viernes, 27 de abril de 2012

Atrapando cielos


El martes escuché de un concurso de relatos cortos. Condición, que apareciera Radio Nacional. El resultado.

"Atrapando cielos"


La radio de la cafetería anunciaba que se cumplían veinte años desde la bomba del Sixto.  Veinte años.  Adrián estaba sentado   con los brazos sobre la misma mesa de mármol de entonces. Mágicamente, la misma hora de la mañana en que todo cambió. “En el Buenos Aires a las nueve”, recordó mientras miraba tras el ventanal,  el rectángulo de cielo que se recortaba entre los edificios. Hasta el cielo era del mismo gris sucio y traidor.

La voz de la radio de aquella mañana fue muy distinta.  Hoy  era profesional y sin rastro de emoción.  En 1985 Radio Nacional Guipuzcoa transmitió urgencia, miedo y desesperanza. El golpe que sintió al escuchar el nombre de su ciudad fue inesperado y premonitorio.  Un latigazo en la espalda, un extraño calor en las sienes, el asomo de la náusea. Jamás volvió  sentir la voz de la noticia como la cuchilla que  atraviesa de parte a parte.

La vida a veces se quiebra.  Parece que siempre puedes volver atrás para reparar errores y construir identidades a medio hacer. Cuando creces sabes que eso raras veces ocurre, lo más duro es afrontar que no seas tú el responsable sino que sean otros los que te arrebaten tu futuro. Pero aquella mañana el conocimiento de esa verdad, surgió imprevisto y demasiado prematuro.

“En el Buenos Aires a las nueve”. Los días de clase  se encontraban en la cafetería pero aquel día Ana no apareció.  Siempre era puntual y cuando  escuchó la confusa noticia del atentado, supo qué había ocurrido. No escuchó nada más a su alrededor, no dijo nada, sencillamente salió apresurado, sin despedirse, sin pagar, y olvidando su carpeta para caminar dirección a su casa, temiendo darse de bruces tras cada esquina con el vacío bajo sus pies.

Esa distancia inabarcable entre las dos voces de la radio, no sólo lo separaba de aquella Ana para siempre,  congelada en un último adiós la tarde anterior; también lo separaba de aquel otro Adrián tan distinto. Hoy, al escuchar la noticia, buscaba y no sentía  punzada alguna, sólo miraba tranquilo el mismo trozo de cielo.  Ahora seguía yendo al instituto. Ya no era alumno, era profesor y seguía pasando por la cafetería antes de clase. El ritual y la costumbre habían sido la fortaleza de su existencia, una forma de cumplir o esperar el mañana.

Tras el choque inicial, los meses siguientes  trató de entender.  Entender qué fuerza mueve los dados del azar que cambian y sesgan vidas en un fogonazo de llama y metralla. Entender también su propio pasado,  arañar esos años arrebatados intentando exprimir todos los que pasó junto a ella sin conseguir hacer sonar aquel grito silencioso que albergaba  su interior.

El hombre que golpea porta un peso, lleva un lastre en la mirada. Después los conoció, al que mata y el que le apoya, que es otra forma de matar y morir, nunca de vivir. Corre tras la vana ilusión de librarse de ese peso que le atormenta pero que jamás le abandonará por ese camino. Un error, una víctima, una explicación. No, no le sirvió de nada. El dolor cedió pero nunca hubo interpretación posible para dar sentido al pasado.

Ana y Adrián nacieron el mismo día  y eran vecinos.  De niños, sus madres bromeaban diciendo que cuando crecieran se casarían. A menudo pensaba sobre ello. En clase Ana fue la primera en tener pechos y ese cuerpo de mujer que a veces sentía tan cercano e inconsciente mientras estudiaba en casa o caminaba junto a ella. Nunca  volvió a sentir esa inocencia turbadora de la carne viva por descubrir, tan completa de ganas de futuro y afán por reivindicar su existir. Las relaciones, durante un tiempo, tuvieron  la inseguridad de lo trémulo, de lo viscoso. Recordaba que mientras ella le contaba cómo Arturo le tocaba las tetas, él vivía oculto en una forma de laberinto del que le hubiera gustado poder salir para contarle todo lo que siempre quiso decirle. Después ya fue demasiado tarde.

La radio seguía sonando y Adrián se dijo que todo el ruido que nos rodea a veces nos impide fijarnos en esas pocas cosas esenciales y puras en nuestra vida que sólo valoras cuando marchan. Una de ellas fue Ana. Ahora era un hueco, el primero, el más hondo.

Sus fotografías. Las caras de las fotografías desembarcando del pasado y diciendo tanto. Sabía  que era mentira pero le gustaba pensar que  tal vez aquella triste mañana de Abril por fin se hubiera decidido a contarle lo que sentía. Mirar al pasado no es tan difícil como cuentan, a tus ojos la historia sólo es barro en tus manos.        

Le gustaba pensar que ella siempre lo supo, le gustaba mirar aquella  foto que él le hizo mientras  abrazaba fuerte  la cabeza de un burro en la que miraba graciosa y quería creer que su sonrisa decía que sí, que siempre lo comprendió todo.

Adrián sintió una mano sobre la suya y bajó la mirada del cielo al interior del café. Los ojos de la mujer que le acompañaba le preguntaron qué pensaba. Él sonrió y contestó que parecía que hoy volvería a llover.


jueves, 26 de abril de 2012

Tertulia, Jack London




“Sabía que no podía arrastrarse ni medio kilómetro. Y sin embargo quería vivir. Era irrazonable morir después de todo lo que había sufrido. El destino le pedía demasiado. Y agonizante, se oponía a morir. Quizá fuese demencia, pero en las garras mismas de la muerte la desafió, y se negó a desaparecer.”

La vida en el filo. La vida a prueba.  La vida queriendo ser un instante más. 

El autor coloca a sus personajes en el centro de un decorado formado por una naturaleza inmisericorde y extrema encarnada por Alaska, donde las cuitas y motivaciones de sus personajes, animales o seres humanos, se antojan ridículas. Curioso como hasta en las puertas de la muerte, en la agonía más extrema, sigue persistiendo el instinto de consevación y esperanza reflejada también en el comportamiento de los animales antes de morir. 

La vida cumple su misión, la de contribuir al mantenimiento de la especie. “Era la ley de toda la carne. La naturaleza no era bondadosa con la carne. No le preocupaba esa cosa concreta que se denomina individuo. Su interés se concentraba en la especie, la raza”. 

Parece un punto de vista frío y quirúrjico pero especialmente en “La ley de la vida” , London consigue transmitir un tono hermosamente humano y emocionante poniendo voz a los pensamientos y recuerdos del anciano indio abandonado para morir. Impone su marcial resignación.

Retrato de la futilidad de los anhelos humanos, el del desafío a la naturaleza confiando en las propias fuerzas (“Encender una hoguera”) o el de las pasiones humanas más pedestres (el saco de oro en “El amor a la vida”).  La naturaleza es indomable y sólo somos títeres en sus manos. Su domesticación es vana ilusión.

Intención moral, la de intentar transmitir el valor real de lo que nos rodea y de lo que somos.

El lenguaje y el estilo es muy sencillo. De hecho, leí un par de ellos en inglés sin tener que acudir apenas a la traducción. Aunque tal vez un poco duros, me parecen ideales para niños. Son entretenidos y tienen fuerza. Fácilmente exportables a imágenes. De ahí las películas basadas en algunas de sus obras con historias y lenguajes ciertamente cinematográficos.

Una curiosidad. Sin llegar a los extremos que se recogen en sus páginas, a cualquiera que haya hecho ultrafondo de verdad, seguro que le traen a la memoria esos “buenos ratos” perdidos en el monte, emborrachados por esa bruma mental que te envuelve cuando llevas varias noches sin dormir en medio del esfuerzo.

Sorprendente que el autor de palabras que tan bien retrataban el instinto de supervivencia, terminara suicidándose con poco más de cuarenta años. Tal vez pesaron más otras palabras:
“Así era la vida, ¿eh? Una cosa vana y fugaz. Sólo dolía la vida. No existía dolor en la muerte. Morir era dormir. Representaba cesación, descanso. Y entonces, ¿por qué no se conformaba con morir?”

De música, Eddie, claro. Hablamos de Alaska, hablamos de Chris.

Para el próximo día, un relato sobre Charlie Parker de Julio Cortázar, "El perseguidor" de Julio Cortázar.  (Pinchad en el título). 1 de Junio.

viernes, 20 de abril de 2012

Maestro



El cuadro retrata el paso del Beresina. El Beresina es un río ruso que Napoléon cruzó en su calamitosa retirada tras su  conquista más amarga, la de  un Moscú  abandonado y en llamas. El paso del río fue especialmente complicado para la Grande Armée y ciertamente un éxito teniendo en cuenta las espantosas condiciones impuestas por el General Invierno y el acoso de las tropas rusas.

La primera ocasión en que oí hablar del Beresina como de tantas otras cosas fue por voz de Don Luis, uno de mis maestros de la escuela. Después tuve muchos más profesores en instituto y universidad pero ninguno pudo luchar contra el poderoso recuerdo de Don Luis como mi mejor y verdadero maestro, el que despertó dentro de mí gran parte de lo que soy. 

Aunque ya no es la misma de antaño, sigo conservando buena memoria, el llamado talento de los tontos. Recuerdo el Beresina y también recuerdo sus opiniones sobre el conflicto en Oriente Medio –que probablemente hayan evolucionado en el mismo sentido que las mías-, recuerdo las dudas de Aníbal a las puertas de Roma tras vencer varias veces a las invencibles legiones romanas, recuerdo a los soldados alemanes encerrados en una cabaña en medio de una llanura de la Rusia congelada esperando la nada, recuerdo sus opiniones sobre determinadas actitudes en Semana Santa, no muy alejadas de mi artículo de hace unos días, escrito treinta años después.  

 (Estas fotos dan mucho juego. Con lo feo que estaba el calvo de las fotos de Demonfit, ya veis qué guapete era yo de crío. Los del pueblo os reiréis un rato con alguno de los que aparecen. La foto es de una selección que envió San Francisco un concurso de radio para listisllos y que me pasó Moli la semana pasada.) 

Hace tiempo que quería dedicarle un post a mis maestros y a Don Luis en particular porque me parecen piezas claves en nuestra sociedad y que sin embargo, cada día reciben un trato más ingrato. 

No lo podemos saber realmente pero  suponemos, queremos creer que nacemos con unas inclinaciones innatas que determinan nuestro carácter. El entorno familiar, social, cultural se encargará de forjar la que será nuestra personalidad adulta.  El maestro trata de dar con ese don que todos albergamos, intenta despertarnos. Suena muy idílico pero me gusta pensar así.

Tal vez todo ese camino iniciático consista en seguir las pistas que te llevarán hasta la que debe ser tu casa, donde estés  a gusto y en paz contigo mismo, donde encajes con tu verdadera naturaleza.  

Los alumnos éramos yesca y el maestro, en clases demasiado grandes para cumplir con rigor  la importante tarea encomendada, se dedicaba a golpear y soplar para intentar avivar interés, ser la chispa que prendía pequeños incendios. 

A fe mía que lo consiguió. Gran parte de lo que soy procede de aquella extraña y maravillosa etapa. No hay nada como la nostalgia para pintar paisajes de pasado, ya  inalcanzables y por ello aún más hermosos a la vez que tramposos.

Muchas de mis  pasiones ya las disfrutaba por entonces de forma embrionaria, atolondrada y con cierto empeño frustrante. Ahora tengo construido todo el esqueleto del edificio, como las habitaciones de una gran biblioteca con muchas salas vacías a las que fui poniendo nombre  a lo largo de mi vida y que  sigo llenando lentamente.  Todo empezó entonces, en la escuela. Descubrí qué era lo que tiraba de mí desde muy adentro y los terrenos donde me movía con mayor soltura y solaz.

 (De Susa)

Recuerdo que Don Luis  a veces dedicaba alguna tarde entera a contarnos historias, algunas de ellas del Evangelio, intrigantes divertidas y edificantes, y cómo contaba sus discusiones con el cura Don Matías acerca la existencia de un Dios misericordioso y por otro lado la constatación de cantides ingentes de dolor en el mundo. Ahora lo entiendo como pensamientos inspirados en la duda de Unamuno, ese personaje tan fascinante y absorbente para mí desde crío. No olvido la entereza que mostró al anunciarnos una mañana que su mujer había sufrido un aborto la noche anterior, aprovechando la ocasión para explicarnos qué era exactamente aquello.

Recuerdo que con él leímos los primeros libros en el colegio, “El camino”, “Réquiem por un campesino español” y es ahí donde se coló ese algo  esencial en mi vida que  nunca me abandonará. Me gustaría leer aquellos trabajos infantiles sobre los libros, aquellos "MRQB" (“muy requetebién”) de algún comentario  de texto y cómo decía que quería conservar alguna de nuestras redacciones porque le parecían muy buenas.

Era un maestro adelantado a su tiempo. Aún recibíamos clases de restos de la escuela franquista que utilizaban la violencia con saña. Sus clases, siempre tan entusiastas y estimulantes, eran otra de forma de entender la educación, un soplo de aire fresco en una España con las puertas cerradas. Nunca una metáfora tan gastada tuvo más sentido.

No me gusta mucho de lo que soy –probablemente porque un par de veces en la vida elegí el camino equivocado- pero gran parte de lo que sí, se lo debo a personas que como él, despertaron en mí el interés  y la pasión por las letras, para mí el único motor de un mundo justo y verdaderamente humano. Probablemente esos errores que cometí se deban en gran parte a no haber seguido mi instinto y vocación. Don Luis me descubrió cuáles eran mis sueños y tal vez yo no tuve la clarividencia o el coraje para seguirlos. Sin embargo,  él cumplió con su parte.

Espero que de alguna forma, Don Luis llegue a leer esto. Imagino que para un educador no debe haber mejor regalo que una persona de más de cuarenta años, recuerde la huella de sus clases cuando era niño.

Gracias, maestro.

Música, Damien Jurado. Con el austero tono que exige el mensaje. "Ohio" es una preciosa canción hablando de un tiempo y lugar ya muy lejanos.

miércoles, 18 de abril de 2012

Ceremonias del desamor

Dibujo de Susa.

Santi Balmes sabe escribir canciones. Algunas son buenas, otras aprueban con lo justo, pero donde se maneja con  maestría es al hablar de desamor o más bien sobre ese extraño estado que sucede al amor. Somos material inflamable y cuando ardemos, los restos del incendio no son más que una masa informe y carbonizada que mancha y molesta. Es difícil volver a caminar después de volar. Han de nacer nuevas alas para entender la verdad del pasado.

Él dedicó un disco completo a una antigua relación, "1999" . Del nuevo  sólo he escuchado "Wio". Si merece la pena, iremos contando. 
 


martes, 17 de abril de 2012

Entre demonios


Demonfit, a grandes rasgos, es una reunión de buena gente entusiasta del fondo y la resistencia, atletas que a pesar de gustar de la soledad del deporte más puro y extremo,  buscan compartir ilusiones y sueños, contar esas luchas diarias sin dorsal para llegar fuerte y confiado a la la temible fecha en rojo,  ayudarte  a completar la empresa más absurda y disparatada para los demás, más seria e importante para ti.

Hace meses que no escribo, hace unos días recibí un paquete.

Uniformes para entrenar y competir. No ganaré ninguna carrera pero mis demonios seguro que se dejarán ver en montañas y carreteras.



Cuando acabe de atravesar el desierto, volveré a pasaros material. I promise.

Gracias, Dani.

Música. Curioso que las dos canciones que se me ocurrieron con demonios o infierno en las letras, no sean muy satánicas. Simone Felice a veces deja aparcado a sus hermanos de The Felice Brothers y  y graba discos igual de buenos  tras la etiqueta The Duke and The King. Ahora publica disco en solitario.

John Prine fue un descubrimiento del "Club de la arruga" de Joserra. Discazo de antaño, "The Missing Years". "The Sins of Mephisto" (pinchad, no me deja poner el vídeo).

"Sinisted Kid" de las "Teclas Negras". A estos ya los conocéis y sí parecen más demoníacos.

Al final, otra apareció esta tarde por casualidad, "Devil in the Jukebox" de otro intocable, Ray Lamontagne.

Cuatro canciones gigantes.


domingo, 15 de abril de 2012

La agonía del parte


A los que tenéis una edad seguro que vuestro padre más de una vez os mandó callar durante la comida porque quería oír "el parte". El telediario, para los no iniciados. Ahora el término cayó en desuso, ni mi padre lo utiliza. Como ya contaba en el anterior artículo, viendo el seguimiento de la Semana Santa por el telediario, se me ocurrió escribir sobre el tema.

No sé si me pasa sólo a mí pero tengo la impresión de que los noticiarios diarios cada vez tienen menos interés. La cosa progresivamente se va reduciendo a unos elementos comunes que se repiten y pierden valor real cada año. Los periodistas parecen meros peones con funciones administrativas sin nada que aportar a pesar de muchos años de formación.

Los puntos cardinales de un telediario en la actualidad:


- Política. Aquí tenemos a los políticos con sus declaraciones para medios. Claras, cortas, concisas. El mensaje siempre simple. En estos tiempos básicamente transmiten miedo. Virgencita, virgencita.


- Deporte. Quince minutos y subiendo de fútbol, mejor sería decir. Tratamiento poco serio, frívolo, infantil, patriotero. Harto de himnos, banderas y drogas.

- Sucesos y vídeos varios. No puede faltar el vecino contando que parecía una persona muy normal.  Depende de la cadena, unas disfrutan más que otras con el morbo y el olor a sangre. Las hay que tiran más del vídeo  curioso, tierno o simplemente idiota que en esos momentos circule por la red. Un filón.

- El tiempo antes del tiempo se lleva sus más de cinco minutos. En verano avisos por el calor. Rostros de gente achicharrada en Sevilla mientras escuchas consejos para que bebas agua y te pongas a la sombra. En invierno, declaraciones de conductores  parados en una autopista y gente contándote que hace un frío de la hostia. Tampoco puede faltar un clásico, abuelos bañándose en La Concha.

Progresivamente se asienta la idea de que la única función del informante es la de entretener un rato al país. Opiniones hay muchas, incluso actitudes peligrosas pero análisis serios de una noticia o fenómeno no lo veo por ningún lado. 

Partiendo de que cada siervo sirve a su amo, al grupo mediático que paga vinculado a un determinado color político, cada espectador gusta de escuchar al vocero que le confirme en su ideología o posición. La pregunta es si eso tiene algún sentido o realmente sirve para algo y no merecería más la pena simplemente apagar el televisor.

Si estoy en casa los sábados por la noche, suelo ver el clásico entre clásicos de Televisión Española que es "Informe Semanal". Desde crío me gustaban sus reportajes. Todavía me siguen pareciendo buenos. Tratamiento serio que da que pensar y baja a pie de obra. Eso es lo que yo entiendo por periodismo y eso es lo que ahora no encuentro por ningún lado.

"My Back Pages, un incunable dylanita en la preciosa versión de los Byrds, más valioso cuanto más viejo.


viernes, 13 de abril de 2012

El puño invisible, "A Case of You"



Inauguro serie, "El puño invisible". Ese que los boxeadores saben que te golpea sin verlo venir. Yo se lo dedicaré a esas canciones que arañan lo excelso, que abrazan, de tal perfección que intimidan, que parecen incomprensibles, que muerden, la esencia del talento en apenas un instante, las que de un golpe te tumban en la lona.

Unas cuantas de las que han pasado por aquí hubieran encajado. Seguirán apareciendo en mi vida y las seguiré compartiendo, eso seguro.

La versión de James Blake, el original de Joni Mitchell.



"A Case of You"

 Just before our love got lost, you said
"I am as constant as a northern star"
And I said, "Constantly in the darkness
Where's that at?
If you want me I'll be at the bar."

On the back of a cartoon coaster
In the blue TV screen light
I drew a map of Canada
Oh Canada
With your face sketched on it twice
Oh you're in my blood like holy wine
You taste so bitter and so sweet

Oh I could drink a case of you darling
Still I'd be on my feet
Oh I would still be on my feet

Oh I am a lonely painter
I live in a box of paints
I'm frightened by the devil
And I'm drawn to those ones that ain't afraid

I remember that time you told me you said
"Love is touching souls"
Surely you touched mine
'Cause part of you pours out of me
In these lines from time to time
Oh, you're in my blood like holy wine
You taste so bitter and so sweet

Oh I could drink a case of you darling
And I would still be on my feet
I would still be on my feet

I met a woman
She had a mouth like yours
She knew your life
She knew your devils and your deeds
And she said
"Go to him, stay with him if you can
But be prepared to bleed"

Oh but you are in my blood
You're my holy wine
You're so bitter, bitter and so sweet

Oh, I could drink a case of you darling
Still I'd be on my feet
I would still be on my feet


martes, 10 de abril de 2012

Santiago y cierra España



"Piedad" de Botticelli a la altura del "Descendimiento" de Van der Weyden que siempre viste este blog.

El seguimiento masivo y desmesurado de la Semana Santa, todas esas manifiestaciones de fervor religioso desmedido e irracional -evidentemente no podría ser de otra forma tratándose de asuntos de fe-, provocaron unas reflexiones que antes de que se esfumen como tantos otros borradores mentales, publico. 

Dejando de lado el largo y exhaustivo minutaje que se le dedica en informativos a estos y otros temas de carácter estacional -que da para otro post-, me hace preguntar sobre el estado de las inquietudes religiosas en una sociedad como la española. A primera vista, la de un foráneo de visita por el país, parecería que la salud de las creencias en España, sería de la solidez del hormigón. Sin embargo, todos sabemos que el decorado es simple cartón piedra, los personajes de la escena se disfrazan por un par de días de devotos cofrades o emocionados asistentes a procesiones.

Los habituales ya sabéis que, por principio, no tengo nada en contra de estas manifestaciones. Soy un gran enamorado del arte religioso, del ambiente, de los olores, de la puesta en escena de todo el tinglado, perfecto para impresionar y conseguir el efecto buscado. Una experiencia estética de primer nivel. Por otra parte, ya con carácter más anecdótico, abogo por mantener las películas de romanas en Viernes Santo aunque esto creo que procede de ese componente romántico que arrastra la nostalgia de la infancia. 

Respeto profundamente a las personas creyentes. Sin embargo, no puedo negar que me moleta esa superficialidad que tiñe el ambiente, utilizar lo que deberían ser convicciones profundas a modo de supercherías y supersticiones absurdas, encarnadas en comportamientos y declaraciones pintorescas que se me antojan como de hace dos siglos. Creo que todo esa celebración, a veces de tintes ciertamente carnavalescos,  poco tiene que ver con el hecho religioso que transforma y sirve de guía para la forma de vida de una persona. Supongo que es la misma reacción que me provocan los fastos de las comuniones o bodas o la celebración masiva de cierta Navidad. Tal vez sólo sea que los años me convierten lenta e inexorablemente en un viejo gruñón.

No entiendo el papel que juega la Iglesia en el fomento y cuidado de cierto tipo de prácticas que se quedan en eso, en simples usos sin mayor alcance. Recibí una formación católica y no reniego de ello, ya lo he mencionado en alguna ocasión. Aunque creo que la única educación pública posible es una educación completamente laica, creo que es responsable de parte de lo mejor que atesoro en mi interior. Y por ello, por cómo interioricé un mensaje que en esencia y sin adornos o accesorios impostados, me parece profundamente subversivo, me sorprenden las directrices de los responsables de esa gigantesca organización de poder. Entiendo que aquellos valores que yo aprendí, en poco o nada sintonizan con la imagen difundida por una rancia organización jerárquica con olor a naftalina. Me ocurre algo parecido con los sindicatos, tengo la impresión de que todos esos entes viven encerrados en su propia mundo de hace mil años completamente desconectados de la realidad. Ambos deberían imaginar nuevas formas de penetrar en la sociedad. Difícil de llevar a la práctica teniendo en cuenta antecedentes en los que, desde un inmovilismo pétreo,  se torpedean tentativas de vías revolucionarias o tímidamente aperturistas abanderadas por asociaciones seglares, teólogos díscolos o esos entrañables curas "comunistas" que trabajan a pie de obra; por no hablar del exterminio de movimientos como el de la Teología de la Liberación. 

Desde el punto de vista de un observador con curiosidad por el mundo que le rodea, creo que deberían encargar una especie de estudios de mercado o estadísticas para ser conscientes de su influencia real  en la sociedad, de la progresiva impermeabillización de ese feligrés registrado y con número Aunque tal vez simplemente se haya escogido el camino de asumir esa superficialidad  rampante como la gran seña de identidad de nuestro tiempo que es y no se necesite mucho más que llenar las calles de las ciudades de Castilla y Andalucía un par de días al año.

Nunca más sentido que hoy tiene la afirmación de Unamuno: "Hay que descatolizar España para cristianizarla".

Música. El brutal "crescendo" de Nick Cave en "Oh My Lord". Como sus maestros, nunca renegó del tema.

Vale.


"Oh My Lord"

I thought i'd take a walk today
it's a mistake i sometimes make
my children lay asleep in bed
my wife lay wide-awake
i kissed her softly on the brow
i tried not to make a sound
but with stony eyes she looked at me
and gently squeezed my hand
call it a pr閙onition, call it a crazy vision
call it intuition, something learned from mother
but when she looked up at me, i could clearly see
the sword of damocles hanging directly above her
oh lord oh my lord
oh lord
how have i offended thee?
wrap your tender arms around me
oh lord oh lord
oh my lord
They called at me through the fence
they were not making any sense
they claimed that i had lost the plot
kept saying that i was not
the man i used to be
they held their babes aloft
threw marsh mellows at the security
and said that i'd grown soft
Call it intuition, call it a creeping suspicion,
but their words of derision meant they hardly knew me
for even i could see in the way they looked at me
the spear of destiny sticking right through me
oh lord oh my lord
oh lord
how have i offended thee?
wrap your tender arms round me
oh lord oh lord
oh my lord
Now l'm at the hairdressers
people watch me as they move past
a guy wearing plastic antlers
presses his bum against the glass
now l'm down on my hands and knees
and it's so fucking hot!
someone cries, "what are you looking for?"
i scream, "the plot, the plot!"
i grab my telephone, i call my wife at home
she screams, "leave us alone!" i say, "hey, it's only me"
the hairdresser with his scissors, he holds up the mirror
i look back and shiver; i can't even believe what i can see
be mindful of the prayers you send
pray hard but pray with care
for the tears that you are crying now
are just your answered prayers
the ladders of life that we scale merrily
move mysteriously around
so that when you think you're climbing up, man
in fact you're climbing down
into the hollows of glamour, where with spikes and hammer
with telescopic camera, they chose to turn the screw
oh i hate them, ma! oh i hate them, pa!
oh i hate them all for what they went and done to you
oh lord oh my lord
oh lord
how have i offended thee?
wrap your tender arms round me
oh lord oh lord
oh my lord

domingo, 8 de abril de 2012

Por el lado más bestia de la vida


Extrañas coincidencias hicieron que en apenas un par de días viera la película "127 horas" de Danny Boyle y leyera la noticia de la muerte de Micah True, también conocido como "Caballo blanco".  Si es que a veces los post se escriben solos, vuelan por el aire y sólo hay que atraparlos.

En situación. 

Muchos ya sabéis que le película trata de la increíble aventura de Aron Ralston. Soldado casi cinco días en el interior de una grieta perdida en un Parque Nacional de Utah, paisaje emparentado con los míticos de celuloide vaquero de Colorado y Arizona. El desprendimiento de una roca mientras escalaba aprisiona uno de sus brazos impidiendo su movilidad. Finalmente, para salvar la vida sólo le queda una opción, la de cortarse el brazo -iba a decir "seccionar" porque parece que debe doler menos-.


La película, como muchas de Danny Boyle es resultona sin llegar a mucho más. De corto recorrido. Muchas de su obras me parecen "videoclips" estirados en los que la  música a veces tiene una función tramposa. Sin embargo hay cosas que las sabe hacer muy bien; también tienen su mérito.


Micah True era uno de esos corredores de ultrafondo con trazas de iluminado. Convivió y aprendió de los indios Tarahumara, especialmente dotados para la resistencia y correr sin fin. Se empapó de sus técnicas y les imitaba corriendo descalzo o con sus ligeras sandalias. No lo conocía. La primera noticia que tuve de él fue la semana pasada a través del artículo que daba cuenta de su muerte mientras entrenaba entre la frontera entre Arizona y Nuevo México. Encontraron su cadáver junto a un arroyo, con las piernas  en el agua. Para un tipo como él, no fue mala forma de morir.

Historias paralelas. Por el lado más bestia de la vida. Elegí el título de la versión que Albert Plá perpetró con la canción de Lou Reed sobre el lado salvaje de Nueva York. Tanto Aron como Micah eligieron cómo vivir. Eligieron ser furtivos e incomprendidos por la mayoría.  Aron era ingeniero y cada fin de semana escapaba de la ciudad monstruo que le martirizaba a diario para tratar de encontrarse a sí mismo enredado en la soledad y el silencio de la montaña que ya le dio a conocer su padre cuando era niño. 

Micah no buscaba tanto el chute de adrenalina. Contaba que sólo anhelaba ser libre y que la libertad la encontraba rastreando los límites empapado de naturaleza. La competición era secundaria. 

Intangibles difíciles de explicar para el profano.¿Existen las razones cuando estas no se puedan enumerar o explicar?  Haber probado tantas veces el veneno adictivo de la resistencia límite te legitima para escribir. Te da la cátedra para entender. Tal vez no para ser uno de ellos. Tal vez simplemente te da la facultad de elegir ser uno de ellos. 

Música.  El clímax de la película se ilustra con una larga composición de Sigur Ros. Ya he publicado artículos sobre ellos en alguna ocasión. No me repito. Aprovecho para compartir una recopilación sobre los islandeses con alguna de las canciones que más me gustan. "Escuchando a las ballenas". 

Vale.


jueves, 5 de abril de 2012

Encuentros


Encuentros tras ventanas.


Con la nariz pegada al cristal, sin que el vaho haya conseguido ocultar el que ya acaeció.


Con las manos apretadas en los bolsillos, anhelando- sufriendo el que está por llegar.


Sin diferencias ni cicatrices entre pasado y futuro.


El tiempo en llamas.




Supersubmarina: "Supersubamarina"

"Llego al sitio y no me aguanto
Sé que tendre el cielo entre mis manos.
Aparentando estar tranquilo
y en fondo se que estoy temblando, temblando.

Y voy despacio tanto tiempo
que se acorta entre nosotros el espacio.
Esta sensación será mejor calmarla con un poco de aire
porque en esta asignatura llevo más de
un sususu … un suspenso

Que note que estarás siempre a mi lado
Yo mientras seguire aquí sentado
Como un …

Y ahora que te veo
noto que me estoy separando del suelo del suelo
Y flotando entre la gente
voy a hasta tu encuentro, encuentro.
Lentamente mi planeta se hace etéreo
viajo a un mundo en el que no existe
otra cosa que no sea su cuerpo
Si te sirve de algo

Que note que estarás siempre a mi lado
Yo mientras seguire aquí sentado
Como un …

Que note que estarás siempre a mi lado
Yo mientras seguire aquí sentado
Como sususu … suspenso
Sususu … su cuerpo
Su cuerpo"




Maga: "Diecinueve"

"Con viento del este hiciste una cama,
soplaste sobre ella para templarla
y con el murmullo de tu voz de agua
me cantabas nanas sin letra.

Y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses,
y medíamos el tiempo en latidos.
Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta.

Y tu pulso tamborileaba en mis sienes y muñecas
como diminutas patas de ciempiés,
y nos repartíamos los labios y los dientes y el hipo
y del alfabeto las impares.

Y en tus dedos yo tocaba mis canciones,
dedos de teclas de celesta.

Y en tus dedos yo tocaba mis canciones",
dedos de teclas de celesta

martes, 3 de abril de 2012

Diamantes bajo tus pies


Los diamantes se forman a gran profundidad, ya cerca del núcleo terrestre. Gran presión, altas temperaturas. Trabajar en las entrañas de la tierra es entregar cuerpo y alma. Dedicarse a algo con esa determinación y voluntad proporciona una emoción   imposible de conseguir de otro modo. Gran presión, altas temperaturas. Pagar los precios. La fuerza que da la austeridad. La fidelidad a los principios que elegiste. El único valor es el que cuesta, el que sangra. El suelo sembrado de diamantes, de carbón cada ascensión. Y el brillo se ve allí a lo lejos. El fulgor de tus ojos es limpio, de rocío. Tu mirada me abrigará, me sostendrá. Serán los cimientos de mi brillante y quebrada moral. Quiero ser hueso. Tú, mi carne.



"Diamonds by the yard"

As I lay down with my lady
The sounds of the night keep me warm
We're living a city life - We're living maybe
And tonight there's no reason to be strong

Romantic poets guard the darkness
And I say "My my all at such an early age"
An old man sheds a tear
He opens a little golden locket
He thought his little girl was lost in an Indian raid

Somewhere in these night lights lies the answer
And you can get diamonds by the yard
A tiffany dream of a porcelain dancer
An old man playing blues guitar

Midnight I surrender
I live beneath your ancient spell
You've been my lover since I can't remember
You save my life with the stories you tell

Somewhere in these night lights lies the answer
And you can get diamonds by the yard
A tiffany dream and a porcelain dancer
An old man playing blues guitar

Midnight I surrender
I live beneath your ancient spell
You've been my lover since I can't remember
You save my life with the stories you tell