jueves, 22 de diciembre de 2011

Tertulia, "El Principito"


Hacía años que quería leerlo. Tenía vagos recuerdos de textos escuchados en la escuela, conocía la historia, múltiples referencias en los más variados ámbitos. Como suele ocurrir en estos casos, mis expectativas se vieron parcialmente defraudadas.

El libro me gusta, pero pienso que lo  hubiera disfrutado más unos años antes. Ese mensaje en el que se presenta el mundo de los adultos como sórdido y donde la mayor parte de la personas han perdido la inocencia, la ilusión,  facultades y capacidades de la infancia, la felicidad en definitiva, aún siendo para mí evidente, me parece tan gastado y tan escuchado prácticamente a diario, que me harta. Supongo que la influencia de este relato también tiene su parte de responsabilidad en la montaña de textos, libros, vídeos que te invitan, que te obligan a ser feliz. Si no eres feliz, es porque no quieres. Tremenda majadería a fe mía -próximo post sobre el tema-.

Imagino que conocéis la historia. "El Principito" abandona su pequeño planeta para viajar por otros y recalar finalmente en la Tierra donde conocerá al narrador, un aviador que trata de reparar su avión averiado en el desierto. A lo largo de su periplo conocerá una serie de personajes, para él incomprensibles y absurdos, que retratan y encarnan  taras o vicios del mundo de los adultos como la ambición de poder, la vanidad, la avaricia, la flaqueza de ánimo o el aislamiento del mundo y que fácilmente  pueden hacer caer en una vida vacía y sin sentido.
 
En la parte del libro que más me gusta se habla del tema más trillado de la historia, del amor o de la amistad pero de una forma muy hermosa y original. El culto a lo efímero y a la verdadera belleza que nunca es exterior  y sobre todo la forma tan pintoresca e inocente en que el  personaje del zorro describe el secreto de las relaciones humanas. Si "domesticas" a alguien lo conviertes en único e irremplazable, si creas lazos, serás feliz pero también serán fuente de responsabilidad y dolor. ¿Por qué "domesticar"?

No olvidemos que es un cuento. Me conquistó la carga poética del libro, la tristeza y melancolía tan naturales que desprende,  el misterio y la fantasía de un extraño mundo que por lo que he leído fue inspirado por las alucinaciones de Saint Exupéry cuando estuvo a punto de morir de sed en el desierto. No lo había identificado pero también leí que los baobás respresentan los problemas y la limpieza de los volcanes, la necesaria disciplina y constancia diaria. Son imágenes muy bellas y gráficas.

Fotografía de la vida. Tratado moral en el que se nos ofrecen unas pautas a seguir para intentar ser más felices en nuestra pequeños planetas independientes.

Saint Exupéry era un aviador de las fuerzas aéreas francesas además de escritor. Su avión fue derribado en 1944. Años después se descubrió su avión en el Meditarráneo. Como curiosidad os cuento que hace unos años leí un artículo en el que un as de la aviación alemana se atribuía el derribo del avión. Lo triste era conocer que el piloto de la Luftwaffe era lector y admirador de los libros de Exupéry. Sinsentidos del mayor sinsentido, la guerra.

Para el próximo día, 20 de Enero,  un relato que alguien recomendó como excelente y del que ya me quedé con las ganas , "Bartleby, el escribiente" de Mellville. Se descarga pinchando en el título.

Vale.

6 comentarios:

davidiego dijo...

libro mítico, tengo dos ediciones y lo habré leído más de cuatro veces, no me gusta. Y punto. Es un cuento para adultos que quieren seguir sintiéndose niños, pero dudo que éstos lo entiendan. Y como adulto a mi pesar, prefiero otras metáforas.

pero tu segundo párrafo es para enmarcar.

(podría adelantar lo de Bartleby, pero preferiría no hacerlo)

Atalanta dijo...

Ostras, avalancha de aportaciones. Una aquí y una fb. No importa, yo seguiré erre que erre. Supongo que a algún alma perdida le parecerá interesante.

Tan clásico, tan clásico pero parece que no atrae mucho. ¿Por qué insistes? A ver si ten convence :) Ya lo he dicho, jamás un niño puede entenderlo, nosotros por desgracia sí. Me decepcionó pero hay cosas que me gustan, algo así como la poesí que desprende.
De Bartleby, algo entiendo de tu comentario porque Plato me dijo exactamente lo mismo. Pronto lo sabré :). Y gracias por participar, como me falles tú, la ruina.Ya lo dicen en mi programa de radio favorito, "La estación azul": "El que lee, vive más".

rafagas dijo...

Lo leí hace muchos años y tenía buen recuerdo. Pero ahora lo volví a leer y no me ha calado.
Me ha dejado totalmente indiferente, quizás no elegí bien el momento, el caso es que ha sido una lectura fallida y no sé explicar muy bien porqué, no podría dar detalles, porque lo leí a los pocos días de que pusieras el enlace y se ha deslizado por mis neuronas casi sin dejar rastro.
Lo peor que le puede pasar a un libro.

Atalanta dijo...

Rafa, pues tienes razón quizá es lo peor que puede pasarle a un libro que deje indiferente. De los tres que habéis comentado, no os ha gustado a ninguno.

Teresa dijo...

Aunque tarde, decido colgar el comentario. Leí el libro siendo adolescente y sólo recordaba que me encantó. Ahora, con mi segunda lectura, entiendo el porqué. Entonces, comenzaba a descubrir el mundo de los adultos y no me gustaba. Detestaba la excesiva importancia de las apariencias, el materialismo, la desmedida autoridad, la vanidad, la ambición… Me sentía incomprendida por los adultos y además, seguramente el Principito me enamoró: su mundo, su vida disciplinada y atenta, su inocencia, su ingenuidad, su forma de amar sin entender las reacciones de su flor amada…
Esta lectura ha sido más crítica. Me sigue gustando el personaje del Principito, las metáforas reflejadas en el cuento y también su forma de tratar el amor. Pero ahora el autor me parece exagerado al tratar la figura de los adultos y su incomprensión hacia los niños. Ahora resulta algo anticuado porque la relación niño-adulto en nuestra cultura ha ido cambiando mucho. Antes, el adulto no tenía tiempo o no se sentía con la responsabilidad de controlar o satisfacer las necesidades emocionales del niño, y ahora, en muchas ocasiones es al contrario, los niños son los que acaban siendo exigentes y tiranos con los adultos. Aún así, estoy de acuerdo en que los niños puedan pensar que las personas mayores son decididamente muy extrañas.
Y me gusta la frase: “Con los hombres también se está solo”. Porque así es, igual que es cierto que con los niños nunca estás solo.
Me ha llamado la atención la figura del farolero, su responsabilidad y su fidelidad que le impide ser libre, hacer lo que desea, pero lo asume.
Asimismo, me gusta la metáfora de la flor, su amor. Ama a su flor, pero los malos entendidos, la falta de sinceridad, la vanidad, las contradicciones y el orgullo de la flor, hacen que el Principito la abandone. Más tarde es consciente de no haber sabido amarla y entenderla. El zorro le hace comprender el sentido del amor y de la amistad, le enseña a valorar lo que tiene, lo que siente, los lazos que le atan a ella, “su flor”, le explica su concepto de “domesticar”.
Claramente me gusta cómo trata el tema del amor y de la amistad. “No se ve bien sino con el corazón” “Lo esencial es invisible a los ojos” “Domesticar significa crear lazos, tener necesidad uno del otro” “Sólo se conocen las cosas que se domestican”.
¿Para qué domesticar? Para sentir el placer de estar con esa persona, para desear estar con ella.
Hay muchas formas de “domesticar” y crear vínculos, siempre dependerá de las necesidades de cada uno. “Domesticar” es hacer especial a una persona para nosotros y lo que está claro es que se debe controlar la dependencia para que no duela.
En fin, que el libro sí me ha gustado aunque también me ha decepcionado un poco en algunos aspectos, sus exageraciones, tal vez desfasadas.Y mencionar que el final me ha dejado algo perpleja...
Aprovecho para darte la enhorabuena por tus últimos logros: San Sebastián y Barcelona. ¡Qué tío!.
Y sí, que el 2012 nos atalante. Bonita palabra, atalantar.
Aunque no haya vuelto a hacer comentarios, sigo enganchada a tu blog.
Un abrazo. Teresa.

Atalanta dijo...

Hola, Teresa. Te costó decidirte pero al final mereció la pena. Gran aportación y análisis. Me da que a una minoría de rarillos entre los que nos encontramos, por talluditos que luzcamos, nos siguen espantando ciertas claves del mundo adulto como las apariencias o el culto a lo material y a veces nos parece de perogrullo lo que nos cuenta aunque quizá a la inmensa mayoría, no tanto. Para mí lo mejor del libro es cómo retrata las relaciones, mediante la flor y el zorro. Simplemente me parecen unas imágenes deliciosas. Y sí, la dependencia siempre duele pero hay que arriesgar. Gracias por el comentario y por tus parabienes, siempre son excesivos. Un abrazo.