viernes, 8 de febrero de 2013

Carretera del trueno


En la Escuela de Idiomas hay un concurso de redacción. Tema: "Mi canción favorita". Una excusa para unas líneas  que no son más que saldar una deuda con algo más que una canción para mí. Ahora se trata de pasarlo a inglés, al menos de forma aproximada. 

Os dejo dos vídeos con una diferencia de casi treinta años, una versión más fiel al original y otra más íntima. 

"Thunder Road" ya pasó por aquí en palabras de Nick Hornby.

"THUNDER ROAD"

Un tenue  prólogo de armónica y piano andante que pronto cambiará a trotón para  subir el telón y presentarnos a una chica bailando en el umbral de su casa frente a un chico en un coche con el motor en marcha. Bien podría tratarse de una escena capturada por el objetivo de Scorsese en Little Italy cualquier tarde de verano.
Y sí, como casi todo el rock and roll, la película va de amor mas no hay dama y galán al uso sino dos figuras, física y sobre todo espiritualmente apaleadas para los que hace tiempo pasó su mejor momento, quedando sus sueños rotos muy lejanos ya. Y sí, la película va de amor, pero también de mucho más.

Sobrevuela ese tema siempre presente en la obra del Bruce más inspirador, el de la forma de enfrentarse al dolor,  la derrota, el fracaso. Aparecen sus, por entonces, no tan clásicas imágenes de fe, magia, redención o tierra prometida para encarnar la idea de la nueva oportunidad, la eterna posibilidad de recomenzar, de dejar atrás el pasado, de entender el mañana como el primer día del resto de tu vida.

En la canción solo se escucha una voz, la del chico al volante, para contarnos lo que siente y, en un arriesgado salto al vacío para sus propósitos, tratar de enseñarle el camino a su amada para que sea capaz de entender su pasado y sus sueños.

Esa serie de imágenes recargadas de las que se nutría la poesía de Bruce en sus inicios, nos seguirá explicando que puede que la salida esté ahí, pero que nunca la victoria es fácil. Arriesgarse a luchar y a encarar la vida puede ser la empresa más dura y él no tiene nada que ofrecer más que su convicción y  amor, tal vez el único combustible de valor para el último y más difícil camino que solo será capaz de recorrer con ella a su lado. Una canción traspasada por esa sospechosa épica acartonada solo aceptable si es una voz íntegra la que te engaña, si la contraseña para bajar la guardia es de nuevo una Telecaster.

“Y  me voy de aquí para vencer”. Canta Bruce con convicción el último verso porque ahora es él mismo el personaje. Siempre creyó en sí mismo, pero después de fracasar comercialmente con sus dos primeros discos, parecía su última oportunidad para triunfar, para conseguir demostrar a la CBS y a todos los demás, que no se había equivocado, que  realmente tenía el talento del que unos pocos hablaban. Y efectivamente, “Born tu Run”, su primera obra maestra, le colocó a la altura de los grandes de la Historia del rock and roll.

Es mi canción favorita, probablemente la que más veces he escuchado, pero es la canción de muchos y puede ser la canción de todos. Todos arrastramos derrotas y curamos heridas. Me sirvió cuando tenía catorce años, cuando no  entendía qué significan los sueños porque entonces desconoces lo que cuestan y me sigue siendo útil treinta años después, sin que para mí haya perdido un ápice de su brillante pátina o capacidad para emocionar.

Esa carretera del trueno a la que no se ve el final es esa dirección que todos buscamos en la vida. Hasta el más satisfecho y autocomplaciente, tiene una carretera del trueno hacia el horizonte que se atreverá o no a recorrer. La carretera y el coche en marcha siempre estarán ahí y son todo lo que necesitas. “Estos dos carriles nos llevarán a cualquier parte”. Nunca sabremos si Mary subió al coche. ¿Lo hiciste tú? ¿Lo harías tú?



3 comentarios:

Michel dijo...

Sublime la canción.
Tú relato sobre ella la describe a la perfección.
Brutal el solo de Clarence. Hace poco se cumplió un año de su muerte.
Bruce tiene varias canciones que son únicas.
Disfruta el carnaval.

Un abrazo.

Atalanta dijo...

Gracias, Michel. Si tienes, cinco, diez canciones inolvidables, ya solo puedes ser un grande. Todo lo demás no cuenta. ¿Qué importa que ya no sea capaz de componer una canción de altura? Su último gran disco fue "Devil & Dust" y de eso hace demasiado tiempo. Y sí, me acordé de "Big Man". Carnaval...No he podido salir porque ando estudiando y trabajando pero casi es un alivio. Ya me convertí en uno de los tuyos. Cada año que pasa, los carnavales me parecen una cosa más espantosa.:)

Anónimo dijo...

Hola, no habrás estado últimamente de visita en Ucanca?

K