lunes, 26 de febrero de 2018

HUMANIDADES: SE TRASPASA

Comparto una carta de Alberto Santamaría, profesor de Análisis del discurso artístico y literario de Susana, a cuenta del concurso para el diseño de una etiqueta de Mahou por los alumnos de Bellas Artes de Salamanca con motivo del VIII Centenario de la Universidad. Una propuesta que define a la perfección el valor y precio de las Humanidades y hasta de la Universidad, Salamanca en particular: el de un sexteto cervezil que decía Homer, que para algo somos gente de letras estudiá.


Queridas alumnas y alumnos.
Este no es un mensaje académico. Ni está relacionado con ninguna asignatura. O sí. No lo sé.
            Os escribo estas palabras con un objetivo bien claro: no aceptar lo intolerable. Estar en una facultad de Bellas Artes supone muchas cosas, unas mejores y otras peores, pero la esencia de todo es entender que la práctica artística y la formación académica y el fomento de un espíritu crítico debe estar unido a la pulsión creativa que está en cada uno de vosotras y de vosotros. Vivimos, y os toca de cerca, una realidad en la que a los raperos se les condena a la cárcel por las letras de sus canciones o se censuran obras de arte por el simple hecho de que el discurso de estas obras no casa con la lógica de la clase dominante. Esto es lo intolerable. Y a ello hay que oponerse porque si no el panorama es aterrador.
            Pero hay otro tipo de “lo intolerable” del cual os quiero hablar y por eso os escribo estas líneas. Es un “intolerable” que pasa más desapercibido, que es menos visible y que incluso, por su cercanía, puede parecer hasta entrañable, pero que es, a la larga, si lo aceptáis, igualmente peligroso. Me refiero al modo en el que la universidad abandona esa veta de formación académica y fomento del espíritu crítico y se vende a las dinámicas de un mercado que defiende abiertamente la precariedad. Estoy hablando en concreto del concurso que la Universidad, en complicidad con la marca de cerveza Mahou, y el VIII centenario de la USAL han puesto en funcionamiento. Se trata de un concurso en apariencia inofensivo, pero del cual deberíais defenderos, cuando no protestar. Se trata de invitar a los alumnos de esta facultad a diseñar la etiqueta para los botellines de esa marca de cerveza, hasta ahí todo bien. Sin embargo, el premio o el pago recibido son 12 packs de cerveza y una ayuda económica para la formación (que una vez indagado son 500 euros, algo ridículo).  La idea que se deduce de esto es que vuestro futuro laboral será así; la precariedad, el pago en cerveza. Esto perjudica fuertemente vuestra propia profesionalización. La falta de respeto hacia vuestro trabajo, para algunos vuestra verdadera vocación, es increíble. Para entenderlo mejor, baste una comparación. Durante estos días, habrá también premios y concursos en facultades de ciencias, ¿creéis que a ellos les pagan con cerveza? Por supuesto que no. El desprecio a las humanidades es radicalmente visible en este caso, y en muchos otros. Os invito a NO aceptar este juego. Os invito a NO aceptar lo intolerable.
            Esta carta es simplemente la carta de uno de vuestros profesores que a título personal ve una ofensa radical a vuestro quehacer diario, a vuestra forma de entenderos y entender el mundo. Una ofensa también a vuestro futuro. Os animo simplemente a no entrar en su juego, o a señalar que esa no es la forma en la que se recompensa el trabajo de unos estudiantes.
            Nada más, podéis compartir estas líneas con compañeros y compañeras de otros cursos, difundir, tirar a la papelera o hacer lo que queráis con esta carta. Simplemente quería exponeros estas ideas.
            Recibid un cordial saludo.
            Alberto Santamaría.

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