lunes, 26 de diciembre de 2011

Deseo de ser punk



Hace años vi en un cine de Salamanca “Las razones de mis amigos”. Me equivoqué. No era la película francesa que yo pretendía ver. En su lugar me encontré con una buena película española que contaba cómo el dinero enturbia las relaciones entre unos amigos inseparables. La película me pareció muy buena. Investigué y me enteré que estaba basada en un libro de una tal Belén Gopegui, “La conquista del aire”. Leí buenas referencias y me hice con su primera novela, “La escala de las mapas”. Era un libro complicado y arriesgado que mezclaba amor platónico y geografía. Algo sí tenía claro, Belén sabía escribir.

El viernes, antes de marchar a Barcelona, disfrutando de ese íntimo y barato placer que es haraganear en una librería, me encontré con “Deseo de ser punk”, su último libro. Lo compré y , entre esperas y viaje, lo leí el fin de semana.

Una novela muy diferente a la complejidad de su primera obra. Aquí realmente no escribe ella, escribe una chica de dieciséis años extremadamente sensible y desubicada por una serie acontecimientos que agudizan su percepción del mundo .

De fondo, la música. De fondo, el rock and roll. Martina quiere encontrar la actitud, quiere encontrar su música, ésa que falta en su vida, ésa que le enseñará como pelear a diario. “La música, la de verdad, no suena: te atraviesa el cuerpo de parte a parte”

Quiere encontrar la forma de comprender a un mundo que no entiende y en cuyo engranaje no quiere encajar. No ve más que víctimas a su alrededor, algunas de las cuales para siempre quedarán atrás en una suerte de selección, percibido por la mayoría como algo natural.

Busca la forma de rebelarse y decir basta. Para ello rastrea en los mensajes de las numerosas canciones que la rodean  durante el desarrollo de la novela.

Para cualquier enamorado  de la música como es un servidor y alguno de los que se pasan por aquí, leer este libro es un placer ya que se trata un canto de amor disfrazado y al mismo tiempo desmedido, a la música popular.

Además Belén se transmuta con naturalidad y llena las páginas de un cuaderno con el vocabulario limitado de una ingenua niña de dieciséis años para mostrarnos la trastienda de la pena o de las relaciones humanas. Retrato creíble, certero, tierno y emocionante de una vida con un cinturón de balas en la cintura que se resiste a dejar de ser vida.

“Creo que las canciones son una especie de bombas que explotan ordenadamente. Bombas a pequeña escala, como romper cosas pero no por frustración, no romper cualquier cosa y de cualquier manera, sino romper puertas cerradas que deberían estar abiertas, recuerdos que no merecen existir, días sin actitud”.

Os dejo la canción más importante del libro. Yo siempre digo y supongo que en alguna ocasión lo habré escrito en el blog, que si tuviera que explicarle a un extraterrestre qué es el rock and roll, usaría a los Stooges (Toda la vida diciendo “Estugues” hasta que un día escuché a Manrique decir “Estuyis”, que bien es cierto, queda mucho más molón).


7 comentarios:

davidiego dijo...

Tú y yo compartimos más de uno de esos pequeños placeres...

Anónimo dijo...

Gracias por la review del libro... me lo voy a leer. Grande el rock and roll.

Saludos

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

No he leído el libro, pero la película que comentas también la vi en el cine cuando se estrenó y tengo un buen recuerdo de ella. A ver si en 2012 ve la luz también mi segunada novela, llena de rock and roll.

Saludos.

TSI-NA-PAH dijo...

Buena recomendacion!La musica y la lectura son dos cosas que van muy bien juntas!
un abrazo

Atalanta dijo...

David, lo mejor es que cada día los disfrutamos más. Con la ilusión de dagales.

Miguel, espero que te guste. Grande, claro.

Gonzalo, no sabía que escribías. Estaremos atentos.

Tsi, dos do las mejores cosas de la vida.

rafagas dijo...

Me haré con el libro, tiene buena pinta lo que comentas.
Conocí a Belen Gopegui cuando comenzaba, sacamos un artículo en la revista "Ni Hablar", en la que yo colaboraba por entonces.

Atalanta dijo...

Espero que te guste Rafa. Es simple -escribe un niña- pero merece la pena. Lo dicho, un día tenemos que charlar con unas cañas y me cuentas tu vida:)