miércoles, 3 de septiembre de 2008

El río de mi pueblo



Se acaba el verano. Se acaba el río. Por un lado alivia la huida de las hordas de turistas de agosto, cuando a pesar del buen tiempo, el paraje pierde parte de su encanto por el guirigay que se monta; por otra parte todos sabemos que eso es señal de que el fin está cerca. Todavía tenemos que disfrutar de uno de los mejores meses del año, cuando ya somos pocos los que bajamos para bañarnos y sentarnos a leer o charlar o simplemente escuchar el río. Sin embargo, ya dependemos del tiempo y la espada de Damocles, en forma de cuatro días malos que supongan la clausura definitiva de la temporada, se cierne peligrosa.
Y poco queda para que también se acabe la natación de verdad y comencemos a dar giros (no muchos, la verdad) a la horrible piscina cual hamster enjaulado. Aguantaremos algo con el neopreno aunque no es lo mismo.
En “Roma”, la película de Adolfo Aristarain, el padre del protagonista niño, le cuenta a éste como al río se va a contar las penas, las tristezas para que se lleve lejos todo lo que nos hace mal. Desde que la escuché siempre me ha gustado esa imagen. Desde crío, mi río me ha escuchado contarle penas aunque afortunadamente en más ocasiones ha sido testigo de mis besos o de mis risas en conversaciones nocturnas memorables
Comienza el largo invierno y aunque el paseo esporádico calme la comezón, sabemos que hasta primavera y el buen tiempo no volveremos a hablar y a escuchar ese canto eterno de nuestro Río Águeda.

Sin embargo no hay pena; el año que viene todos los jaramugos nos volveremos a encontrar, como desde hace tantos años, como nuestro nombre indica, en nuestro sitio, en el río. Y seguro que Javier, el benjamín de la panda, ya habrá comenzado a correr y charlar y nos volverá a todos un poco locos. Pero bueno, el sector radical aguantará mientras se pueda, a oscuras, con el farol, con unas botellas de vino, con música. ¡Cómo olvidar esa mítica noche de despedida el día de la muerte de Johnny Cash!
Disfrutaremos mientras se pueda. Hay que reconocer que las últimas semanas las puestas de sol y las cervezas a oscuras en la pesquera han sido de las mejores.




Como un miembro del club es un entusiasta de Pessoa, aquí le pongo unos versos que no se si conocerá, y que el genio, medio hermafrodita él, dedicaba a su “amada” Ofelia cuando le requería amores. Él prefería ver correr el río.


“Amémonos tranquilamente, pensando y podríamos
si quisiéramos , cambiar besos, abrazos y caricias,
pero que más vale estar sentado uno junto al otro
oyendo correr el río y viéndolo”.


(En portugués seguro que suena mejor)


P.S. Para que veáis de que guisa se pasea el Ironmanu por el río. Si es que lleva fatal lo de haber vendido la Harley. David, ¿a qué se la cambiabas por tu P3 sin dudar?



Y para acabar un “pata negra” del incipiente castellano, un fragmento donde compara la vida de los hombres con los ríos. Seguro que todos los mayorcitos recordamos del instituto las “Coplas a la Muerte de mi Padre” de Jorque Manrique. Aunque supongo que lus dagalis esta cosas las seguirán estudiando. Vamos, digo yo.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu´es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.

5 comentarios:

Si te lo tengo que explicar... dijo...

El río... Las noches en el río... Los amigos en el río...Los veranos, los amigos, el río...¡Cómo echo de menos algunas cosas! Como ya he contado alguna vez, en el insti casi consiguieron aplacar mi "sed" de lectura, aunque todo lo perdono por fragmentos grabados a fuego en mi memoria como el de Manrique. Habrá que organizar el aniversario de Mr.Cash antes de que acabe el verano, no?
Pdta: ¡Tan fotogénico mo siempre!

davidiego dijo...

Según iba leyendo tu entrada estaba recordando la copla manriqueña que incluyes (grabada por castigo, tuve que aprendérmelas con 15años) aunque a mi parecer cualquier tiempo pasado no fue mejor, sólo distinto. Espero que siga así.
A ver si nuesto alcalde toma ejemplo de otros homólogos y nos arregla la ribera del río.

Ironmanu, dónde vas sin casco?

Atalanta dijo...

La verdad es que es una pena que Salamanca tenga un río tan chulo y no se pueda nadar.
Ironmanu, la noche de Cash ya habrá que celebrarla con una cena en alguna casa después de septiembre. Todos tenemos la agenda muy apretada.

Txero dijo...

Querido Atalanta: Me percato con asombro de que el hierro de las palabras atraviesan la cota de malla de tu alma con la misma facilidad que tu metes un pie en el agua de tu querido río. Lo que ya no me asombra tanto es que una vez abierta la herida la sangre nunca te deja de manar. Nuestra vida cotidiana en Ciudad Rodrigo siguió caminos distintos cuando yo tuve que emprender mi particular destierro, nuestra amistad no y te conozco mejor que todos los bloggeros y foreros (atletas todos, supongo)con los que convives a diario. Por eso, seguramente, no me tomaste en cuenta lo que te dije después de ¿el rotundo fracaso? de Roth. Pero ya no escribes en el foro de la misma manera y creas un blogg-sanatoriomental para convalecer de tus llagas.
Con todo mi cariño, al leer a destiempo este tema de el río no pude evitar que se me representara la imagen de un Atalanta maduro paseando por Miróbriga cual Don Román Durán(con todos mis respetos para él)cabilando su próxima crónica en la Voz de Miróbriga. Espero que el tiempo no me de la razón.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Cheroqui, dale caña.