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viernes, 8 de mayo de 2009

Le maman et la putain

Tengo el disco "#3" de Diabologum desde hace años. Es un grupo francés de "rock independiente" de los años noventa, cuando el fenómeno se encontraba en primera línea. Lo típico, tíos a los que le gusta el ruido, algo de electrónica, algo de rap "sui generis" con la pátina cultureta que tanto le gusta a los "indies", especialmente a los franceses, con una escena musical mucho más interesante que la nuestra.. Posteriormente los líderes se separaron, Michel Cloup formó Experience (un grupo muy interesante) y el otro fulano cuyo nombre no recuerdo formó Programme.
Bueno, a lo que iba. El disco es muy bueno pero había una extraña canción que siempre me intrigaba y me dejaba descolocado. Me preguntaba de qué hablaba, el porqué del reiterado, desolado, desgarrado lamento. Imaginaba que era una actriz, una película pero no estaba seguro. Hace poco la volví a escuchar en Radio 3 y como esto de internet es una cosa fenómena, rápidamente conseguí el texto. Esa apenada voz ya tiene rostro para mí.Es Françoise Lebrun y se trata de un monólogo de la película “Le Mamam et la Putain” de Jean Eustache, película de 1973 de la que no tenía noticia. Por lo que he leído retrata un triángulo amoroso en el que todo el mundo acaba mal. Era de esperar.
En los pueblos en los que trabajo, en los años cincuenta y sesenta a casi todos los vecinos les tocó emigrar a Francia y a algunos asentarse definitivamente allí para sólo volver los veranos; mucha gente domina perfectamente al francés y ya en alguna ocasión me han contado de qué iba alguna canción de Jacques Brel y algún otro. Varias veces se me ocurrió preguntarle a una señora muy maja de la edad de mi madre de qué trataba la canción de Diabologum pero nunca se terció la cosa, nunca la tuve a mano. ¡Madre de Dios.... menos mal! A la vista de la temática y de lo que desgrana la dagala, sí que ya me iban a tomar por una chalado integral. El Secretario no sólo se va a correr por el monte y se trae la bici los días de Pleno....es que encima es un pervertido.
Aunque al igual que para mí, sin ver la película, totalmente descontextualizada, ahí os la dejo. Imagino que a alguno le parecerá curiosa. A ver si hay un valiente que aguante los seis minutos. Sexo y amor, amor y sexo.



Que os quiero
Mirad empiezo a estar borracha y no puedo hablar
Y es absolutamente horrible
Porque digo lo que pienso de verdad
Podría quedarme todo el tiempo contigo
Tanto que me siento contenta
Me siento amada por ambos
¿Y el otro que me mira detrás de sus ojos de polilla?
Con un aire solapado pensando
“Si, mi niña, puedes seguir hablando pero me vengaré”
Me vengué, Alexandre, no estoy de broma
¿Pero qué creéis?
Para mi no existe la puta
Para mí una chica que se deja follar por cualquiera
Que se deja follar de cualquier modo, no es una puta
Para mi no existe la puta y punto
Puedo chupársela a cualquiera
No soy una puta
¿Pero estoy conforme?
No existe ninguna puta en este mundo
Joder entiéndelo
Y en cierto modo lo entiendes.
La mujer que está casada y es feliz
Y que sueña con follarse a cualquiera
Al jefe de su marido o a no se qué actor sucio
O a su lechero o su fontanero
¿Es una puta?
No existe la puta
¿Pero que significa puta?
Qué gilipollas.
¿Pero qué crees?
¿No es triste?
Es muy alegre
Me dejo follar por cualquiera
Ellos me follan y yo me quedo a gusto
¿Por qué le dais tanta importancia a las historias de culo?
El sexo…Me follas bien: oh, cómo te quiero
Sólo tu puedes follarme así
Así como la gente puede entrenarse
¿cómo pueden creer que sólo hay un tú y un yo?
Sólo existes tú para follar así
Sólo existo yo para que me folles así
La cosa es graciosa
Como algo horrible y sórdido
¡Joder! ¡Qué cosa tan sórdida y horrible
Si sabéis como puedo quereros a los dos…
¿Las otras cosas acaban bien? ¿Independiente de una historia de sexo?
A los 19-20 años me senti engañada
Y después he estado follando
He elegido al máximo de amantes
Y después he follado
Puede que tenga una adicción crónica al sexo
Y sin embargo follar me da igual
¿Quedarme embarazada? No me importa lo más mínimo.
Tengo mis normas
Para evitarlo
Para follar
Para tener un límite
Me da igual.
Si la gente pudiera entender de una vez,
que follar es mierda
La única cosa bonita
Es follar cuando nos queremos mucho
Cuando queremos tener un niño
Hacerlo de otro modo es algo sórdido
Debo follar con quien verdaderamente me quiera
Oh, que no estoy borracha
Ves Marie te explico
Porque te quiero mucho
Tantos chicos me han follado
Me han deseado, ¿sabes?
Me han deseado porque tengo un buen culo
que es muy deseable
Mi boca no esta mal tampoco
Follar desde el vacio…
No dramatizo, Marie
No estoy borracha
¿Qué crees?
¿Crees que voy yo arrepentir de mi suerte sucia?
Definitivamente no
Me follaban como una puta
¿Pero sabes?
Creo que un día
Un hombre vendrá y me querrá
Y el amor es valioso si queremos tener un niño juntos
Si queremos tener un niño juntos es porque nos queremos
Una pareja que no quieren tener niños no es una pareja
Es una mierda, no es nada, es un polvo
Las parejas liberales
¿Follas por tu cuenta? Yo follé por el mío
Estamos bien juntos
Nos reencontramos, estamos bien
No es un reproche, es todo lo contrario
La tristeza no es un reproche, sabéis
Es una vieja tristeza que se reanima. Y punto.
Me da igual
Estáis bien juntos
Sabed que vais a ser felices.
"Ce n´est pas perdu por tout le monde..."

lunes, 2 de marzo de 2009

El final del camino

Ha tiempo que le vengo dando vueltas a una entrada a la que no acababa de dar forma. El tema central podría considerarse el tiempo, el paso del tiempo, hacerse mayor… ¿la vida, la muerte? Supongo que a todos nos ha pasado pero quizá yo, por razón de mi trabajo, donde conozco a mucha gente, o de forma mejor expresada, con el paso de los años conozco la vida de todos los vecinos de pequeños pueblos, te percatas y eso ocurre un día, en una fecha determinada de que personas que notabas muy activas, con mucha vitalidad, repentinamente se han convertido en ancianos. Todos sois conscientes de que hablo. Cuando te dicen, hijo, no sé que me ha pasado, lo que yo era y ahora me cuesta cruzar la calle, es ese cansancio que debe llegar con los años del que hablaba mi actriz fetiche, Katherine Hepburn, mujer vital por antonomasia, de varias duchas frías al día, reivindicativa feminista en tiempos peligrosos con sus eternos e incomprendidos masculinos pantalones. Ella que incluso llegó a ser piloto, contaba amargamente como llega el día en que levantarse de una silla se convierte en una tarea titánica.

Esta sociedad donde se veneran la belleza y los cuerpos perfectos, las pieles tersas y depiladas, donde cada vez hay más ancianos fuera del circuito de lo visible, de lo vendible, este mundo en el que simplemente se tiende a aparcarlos en cementerios de elefantes hasta la partida final, donde no se acepta la muerte como algo natural, quizá sea la próxima frontera a reivindicar, la del respeto al mayor al que cada vez se está dejando más de lado. Sé que es un tópico pero esta sociedad hedonista que sólo se preocupa (yo el primero) por saciar sus apetitos abandona (quizá no materialmente) pero sí espiritualmente a nuestros abuelos.

A veces me pregunto cómo llevaremos muchos de los que leen estas letras convertirse en anciano; acostumbrados a conseguir retos físicos impensables para la mayoría de la población (porque no lo deciden, no por otra razón), cómo soportaremos ese esfuerzo de levantarnos de la silla, cómo aguantaremos esos múltiples dolores, que si llegamos, sin duda acosarán nuestros cuerpos. ¿Nos atormentarán nuestros días de gloria o tornarán en recuerdos áun más agradables?

La razón por la que al final que he decidido a escribir sobre el tema ha sido el visionado de dos películas, “Una historia verdadera” de David Lynch y “Las invasiones bárbaras” de Denys Arcand, ambas retratos sobre esa última etapa de la vida.

“Una historia verdadera” de David Lynch


“Una historia verdadera” es una película que vi hace años en el cine. La rescaté hace unos meses y la volví a ver ayer. Es una película difícil pero siempre me pareció una obra maestra. Cuenta las peripecias del viaje de un anciano con todos los males físicos propios de su edad, un trayecto de más de quinientos kilómetros en una cortadora de césped unida a un remolque para ver al hermano con el que lleva varios años peleado y así poder morir en paz. Lo sorprendente (o quizá no) es que esto ocurrió de verdad.

El nexo de unión es el cielo estrellado. A Alvin, durante una infancia difícil, le gustaba ver las estrellas con su hermano. Ahora es con lo que más disfruta en la vida. Sentarse en el patio, en el campo y mirar las estrellas. ¿Es entonces cuando eres consciente de lo insignificante o lo inabarcable que es una vida? Como podéis imaginar es una película lenta, ya me diréis, una “roadmovie” a ritmo de cortadora de césped, empapada por la inseparable música (una vez más) de Angelo Badalamenti de las imágenes de David Lynch.


Ante la incomprensión de sus amigos, Alvin, un anciano testarudo se empeña en acometer esta locura. Es algo que tiene que hacer solo. Es una deuda pendiente que debe saldar consigo mismo antes de morir.

Curiosamente le adelanta una marcha ciclista (a toda velocidad por supuesto… aunque todos sabemos que estos eventos no son competitivos;-)) y pernocta con algunos participantes. Al hablar con ellos él les cuenta que cuando eres joven no piensas en envejecer. Le interpelan por lo bueno y lo malo de envejecer. “Lo peor de ser viejo es recordar cuando eras joven” ¿Lo bueno? Él dice que no hay nada bueno en estar cojo y ciego al mismo tiempo.” A mi edad has visto de todo y sabes separar el grano de la paja y dejar que las pequeñeces se las lleve el viento”.

Los recuerdos te atormentan, la separación de su hermano motivada por un cóctel de vanidad, ira y alcohol (que ahora le parece tan fútil) o el espanto de la guerra.

Es una película de miradas, una reflexión sobre el final del camino. Es una película que no da respuestas, que formula preguntas, que invita a pararse y pensar, que puede insinuar “soluciones”. Lynch dice mucho con poco.

Las invasiones bárbaras” de Denys Arcand


Trata el mismo tema desde otro punto de vista. Es otra gran película que en su día creo que obtuvo el oscar a la mejor película extranjera. Cómo se enfrenta a la muerte un intelectual francés, gruñón y divertido, rodeado de sus irreverentes y cachondos amigos.

Paralelamente se tratan temas como la religión o la sanidad pública, tan maravillosa para nosotros, afortunados de disfrutarla y tan imperfecta a la vez.

Hay reflexiones muy interesantes de Remy, el protagonista como cuando él, mujeriego empedernido, confiesa que se dio cuenta de que era viejo en el momento en el que descubre que las mujeres habían abandonado sus sueños.

“Cuando era joven me daba igual morir cuando fuera. Por eso los jóvenes son los mejores mártires. Al envejecer uno se aferra a la vida. Empieza a restar. Me quedan veinte años, quince, diez, cuando se sabe que será la última vez; me compro el último coche; será la última vez que visite Génova, Barcelona”.

Vuelve a lugares donde fue feliz; entre diálogos hilarantes, confiesa que siente miedo, que no acaba de entender el sentido de la vida, que debería haber dejado algo duradero, que teme haber fracasado, teme “no haber dado el máximo de sus posibilidades”. Al final tal vez, todo sea un círculo “Me siento tan desvalido como cuando nací”.

Estos pensamientos son universales y atormentan a la humanidad desde sus orígenes. Sería bueno que todos, cuando veamos a nuestros mayores, nos veamos un poco a nosotros mismos e intentemos comprenderlos algo mejor. Ale, ya sabéis, todos a visitar a los abuelos (yo el primero)

La película francesa acaba con una exquisitez que no me resisto a compartir, "L´Amitié", el canto a la amistad, la sincera, la del puñado de amigos de verdad que todos tenemos. Es Françoise Hardy (la señorita con guitarra tirada en el suelo en una postura "tan natural" que siempre adorna el margen derecho de mi blog). Canción ñoña, ñoña y bonita, bonita. Ésta le va a gustar a las muchachas. Que la disfruten tanto como yo. Un día preparo una entrada sobre chicas achuchables del pop francés (Increíble industria...¿cúantas siguen saliendo cada año?).



"L´Amitié"
Beaucoup de mes amis sont venus des nuages
Avec soleil et pluie comme simples bagages
Ils ont fait la saison des amitiés sincères
La plus belle saison des quatre de la terre
Ils ont cette douceur des plus beaux paysages
Et la fidélité des oiseaux de passage
Dans leurs cœurs est gravée une infinie tendresse
Mais parfois dans leurs yeux se glisse la tristesse
Alors, ils viennent se chauffer chez moi
Et toi aussi tu viendras
Tu pourras repartir au fin fond des nuages
Et de nouveau sourire à bien d'autres visages
Donner autour de toi un peu de ta tendresse
Lorsqu'un autre voudra te cacher sa tristesse
Comme l'on ne sait pas ce que la vie nous donne
Il se peut qu'à mon tour je ne sois plus personne
S'il me reste un ami qui vraiment me comprenne
J'oublierai à la fois mes larmes et mes peines
Alors, peut-être je viendrai chez toi
Chauffer mon cœur à ton bois
"La amistad"

Muchos de mis amigos vienen de las nubes
El sol y la lluvia son su único equipaje.
Han durado la estación de las amistades sinceras,
la más bella de las cuatro de la tierra.
Tienen la dulzura de los paisajes más bellos
y la fidelidad de las aves migratorias.
En el corazón llevan una ternura infinita.
Pero, a veces, en sus ojos penetra la tristeza.
Entonces vienen a calentarse a mi casa.
Tú también vendrás.
Y podrás volver a lo profundo de las nubes
Y de nuevo sonreir a muchos otros rostros
Dar a tu alrededor un poco de ternura,
cuando otro quiera ocultarte su tristeza
Como no sabemos que nos depara la vida,
quizá yo también deje de sentirme alguien.
Si me queda un amigo que realmente me comprenda,
olvidaré a la vez mis lágrimas y mis penas.
Entonces, quizá iré a tu casa
a calentar tu corazón con tu leña.

domingo, 4 de enero de 2009

Noche de Reyes

Mañana noche de reyes, una de las noches más especiales de todo el año. La cabalgata cita obligada. Hay que pegarse con los dagalis por los caramelos. Por la mañana sigo presentándome en casa de mis padres antes de que se levanten para dejar los regalos junto al belén. Para mi familia esto es muy serio.

El día que deje de gustarme el día de reyes sí que estaré bien jodido.

Una pena no conservar la ilusión que se refleja en la cara de estos monicacos. Los que tengáis críos, a disfrutar del momento.



Una delicia, ¿verdad? Es de "Los cuatrocientos golpes" de François Truffaut. El otro día Ironmanu me decía que le parecía una peli muy aburrida. La volví a ver hace unos días. A mí me parece genial.
Al Santa Claus que le den.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Leolo Lozone

LÉOLO de Jean Claude Lauzon

Este fin de semana tocó esta película. Trata sobre cómo un niño utiliza su imaginación para escapar de una existencia opresora y horrible. Muy extraña, muy desagradable, inquietante, perturbadora, llena de fantasía y poesía que merece otras sesiones más atentas.

Hay unas cuantas perlas que no me resisto a compartir con vosotros:

“Porque sueño, yo no lo estoy. Porque sueño, sueño. Porque me abandono por las noches a mis sueños antes de que me deje el día. Porque no amo. Porque me asusta amar. Ya no sueño. Ya no sueño”

“Lo único que le pido a un libro es que me inspire energía y valor, que me diga que hay más vida de la que puedo abarcar, que me recuerde la urgencia de actuar”.

“Sólo encuentro momentos verdaderamente felices de soledad. Mi soledad es mi palacio. Ahí tengo mi silla, mi mesa, mi cama, mi viento y mi sol. Cuando me siento fuera de mi soledad estoy sentada en el exilio, estoy sentada en el país del engaño” (Rejean Ducharme)

“En ese momento sólo podía pensar en una escena de película y, como siempre, me contemplaba a mí mismo jugar a la vida”

“A ti, la dama, la audaz melancolía que, con grito solitario,
hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio.
Tú que atormentas mis noches cuando no sé que camino tomar,
te he pagado cien veces mi deuda.
Con las brasas del ensueño no me quedan más que cenizas
de una sombra de la mentira que tú misma me habías obligado a oír.
Y la blanca plenitud que no era como el viejo interludio,
y sí una morena de finos tobillos
que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí.
Y que no me dejó más que remordimiento
de haber visto la luz nacer sobre mi soledad”

A lo largo de la película lo que más suena es Tom Waits. Iba a poner una canción suya pero el amigo se merece una entrada para él solito, que aplazo hasta que lo vea en directo. Venga, Ramón, ponme los dientes largos… ¿a que me sueltas que tú ya lo disfrutaste?
El crío protagonista juega varias veces con un disco de Jacques Brel así que os pongo quizá su canción más famosa: “Ne me quitte pas” en 1.958.
Es muy gracioso oír a mi madre relatar cómo se quedó fascinada la primera vez que vio a Raphael cantar el “Yo soy aquél”. Ella era una muchacha que trabajaba de “empleada doméstica” y siempre me parto cuando me cuenta cómo mientras servía la comida, se quedó alucinada viendo al fenómeno en la tele del comedor. Vamos, que la dagala no atinaba con los platos. Y diréis vosotros, ¿a qué coño viene esto ahora? Pues esto viene a cuento de que imagino que media Europa debió quedar impactada de la misma forma la primera vez que vieron a Jacques Brel llorando esta súplica desgarrada.
Hay música y músicos malos, regulares, buenos, muy buenos pero hay unos cuantos diferentes, que tienen algo distinto, que brillan. A esa categoría pertenece el belga.



P.S. Hay algún vídeo con subtítulos en inglés pero creo que, si te vas fijando, pierde fuerza la interpretación. Si os interesa, miradlo después. Oye, el señor de está detrás de Jacques no estaba muy fascinado, la verdad, más bien algo aburrido.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Amélie puede cambiar tu vida


Con esto del blog, a lo largo del día se te ocurren temas sobre los que escribir. Ahora mismo tengo enfrente de mí a Amélie Poulain sonriéndome desde el otro lado de la pared. Bien, ¿Por qué no?
2001. ¿Tanto tiempo ha pasado ya? Supongo que a todos nos pasa. Cuando tanto la gente como los medios hablan con entusiasmo de lo buena que es una peli, un libro, un disco, en muchas ocasiones nuestras expectativas, demasiado elevadas de antemano, no se ven colmadas. Aquí no ocurrió. La película me pareció maravillosa y me sigue pareciendo genial después de haberla vuelto a ver anoche…una vez más.
Desde el principio dejar claro que entiendo perfectamente a las personas que rechazan esta película, que le parece ridícula por la multitud de elementos fantásticos que la adornan. Yo no soy quien para corregir a nadie pero tal vez deberían pensar que no se trata más que una fábula, un cuento. No me digáis que también vais a rechazar “Cien Años de Soledad” y todo el Realismo Mágico porque llueven flores amarillas. Aunque cada uno es como es y la frontera entre el ridículo y la obra maestra en ocasiones es muy delgada.
No se puede separar Amélie de una estética, la que tan bien se refleja en el cartel: esa luz, esos colores, motivados por la utilización de filtros que proporcionan esa extraña atmósfera y de la que tanto gusta Jean Pierre Jeunet, autor de Delicatessen, de La Ciudad de los Niños Perdidos o del cuarto Alien (serie que también merecerá su capítulo en el blog). Son autores con una personalidad propia, un universo personal relacionado con los sueños y miedos infantiles Algo parecido a Tim Burton.
Al igual que las imágenes de Burton requieren la especial música de Danny Elfman, lo mismo le ocurre a Amelie, unida para siempre a la peculiar banda sonora de Yann Tiersen, un verdadero acierto. Confieso que las primeras escuchas del bretón me provocaron asombro por el parentesco con la música de Michael Nyman. ¿Homenaje o plagio? Después sí me reconcilié con el y aprecié la riqueza de sus discos donde se mezcla tanto música popular, como clásica, influencias de la “chanson” además de efluvios de más árido rock independiente dentro de cuya escena cómodamente se aposenta, colaborando habitualmente con Dominique A, Stuart Staples (Tindersticks), Neil Hannon (The Divine Comedy), Noir Desir o Françoise Breut.. Multiinstrumentista virtuoso (violín, piano, guitarra, acordeón), del que disfruté un gran concierto en un Festival de Benicassim.

En resumen, para mí una película mágica. ¿Por qué no puede ser válida la moraleja del cuento hoy en día? No perder la ilusión, no darse por vencido si no queremos que nuestro corazón se vuelva seco y quebradizo.
¿Cómo no nos va a caer bien a nosotros, una tropa de raritos, Audrey Tatou (papel rechazado por Emily Watson)? Una rarita que vive en su propio mundo.
P.D. En la excursión al Maratón de París, un fetichista como yo, no podía dejar pasar la oportunidad de tomar un cafè en “Les Deux Molins”, en el Barrio de Montmartre.(Foto de Ironmanu e Indiegirl). Lamentablemente no nos sirvió Amelie.

“Sin ti las emociones de hoy serían sólo la piel muerta de las pasadas”