viernes, 12 de diciembre de 2008

Firenze, para quitarte el sombrero

Unas historietas más sobre Florencia y cierro capítulo.

Para quitarte el sombrero, metafórica y literalmente. No es que haya viajado yo mucho en avión. No sé... ¿10 veces? Desde luego no soy un “jetlagman” pero es la primera vez que me roban algo del equipaje facturado. En el viaje de ida me quitaron una gorra que me gustaba mucho; a pesar de estar calvorota, no es que usara yo mucho sombrero hasta que me la pillé este año en Roth. La verdad es que me encantaba y me ha jodido un montón. Lo bueno es que en la feria del corredor me compré en gorro de lana y me lo volvieron a robar de la mochila en el viaje de vuelta. Algún operario de aeropuerto se está haciendo con una buena colección. Por lo menos he aprendido. No me vuelve a pasar.
A última hora nos cancelaron el avión de Roma a Florencia por lo que alquilamos un coche. Al principio nos pareció una gran idea. Después no tanto. En Florencia el tema del aparcamiento aparte de carísimo está imposible. Unos buenos dolores de cabeza nos dio. No voy a negar que cuando llegué a Florencia me decepcionó un poco. La imaginaba más pequeña, más recogida con menos tráfico. Anécdota reseñable es que cuando llegamos el jueves por la noche y le preguntamos a unos viandantes por la calle, se dirigieron tambaleándose hacia nuestro vehículo exclamando: "Are you spanish?" Efectivamente, como podéis imaginar eran unos españolitos erasmus borrachos como cubas. Dado el precio de la cerveza en estas tierras, la beca no le debe dar para muchas moñas. Aquí el pequeño Nostromo que tantos quebraderos nos dio:

Ah, el Ascot, alojamiento al más puro estilo jaramuguil. Cutrelux total. Un nombre con clase, sí señor. En cuanto entré y percibí el olor a moqueta palpitante me dije: estamos en casa. Aquí había un novedoso aliciente más: un constante ruido de cañerías a lo largo de toda la noche. Bueno, por ese precio y céntrico no se puede pedir más. Una cosa te digo, aquí, a estas edades no puedes meter una muchacha.
Guiados por el Ciego fuimos al restaurante favorito de Hannibal Lecter, el "Casa Linga", donde había más currantes y ejecutivos italianos que turistas. Buena cocina a buen precio. El Ciego Sabino incluso se comió unos callos transalpinos.

También estuvimos en un museo en el que se exponían maquetas sobre invenciones o proyectos de Leonardo. Aquí os pongo una foto con el autómata que presentó para los Sforza de Milán. Al lado de un ironman de verdad.
Esta otra me parece a mí un poco camelo. Está basada en un dibujo de un colaborador de Leonardo pero no está claro que fuera una invención del maestro aunque bueno, no dejes que la realidad te arruine una buena historia. De aquí a la P4 sólo hay un paso.
El Jabalí. Éste lo descubrimos a última hora el sábado. Parece ser que es costumbre frotarle el morro y echar unas perrillas desde su boca entreabierta. Había cola. Este año, Dios mediante (nunca mejor dicho después de todos los problemas de Diego en 2008), me convertiré en Jabaliman en Julio.
La escultura que más llamó nuestra atención no fue El David, no, fue ésta.... ¿sabéis por qué?... ¡Qué daño!
Y después de estas crónica chorra sobre Florencia, un poco de Historia de verdad.... Tranquis, tranquis... que con la entrada a traición sobre la cúpula, os espantáis. Os pongo sólo el Ponte Vecchio sobre el Arno con todas sus joyerías dispuestas para comprar el perdón de tu amada si se te ocurre llevarla al Ascot.
Y los corredores de la Galería de los Uffizzi. Un gran museo, lleno de esas joyas que constituyen el botín del tiempo de la humanidad. Allí disfruté de Bottichelli. Aunque quede muy esnob, uno de mis pintores favoritos. Vi "La Consagración de la Primavera" que habita siempre a la derecha de este blog y el "Nacimiento de Venus"
Y ya no pongo más. Del David, la Plaza de la Signoria, el Palacio Vecchio, San Lorenzo... ya sabéis, todo muy hermoso e impresionante. Pero quizá el sábado por la noche fue cuando me enamoré definitivamente de Florencia al pasear e ir descubriendo plazas y rincones maravillosos que deben existir por doquier alejados del centro y la zona comercial, te metías en una iglesia y oías cantar música religiosa ensimismado y es entonces cuando quieres volver y tomar un café en una terraza en primavera. Eso hará que un día vuelva y procuré conocerla más, de verdad y con más calma.
El gran problema de Florencia ya lo gritada una pintada en Sintra, junto a Lisboa:
"¡TURISTAS, A NOVA SIFILIS!"
Ay, rapaz, cuánta razón tienes.

12 comentarios:

Furacán dijo...

Por que esa escultura no aparece en los libros de texto? está genial jajaja

davidiego dijo...

turistas, que ascot!
seamos viajeros.
El vehículo no estaba mal. Buena crónica, te habrás quitado la armadura para escribirla, no?
mil pájaros caguen sobre el ladrón de gorros!

Anónimo dijo...

Oye, compadre, ahora que veo de nuevo el Arno, ha salido en el telediario de esta tarde, no sé de qué cadena, que están muy preocupados por las crecidas, sobre todo del Tíber, pero también del Arno y la cercanía de "Los Ufizzi".

Si ya hace 15 días se ve que venía con mucha agua, jjaaja

Javier dijo...

Si se pudiera ser viajero..., pero es inevitable ser turista. No se puede ir a Florencia como fue Cela a la Alcarria o Llamazares por El río del olvido.

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Hombre, la gorra bonita, lo que se dice bonita, no era... Pero mosquea mucho que te la hayan mangando. Habrá que pensar en algún método para que no vuelva a suceder algo así. ¡Qué buena pinta tiene Florencia! Asumámos que somos y seremos siempre turistas. Viajar es otra cosa, y de otro tiempo... Taluego!

Jetlag-Man dijo...

Hola Ken Follet (muy interesante el de la cúpula). En Italia los de los equipajes roban mucho, pero sólo ropa, perfumes, etc, que para eso son italianos. Florencia merece un viaje tranquilo, en temporada baja, si es que la tiene.

Atalanta dijo...

Ya te digo, Furacán. No sé cómo no la conocíamos. Es buenísima.
Ya maldije muchas veces al ladrón, David.
Ciego, si es que allí llueve todos los días ¿verdad?.
Que sí, Iron, que la gorra, aunque un poco fascistoide, era preciosa; aunque no tanto como la que me quedaba grande. A ver si consigo una parecida.
David, Plato y Ciego. Sí es cierto que lo de ser viajero y no turista como decía Paul Bowles en "El cielo protector" es de otra época pero una cosa os digo: hay turistas y turistas. Hay verdaderas hordas irracionales que deambulan sin sentido. El fin es ver y coleccionar, sin más, cuantos más sitios mejor.Un día relato mi experiencia con una excursión china en el Museo Bbritánico.
Eh, Ramón. Eras de los pocos con los que contaba para lo de la cúpula. ¿De verdad lo acabaste? Que sí era interesante, leñe. Es cierto, como en "Los Pilares" aunque allí con solución distinta. En Burgos, en la catedral me contaron como también se les cayó la cúpula como en el libro. Años después se liaron a ornamentarla superando el peso para la que fue construida la estructura y se les vino abajo. ¿No se inspiraría en este episodio Ken Follet?
En los vuelos ya voy avisado.
Lamentablemente creo que Italia debe estar sifilítica siempre.

Anónimo dijo...

Cumpadri, qué complicao es esto de los blogs estos, juer hay que ir contestanto a uno por uno , jejeje ¿cómo se hace vas pasando lista y haciendo una chuleta para acordarte de qué ha dicho cada uno?, jeje.

Me he acordao de ti este fin de semana en Salamanca y no a la hora de las cervezas, del "caimán", del café en el Devinos, etc, etc, sino porque el domingo después de los pinchos, como estaba buen día ¿?, me fui de paseo hasta Anaya y fíjate qué tontería me dio por subir a las torres de la Catedral (bueno, no se puede hasta arriba del todo, pero han ampliado el recorrido respecto al que yo había visto al principio) y como además no tenía nada mejor que hacer me entretuve leyendo los carteles y la historia de la torre de la Catedral Nueva (y me viene a huevo lo que dices de la cúpula de Burgos) que estuvo a punto de derruirse por un incendio, así que al reconstruirla le añadieron todo un cuerpo nuevo, toda la parte superior desde donde están actualmente las campanas, pero la estructura original no podía con el nuevo peso y corría peligro otra vez, por lo que la rodearon con cinchas de hierro (se ven perfectamente desde las terrazas de la "Torre Mocha" y el tejado de la Catedral Vieja) y la enfundaron con nuevas capas de piedra en forma piramidal hasta media altura, lo que le da el aspecto actual a la torre.

Olé vaya rollo.

Ah, y lo que dices de que en Florencia llueve siempre es cierto, de tres días que estuvimos llovió los tres, o sea 100%.

Atalanta dijo...

Tomo nota, Ciego. Cuando vaya a Salamanca me pasó a investigar.

Anónimo dijo...

Cuano vaya, cuando vaya....

Tenías que haber venido este.

Jetlag-Man dijo...

Claro que lo leí, aunque aún no me lo sé todo. Es que viendo vuestras entradas -charras, sobre todo- cada vez me cuesta más eso de "semana 48: 17h, buenas sensaciones".

Atalanta dijo...

Ciego,aunque me tentaba me dio pereza. Ya sabes, necesitaba uno de mis findes tranquilos en fase crisálida, metido en la celda-capullo. Para otra vez, con mejor tiempo.
Es verdad, Ramón. Aquí de deporte na de ná.Supongo que será por la época del año. La próxima semana te dedico una "Semana 3. Buenas sensaciones".