jueves, 23 de octubre de 2014

El Medio Ultra de Gredos como cámara de descompresión




Creo que me apunté al Ultratrail de Gredos en marzo. Un mes después, la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, por razones que no vienen al caso sobre estabilidad presupuestaria, me enviaba al paro. 6 meses después recuperé el trabajo, tras un proceso opositor que comenzó con estudio diario de muchas horas, pero sin tensión -incluso me presenté al portugués y liquidé alguna otra asignatura de la carrera cuyo final, a cuenta de este lío, hay que posponer para 2015- y  finalizó justo un día antes de la prueba de Gredos; periodo que me dejó completamente exhausto, siendo las últimas semanas un verdadero sinvivir, estudiando entre siete y diez horas diarias plenamente concentrado sin día alguno de descanso semanal. Estoy convencido de que para conseguir sacar adelante un reto de este tipo, donde no basta el aprobar, sino ser el mejor, la vida se ha de convertir en algo insano, donde no se piensa absolutamente en nada más que lo que se ha de estudiar la tarde o el día siguiente, sin permitir disminuir un ápice tu estado de alerta, miedos o dudas, el verdadero combustible cada mañana antes de sentarse delante de los temas.

Debido a ello, los últimos dos meses prácticamente no hacía nada más: ni leía, ni escuchaba música, ni escribía, ni hacía deporte -salvo un par de días que salí a correr media hora para ver si se me espantaba la incómoda nube en la cabeza-. Especialmente duro de sobrellevar es esa tensión que no cede y que se acrecenta a medida que se acerca el examen, o las dudas y enfados después de cada ejercicio. Bien, el hecho es que todo terminó bien, aunque  hoy en día esto no signifique gran cosa, dado el precario estado de gran parte de la Administración Local. Seguiré estudiando y haciendo exámenes hasta que no pueda dedicarme a ello, porque me gusta aprender y retarme,  pero otro tema es tener que estudiar horribles temas de materias que odio -aunque al final, reconozco que como casi a todo, hay que buscarle el encanto y el lado bueno-, para jugarte el medio de vida. Extraños tiempos  vivimos en los que casi se oposita hasta la misma jubilación.

Como contaba, acabé el examen el miércoles y la carrera se celebraba el sábado de madrugada. El jueves aún no sabía si iría y no me apetecía gran cosa, la verdad. Después de estar sin moverme  de la silla dos meses, darle una paliza a mi cuerpo para que la que ni de lejos  estaba preparado, se me antojaba bastante absurdo. Casi deseaba que hiciera mal tiempo para descartarlo por fuerza mayor y no darle más vueltas al tema. Sin embargo el anuncio de  un tiempo excelente, casi de verano, y la llamada con la buena nueva de que recuperaba el trabajo, obraron el milagro. Sí, me apetecía dar un largo paseo por alguna de mis montañas favoritas y rememorar viejos fines de semana compartidos en Gredos con el CiegoSabino.

Cuando en la charla del viernes por la tarde nos dijeron que había un desvío en el ultra -84 kms-, para hacer solamente el Medio -55 kms.-, ya casi decidí que esa era la opción más lógica, que para mí, estaba más que bien. Dejé un pequeño resquicio a continuar por el recorrido largo, descartado por completo en la línea de salida a las cuatro de la mañana en la plaza de Candeleda, cuando rodeado por todos los participantes, me parecía absurdo competir con tipos que seguro habían entrenado como se debe para una de las pruebas más duras del calendario nacional de montaña.

De la carrera, poco que contar: casi cuatro horas justas, las que duró la noche, desde las cuatro a las ocho de la mañana, para acercarnos desde Candeleda a la plataforma de acceso a Galayos y Mira, a través de pistas entre bosques, con kilómetros de fuerte desnivel al comienzo. Es la parte con menos gracia del recorrido; por eso no está mal pensado correrlo de noche.

Ascender la muralla de Galayos hasta la cima de La Mira, ya pura e imponente Sierra de Gredos, mientras sale el sol, es un placer difícil de explicar, más si vienes de cientos de horas estudio y echas de menos aire frío en tus pulmones. Ascensión dura pero tranquila,  charlando con el CiegoSabino. Al llegar a la cima, sopla un vendaval del demonio que continuará durante todo el cresteo que conduce al punto que nos separará. Curioso que de todos los participantes que nos adelantan o adelantamos, los jaramugos somos los únicos que seguimos en manga corta, algo que nos viene ocurriendo a menudo. Gen farinato. 

Poco después nos separamos. Voy perfectamente, sorprendido tras el largo periodo de inactividad, pero no tengo la menor tentacíón de atreverme con el recorrido largo, adentrarme en el Circo para afrontar el verdadero meollo y seña de identidad de esta prueba.  Aunque podría correr, sigo caminando, dándome un agradable paseo entre montañas, contento, pensando, más que en la carrera, en lo contento que estoy por haber ganado la plaza.

El calor comienza a dejarse notar durante el descenso del Puerto de Candeleda por el lado sur de la sierra, haciéndoseme demasiado largo sus aproximadamente 16 kilómetros y pensando con alivio que menos mal que no se me ocurrió tirar hacia el Circo, y en lo duro que se le va a hacer al Ciego bajar por aquí cuando lo afronte machacado de madrugada, él, que todavía acosado por las secuelas de la machada de "Los 500 de Asís", tampoco ha entranado gran cosa; pero hay pocos tipos más fiables. ¿A estas alturas alguien duda que el Agus no termina lo que empieza?

Aunque he bajado corriendo unas pistas excesivamente inclinadas para unas piernas doloridas demasiado tiernas para estos trotes, sigo camianando todo el trayecto, ya con calor de verano, parándome incluso un buen rato a charlar con un chaval que le interesa saber de nuestro deporte, cómo entrenamos, carreras y demás.


Vuelvo a correr antes de entrar en Candeleda para mostrar algo de dignidad "competitiva" Ya me han ido adelantando los primeros participantes del Medio que salían cuatro horas después y sé que hay gente del ultra que han elegido mi misma opción y me preceden, por lo que me sorprende cuando un chico se quiere hacer una foto conmigo, pensando que voy el primero -pues vale- y cuando entro en meta, por megafonía  atrona el saludo al campeón del Ultra. Mientras niego vehementemente, me paro antes de entrar  y traspasar la cinta que sujetan unos voluntarios. Ya imagino al público pensando que no tenía mucha pinta de ser un figura. Al final, un tiempo de alrededor de 11 horas -se me olvidó mirar la hora- y no creo que aparezca en clasificaciones.








De la organización no puedo hablar con suficientes elementos de juicio, ya que la esencia y reclamo de esta carrera son esas delicadas partes del circo de mucho desnivel y muy peligrosas, si no se va con tiento, más propias de escalada que de trail. Según lo escuchado, si insisten en ese recorrido, deberían mejorar mucho en marcaje y seguimiento en esas zonas. Ante las lesiones de algún corredor provocadas por caídas y la intervención del helicóptero, se amagó con suspender la prueba. No hay que olvidar que tuvimos un tiempo excepcionalmente bueno para estas fechas. Creo que deberían ser menos ambiciosos con el recorrido y adelantar fechas para intentar asegurar buenas condiciones. Yo que estoy metido en organización de asfalto, que nada tiene que ver con una prueba de estas características, no sé cómo se soporta la responsabilidad en estas apuestas,  donde creo que en muchos ocasiones, dado el arrojo e imprudencia de algún participante, se juega con fuego.

Del resto, pues bien, correcto; mucha gente, mucho trabajo, especialmente complicado porque en terrenos de alta montaña inaccesibles para vehículos de motor, los avituallamientos hay que subirlos al lomo, lo que merece nuestro reconocimiento, con pequeños detalles sin importancia a mejorar como retrasos en algún acto. Sí quiero volver a incidir en que para una prueba algo salvaje, algo "jaramugada" como esta, no basta con no obrar con negligencia, sino que la diligencia debe ser extrema, ir mucho más allá de lo normalmente exigible.

Podría poner una canción de la Creedence Clearwater Revival o John Fogerty, cuyos temas sonaron todo el santo día en línea de meta, lo que se agradece de verdad, teniendo en cuenta el habitual insoportable percal de las selecciones musicales en este tipo de festejos pero, ya que esta crónica ha sido más de estudios que de carreras, acabo con"Bajo presión", porque verdaderamente jamás la sentí igual, y la pobre Susana, que me tuvo que aguantar, puede dar fe. Una de las mejores canciones de los mejores discos del año, "Lost in the Dream" de War on Drugs.

4 comentarios:

CiegoSabino dijo...

Ay, el impostor ganador del Ultra, jajaj. Pero ¿y dónde estaban los otros del ultra que habían bajado antes que tú?.

Bueno, un paseíto por Gredos para desintoxicar cuerpo, cabeza y alma. Y a fe que lo hizo, una vez conseguido lo importante.

ramonet dijo...

Sólo los que hemos pasado por el infierno de una oposición( dos temporadas, reducidas a año y medio a piñón fijo) sabemos lo increíblemente duro que es, a nivel mental, obviamente. Felicidades, y demuestras que estas hecho de otra pasta cuando te cascas 55 km. por Gredos tras 2 meses de opositor.
Conozco la subida a Galayos de cuando iba a escalar y a ciencia cierta que has de estar fuerte para subir por esas zetas del infierno.
Saludos y ahora toca disfrutar del deporte. Si vienes por Levante que sepas que tienes albergue aseguradoo

afca dijo...

un abrazo y felicitaciones por recuperares tu trabajo. tienes toda la razón sobre el absurdo de las dificultades que insistem en crear en las pruebas para gáudio de unos tantos idiotas del pelotón .
aún así lo que heciste no es para todos!

Atalanta dijo...

Ciego, pues por lo que varias veces me cantaron, eran cuatro y finalmente no entrarían en meta, digo yo. Un placer dar una vuelta por esas montañas que tú y yo consideramos un poco nuestra casa. El próximo año habrá que dar la vuelta completa.

Ramonet, siempre lo digo, yo a los que habéis sacado una opo de verdad, os admiro de veras; lo mío han sido 4 meses tranquilo, con sus seis horitas, donde me daba tiempo a leer, escribir algo, disfrutar de Abril, hacer deporte y dos meses horribles, pero que compensaron, sobre todo porque a veces pensaba que yo ya no tenía edad y cabeza para estas cosas... y lo malo es que no sera la úlitma vez que me toque volver a una de estas. No se valora un paseo por el monte como el del sábado hasta que te lo prohíben. Oye, gracias, lo mismo, te digo, por si algún día te quieres acercar a nuestras sierras o volver a montar una excursión a los Galayos.

Afca, ¡Gracias! No, mi parte no era peligrosa, pero sí había zonas en Gredos muy delicadas. NO sé qué decidirán hacer el próximo año, en el que me gustaría volver. Por la organización y por nosotros, creo que deberían intentar hacer algo menos ambicioso y peligroso, sobre todo porque no es raro que el tiempo se complique ahí arriba.