Uno ya va teniendo sus años. Lo he comentado en alguna ocasión, por ahora sólo le veo ventajas a envejecer. Una de ellas es la perspectiva. Hablando de cultura, he sido testigo de alguno de los fenómenos y acontecimientos más importantes en la historia de la música popular. Ahora que ya tiene uno por fin bastante bagaje y herramientas para usar balanzas, se trata de encontrar la justa medida al pasado y la vida.
Mis recuerdos de Leño. Yo era demasiado pequeño para asistir a su eclosión. Banda de vida efímera, apenas cinco años, tres discos de estudio, un puñado de canciones pero dotados de un talento inmenso. Representaron una carga de profundidad de tal fuerza que los efectos de su onda expansiva todavía llegaron a mi adolescencia.
Leño encarna la esencia del rock de barrio, ascendiente directo de
muchos de los grupos de rock urbano del pujante panorama nacional actual.
Recordar Leño es recordar honestidad, ya presente en su mismo germen. La negativa de Ñu a tocar en un concierto la Nochevieja de 1977 precipita el abandono del grupo de Rosendo al que le espeta el despechado cantante que "sus temas son unos leños". Ahí le has dao. Ya tienen nombre y debutan poco tiempo después como teloneros de Asfalto.
Una colección de canciones impecables, casi todos ellos clásicos del rock español. Una banda en estado de gracia sin nada que envidiar a puntales del hard y blues rock británico como Cream o Rory Gallagher. Su debut es su disco más duro El ligero traspiés por una producción blandengue y nada acertada del villano Teddy Bautista, no consigue ocultar el brillo de alguna de las composiciones de "Más Madera", su segundo largo. La leyenda se forja defintiivamente con los temas presentes en "Corre, Corre", su último disco, que curiosamente cierran con "¡Qué desilusión!" en 1982. Es lo que hay.
La carrera en solitario de Rosendo ya la seguí de lejos. No consiguió acercarse al legado de su banda matriz pero mantuvo cierto nivel y además, a día de hoy, a todos nos sigue pareciendo el personaje más entrañable del rock español.
Difícil elegir temas. Hay tantos buenos. Obviamente podría tirar por el himno emblemático de "Maneras de Vivir" pero comparto "Este Madrid", casi su primera canción. A Leño también les gustaba jugar y ahí está el blues vacilón de "La Fina", que no puede ser cantada más que con acento del foro.
Una anécdota. Todos los mayores recordamos que cuando éramos mozos, la chavalería más enterada se distribuía entre heavies, punkies, rockers, etc. Compartimentos estancos sin asomo de vasos comunicantes. Yo desde dagal no entendí estas normas no escritas y disfrutaba de todo, esbozo del ecléctico enfermizo en que me convertí años después. Imagino que en tiempos posfranquistas y de hambre de rock, todo el fenómeno debería resultar más acusado aún. A Rosendo una noche se le ocurrió salir a tocar con la camiseta de los Clash y se armó la marimorena. ¿Un traidor? Un visionario. Genio y figura.
Para terminar. Hay o había una cadena de tiendas de ropa con su nombre y con el genial logo fusilado. Imagino que en tiempos y conociendo el percal, ni se les ocurriría registrar el nombre y que por supuesto se habrá utilizado su imagen sin que ellos cobraran un duro. Tal vez algún lector sepa algo.
Para terminar. Hay o había una cadena de tiendas de ropa con su nombre y con el genial logo fusilado. Imagino que en tiempos y conociendo el percal, ni se les ocurriría registrar el nombre y que por supuesto se habrá utilizado su imagen sin que ellos cobraran un duro. Tal vez algún lector sepa algo.
Vale.
7 comentarios:
Solo (ahora SOLO ya no se acentúa nunca...pffff...ya ves!!!) una cosita, como buena leñera que he sido desde que les escuché:
Dime qué puedo hacer por ti ahora que somos prisioneros del disparate...
"La fina" me pierde!!!! ;-))
El final de "Este Madrid" es potente de verdad.
No eras el único esbozco de ecléctico enfermizo. Me encantaba "La fina" y ha sido un placer ahora recordarla. Abrazo.
La segunda tiene un ritmo cansino fino fino.
Greta, en tiempos a mucha gente marcó Leño.
Suso, los gallegos siempre habéis sido muy rockeros.
JOhnny, con esto del internet sí se se da aquello de "Dios los cría y ellos se juntan". Todos los raritos a una.
Yo también fui más de Leño que de Rosendo, a Rosendo llegué a verle tocando con Ñu creo recordar como teloneros de Jethro Tull. Luego la escisión y el nacimiento de Leño, la primera vez los vi al poco de nacer la banda, en la escuela de magisterio de Madrid, no seríamos más de 60 o 70. Sonido horroso, pero aquellos tipos resultaban creibles. Y crecieron a base de tocar y tocar. Vinieron los discos, las producciones eran como eran. Y siguieron tocando, muchísimo, Asfalto, Leño, Coz...carteles que se repetían por lo pueblos de Toledo, Ciudad Real, Madrid, pueblos áridos, música dura. La separación para muchos fue un mazazo, creo recordar que al poco de separarse, se reunieron para un concierto multitudinario al aire libre al que asistí, o fue una alucinación, de esto tengo vagos recuerdos.
Luego Rosendo en solitario, al que no he seguido con interés, creo que solamente le vi una vez hace ya algunas lunas.
El último toque nostálgico de Leño, que me hizo visitar páginas de internet, fue al ver la peli La Torre de Suso, rodada en Asturias, cuando el protagonista saca de su armario después de unos años su camiseta de Leño.
Si ya lo decía yo. Que este artículo no estaba completo sin la visión de ese testigo directo que sabía habías sido. Gracias, dagal.
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