jueves, 15 de julio de 2010

Quinquis


Tiempo ha que le quería dedicar un post al género pero no acababa de cuadrar. Hace unos meses, ya se llevaron a cabo exposiciones sobre el tema. Esta semana se inaugura una nueva en Madrid. Los que no tengáis "una edad", no vais a entender de qué hablo.

Cuando yo era dagalín, uno de los géneros cinematográficos más en boga era el de los macarrillas de barrio: gitanos, kinkis y "arrimaos". Muchas de estas películas se inspiraban en personajes reales, la más famosa de todas fue la saga "Perros Callejeros" que se centraba en las peripecias del mítico Vaquilla. El éxito de estas cintas, junto a la atención de ciertos medios que gustaban de noticias truculentas -entonces eran excepción, ahora son la norma-, convirtieron a alguno de estos personajes en mitos populares. Al Vaquilla, su personaje incluso acabó devorándolo. LLegó a cometer robos tal y como habían sido ideados y representados en la ficción. Cuando ya había pasado al olvido, acabó fugándose durante un permiso carcelario con ya una escasa condena por cumplir, ansiando recuperar el protagonismo que había perdido. Murió joven. Era su destino.

Años ochenta. Películas cuya violencia impactaba en nuestras tiernas mentes infantiles, escenas que quedaban grabadas a fuego en la virgen memoria de un niño. Entonces los chavales no conviviámos, como en la actualidad, con escenas violentas a todas horas en televisión o en la red. De la misma forma que jamás podré olvidar la primera teta que vi en televisión (Victoria Vera en "Cañas y barro"), algunos de esos atracos, el atropello de una abuela, alguna tortura, me atormentaban. Aún no estabas inmunizado.

A José Antonio de la Loma se le unió Eloy de la Iglesia que en "La estanquera de Vallecas" o "El Pico" refleja una visión más social, incluida una vertiente política. Incluso Carlos Saura con "Deprisa, deprisa" se acercó al género, considerándose otra película suya, "Los Golfos" como un gran precedente.


El letimotiv de estas obras eran el delito y la droga. Además había una estética muy marcada, un estilo que se hizo aún más patente a medida que pasaban los años y nos hacíamos "europeos". Una forma de hablar "arrastrá" con su propio glosario (la guita, la keli...), una forma de vestir, unos "bugas" de primera (míticas persecuciones entre Seats Ritmo y 1430) y una música, claro. La rumba arrabalera. Algún día le dedicaré una entrada a la rumba catalana. Hoy os dejo mi canción preferida de Los Chichos, "La historia de Juan Castillo". Crónica de planes criminales torcidos. Impagable ese "Era una noche de pena y de llanto, pues todo condujo a un fracaso, iban dos primos y dos hemanos, iban a cholar pero los delataron" (aunque hay frases de las que no entiendo una palabra).
Dejo otra canción no exactamente del género pero emparentada y que hace tiempo tenía ganas de compartir. Son Las Grecas, la canción "Te estoy amando locamente". Pedazo de hit, sin ironía, ¿eh? Para otro día el "Achilipú". Siempre que comento algo sobre ellas, mi madre dice: "Ay madre, qué mal acabó una con la cosa de la droga".

El Vaquilla decía: "Tú tienes que pasar por la cárcel, no la cárcel por ti".



24 comentarios:

TSI-NA-PAH dijo...

Recuerdo perfectamente aquella epoca, los Seta 124 tambien estaban de moda.Los Cali era Oro grupo que sonaba mucho y que era Kinki total! Mucha droga dura circulaba en aquella epoca.
Gran post por cierto!
un abrazo

CiegoSabino dijo...

Una pequeña cuestión lingüística.

Podría equivocarme, pero creo que no. Me da que por esas fechas no había KinKis, sino QuinQuis.

La moda de la "k" es una cuestión posterior como consecuencia del punk vascuence o el rock radikal vasco y de toda la influencia de los grupos "semi-batasunos" sobre los jóvenes punk, okupas, antisistema y anti todo del resto de España; de modo que dicha moda se ha ido extendiedno hasta asimilarse, en principio, con todo lo marginal y en la actualidad ya con todo lo que se asocie a juvenil, como habrás podido comprobar en infinidad de veces por ejemplo con los nombres de las peñas de los críos en las fiestas de los pueblos.

Bueno y eso es todo, me ha quedado moderadito y todo.

artu dijo...

Creo que era en "Perros Callejeros" donde le cortaban a uno su miembro, esa escena fue muy mentada...

La saga de El Lute también tenía lo suyo.

Nos vemos mañana

Elías dijo...

¿Nadie ha pensado en reivindicar a los Chichos, Chunguitos, Calis, etc. como los antecedentes del narcocorrido...?

...Mas chutes nooo (guitarreo) ni cuchaaaaras impreee'nadas deee heroína..

Atalanta dijo...

Tsi, gracias, hombre. Justo después de la transición la heroína rulaba que no veas. Creo que la gente no tenía claro que mataba. Eso de "si controlas tu viaje, serás feliz" era quimera. Muchos grupos con chavales unos años mayores que yo, perdieron unidades. Mi padre tenía un 124 que todavía anda por ahí. Lo vendimos y sigue cumpliendo su función. Me gusta verlo por ahí con ¡33 añazos!

CiegoSAbino, ni que te hubiera mentao la bicha ja, ja. Dudé al ponerlo y puse en el google "kinki" y me salieron mil páginas sobre el tema y no miré más. Ya me pasó con el "eskerrikasko". La información horizontal que decia Benito. Comenta el post, abobao.

Arturo, dudé si poner algo del "Lute" por la mitificación del delincuente quinqui también, pero las películas ya eran posteriores. Esa escena del "corte" es una a las que me refería. De crío eso "duele" mucho, duele más. Nos vemos mañana, palizón y fiestuqui.

Atalanta dijo...

Elías, nos cruzamos. La temática es muy afín, están muy emparentados aunque creo que en general creo que a los nuestros le va mucho la cosa del amol. Mira la de los Chunguitos que has puesto o la que dejé yo. De narcocorridos, sólo tengo a los Tigres del Norte, a los que por cierto vi en directo en Salamanca. Los mejores cronistas del quilombo que tienen montado en Méjico. De igual forma, para conocer el espíritu de esa etapa española,quizá nada mejor que acudir a esas rumbas entre amargas y festivas. Oye, vente mañana a La Peña, que tenemos comida en El Maíllo.

Elías dijo...

Ya me gustaría ir, pero voy a pasar el fin de semana cerca de Guijuelo haciendo el indio, tirando flechas y acampando.

Si se organiza alguna cena en la Pesquera, avisa, que ya sabeís que pongo el queso...

Saludos a toda la peña, que parece mentira que vivamos en el mismo sitio.

Michel dijo...

Ya de nuevo en los Madriles, está tarde al curro. Menos mal que todavían me quedan unos días para más adelante.

El vaquilla no es que cometiera robos como en la ficción, en las películas se recreaban los robos que el cometía y no creo que se exagerara mucho.

El torete era otro pinta bueno.


En aquella época había mucha droga, el problema es que ahora hay bastante más, os lo aseguro, eso sí, no es tan palpable fisicamente como la heroina que al que se la metía le dejaba hecho un muerto viviente hasta que palmaba.

Ahora las drogas no dejan rastros por fuera tan evidentes, pero las cabezas las dejan muy rotitas.
Pero que no lo veáis no significa que no haya, hay muchísima y en edades muy jóvenes.

Si tengo un rato me acerco a la exposición.

Pasarlo muy bien mañana. Yo estaré lidiando con los vaquillas y toretes de hoy que no le llegan ni a la suela de los zapatos a los de antaño.

Un abrazo, dagal.

CiegoSabino dijo...

Sí, sí, pero ¿y qué digo?, no sé es algo que pasó y nada más, no me parece nada "reivindicable" ni especialmente reseñable en estas épocas en las que parece que todo lo de hace unos años ha de ser elevado a los altares de "obras de arte barribajeras" o algo así.

Aquella gentuza eran un peligro social, las películas una mierda (no hace mucho vi otra vez "La estanquera de Vallecas" y esta sí me gusta, tiene su "aquél") y la música pues eso un estilo que se repite a sí mimso hasta el infinito, que puede hacer cierta gracia, pero nada más. Por cierto en esa línea y lo que decía de reivindicar lo "cutre" cualquier día nos encontramos con supermodernos y superindis pidiendo un lugar en el altar para, por ejemplo, Camela. (Ya lo hizo Alaska con Tamara, Ámbar o como se llamara por entonces).

Ala, por provocar, jajaja.

Ah, lo del Lute no tiene nada que ver con esto, sólo que las películas pueden ser de la misma época (aunque si no recuerdo mal, las del Lute son posteriores), pero el momento histórico, la realidad social que retratan y los problemas que reflejan son distintos. Por cierto el Lute sí era quiqui de verdad (o merchero, entendido como una sub-raza), estos otros de estas películas quizás no fueran más que unos macarrillas de barrio.

Quique dijo...

Muchas de esas pelis se rodaron por mi barrio...El pueblo Vallecas (ahora llamado Villa de Vallecas, es más fino)....Yo tengo esas pelis y de vez en cuando las pongo para recordar aquellos tiempos.....gracias por hacer mención en tu blog a este genero.

Un saludo
Quique

Atalanta dijo...

Robin Hood, cada uno a los suyo. Oye, que sí, que algo habrá que hacer o unos pollos en la caseta del Campero. Ya nos veremos y hablamos.

Michel, si no me equivoco, el Torete era el personaje de las películas, inspirado en el Vaquilla. Sí, las pelis están inspiradas en su vida pero contaba el otro día la comisaria de la exposición que en alguna ocasión fue al revés, que en un atraco reprodujo lo que se había represntado en la película. Las secuelas de las drogas aceptadas socialmente creo que las reconoceremos dentro de unos años. Tú dale duro y ale, a enchironar a todos los delincuentes, que no se te haga muy dura la vuelta.

CiegoSabino, ésa es una buena aportación. No se trata de reivindicar nada, es un post sobre un fenómeno social y cómo se representó. Aunque hay algunas canciones, como las que he puesto, buenísimas. Ánimo, que te veo muy crispado,ya me dijo tu hermana que estabas de mala hostia. Tú tranquilo que dentro de poco ya estas recuperado y puedes empezar a quemar energía.

Quique, la Villa de Vallecas, qué bueno. Curioso como habrá cambiado todo, gracias a Dios.

CiegoSabino dijo...

"""Ánimo, que te veo muy crispado,ya me dijo tu hermana que estabas de mala hostia.""""

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¿Einnnn??????, mi no entiende. No , nunca estoy de mala hostia, vamos, creo. Sí puede que ya esté un tanto mayor, ya te digo... veterano no sé cuánto.

Por cierto estos días están saliendo algunas noticias en los telediarios sobre tu otrora amado FIB y la invasión que ha sufrido de ingleses ""¿melómanos?"" o ¿sólo borrachos? o las dos cosas.

Atalanta dijo...

Que sí, compadre... Ya lo he visto -nunca entenderé ese seguimieto tan brutal en todos los medios-. Ahí he pasado yo muy buenos ratos. Los carteles no se acercan ni de lejos a los de antaño pero no me hubiera importado disfrutar anoche del pedazo de concierto de Ray Davies.Una pena estar ya mayor para esos berenjenales. Y sí, efectivamente, ahí cada noche sueles acabar borracho. Es lo que tienen esos eventos. Demasiadas horas de conciertos con el litro en la mano.

Mildolores dijo...

Odio pocas cosas banales, nada me indigna tanto como para ser mencionado, salvo abusos manifiestos como los de los maltratadores, las dictaduras, el hambre y cosas similares.

Pero todo este ambiente lo viví de cerca. Yo vivía en Carabanchel a principio de los 80, en una zona conocida como Caño Roto, algunos de estos, no recuerdo quienes cantaban al barrio (Somos de Caño Roto, no lo vamos a negar. Somos cuatro gitanos...)

De un lado la gente, digamos normal, con sus trabajos y quehaceres diarios, de otro un poblado marginal de chabolas, delincuencia y drogas. De allí salieron muchos de estos quinquis, además de, creo, Los Chunguitos y sus hermanas Azúcar Moreno (a lo mejor me lio y mezclo cantantes y parentescos, pero estaban allí, eso seguro)

Yo me las tuve que ver a mis doce, trece, catorce años con gitanillos y quinquis y no siempre salí bien. Decidí que nunca sería así, me tenían harto, había que plantar cara y partirsela cuando tocase, entonces no "se tiraba de cheira" tan facilmente como ahora, algo es algo.
Pero aún así tengo un navajazo de recuerdo en el glúteo que iba dirigido al costado.
Tironeros, yonkies, jeringuillas, robos, atracos...

Hoy dia el barrio está irreconocible, de aquello apenas queda el recuerdo, solo la fama, paralela a la que se creo con el barrio de Vallecas. Llegaron a ser dos barrios tristemente célebres. Actualmente mis padres siguen viviendo en Carabanchel, en la zona antiguamente conocida como Caño Roto, pero hasta el sobrenombre desapareció. Hoy, donde antes había chabolas, escombros y chatarra hay parques y jardines, un carril bici, terrazas, metro y la gente normal, que envejeció allí, mas nuevas parejas que llegaron.
Me alegro por ellos, pues ya van para mayores.
El dia de la final del mundial, me acordé de la estampa que yo veía cada dia mientras veía a la gente celebrarlo en la fuente que construyeron en la Glorieta de Los Carmenes.

Nunca he soportado la rumba "carcelaria".
Lo aborrezco.

Mildolores dijo...
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Mildolores dijo...
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Mildolores dijo...

Perdón, me ha salido por triplicado.

Paco Montoro dijo...

Hace escasas semanas vi La estanquera de Vallecas, del desaparecido directo Eloy de la Iglesia, también Yo, el Vaquilla, la verdad es que el género me gusta, puede parecer ortera en esta época, pero así eran aquellos años.
En cierto modo, las películas aquellas tenían su credibilidad porque los personajes eran reales, y no actores profesionales.
Sigues así con tu blog, un abrazo

El crusti dijo...

Yo aquí si que tengo bastante que decir. Está bien la entrada; aunque creo que este fenómeno es algo más convulso, propio de la crisis económico, el desconcierto sociopolítico post-dictadura, la apertura al exterior, mezcla con gitanos y su forma de vida,... en los barrios construidos por las olas de inmigración llegadas desde finales de los 60 a Madrid, BCN, Bilbao y otros centros industriales (Vigo, por ejemplo)
Soy originario del archiconocidísimo barrio de la Mina, en BCN (en Sant Adrià de Besòs, para ser más concreto). De allí salió la mayor parte de toda esta tropa, mis vecinos: el Vaquilla y el Torete como más famosos (me pillan algo menor que ellos pero eran unos tótems en el barrio). Cierto es que la droga, la delincuencia y la marginalidad estaban por todas partes y era fácil caer en ella. Tengo muchos amigos muertos por la droga o presos en la actualidad. Era la historia de un camino cotidiano sobre un alambre muy fino del cual podías caer hacia un lado o hacia otro. Yo tenía escoliosis y caí en una piscina. Mientras yo nadaba, mis amigos empezaban a morir, cayendo al lado inadecuado. Pero vamos, si empiezo a hablar, no paro.
Se da la anécdota de que, muchas veces, cuando regreso a ver a mis padres y me encuentro con los amigos de infancia, alguno que otro me dice "hombre cuanto tiempo: ¿dónde has estado y por qué?" porque ya dan como algo normal que cuando alguien no está en el barrio es que está preso...
Y la banda sonora es tal cual dices; aunque las pelis fueron más rodadas desde Madrid (aquí habría que hablar de la "devoción" que Eloy De la Iglesia sentía pro alguno de los protagonistas (y hasta ahí puedo leer. Investiga, Atalanta).
Gracias por acordarte de los QUINQUIS (con Q como dice CiegoSabino)
Un abrazo
Santi

Atalanta dijo...

Mildo,lo del triplicado es del blogger que anda un poco raro. A ti sí que te he "mentao" la bicha. Supongo que al tener un contacto directo con el tema, lo ves desde otro punto de vista. Aquí en Ciudad Rodrigo, también tenemos un barrio donde se mercadea con drogas aunque nunca creo que nunca ha habido nada grave más que los típicos líos entre los gitanos "encargados del tema". La cosa ha mejorado pero sigue siendo una zona marginal. Mis dos abuelas viven allí y aún recuerdo cuando venía de vacaciones, el miedo que me daban los niños gitanos. Ellos lo sabían y los jodíos lo aprovechaban. Lo que tú cuentas son palabras mayores. Hay una tradición de la literatura española que siempre se fijó en historias de maleantes, en crónicas de crímenes. Al igual que ocurre con mi adorado cine negro, donde nos cuentan las andanzas de los delincuentes. Es algo por completo ajeno a mí pero me gusta. Aunque por supuesto no se pueden comparar estas rumbas con alguna de mis películas favoritas americanas. Bueno, yo te emplazo para una entrada sobre la rumba catalana -nada de delincuentes-, aunque me da que tú eres poco rumbero :). Un abrazo.

Paco,gracias, dagal. Efectivamente, es lo que queria contar, es el curioso testimonio de una época que pasó. Tal vez nada mejor para entenderla que esas pelis y esas canciones.

Crusti, pues nada mejor que tu comentario para explicar el retrato de una etapa que algunos conocemos de segunda mano. Cuando salgo -cada vez, menos-, me muevo por garitos rockeros y ahí sí que ves a esa generación unos años mayores que tú a los que pillo de lleno la euforia del fin de la dictadura y la libertad sin freno. Muchas bajas, mucho se estrelló, muchos llevan las secuelas dibujadas en rostros tristes.

Me ha gustado este post y las aportaciones de los comentarios. Muy vivillo. Con Dios.

Atalanta dijo...
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Atalanta dijo...
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Atalanta dijo...
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