lunes, 5 de enero de 2015

Maratón del Cordel, el primero del año


4 de enero, primera distancia maratón del año. Aunque no estaba completamente decidido a atreverme con algo tan largo, el hecho de saberme entrenado, me inclinaba a lanzarme a por ello. Sabía que si llegaba medianamente bien al enlace con la carretera a Fuenteguinaldo, enfilaría hasta el pueblo. Una vez tomada la decisión,  es quemar las naves, una vez allí, no queda otra que volver, sea bien, mal o regular. Al final, todo fue bien; buen entrenamiento y menos secuelas de las habituales. Pronto volveremos a la carga.

Nadie se presentó a la convocatoria. Esta mañana me he enterado que Daniel y Fran se acercaron a la piscina, pero como en el Árbol Gordo no apareció nadie, salí algo antes de las 9.

Comienzo duro, en solitario, a seis grados bajo cero, doliéndome las manos a pesar de llevar guantes, sobre todo en la que sostengo el bote de agua.Instantes en los que lamentas no vivir en zonas de inviernos más templados. Afortunadamente el sol se eleva rápido tras las montañas situadas a mi izquierda y en menos de una hora, cambias de opinión: sientes el privilegio de vivir en Castilla y saber qué es un invierno de verdad, disfrutar de uno de esos días en que nuestra tierra pasa de despiada con todo lo que crece o habita sobre ella, a acogedora madre que abriga con el aliento justo para un temprano día de enero, ideal para correr por el campo largas distancias.

El desnivel que se salva desde el inicio hasta Fuenteguinaldo es de 200 metros, concentrándose casi todas las dificultades en forma de repechos, algunos de ellos pronunciados, en los primeros 11 kilómetros, cuando se llega a la altura de El Bodón. A partir de ahí, 4 kilómetros más de cañada, ya menos complicada,  hasta que se llega a la carretera que conduce a Fuenteguinaldo. El tramo de asfalto coincide con el camino que llevo desde el inicio, que es el de la Cañada Real de Extremadura, el que continúa hasta el Puerto de Perales, utilizada en tiempos para llevar el ganado. Quería saber si necesariamente para recorrer estos 6 kilómetros, había que circular por la carretera o era practicable ir por el margen. Bien, se puede hacer sin problemas todo por tierra. Excepto los primeros trescientos metros donde hay que ir con algo de tiento por ser zona de afloraciones de hierba que ocultan huecos, el resto se recorre bien, hasta deprisa, si estás fuerte. LLegué a Fuenteguinaldo con casi las dos horas justas.

 
 A partir de aquí, regreso, a partir de aquí el recorrido de la que será última etapa de la primera Jaramugada por etapas, LA DESPEADURA ILUSTRADA, a recorrer el Sábado Santo por la mañana, cuya convocatoria en forma, pronto se anunciará.



Yo no la he buscado, pero ese día saldremos de de la casa en el que tuvo su cuartel Wellington durante la Guerra de la Independencia. El regreso bastante bien, con el piloto automático, tratando de cumplir con el habitual expediente. Un paraje a destacar, más en este sentido: el acercamiento al teso que se eleva sobre las ligeras estribaciones donde tuvo lugar "El combate de El Bodón" en septiembre de 2011, en el que se enfrentaron tropas inglesas, alemanas, portuguesas y francesas, donde existe un monolito conmemorativo y panel explicativo. Como contaba, el teso es un gran claro, un díafano prado entre las encinas de la dehesa que pueblan todo el recorrido y que albergan cerdos y reses, también bravas, un enclave que resulta especialmente hermoso en una mañana de invierno tan clara.

El final se me hizo algo largo -si no, no sería maratón-, pero dentro de lo asumible, dada mi experiencia. Zonas que a la ida eran de terreno duro o crujiente, ahora estaban encharcadas o embarradas, con lo que en algún despiste, me llevé algún susto, antes de abandonar por fin la sombra de encinas, para encarar los muros de la piscina que me seguían pareciendo encontrarse muy lejos. Sin embargo, llego bien, fuerte y con las piernas no demasido doloridas en 3 horas, 54 minutos. Buen entrenamiento para la próxima ocurrencia.

"¡¡YO SOY ESPARTACO!!"

3 comentarios:

ramonet dijo...

Buena manera de empezar el año, y no es por nada, pero menos de 4 horas para un maratón "rural" como dice un amigo mío, y entrenando, no está nada mal

Alejandro dijo...

Buena ocurrencia y con unas gotas de historia para darle sabor a la ruta...

Atalanta dijo...

Ramonet, efectivamente, buena manera, buen tiempo. Muy felices me las prometía yo, y menos de una semana después, en la siguiente ocurrencia, me estrellé. Veremos en la próxima.

Alejandro, preludio de la DESPEADURA ILUSTRADA donde mezclaremos afición atlética con algo de historia.