Ya en casita, de descanso después de dos maratones, el de Sevilla y el de carnaval, vamós allá con una pequeña crónica de la carrera. Mañana ya pondré algo de la fiesta.
Poco que relatar. La carrera perfecta, conseguí justo lo que pretendía. Apenas tres semanas de entrenamiento. No iba a arriesgar, no tenía sentido apostar de farol ya que no tenía jugada, 129 kms en mis piernas definitivamente no eran una buena mano. Consideraba que sí me podría mover con solvencia en torno a los 3:15. Tenía la intención de irme con la liebre pero sólo había de 3 horas ó 3:30, así que decidí ir con un ritmo cómodo, sin la respiración alterada y programando el piloto automático.
Son ya muchos años juntos, muchas batallas. Mi cuerpo y yo nos conocemos bien, adivino que le puedo exigir sin que proteste. Sé cómo es el circuito, los kilómetros pasan rápido y mantengo un ritmo de algo más de 4:30 min/km. Paso la media con 1:36.
Me acerco al km. 30, voy feliz porque me veo entero, sin dolores y sin síntomas de agotamiento. Qué sensaciones tan distintas a las del año pasado, cuando justo aquí, en el 28, me adelantó la liebre de 3 horas, mientras yo iba muerto y lesionado en un gemelo. De motor (pulmones y corazón), perfecto, de combustible (fuerzas) en la reserva pero sin caídas alarmantes de ritmo. Buena señal, la mejor es que casi calco el tiempo de las dos medias. Me duelen los cuadriceps pero se trata simplemente de la falta de entrenamiento, es soportable, ya voy volando y emocionado hasta meta, como siempre que acabo una maratón. Al final 3:14. No importa cuántos tengas en el zurrón, a los "cuarenta y dos" siempre hay que tenerles respeto; si te depistas, te pueden dar un buen revolcón. No fue el caso. Después de las amargas y previsibles malas sensaciones de Zaragoza, balance totalmente positivo. Pista de despegue perfecta para objetivos más ambiciosos.
36 maratones y todavía puedo cometer errores de pardillo. Olvidé ponerme vaselina y me despellejé la piel de los brazos y de otro lugar más íntimo cuya ubicación ha dado mucho juego, para mucho cachondeo estos carnavales.
En la foto estoy con Michel, un habitual del blog. Cruzar la meta de un maratón siempre es una victoria pero esos "3:55", no hacen justicia a su calidad. Los calambres le volvieron a atormentar durante la parte final de la carrera. No hay que perder la perspectiva y analizar seriamente el problema al que hay que dar una solución, que seguro la tiene. Los calambres se suelen producir por la deshidratación y la pérdida de sales. Además de intentar beber "isotónico" durante la carrera, otra opción puede ser que el día anterior, ingieras bastante líquido con sales o incluso galletitas saladas. Un verdadero placer el paseo que compartimos por Sevilla junto a Susana y esas dos joyitas, la serena Cecicilia y la pilluela de María.
El otro mirobrigense, Manu, aprovechó el maratón para marcarse un entreno largo. Saliendo de una lesión y sin entrenamiento, hablando con él minutos antes de la salida, aún no tenía claro qué distancia iba a hacer. Al final 30 kilometrazos se metió "pal cuerpo". Y sé yo que tentado, tentadísimo de seguir hasta el final. Mejor así, aunque te lo diga un cafre, más sensato no forzar ese pie. Ahora a asimilar y a entrenar de verdad para la próxima cita.
Enhorabuena a Antonio, el extremeño; no sabía que corría y me sorprendió verlo después de la carrera pero me sorprendió más aún el tiempazo que se nos marcó el amigo: ¡¡2:56!! Ya me confirmó que vamos a tener representación extremeña en la Verracada Nui!!
Ale, os dejo una canción que me mata, "Añada de Ana la friolera" de Nachito Vegas. No escribiré nada sobre él porque esta semana le voy a dedicar una entrada con el único objetivo de que Bienvescribe haga su primer comentario "internético". Ya está bien de tanto "mezuconear". El descubrimiento de su inesperada condición de fan del cantautor apocalíptico asturiano, obrará el milagro.... según juró y perjuró. ¿A que es bonita? Una cucada.
una ciudad costera
donde la mar era gris
y la lluvia eterna.
Ella pasaba frío
apenas la noche llegaba.
Con una manta a cuadros
él la arropaba.
Prometieron quererse
mientras el frío existiera.
Él la llamaba
Ana La Friolera.
Tuvieron un riña
y él la dejó marchar.
Supo que no volvería,
no vuelve la ola al mar.
Ella pudo llevarse
todo lo que tenía
pero dejó olvidado
el frío que sentía.
Ahora, bajo la manta a cuadros,
él trata de coger el sueño.
Desde que ella se marchó
allí siempre es invierno.
Y la buscó sin descanso
desde San Pedro a Las Mestas.
Teme morir congelado
una noche de éstas.
La gente me llama insensato,
yo aún doy mi vida entera
por sólo una noche
con la chica friolera.
Ana La Friolera,
Ana La Friolera,
Ana La Friolera,
Ana La Friolera.
17 comentarios:
A ver qué tal la crónica de los carnavales, siendo la del maratón tan positiva. Pena no haber coincidido. Yo me volví el lunes y el domingo no salí (me fallaron los sobrinillos, unos acabaos...). Aun así doy fé de la tarde-noche del sábado - larga e igual de divertida- acompañada de maestros cicerones llegados de mi misma ciudad (tiene tela el asunto...).
El ojos brillantes me ha gustado; sobre todo la declaración de amor de "The first day of my life", incluído el video. Me encantan las caras de la gente...
De la entrada sobre el aniversario de "Harvest" de Neil Young, pues a parte de que su música me gusta al igual que lo que he oído de los Antony & the Johnsons y Rufus Wainwright que mencionas, pues que lo que cuentas da para grandes reflexiones sobre lo complicado que son las cosas del querer...
El tiempo suele ser el aliado clarificador de los porqués que no se atinan a responder al principio de una brecha de ese tipo. Viendo las cosas en perspectiva, puedes llegar a entender que no hubo un único culpable o de que en realidad ninguno de los dos lo fue. Somos responsables de lo que aportamos o no,si bien es cierto que,a veces, caminamos alejándonos sin ni siquiera darnos cuenta.Crecemos,pero no juntos...Además, saber si hubiésemos sido capaces de salvar lo que teníamos jugando con las herramientas que el tiempo nos da, es hacer trampas.Es mejor no martirizarse; aprender de los errores(si es posible) y seguir haciendo camino. "You´ll never know when the first day of your life can be"... ¡A disfrutar de la resaca postcarnaval!!
felicidades compañero!!
No estoy yo para leer mucho, sólo escribo para jalear y animar a debutar a BIENVESCRIBE.COM.
Enhorabuena una vez más!
Bueno Abel, ahora ya en frio, hombre me hubiera gustado, hacer 3:50 y MMP, pero como tu dices, acabar un maratón es una victoria.
Lo de los calambres, estoy convencido que más por hidratación es por sobreesfuerzo, en el km. 29 que es cuando empiezo a bajar el pistón marco 2:32:34 a 5m.16/Km. de media, cuando en realidad yo estaba para ir a 5m.25/km., que me hubieran dado esas 3h.48min. que quería. Pero es que me encontraba tan bien...
Me jode porque de pulsaciones, iba muy bien, el estómago mejor que nunca, nada de ampollas ni rozaduras, pero bueno....
Asi tengo un nuevo reto para mi cuarto maratón, planificar de una vez por todas bien la carrera. Si hace tres años me dicen a mi que voy a correr la distancia de Filípides, me da algo de la risa.
Me sigo emocionando y el último km. me costó contener las lágrimas, acabar el maratón es algo único. Logicamente en meta se acabó la contención.
Que ojo tienes, como has calado a mis niñas, una la paz personalizada y la otra un sunami constante. Les ha gustado mucho la foto y la alusión a ellas, gracias.
Balance final: superpositivo.
Un abrazo y hay que repetir Sevilla.
Eres un máquina, 130Km de preparación. Eso hice yo de viernes a lunes (ambos incluidos, estoy con los días de máximo volumen). El que vale, vale, y el que no a entrenar como un burro. Enhorabuena, lo clavaste
Preuba superada y con nota eso está genial, me alegor un montón, eres un maratoniano de los de verdad.
si esta ha sido uan crónica genial de un día genial no quiero imaginarme la de la noche ... lo veo venir a topeeeee!!!
Pues ahora de nuevo a la realidad, frío, lluvia, nieve, hielo, viento, .... el invierno continúa, es lo que toca jejeje
Besicos
Las cosinas que cuentas de "tu deporte", no hacen más que justificar el hecho de que cuando hice la entrada de la "constancia" te recordara.
Mientras suena esa canción que recoge imágenes de mi ciudad, te sonrío. Me gusta.
Besotes.
Pues qué pena, Maika, me hubiera encantado conocerte. Si sé que el domingo estás por allí,le hubiera pedido el teléfono al Iron y te había llamado. Manu hace tiempo que está "acabao", me extraña más de Raquel. A ver cuándo te vuelves a perder por aquí.
Interesante reflexión sobre las "cosas del querer". Yo estoy convencido de que a mí me vino bien, me enriqueció como persona. Seguro que la próxima vez lo hago mejor pero es difícil enamorarse de verdad. Yo sigo esperando por "el primer día de mi vida".:)
Y también gracias por el mensaje, David.
Ciego... hasta que no lo vea, no lo creo. Vamos, Bienve, oe, oe, oe...
Muchas gracias, Alfredo. A ver si me pongo al día con tu blog que sólo lo puedo abrir en el trabajo.
Michel, me alegro que analices serenamente los problemas. Sinceramente creo que con el tiempo esos calambres desaparecerán, el cuerpo se adapatará. Siempre es una gozada correr y acabar el maratón. Sólo nosotros podemos entender por qué nos emocionamos. Sevilla siempre es repetible, más pronto que tarde. Me hizo gracia lo que me contó Susana, cómo preguntaban las niñas cuántos años tenían mis hijos:) Deben haber sido mis "lectoras" más jóvenes.
Gracias, Clemente; lo de correr no se me da mal -ojalá pasara lo mismo con la natación y la bici-. Rápido me pongo medio en forma. Lo que tengo claro es que ya no puedo prescindir del gimnasio. Pude volver a correr porque empecé a hacer pesas y los ejercicios de gemelos que me dijiste los hago a diario. Estoy sorprendido de que no me hayan dado nada la lata.Por lo que veo tú estás en medio de las "semanas de la muerte". Ánimo con esos días tan duros.Ya te falta poco para uno de los primeras citas importantes del año.
Gracias, Akela. Lo del carnaval es otro tipo de desgaste, ya te digo yo que mucho peor de que los "42". En fin, lo pasamos bien. Sí, sí, ya vamos un poco hartitos de tanto invierno.
Hola, Ana, pues de los deportistas que se pasan por aquí, yo debo ser el menos constante... hasta que un día me ponga :). Ya me pondré al día con los blogs que no lo he leído.Oye, pues cuando estaba escribiendo ayer, con lo de Ana y Gijón, iba a hacer una mención a ti, a tus pies, a Fran... pero se me liaba mucho la madeja. Después la gente se queja de que las entradas son muy largas. Para otra vez.
Enhorabuena por ese resultado tan matemático y a curarse la encrucijada romántica con mimos ajenos. Jejejeje.
Te sigo esperando por el blog, veo que tienes pendiente la invitación.¿Problemas? ¿Envio otra?
Saludos.
Enhorabuena, a ver si este año te marcas un tiempazo en alguna. A mi me quedan 19 días y leyendo las cronicas estoy que me subo por la paredes. Algun kilometro mas tu tambien llevo, pero pocos mas....
PD. Creo que yo le voy a lanzar un ordago desde la salida
Genial por fin te has quitado la espinita del año pasado. La canción muy chula.. yo soy muy friolera.
Otra muesca en el revólver. Gracias por tu crónica y enhorabuena.
Mildo, muchas gracias, hombre. En ello estamos, en ello estamos...:) Ya he entrado ahora. Mañana me pongo al día con todos.
Jonathan, sí que me gustaría dedicarle alguna vez un par de meses a un maratón, sin lesionarme, siguiendo un plan para asaltar las tres horas, pero en cuanto cargo, me resiento. Quizá para los que intente después de verano.Tú seguro que lo haces fenomenal, te sobra clase. ¿otra vez a bajar de las 3?
Con Inma, la friolera :)... hombre, contento sobre todo por las condiciones en las que iba. Algún año hay que arriesgar de verdad y probablemente sea en esta preciosa ciudad.
Gracias, Crusti; por muchos que tengas, esas metas siempre se valoran.
Enhorabuena, un número estupendo. Me encanta que puedas correr como si tal cosa a 4:30, una fiera. Parece que 2010 empieza en condiciones.
Este también esparsaco. Madre mía, ¡ya vas a tener más maratones que años! Enhorabuena, tío.
Gracias, Xocas, lo mejor son las buenas sensaciones y que mis gemelos no han chirriado, sobre todo a cara a futuros entrenamientos. Ya se verá cómo va el año.
Gracias, Ramón, en el horizonte los cuarenta en maratones y en ¡¡años!!
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