viernes, 9 de agosto de 2013

Las ansiadas Olimpiadas



Resta un mes para el gran día y progresivamente el tema se irá convirtiendo en el agujero negro que absorberá todo lo demás, en una de esas periódicas campañas atolondradoras que tanto disfrutamos. Unas palabras de aguafiestas, unas palabras a contracorriente.

La crisis ya se cuenta en años, todos los que llevan tratándonos de convencer de que debemos comportarnos como un país serio, de que olvidemos las ínfulas de antaño ("España va bien", "La Champions League de la economía", "el mejor sistema financiero del mundo") pero he aquí el intocable disparate que todo lo puede.

No me trago el mantra con el que nos bombardean a diario según la cual los Juegos no costarán un duro, que ya que está todo hecho. Organizar unos Juegos, lo mires por dónde lo mires, requiere dinero a espuertas, la habilitación de todas esas partidas que se recortan o eliminan a diario, ese dinero que se regatea a los más golpeados por la crisis cuyas condiciones debían ser el desvelo de nuestros gobernantes, ese dinero por el que claman nuestros investigadores en una forma de haraquiri retardado, ese dinero  que, en Madrid además, obliga a privatizar la Sanidad, a liquidar un sistema privilegiado que nunca volverá, porque nos han hecho asumir que no queda otra.

Nos cuentan que los Juegos son rentables; no se me alcanza cómo la han de ser para las cuentas públicas. Si se han investido a las cifras de déficit público del carácter de sacrosanto, no entiendo la justa excepción , el dispendio en instalaciones para la élite, de las que nunca se podrá beneficiar el deporte real -que luce poco-, el del vecino de a pie, el del chaval de barrio y cuyo mantenimiento ha de ser costoso por naturaleza y probablemente poco utilizado; no más que para  fastos de teles, los que le gustan al político, el deporte de las medallas, himnos y banderas, el de incluso proteger al atleta tramposo.

Se afirma sin sonrojo  que los Juegos prácticamente es lo que necesita España, lo que va a solucionar muchos problemas (!?), que es el estímulo que necesitamos. Construir futuros a base de parches se nos viene convirtiendo en todo un arte desde hace siglos. Cuando el tenderete se desarma, no cabe arrepentimientos sino la familiar búsqueda del culpable y el propósito de enmienda de corto alcance.

Somos un país pequeño que lucha por sobrevivir. No hay más. Sin embargo, aún no queremos creernos que la fiesta se acabó. Roma renunció a su candidatura. Nosotros seguimos en las mismas. El hecho de que los organizadores del guateque, con Botella a la cabeza, sean precisamente los que llevan años responsabilizando a la sociedad de vivir por encima de sus posibilidades, resulta sangrante. Pero hay que vivir, somos un país mediterráneo, alegre, presto a organizar Exposiciones Universales y payasadas del estilo, uno de nuestros grandes logros, cuyos desiertos de hormigón, pagados a buen precio a los de siempre, al reverso del político, son ya la mejor seña de identidad de España.

5 comentarios:

CiegoSabino dijo...

Pues agárrate, que siendo el año en que creo que a priori teníamos menos opciones es posible que hasta nos los den, porque viendo las otras candidatas: una Estambul, que no creo que estén en su mejor momento para estas propuestas, por mucho que esto sea a 8 años vista y la otra Tokio, como a alguien le dé por tocar las narices con lo de Fukushima, es una cosa que mete mucho miedo.

Charli dijo...

No podría estar más de acuerdo, una de las cosas que más gracia me causa es el manido argumento "porque nos lo merecemos"...porque efectivamente una ciudad con instalaciones deportivas privadas (o a precio de privada), con las carreras "populares" y los juegos deportivos municipales más caros de España, se lo merece.

Así somos.

Atalanta dijo...

Ciego, mira que a mí me da también que sí. Si ya ganamos el Mundial, será el "acabóse". Nada podrá ir mejor.

Charli, pues estas cosas son las que no me cuadran y sobre las que vosotros estáis más informados. Hace un par dos o tres años también se declaró a Salamanca, "Ciudad del deporte" o algo así, cosas de esas que le gustan tanto a los políticos. Si supieras la importancia que se le da en Salamanca al deporte te lo tomaría como un chiste o mejor, como una broma pesada. Algo de eso hay con el tema Olimpiadas.

Phaeton dijo...

No sería un mal fin de fiesta, Madrid (España) organiza unas olimpiadas y luego cerramos el quiosco, los de la boina y la barretina por su lado y los demás ya veremos. Lo malo es que a nosotros ya ni nos queda Portugal porque está igual o peor que nosotros.

Atalanta dijo...

A ver si nos sirve para por una vez tratar de hacer las cosas seriamente e intentar construir el futuro con cimientos más sólidos que esos peregrinos "eventos" que tanto nos ponen.