lunes, 3 de agosto de 2015

Crónicas de la I Despeadura Ilustrada



Estos días libres, aparte de estudiar, me han servido para ir sacando adelante materiales y  tareas pendientes, entre ellas una apresurada y extraña crónica de nuestra primera jaramugada por etapas, que ya estaba tardando, la Despeadura Ilustrada.

La convocatoria a traición de apenas una semana de antelación, impidió la participación de algún interesado más, pero mi vida lo cuadró así.

Aviso, crónica más histórica, de nuestros motivos, que deportiva. 

JUEVES, 30 de abril. La nocturna, 11 kms.

Se trataba de, en la medida de lo posible, recorrer la mayoría de lugares de la ciudad relacionados con la Guerra de la Independencia en general, los dos sitios en particular. Comenzamos en el Cuerpo de Guardia de San Pelayo, construido antes del sitio de 1810, seguimos por la carretera de San Juanejo hasta desviarnos camino de la Ermita de la Virgen de la Peña de Francia, dejando el Monasterio de la Caridad, lugar de asentamiento de las tropas francesas, a lo lejos. De regreso a Ciudad Rodrigo, recorrido en la muralla, primero por los fosos, para  subirnos después a la misma tras el franqueo de la Puerta de Amayuelas, dejando a nuestro paso la brecha pequeña donde el general inglés Crawfurd está enterrado tras ser herido de muerte en el sitio de 1812 y la brecha grande donde el mariscal Ney aceptó la rendición de Pérez de Herrasti en julio de 1810 ("Habiendo cumplido hasta el extremo mis deberes militares y consultada la Junta, he decidido capitular"), y donde en enero de 1812, otro general británico, McKinnon, también perdería la vida, cuyos restos fueron enterrados en Espeja. Tras salir de la muralla, enfilamos camino de los tesos, lugar de asentemiento de baterías, el teso pequeño de Santa Cruz y el teso grande de San Francisco, para terminar en el convento homónimo, lugar especialmente importante durante el primer sitio, al interponerse entre la ciudad y los asediadores, que también se utilizó como hospital de sangre, episosidos que nos legaron su estado actual, entre lamentable e imponente.

Primer sitio (1810): 76 días de asedio
56 de bloqueo, 24 de sitio (16 de cañoneo intenso)
Segundo sitio (1812): 4 días




De la crónica deportiva, poco que contar, un agradable recorrido nocturno con buena temperatura y a ritmo de paseo, en el que coincidimos Arturo, Jesús San Matías, CiegoSabino, mi hermano Óscar, Sonia y yo. Un aperitivo para lo que nos aguardaba pocas horas después.

VIERNES, 1 de mayo. La de los fuertes, 47 kms.

Combate del Côa, 23 de julio de 1810.

El general inglés Crawfurd, al mando de la división ligera, se había quedado atrincherado entre Almeida y el Coa, desobedeciendo las órdenes de Wellington para que se replegara, atravesara el puente y abandonara Almeida, quedando atrapado ante el ataque francés de Loison y Montbrun con un barranco a su espalda y un pequeño puente para el repliegue, que inició haciendo pasar primero la artillería, caballería y equipaje.
Se parapeta tras el terreno abrupto y los muros de piedra, organizando cuadros en el interior de las fincas. Se trataba de una carrera para evitar que las tropas inglesas consiguieran atravesar el puente. Atacaba la caballería francesa a pesar de o abrupto del terreno, bajo una intensa lluvia que les favorecía porque a menudo inutilizaba las armas de fuego, no los sables de los jinetes.
Tras los ingleses asentar piezas de artillería al otro lado del río, superados y disueltos los cuadros, se trataba de desbordar a los tiradores ocultos tras las piedras. Finalmente se cortó el paso a las dos últimas compañías inglesas haciendo 100 prisioneros con sus oficiales y tomándoles una bandera y un cañón. Después se entabló una lucha feroz por el puente con muchas bajas hasta que se aceptó un alto el fuego propuesto por los ingleses para retirar heridos y muertos. Crawfurd salvó su división.
Francia: 500 muertos y 600 heridos.
Aliados: 100 muertos, 300 heridos y 100 prisioneros.
 


 






De batallas jumentas:

Comenzamos desde ese puente del río Côa, bajo la lluvia pero sin frío. Desde ahí, alrededor de dos kilómetros de ascensión nos conducen a Almeida. El CiegoSabino comienza a rememorar la última etapa del loco reto de "Los 500 de Asís", algo que será tónica durante toda la mañana. Muy entendible, ya que para él debió resultar muy emocionante tras una completa semana de padecimientos en su atrevido y peculiar camino desde Santiago. Desde Almeida no hay dificultades apreciables, transitando por carretera más de lo que había supuesto hasta Vale da Mula, a un ritmo medio que no debería desgastarnos demasiado. Sin embargo, cuando entramos en España y hacemos una parada en el espectacular fuerte de la Concepción, me noto cansado, y le echo la culpa a que estoy sudando demasiado -hasta para mí-, imagino que por la alta humedad reinante. Después de dejar atrás Aldea del Obispo y Castillejo de dos Casas, el camino discurre paralelo a la rivera de Dos Casas por dehesas, un tramo muy bonito que no conocía. Al llegar a Gallegos de Argañán, damos con Pablo que nos sale al encuentro. Desde allí, algo más de 16 kilómetros de pista con algunos repechos muy duros, algunos de los cuales hacemos andando. Punto de interés es el antiguo y bonito puente sobre la rivera de Azaba. CiegoSabino lleva tocado desde hace tiempo, pero al final mantiene un ritmo regular que nos hace llegar a Ciudad Rodrigo bastante más machacados de lo que hubiera pensado, creo que en algo más de 5 horas para 47 kms., aunque escribo de memoria y puede que fuera más. No pintaba bien el percal para continuar con la aventura.

SÁBADO, 2 de mayo. La del puente de los franceses, 20 kms.

 Combate del puente de los franceses. mayo de 1811.

Tras la batalla de Fuentes de Oñoro, de las de "resultado incierto", pero que impidió el refuerzo de la plaza de Almeida por los franceses, Brenier, el comandante de la plaza, en una audaz acción, consiguió sacar a su guarnición y burlar el bloqueo aliado hasta descender el desfiladero del Puente de los Franceses donde le esperaban las tropas del general Cotton. A pesar de su posición desventajosa, consiguió forzar el paso tras numerosas bajas y alcanzar la otra orilla, donde fueron recibidos con aclamaciones por las tropas francesas asentadas en San Felices. Casi 300 hombres cayeron a las turbulentas aguas del Águeda.
Una gran victoria fue que 1500 hombres escaparan en una noche de un terreno controlado por 13000. El general inglés Archibald Campbell, responsable del cerco de Almedia, se pegó un tiro al saber que iba a ser juzgado por negligencia.










De batallas jumentas.

Cuando me levanté el sábado me dolían las piernas y me notaba algo cansado, así que el propósito era tomárselo con calma  y sobre todo las dos subidas del puente de los franceses, hacerlas andando si el motor no daba para más. La  intención era completar un día más y el total de la Despeadura. Salimos del parque de aventura de Descensos Medina CiegoSabino, Chago Ajenjo y yo. La idea era haber hecho una convocatoria algo mas seria y con más tiempo para que los participantes pudieran hacer uso de las instalaciones, pero este año fue imposible; puede que otro aceptemos la invitación del siempre solícito y amable Chuchi. Partimos por pistas rodeando el pueblo hasta la estrella del día, el espectacular desfiladero que cruza el puente. Estos kilómetros me sirvieron de calentamiento, y tras hacer un rápido descenso al río, comencé la ascensión tranquilo, me fui animando y conseguí hacerlo completo trotando, haciéndoseme especialmente duro el úlitmo exigente tramo, el de entrada a Puerto Seguro. La ascensión de regreso es algo más suave y llegué arriba contento -por descontado que Chago siempre muy por delante-, porque mi cuerpo había asimilado y se había recuperado perfectamente del trabajo de los dos días anteriores. El trío enfilamos charlando el tramo hasta San Felices de los Gallegos, que aprovechamos para dar una vuelta al trote por un pueblo con muchos lugares de interés que merecen una visita más pausada. Antes de llegar al coche, todavía me hice un par de kilómetros más para llegas a los 20 que tenía pensado para esta etapa.

DOMINGO, 3 de mayo. La de Wellington, 21 kms.

Combate de El Bodón, 25 de septiembre de 1811. 

El general Montbrun, al mando de la plaza de Ciudad Rodrigo, quiso saber las posiciones del ejército inglés. Se ordenó una carga de caballería frente a una infantería inglesa con artillería ligera, que consiguió hacerlos retroceder y capturar algunas piezas. Después se produjo un contraataque y retirada hacia Fuenteguinaldo que trató de impedir la caballería francesa en una escaramuza con la inglesa.
Durante varios meses de 1811 y 1812, el cuartel general de Wellington estuvo situado en Fuenteguinaldo.


 




De batallas jumentas.

Salimos de ese cuartel Pablo, Chago, CiegoSabino y yo. Tras circular unos ocho kilómetros por el amplio margen de la carrertera que se extiende sobre el trazado de la Cañada Real de Extremadura  sin apenas pisar asfalto, enlazamos el camino entre dehesas que nos llevará hacia Ciudad Rodrigo, dejando a un lado el Bodón. La parte más espectacular es un largo teso descubierto antes de llegar a las estribaciones donde tuvo lugar el combate, en cuyo monolito conmemorativo hicimos una parada para tomar unas fotos. Después, en los 10 kilómetros de pista que restan hasta el final, terminamos acelerando la marcha hasta acabar el día y la Despeadura esprintando, la señal más clara de que un reto de este tipo, por etapas, teniendo horas para descansar, cuesta menos de lo que parece. Esperemos repetir edición algún año con anuncio más serio y más participantes. 

Y ahora, el cierre, aunque suene raro tres meses después, más ahora que estoy medio prejubilado:

"'¡¡YO SOY ESPARTACO!!"

(En general, el material sobre la guerra está extraído de "De Austerlitz a Ciudad Rodrigo", una aceptable novela, un buen libro de Historia de Carlos Bravo Guerreira)

2 comentarios:

CiegoSabino dijo...

Una precisión: Convento de San Francisco, no el de Santa Cruz, desaparecido por completo y que como el de San Francisco y otros que rodeaban la ciudad jugó un importante papel en los "sitios" formando entre todos una especie de "segunda cerca" en los arrabales de la ciudad, y además este de Santa Cruz más si cabe por la proximidad con las murallas y por ser en buena medida el "vigía" de las trincheras de aproximación que se iban construyendo hacia los fosos y hacia la que en definitiva sería la brecha grande en la que finalmente se produjo la capitulación.

Ale, sólo iba a comentar lo del error en el nombre del convento, pero ya solté mi rollo.

Atalanta dijo...

Imagino que algún mirobrigense que leyera la crónica, se preguntaría qué convento es ése. Evidentemente se trataba de un error -las prisas por irse a la cama al escribir a última hora-, acabamos en las ruinas de San Francisco, al que se refería mi comentario. Como bien dice Agus, el convento de Santa Cruz,hoy desaparecido completamente, dada su ubicación en el teso de Santa Cruz, jugó también un importante papel en el asedio.