domingo, 21 de marzo de 2010

Delibes y el subbuteo


Dejé aparacada la entrada dedicada a Delibes. Cuando me enteré el viernes pasado de su muerte, ya marchaba a Madrid y no me dio tiempo a escribir. Aquella mañana, al escuchar la noticia por la radio, me emocioné. Creo que es la primera vez que me ocurre con alguien famoso, con alguien que no conozco. ¿Por qué?

De todos los ilustres y "famosos" con que nos bombardean a diario los medios, las personas que realmente valoro o de alguna forma venero, son los creadores y dentro de ellos los escritores. Todos los que consiguen moldear con genio y maestría la, para mí, creación humana más admirable y perfecta, la lengua. Esa capacidad que tiene el hombre para aprehender un concepto, una sensación, una situación mediante una serie de signos que se fueron ajustanto más y más a lo que se pretendía describir o expresar. Sistemas extremadamente complejos con los que algunos autores te pueden llevar muy lejos. Unos cuantos, muchos o pocos, según se mire, me han ayudado a conocerme mejor, a elegir caminos, a ser como soy. Y lo maravilloso es que ese proceso es infinito, nunca terminarás de buscar y de sorprenderte.
De Delibes leí varios libros. Me parecieron buenos, me gustaron pero no puedo hablar de ellos con solvencia porque la mayoría pasaron por mis manos hace mucho tiempo, cuando aún no estaba formado. El que leí más recientemente fue "El Hereje". Apuntándose al género de moda y partiendo de un episodio histórico, novela con eficacia y mantiene el interés.

Sin embargo, con Delibes mantengo una singular y ficitia relación espiritual, basada en los recuerdos de mi infancia y adolescencia. Delibes me enseño a leer y por ello no puedo estarle más agradecido. No recuerdo exactamente cuál es el primer libro que leí en mi vida pero "El Príncipe Destronado" bien podía serlo.
1981-1982. Entre ruedo de sables, España adquiría su mayoría de edad democrática, se aprestaba a su primer gobierno socialista y al Mundial de Fútbol del Naranjito.

Con once, doce años los amigos organizamos un campeonato de subbuteo. Como decía el anuncio, si sabes qué es el subbuteo, deberías empezar a cuidarte. Pequeños jugadores de fútbol que descansaban sobre medias esferas en un campo de tela que nos planchaban nuestras madres y que se impulsaban con el dedo cual chapas y canicas. Las piezas venían con el cola cao y era complicado hacerse con dos equipos completos... porque había que tomar muchos "colacaos" con galletas. Recuerdo que había cuatro selecciones: Brasil, Argentina, Alemania e Italia.


Nosotros reunimos dos equipos mezcla de todos y organizamos un campeonato. En casa de Ángel pasábamos muchas horas jugando; allí me dio por revisar los libros que tenía su hermano en los estantes y un día decidí llevarme "El Príncipe Destronado". Desde muy dagalín leía muchos cuentos. Recuerdo que incluso una tía que estaba con nosotros en Valencia, siempre que me venía a ver, me traía alguno nuevo. Todavía tengo una cartera con todos. Después ya pasé muchas horas leyendo tebeos de "Jabato", "Mortadelo", "Astérix", "El Guerrero del Antifaz".... pero un
libro enterito, sin "santos", se antojaba largo y rollo. Al final no fue para tanto, se hizo bastante ameno y corto. Recuerdo episodios concretos del libro, me gustó pero no me entusiasmó, la verdad.
Después leí otro de Delibes, "El Camino". Sí, este sí me gustó mucho. Las andanzas de Daniel el Mochuelo, Germán el Tiñoso y el tercer amigo -me niego a usar google, espero que un día vuelva a mi memoria...¿podía ser Roque?-. Aunque entonces no fuera consciente, ahí sí que empezó algo nuevo y grande en mi vida, de pronto aparecieron un montón de horas de aventuras, conocimientos y entretenimiento. El pasatiempo más barato y accesible. Tal vez por eso me emocioné ese viernes por la mañana cuando me enteré de la muerte del escritor.

Años después, todavía de adolescente, seguí con "Las Ratas", que no recuerdo muy bien,"Los Santos Inocentes", tan buena la película como el libro, "Cinco horas con Mario" que con esa edad no pude entender aunque me quedé alucinado con que todo un libraco fuese el monólogo de una viuda ante el ataud de su marido fallecido.
Tras ello, me pasé un par de años leyendo novelas de Sven Hassel y ensayos sobre la Segunda Guerra Mundial pero ésa es otra historia.

Mis abuelos eran guardianes de fincas y te cuenta historias de miseria no muy alejadas de las de "Los Santos Inocentes" Mi abuela Claudina está en el hospital, anda la mujer ahí, ahí, con noventa y cinco años, peleando la vida. Se ha roto la cadera y anteayer la operaron. No es que tenga ninguna enfermedad en concreto. Cuando se muera, se morirá de vieja, sin más. Aparte de la difteria que sufrió de niña y de la que te habla como lo peor que ha pasado en la vida, no la recuerdo en el hospital. Hace pocos años la operaron de cataratas y ahora lee mejor que yo. Como mi bisabuela y por lo que cuentan, mi tatarabuela, son de la estirpe de mujeres castellanas, menudas y duras, nervios en tensión, hechas a soportarlo todo. Estoy seguro que el coraje que le echo a las carreras de ultrafondo cuando el tema se tuerce, me viene de su sangre. Aunque el médico nos pintó un panorama bastante negro, ayer se encontraba bastante bien y no hay mejor señal que su reacción al enterarse de que su hermana estaba bien, cuando respondió, echándose a reir con el desparpajo que la caracteriza: "Sí, sí, bien.... ¡¡DE COJONES estamos las dos!!". Me da que el más allá va a tener que esperar.

Para una entrada dedicada a un grande, música grande. Ya sabéis que ahora estoy enganchado a Lucinda Williams. Como el amor al que dedica "Essence", su música, su voz mece y raspa a la vez. Una canto de amor y un lamento de una intensidad asfixiante. Que las disfrutéis.




"I envy the wind"

I envy the wind
that whispers in your ear
that howls through the winter
that freezes your fingers
that moves through your hair
and cracks your lips
that chills your to the bone
I envy the wind

I envy the rain
that falls on your face
that wets your eyelashes
amd dampens your skin
and touches your tongue
and soaks through your shirt
and drips down your back
I envy the rain

I envy the sun
than brightens your summer
that warms your body
and holds you in her heat
that makes your days longer
and makes you hot
and makes you sweat
I envy the sun



"Blue"

Go find a jukebox
And see what a quarter will do
I don´t wanna talk
I just wanna go back to blue

Feeds me when I´m hungry
And quenches my thirst
Loves me when I´m lonely
And thinks of me first

Blue is the color of night
When the red sun disappears from the sky

Raven feathers shiny and black
A touch of blue glistening down her back

We don´t talk about heaven
And we don´t talk about hell
We´ve come to depend on
One other so damn well

So go to confession
Whatever gets you through
You can count your blessings
I-ll just count on blue

14 comentarios:

TSI-NA-PAH dijo...

Yo me emociono muchas veces de la perdida de algun famoso que ha estado presente en mi vida, sean dibujantes, escritores, actores y musicos.Han echo mi vida mas agradable y eso es de aradecer.
Mi padre leia Sven Hasse a veces.Lucinda es una flor , pero no una flor cualquiera, del campo,una amapola por ejemplo.
Un abrazo

Peter Allman dijo...

Gran homenaje que has hecho al maestro, Me ha gustado mucho tu blog. Te enlazo al mio.

Un saludo!

maika dijo...

A mi también me emocionó mucho la noticia de la muerte de Delibes.

Me parecía un tipo auténtico, sin dobleces ni accesorios. De los de al pan, pan y al vino vino. De ahí que- como decía en la última entrevista que le hicieron hace unos años- tras enfermar decidiera dejar de escribir. No podía escribir sabiendo que aquello no iba a estar a la altura. O era auténtico o mejor callar; no entendía el vivir del cuento, bueno o malo. O lo mejor de sí o nada: consecuente y honesto.

Me encantaba su sencillez, su cercanía y su gran carácter, además de su amor por la naturaleza (aunque lo de la caza no me convenciera) y el deporte. Contaba, que le regaló a su novia una bicicleta, la cual tuvo que aceptar resignada y por amor, pues no era muy dada a aquellos menesteres...

Los Santos Inocentes y la "milana bonita" son inolvidables. También leí "El Hereje", que recuerdo me gustó, aunque me dejó un regustillo amargo.

Espero que la Sra Claudina libre esa batalla y salga vencedora. Ese carácter recio castellano será su mejor aliado...saldrá del hospital con la cabeza alta y el ceño fruncido, sabiendo que por esta vez ha logrado escapar...

Phaeton dijo...

Pues no sabes el disgusto que acabas de darme, que diria un amigo común. Todo esto con un trozo de solmillo ya pinchado en el tenedor, ya sabes, aquello del hoyo y del bollo.

Creo que sólo recuerdo la muerte de un famoso que me haya impactado de verdad, y ya ha llovido, tanto como treinta años que se cumplieron hace unos días. Lo curioso es que pese al tiempo transcurrido, me acuerdo perfectamente dónde estaba y lo que estaba haciendo cuando me enteré de la noticia. Estaba yo jugando en el patio de mi casa en la calle San Pelayo cuando oí por la radio que Félix Rodriguez de la Fuente había muerto en un accidente al estrellarse su avioneta. Andaría yo por los 12 años o así y por alguna razón ese recuerdo se fijó en mi cabeza.

inma dijo...

Abel por favor escribe un libro...recuerdo a Delibes cuando le estudié en Literatura y al igual que tú leí alguno de sus libros.. Lectura obligada..y me gustó. Y una semana antes dieron la noticia o al menos yo la oí de su delicado estado.. Pero sigue con nosotros.. lo malo que ya no puede crear.. Que humilde "Yo no escribo sobre mi,mi vida es sencilla..."

Recuerdo esos muñecos.. es verdad cuantos colacaos.. tenías que tomar o formar parte de una familia numerosa.. Que recuerdos..

Preciosas las canciones.. contigo se descubre un montón de buenos solitas y grupos.


Bsss

Mildolores dijo...

Las ratas y El camino, fueron mis lecturas de adolescente.
Quizá habría que esperar un poco mas para disfrutar mas a este magno autor.

Me acuerdo del subbuteo, pero yo era un clásico y siempre preferí las chapas. Además yo no jugaba al futbol, siempre eran carreras ciclistas.

Michel dijo...

No me has defraudado con la entrada, a Delibes allá donde esté le habrá encantado, menos mal que insistí para que la hicieras.

Como somos de la misma quinta, me ocurre más o menos lo que a ti con sus libros. El otro día quise comprar El hereje y no lo había, ya sabes cuando alguien muere sus ventas se multiplican. Pero será de los próximos que lea, al final compré El Médico de Noah Gordon, que por cierto tiene muy buena pinta.

El subbuteo era la caña, nosotros eramos más pobres y nos lo montábamos con chapas. Que tiempos.

Te recomiendo la Media de Segovia para próximos años, impresionante organización, público, ciudad, etc...Un 10. Un pero, es durílla como dice Manu, pero bueno la marca es lo de menos y se pasa un fin de semana genial.

Espero que tu abuela se mejore y os de todavía muchos buenos momentos a toda la familia.

Un abrazo, el sábado iremos a Miróbriga. Prepárame la camiseta.

Javier dijo...

Nos aficionamos a la lectura con Miguel Delibes y quizá lo que verdaderamente nos emociona es el recuerdo de esa parte de nuestra vida que estuvo unida a él (a sus obras) y que ahora está tan muerta como él.
Hace muchos años que no leo a Delibes. Por él sentí aquella admiración que convertía a un autor en El Autor y te hacía sentir la obligación inexcusable de conocer toda su obra.
Empezamos a leer a Delibes a aquella edad en la que uno se abre al mundo y comienza a perder la ingenuidad. A Delibes se lo ha recordado durante estos días como un escritor de la naturaleza o de Castilla. Yo lo recuerdo como el autor que me descubrió el sentimiento de la indignación ante las injusticias sociales.

Atalanta dijo...

Tsi, es curioso cómo podemos sentir tan cercanos a personas desconocidas. Un día le dedicaré una entrada al amigo Sven. Bonita imagen la de Lucinda, ¿sabes que ahora siempre la veré como una amapola?

Gracias, Pedro. Nos iremos viendo y conociendo por el maravilloso mundo de la blogosfera. Dios los cría...

Maika, creo que su forma de ser se caracerizaba principalmente por eso, por la búsqueda de la sencillez y el apego a cosas simples y accesibles para conseguir la felicidad. Una especie de estoico que no aspiraba a sueños complicados -renunciando incluso a un Planeta ofrecido antes de escribir la novela :O-. No sabía lo de la bici. Me sé yo de alguno que haría lo mismo :). Ya te grabé un disco. El otro lo tengo hilvanado y publicaré la pertinente entrada. Esta semana te los envío.

Phaeton, "pues no sabes el disgusto que me acabas de dar"...ja, ja... qué bueno el Cuero. Sí es verdad, yo también me acuerdo de lo de Félix, es verdad que muchos nos quedamos de un aire. Su programa era fijo en aquellos días.

Inma, muchas gracias, mujer, no hay para tanto. Ha habido entradas mejores. Escribo algo de ficción pero para eso soy muy exigente; bueno, como que la mayor parte de los libros más vendidos me parecen una mierda. De Delibes me gustaba eso que contaba sobre que él no escríbía sus memorias porque le parecerían de los más aburrido, que él se enamoró de una mujer, se casó con ella y ahí se acabo su historia sentimental... Esas cosas me encantan. Las canciones sí que son bonitas, sí. Besos, dagala.

Mildo, yo creo que deberíamos releerlo ahora, verlo con otros ojos. Ostras, las chapas, menudos circuitos gigantescos llenos de obstáculos preparábamos cada septiembre en el parque.

Gracias, Michel. Si quieres te dejo el libro el fin de semana.
Algún día correré esa media, pero más que nada por pasar allí un fin de semana. Ya veré qué tal te fue.
La abuela todavía tiene que dar guerra :). La camiseta todavía en proceso de elaboración.

Plato, supongo que algo de eso hay. Es difícil separar su obra y nuestros recuerdos. La denuncia de las injusticias una faceta más. Otra forma de hacer crecer a España. A cualquier gran autor, le debe doler su país.

Furacán dijo...

Que mítico el subbuteo! No he leído demasiado a Delibes, quizás hasta he leído más a su hijo que es biólogo pero todo lo que he leído de Delibes me ha gustado.

Joserra dijo...

Abel... qué bueno que te enganchaste a Essence...es la pera...limonera...
imagina en directo el Blue, te cagas...Un abrazo
Te prometo que si vuelve a venir a tocar a España, la entrada corre de mi cuenta, pero tú vas a verla!

Atalanta dijo...

Furacán, creo que incluso llegaron a escribir un libro juntos ¿de caza? Pufff... eso sí que no me va, no sólo por los pobre bichos, el ambientillo de la gente guay me repele un poco.

Joserra, ya te digo yo que la vaquera no se me escapa.

Rachel dijo...

Buena entrada!
Quien no ha leído algo de Delibes puesto que entra dentro de esas famosas lecturas obligatorias. Yo después he leído alguno más como buena castellana...
Sven Hassel también formó parte de grandes noches de lectura enfrascada en sus historias sobre la guerra, esta vez, robándole los libros a mi padre. Me apasiona y mehas recordado tal vez leerme otro!
saludos

Atalanta dijo...

Gracias, Raquel...una tía dura. Ya le dedicaré una entrada a las andanzas de Porta y Hermanito por los campos de batalla de Europa. Yo también ando dándole vueltas a releer alguna novela de Sven.