Hoy publico en Demonfit una visión a vuelapluma sobre la Quebrantahuesos.
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martes, 20 de septiembre de 2011
lunes, 20 de junio de 2011
Oro en Quebrantahuesos

Cuando un kilómetro después del inicio del descenso del Portalet, era incapaz de controlar la bici, cuando después de muchos esfuerzos conseguí detenerla y frenar los bandazos de la rueda delantera evitando la que ya veía como segura caída, cuando durante varios kilómetros tuve que sujetar fuerte a Suzanne, bajando entre a quince y veinte por hora, no hacía más que lamentarme en voz alta: “¡Qué pena, Qué pena… voy a perder el oro por un jodido problema técnico! A punto de conseguirlo y lo voy a perder en el último instante por la diferencia de un tubular. La historia de mi vida”. Después del tristre mantra, de rogar finalizar cuanto antes el descenso y que parara el vendaval, llegué a una especie estado de resignación en el que me respondía que de todas formas estaba fenomenal, que ya lo hubiera firmado en la salida, que tenía que reconocer que no había trabajado para conseguir esa meta, que en ningún momento se me había pasado por la cabeza, que no me la merecía. Casi todos los que me acompañaban esta mañana llevaban entrenado meses, pasando penalidades sobre la bicicleta para conseguir su meta personal. Yo no. Aunque fuera en el último instante y a traición, era una suerte de justicia poética.
Película de la marcha. Con el “cuenta” averiado, sin pulsaciones, sin cadencia, marcho ciego, sólo por sensaciones. Mi única referencia era un reloj que marcaba exactamente las 11:46 cuando cruzaba la alfombra de salida, muchos minutos después de los primeros. A pesar de levantarnos a las 5:30, debido al atasco para aparcar, hemos llegado a la salida justo en el instante en que lanzaban el cohete que marca el inicio de la prueba –os podéis hacer una idea de la acumulación que suponen 8.500 ciclistas de la QH y 3.000 de la Treparriscos-.
Phaeton, la noche anterior cuando ya estaba tirado en la cama, me enseñó un perfil con los tiempos de paso por los puntos clave que había marcado un ciclista que había conseguido 8:01 en alguna edición anterior. Sin pensarlo mucho, los memoricé y fue el guión que manejé durante toda la prueba: cima de Somport, 2:02, Cima de Marie Blanque, 3:45, inicio de Portalet, 4:34, cumbre de Portalet, 6:29. Siempre fui por detrás de sus tiempos hasta la cima del Portalet que yo hice mucho más rápido.
En cuanto salimos, Chuchi que en su decimotercera participación busca el oro y Phaeton, que pretendía rebajar su tiempo de 7:17 del pasado año, salen como balas. Yo ni me lo planteo. No estoy acostumbrado a montar en bici en grupo y menos con tanta gente. No voy rápido pero estoy tenso, incómodo, con malas sensaciones, con miedo a caerme. Me pasan por todos lados. En ocasiones me llego a quedar solo, que asombrará a cualquiera que conozca el percal.
Cuando encaramos las primeras rampas de Somport, me voy encontrando mejor, más cómodo. Empiezo a marcar un ritmo uniforme y no paro de adelantar corredores. Comienzo un descenso casi continuo hasta la base de Marie Blanque. A pesar de que el lado francés está nublado y amenaza lluvia, no me pongo chubasquero. Abajo ha llovido y hace frío; Me gusta, sé que me desgastará menos que el calor. A pesar de que tras una hora de descenso, llego a Marie Blanque con los dientes castañeando, estoy de suerte. Este frío molesta pero en unos kilómetros de ascensión se me pasará.
La ascensión de Marie Blanque siempre se me ha hecho corta y este año también. El meollo está en los cuatro últimos kilómetros con pendientes medias entre 10 y 13 %. Son unos de los minutos más hermosos de la prueba. Una vez al año, el exiguo asfalto de una estrecha carretera entre bosques, se presenta completamente tapizado por cientos de ciclistas. Levantas la mirada y sólo hay espaldas y cascos, piernas y ruedas. Nada más. Nadie habla. Un silencio en el que únicamente se escuchan los saltos de coronas y la respiración entrecortada de alguien que marcha fuera de punto. Es entonces cuando eres consciente de por qué montas en bicicleta.
LLego a la cima de Marie Blanque entero y con ganas de más. Buena señal. Primeras esperanzas de no sólo llegar sino de hacerlo bien aunque esa misma sensación tuve hace un par de años para después soportar una pájara antológica en las rampas de Portalet.
Tras cargar botes y comida en el avituallamiento, enfilamos hacia Larousse con un bendito aire de culo. La ascensión a Portalet fue lo mejor del día. Como los anteriores puertos, comencé prudente, pero me fui animando y aceleré progresivamente hasta la cima. Gran recuerdo del puerto más bonito. He pasado cientos de ciclistas con cada vez más confianza y facilidad. A poco más de un kilómetro del final alcanzo a Chuchi que tiene dolores en la rodilla. Le rebaso y le digo que ya me cogerá bajando. Sabemos que estamos cerca de conseguirlo.
Sin embargo, cuando comienzo a bajar me ocurre el episodio que relataba al principio del post. En todos los descensos me adelantan muchos pero en éste me sobrepasa un ejército. Tras acabar las rampas más pronunciadas, comienzan las curvas, y aunque sin confianza, puedo volver a coger velocidad.
Los dos kilómetros del pestiño de Hoz (pendiente media del 11%), los paso animado y encaramos los últimos veinte kilómetros hasta meta en medio de un terrible viento racheado de costado. Me integro en un grupo de alrededor de cuarenta unidades aunque me cuesta colocarme, siempre a cola. No quiero mirar el reloj para calcular si conseguiré bajar de las 8 horas o las 7:55 que es la frontera del oro. Inexplicablemente se paran. No vamos lo rápido que deberíamos. En un arrebato paso a todo el grupo y me pongo a tirar contra el viento, llegando a mis límites. Me ayudan otros tres compañeros y vamos alcanzando unidades. Poco después veo Sabiñánigo y constato que no hay que dar ninguna vuelta extraña, entramos directos. En línea de meta es cuando miro el reloj. “¡¡AHÍ VA, LO CONSEGUÍ!!”
Al entrar en meta pensé en soltarme de manos y hacer el gesto que siempre hago al acabar carreras, golpeándome con los puños la cabeza pero el vendaval y el peligro del resto de corredores me hicieron desistir. Sólo os diré que por unos segundos me emocioné, algo que también me ocurrió en la cima del Portalet, cuando atraviesas el pasillo de gente animando que te lleva al final de las casi dos horas de ascensión.
Algo que me ha dejado muy satisfecho es que he terminado muy entero, muy fresco, listo para correr. Ni asomo de problemas de estómago. Comí exactamente dos geles Power Bar, una barra energética Nutrisport, dos barras normales Hacendado, dos higos y medio sándwich de jamón york con queso. Sé que hubiera podido correr una media rápida, ¿Un maratón lento? Vuelven los sueños IM.
Toda la representación mirobrigense consiguió el oro. Chuchi consiguió el objetivo que tantos años llevaba buscando con 7:49 –me adelantó por unos segundos pero no lo vi-, Phaeton clavó su mismo tiempo del año pasado con 7:17- se conoce que la bici nueva corre lo mismo- y Miguel se marcó un tiempazo de 6:50 que está lejos de su marca personal pero teniendo en cuenta los problemas médicos de este año, hay que valorar en su justa medida.
Alguno podría pensar que después del subidón, ahora tengo menos ganas de entrenar que nunca dado que “el entrenamiento está sobrevalorado”. Pues no, me ocurre todo lo contrario.
Escribiré otro post sobre todo lo que rodea esta maravillosa prueba desde tantos puntos de vista que publicaré en Demonfit en unos días. Ya os avisaré.
Después de la carrera no encontraba a Phaeton y Chuchi. No tenía móvil porque el día antes me había metido en el río de Villasrubias con él. Me fui a esperarlos al coche. Recliné el asiento, abrí el techo. Frente a mí las montañas, arriba el cielo, acariciado por un delicioso aire fresco, simplemente me sentía bien, no sé, sin alardes. Era perfecto. No sé si era feliz pero estaba contento. Radio 3 estaba retransmitiendo el Festival del Día de la Música desde Madrid. Primero Sam Amidon, recuperador de antiguas canciones folk, después Anna Calvi en la onda de PJ Harvey. A ella ya la conocía pero me parecieron buenísimos los dos. Tal vez fue la predisposición.
“¡¡YO SOY ESPARTACO!!”
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jueves, 16 de junio de 2011
Con confianza

En "La leyenda del indomable", el personaje interpretado por George Kennedy, después de darle una paliza a "Cool hand" Newman, se burla reprochándole que se enfrentó a él sin ninguna posibilidad de vencer, sin tener nada. Paul Newman le contesta que algunos creen que la confianza en uno mismo es "nada".
Así me siento yo. El sábado correré la Quebrantahuesos con exactamente 1.244 ridículos kilómetros en mis piernas. Entre los 8.000 ciclistas que partiremos, probablemente en el "Top Ten" de los menos entrenados. Sin embargo, ¿por qué me siento con ganas y confiado? Sé que no puedo hacer buen tiempo y trataré de ser prudente. De todas formas, mi objetivo es acabar dignamente y no marcharme más allá de las nueve horas.
Sé que la clave es el inicio del Portalet. Si con 120 kilómetros, Somport y Marie Blanque en las piernas, llegas medio tocado, esos casi treinta kilómetros de puerto se pueden convertir en una verdadera tortura. Además sería una pena no poder disfrutar, en cierto modo, de la ascensión más hermosa que conozco.
Supongo que es algo parecido a lo que nos cuenta Juanjo Sáez en estas viñetas -una pena que se haya cortado-. Tal vez el primer paso para hacer algo bien, sea creer que puedes hacerlo bien -me lo debería aplicar para otras parcelas de mi vida-. Él utiliza sus dibujos para interpretar una canción de Arcade Fire, aplicándolo al devenir de su vida. Yo quería dejar algo de cierto tono épico y pensé en algún rockero americano. Vale, Bob Seger. "Fire inside", confiamos que con esa llama baste. El lunes os cuento.

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martes, 17 de febrero de 2009
Quebrantahuesos

Ayer se abría el plazo para la inscripción en la Quebrantahuesos 2009 que se celebrará el próximo 20 de Junio. Yo tenía decidido apuntarme este año una vez más. En 2008, las alrededor de 8.000 plazas creo que duraron dos días. Ayer, cuando yo intenté entrar a mediodía, aquello ya había hecho "catacrocker". Aquí os pongo el comunicado de la organización para que os hagáis una idea. Nos estamos volviendo locos. Un día de estos voy a renunciar por principio a este tipo de eventos y sólo voy a correr "Jabalíman" y similares.
- A las 10:06 se pone en servicio la Web y consta el primer inscrito..
- Inmediatamente la pasarela de pago se bloquea, se había previsto ampliación de medios técnicos, es la pasarela donde se compran entradas para los principales conciertos, pero a pesar del aumento no han podido con la avalancha de la QH.
- Ha costado un tiempo reformarla para adecuarla a las enormes necesidades existentes.
- A las 10:58 nueva reapertura.- Inicio con más de 10.000 accesos simultáneos a la Web.
- Se realizan Inscripciones confirmadas hasta 140 por minuto.
- Estos números dan idea de la magnitud de la situación.
- Nuestro servidor y el de la entidad bancaria aguantan el tirón.
- Pero por momentos y debido al intenso tráfico y accesos, nos parece observar una desincronización entre ambos y hay pagos sin inscripción confirmada.
- Al mismo tiempo hay varios comunicados indicando que aparecen inscritos en la TR y querían en la QH.
- Por eso a las 12:10 hemos decidido parar el proceso provisionalmente, darnos una tregua, coger aire, tranquilizar la situación....comparar a lista de pagos con la de inscritos ya que podría darse el caso de que hubiesen pagado más cicloturistas de los que nosotros teníamos registrados ya que entre un paso y otro, el servidor no daba todos los datos debido a la saturación.... hacer los cambios de TR a QH y entonces saber exactamente los inscritos en cada prueba, hacer las devoluciones oportunas y saber cuantas inscripciones quedan libres.
Como otros apuntes numéricos.
Como otros apuntes numéricos.
- En este momento nos constan 3.517 inscritos. Tras las comprobaciones habrá que añadir algunos más.
-Han sido más de 10.500 los pagos de inscripciones controlados, de los que de manera inmediata se ha procedido a la devolución a más de 6.500.
- Al ritmo inicial las plazas disponibles se hubiesen agotado en 1hora y media.
- En las menos de tres horas desde el inicio hasta la parada definitiva del proceso, en nuestra dirección de e-mail hemos recibido 2.200 correos.Lamentamos no poder responder a todos de manera inmediata.
El proceso se reabre el próximo lunes a las 10:00 de la mañana. Visto el estado de la cuestión, me da que me quedo fuera. Por otra parte hay que tener en cuenta un dato importante, el próximo lunes es lunes de carnaval y a no ser que yo llegue muy machacado del maratón y del viaje desde Sevilla, me acostaré tarde.
En fin, este año cuadraba muy bien la cosa porque la idea era hacerse la Quebrantahuesos el sábado, quedarnos unos días por los Pirineos y acercarnos a correr el Ironman de Niza una semana después. De todas formas, el plan se mantiene, viajaremos a los Pirineos con o sin Quebrantahuesos. Subiremos unos puertos de los míticos, nos patearemos las montañas y marcharemos a la costa francesa. Por ahora estamos tres. Cobra fuerza la idea de alquilar una autocaravana. Si hay alguien interesado que lo diga porque con cuatro personas, se nos queda muy bien de precio.
Volveré a intentar la inscripción el lunes. A ver si hay suerte. Mi intención era bajar de las ocho horas y hacer oro. La he corrido dos veces y realmente me parece la marcha más bonita de todas. También la más peligrosa por eso había decidido no correrla más después de este año. La subida del valle del Portalet es inenarrable. Pocos lugares más bonitos para montar en bici. En las dos ocasiones me presenté con unos ridículos 1.400 kms. en las piernas. El primer año (iba acojonadito) hice 8:15. El segundo, con un calor del demonio, hasta la mitad de la carrera, en la cima del Marie Blanque, iba encendido creyendo que bajaba de 8 horas (¡y sin entrenar!... me decía yo a mi mismo) pero... ay, Abelín, hijo mío....¿cómo era aquello de la piel del oso?. Pues pasó lo que tenía que pasar y algo más, que de donde no hay no se puede sacar, que agarré un pajarón tremendo y pené hasta meta muuuuchos kilómetros (8:45). El Portalet, que un año antes, pedaleando en medio de una tormenta, me había parecido el sitio más bonito del planeta, se convirtió en un infierno infinito.
Un último apunte, ya que el tema está difícil, para los valientes este año hay una opción similar al ladito de casa. El 10 de Mayo se organiza una nueva marcha en Ávila, "Puertos míticos de Ávila", 178 kms y se sube Panamera, Serranillos,Pedro Bernardo, Mijares y Navalmoral. El problema es que se celebra una semana antes del Ironcat. Demasiado cerca. A ver esos salmantinos y madrileños... ¿Nos vemos en Ávila?

"Cada vez ocurres del todo de nuevo para mí"
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