martes, 27 de enero de 2015

Maratón Mackinnon


En principio, mi idea el domingo era la de correr la distancia maratón que hay entre Ciudad Rodrigo y Almeida por el Camino Torres, para revisar el recorrido de la etapa reina de la Despeadura Ilustrada, el Jueves Santo. Allí me encontraría con Susana y después de comer, se trataría de  bajar al Río Coa para conocer dónde tuvo lugar la importante batalla de la Guerra de la Indpendencia con Abril a la espalda, estrenando la mochila para la que se supone ya tiene el peso suficiente. Sin embago, la cosa se torció; Abril pasó mala noche con los dientes, durmió poco y optamos por que descansara algo más. En fin, para otro día.

Cambio de planes. Mi nuevo propósito era sencillo: enfilar el mismo camino, recorrer 21 kilómetros y vuelta, persiguiendo la cuarta distancia maratón del año en mi entrenamiento de gran fondo para los 100 de Vallecas, prueba para lo que, por cierto, todavía no estoy apuntado y repecto a la que siempre vacila mi intención durante los últimos kilómetros de estas palizas.

Poca historia. Empecé a las nueve y media de la mañana con mucho frío, pero el día fue templando, quedándose finalmente bastante agradable con una ligera brisa a ratos de más de fría. Arrastro un gemelo tocado desde hace un par de semanas, así que comencé tranquilo y así seguí, a más de cinco minutos kilómetro,  al principio como estrategia, al final porque no queda otra por lo averuado que marcha uno. 

Me sorprendió que el camino fuera más duro de los esperado, con muchos repechos de subida y bajada. Gallegos de Argañán está situado a 17 kilómetros de Ciudad Rodrigo y  casi exactamente a la misma altura -varía un metro- y el desnivel que se asciende y desciende es de doscientos setenta metros. Bien, llegando a Gallegos, se me ocurrió que podía intentar tirar hacia Espeja. Sabía que allí estaba enterrado Mackinnon, un general británico muerto en el segundo asedio a Ciudad Rodrigo durante la Guerra de la Indenpendencia y alguna vez me había  planteado hacer la variante de acercase al pueblo en el regreso desde Almeida. Le pregunté a un hombre de Gallegos si se podía ir por caminos hasta Espeja y me indicó una pista que me conducía hasta el cruce con la carretera nacional y la autovía, pero dudaba si el tramo final hasta el pueblo de algo más de dos kilómetros, se podía hacer por algún camino. 

Para allá que enfilé, pista parcelaria entre dehesa hasta la carretera: 5 kilómetros. La parte final, después de cruzar la autovía, por lo que yo vi, salvo algún tramo, solo se puede hacer por carretera. No es mucho, pero de ir corriendo entre el monte a la carretera, el percal cambia a bastante peor. LLegué a Espeja con 25 kilómetros, mi primera idea era entrar en el pueblo y buscar la tumba, pero como me ocurrió en Fuenteguinaldo a principo de año con el cuartel de Wellington, me pareció más prudente recular y volver a casa cuanto antes, ya que la vuelta podía hacerse larga. Después he leído que solo hay un monumento conmemorativo, que no se sabe exactamente dónde está enterrado el general.

Regresé al cruce de Gallegos con aproximadamente 27 kilómetros, cargué agua en el bar, y como tenía decidido hace rato, volví por la carretera. Si no recordaba mal de la bicicleta, llegando a Ciudad Rodrigo, tenía el maratón casi justo. A partir de aquí, se me hizo largo, los descensos porque el asfalto está muy duro -es lo que tiene- y me empezaron a doler las piernas más de la cuenta y los ascensos porque iba ya muy justito; como  que el último repecho de las piscinas lo hice andando y comiendo, después de pararme a mear, mera excusa para remolonear y aplazar lo inevitable: todavía quedaba trecho hasta casa. Bajé hacia el Blanco, en un descenso, a cinco minutos y medio, lo que da idea de cómo venía. No aburro, las habituales penalidades. Luis "Maki", me vio cuando llevaba 41 encima y puede dar cuenta de mi garbosa estampa: "el de la pata torcía". LLegando a los pisos de Santa Marina, 42 kilómetros. Fin, se acabó, que le den, andando hasta casa, medio cojo, medio destemplado, pero afortunadamente recuperé pronto, eso sí que lo noto. 

Tiempo total: 3:55, a 5:35 el kilómetro.

"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"

3 comentarios:

afca dijo...

Y hiciste, al final, lo que te proponias, buena tirada, felicidades para seguir Abril crescendo!

ramonet dijo...

Otra maratón para la saca, con el peligro que estos recorridos de ida y vuelta entrañan, pues como te pases un par de kilómetros de ida, te puedes meter en casi los 50 km fácil... Enhorabuena!

Atalanta dijo...

Obrigado, Agostinho, seguimos en lucha en todos los frentes.

Ramonet, pues mira que quiero hacer los 50 a 15 días de los 100 de Vallecas y exactamente así, alejarme 25 y no toca otra que volver a casa :)