domingo, 16 de noviembre de 2014

Sasoon, declaración contra la guerra.


Enlazando con el artículo arnterior, Sigfried Sasson no solo conoció a Wilfred Owen en un hospital de guerra, sino que le llegó a corregir su "Himno a la juventud condenada". Como su colega escritor, también denunció el sinsentido de la carnicería. Finalmente tuvo más suerte, la de sobrevivir.

“Habiendo acabado con la Guerra, hago esta declaración como un acto de desafío a la autoridad militar, porque creo que la guerra está siendo deliberadamente prolongada por los que tienen el poder de terminarla. Soy un soldado, convencido de actuar de parte de los  soldados. Creo que esta guerra, en la cual entré creyendo que era una guerra de defensa y liberación, se ha convertido en una guerra de agresión y conquista. Creo que los objetivos por los cuales yo y mis camaradas habíamos entrado en esta guerra deberían haber sido tan claramente declarados que hubiera hecho imposible  cambiarlos, y que, como esto ha ocurrido, los objetivos que nos obligaron a actuar ahora deberían ser alcanzados por la negociación.
He visto y he aguantado el sufrimiento de las tropas, y no puedo por más tiempo ser partidario de prolongar estos sufrimientos para unos fines que creo son malos e injustos. No protesto contra la dirección de la guerra, pero sí contra los errores políticos y la falta de sinceridad con los combatientes que están siendo sacrificados. De parte de los que sufren hago esta protesta contra el engaño de que están siendo víctimas; también creo que puedo ayudar a destruir la complacencia insensible con la cual la mayoría de aquellos que en casa apoyan la continuación de las agonías que no conocen, y que ellos no tienen la imaginación suficiente de advertir.”

(Carta al Parlamento. 1917)

2 comentarios:

ramonet dijo...

Brutal, ojalá algún día el pueblo imponga su opinión a esos que mandan, y que debieran hacerlo pues sus dotes para dirigir fueran superiores a la del pueblo "llano"

Atalanta dijo...

Es un tema complicado, miles de años y seguimos en las mismas, aunque afortunadamente vivimos en un entorno en el que no se habían conocidos tantas décadas en paz. Sobre la forma de dirigir, parece que esto siempre será así, que el político jamás dice la verdad, bien mentiras, bien medias verdades. Los fines casi nunca el bien público sino perpetuarse. Asquito real de casi todos... de casi todos.