildaba de traidor. Me pregunto qué contarán ahora todos aquellos ceporros que le insultaban en las entrevistas a pie de calle. Seguro que se vanaglorian de haber presenciado una gira mítica, omitiendo sus manifestaciones de primate. Es curioso como el público llega un momento en que considera al artista y a su mensaje como propio y se rebela si no se amolda a lo que espera. Aquí hablamos de un genio que, como ya dije, jamás se puede encasillar. Pero aunque fuera el músico más "arrastraíllo" y sin valor propio alguno, nadie tendría derecho a cuestionar su expresión artística porque es algo personal, algo que surge de su carácter y su experiencia.

Aquella noche de 1965 Dylan tocó una de las mejores canciones de la historia del rock, "Like a Rolling Stone". Esta semana la pongo.

Os dejo dos versiones muy curiosas y buenísimas de "La granja de Maggie"


Rage Against the Machine la llevan a su propio terreno




Mazoni en catalá, "La granja de la Paula". Muy divertida y pegadiza. De Mazoni tengo cuatro o cinco canciones de recopilatorios, todas de gran calidad. Tengo que seguirle la pista este hombre.