miércoles, 7 de octubre de 2009

Carretera del trueno, mi canción


Si alguien me dijera que eligiera mis diez canciones, veinte canciones, probablemente me ocasionaría un grave problema existencial porque nunca sería capaz decidirme y las acabaría cambiando cada dos días. Sin embargo no tendría ningún problema para decidir cuál es mi canción favorita, mi canción. Es “Thunder Road”, un tema que llevo escuchando muchos años, que siempre me dice algo y que es prácticamente imposible que no la sienta y la cante cada vez que la oigo. Supongo que, si todo va bien, pasarán los años y seguiré escuchándola y quizá hasta suene en mi funeral. Oye, no estaría mal (versión acústica, por favor). En alguna ocasión he hablado de Springsteen pero esta vez no lo voy a hacer yo. Lo va a hacer Nick Hornby que disertará en una brillante exégesis sobre la canción y sobre el Boss emparentándola con su vida como aspirante a escritor. El texto está extraído de “31 canciones”, un ensayo en el que se analizan pues eso, 31 canciones especiales para el autor. Lo que de verdad me alucinó fue que yo había escrito algo muy similar sobre Springsteen y la canción. Si queréis leer algo de Nick Horny, “Fiebre en las gradas” (si os gusta el fútbol, os encantará, si como a mí, no, también) o “Alta Fidelidad”. Los últimos libros son bastante flojitos.

Ahí os dejo el texto por si a alguien le interesa. He metido tijera para cortar rollo y quizá no le hace bien al conjunto. Tal vez me equivoqué ya que los pocos potenciales lectores van a ser los mismos independientemente del tamaño de la "superficie" del texto.

“Recuerdo estar escuchando esta canción en 1975 y que me encantaba; recuerdo estar escuchando esta canción y que me encantaba casi lo mismo hace muy poco, hace unos pocos meses. ( Y sí, estaba en un coche, aunque probablemente no iba conduciendo y seguro que no conducía por ninguna autopista de peaje ni carretera ni autovía y el viento no me alborotaba el cabello porque no tengo ni un descapotable ni cabellos. No es esa versión de Springsteen). Así que llevo ya un cuarto de siglo adorando esta canción, y la he oído más que ninguna otra, con la posible excepción de... ¿A quién quiero engañar? No hay otras aspirantes. (...).
Me resulta extraño que “Thunder Road” haya sobrevivido mientras que muchas otras canciones que podrían considerarse mejores me resultan menos convincentes según voy envejeciendo. No es que no pueda ver los fallos: “Thunder Road” es recargada (tanto la letra (como señalaba Prefab Sprout, en la vida hay más cosas que coches y chicas), y no hay duda de que cuando escribes canciones sobre la redención hay que huir de la palabra “redención” como de la peste), como la música... También es resabiada de una manera que no lo es el propio Springsteen, y si en 1975 el romanticismo maldito no era una cursilada, actualmente sin duda lo es.
Pero algunas veces, muy de vez en cuando, canciones, libros, películas y fotografías expresan a la perfección lo que tú eres. (...)Es un proceso parecido al de enamorarse. No eliges necesariamente a la persona mejor, ni a la más sensata, ni a la más guapa; persigues otra cosa.(...)
Así que, aunque no soy americano, ni ya muy joven, odio los coches y puedo comprender por qué tanta gente encuentra a Springsteen histriónico y gradilocuente (pero no por qué lo encuentran machista o patriotero o tonto: este tipo de juicios ignorantes ha atormentado a Springsteen durante la mayor parte de su carrera, y provienen de unos listos que en realidad son mucho más tontos de lo que él ha sido jamás), “Thunder Road” logra de alguna forma hablar por mí. (...)

Y, naturalmente –y que nadie diga lo contrario-, si sueñas con llegar a ser escritor, también hay visiones turbias y asquerosas de la fama unidas a esos sueños; “Thunder Road” era mi respuesta a cada carta de rechazo que recibía, a cada duda expresada por amigos o parientes. Vivían en ciudades para perdedores, me decía, y yo, como Bruce, me largaba de allí para vencer. (Esas ciudades, por cierto, eran Cambridge –llena de doctores y abogados y profesores- y Londres – llena de perdedores triunfadores de todas clases-, pero no importa. Ése era el material con que tenía que trabajar, y eso hice).

Ayudaba mucho que , según pasaba el tiempo y yo no daba ninguna señal de largarme a ningún sitio y desde luego no a la velocidad que insinuaba la canción, “Thunder Road” hacía referencia a la edad, y así se adaptaba a esa falta de impulso hacia delante. “Así que tienes miedo y piensas que quizás no somos tan jóvenes ya”, cantaba Bruce, y esa frase me ayudaba incluso cuando ya había empezado a dudar si había alguna "magia en la noche": seguí pensando que no era ya tan joven durante mucho, mucho tiempo –décadas en realidad- e incluso hoy prefiero interpretarlo como una nostálgica observación de madurez más que como el miedo agudo que viene con el final de la juventud.
También ayudó que, en algún momento a principios o mitad de los ochenta, me topé con otra versión de la canción, una grabación pirata con guitarra acústica; ahí reimagina “Thunder Road” como un evocador, agotado himno al pasado, al amor perdido y las oportunidades evaporadas y las falsas ilusiones y la mala suerte y el fracaso, y eso funcionaba estupendamente para mí también. De hecho, cuando trato de oír en mi cabeza esa última frase siempre me viene primero la versión acústica. Es lenta y lastimera y totalmente convincente: un artista que puede persuadirte de la verdad de lo que canta en cualquier versión es un artista capaz de muchísimas cosas.
(...)
Puede ser que la razón por la que “Thunder Road” se mantiene para mí es que, a pesar de su energía y volumen y coches veloces y cabellos, consigue e algún modo sonar a elegía, y cuanto más viejo me hago más puedo escucharla. Y si es cuestión de eso, supongo que también yo creo que la vida es algo trascendental y triste pero que no destruye toda esperanza, y puede que eso me convierta en un depresivo que exagera su papel o puede que en un idiota feliz, pero en cualquier caso “Thunder Road” sabe cómo me siento y quién soy, y eso, en definitiva, es uno de los consuelos del arte”
El vídeo no es muy bueno, está muy oscuro pero se trata de una gira gloriosa, recién publicado "Born to Run" en un lugar mítico de Londres, el Hammersmith Palais. Además se siente la "magia en la noche". Que la disfrutéis.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Genial! no more comment..

Joserra dijo...

es una de las mejores canciones de la puñetera Historia y, sin duda , la mejor de Bruce. De la casta de Like a Rolling Stone, Simpatía por el diablo, God only knows o Like a Hurricane. Lo que llamo yo "meninas"
Gracias por recordárnoslo una vez más. Saludos!

Furacán dijo...

Like a Hurricane! :-D Joserra ahí le has dado!
La verdad es que Thunder es buenísima

Atalanta dijo...

Ay, los musiqueros...

Popi, no more comment.

Joserra, me apropio el término de "Meninas"....es muy bueno.

Ya me acordé, Furi, je, je... como un furacán, sí señor. Oye, que sí que nos vemos en el Miño. Además me han dicho que nos tratan muy bien.